La Desamortización en el Reinado de Isabel II
La desamortización de Mendizábal consistió en la incautación por parte del Estado de los bienes de la Iglesia que fueron puestos a la venta mediante subasta pública a la que podían acceder todos los particulares interesados en su compra. Las tierras podían adquirirse en metálico o a cambio de títulos de la deuda pública.
Por otro lado, la desamortización del ministro Madoz, que comienza en el Bienio Progresista (1855-1856) pero continúa a lo largo del siglo XIX, afectó más a los bienes del Estado, de las órdenes militares, de las instituciones benéficas y, sobre todo, de los ayuntamientos (bienes propios y comunales), que a los bienes de la Iglesia.
El objetivo de la desamortización de Mendizábal era conseguir los recursos necesarios para financiar al ejército liberal, recuperar vales de deuda y aminorar el grave déficit presupuestario del Estado. Al mismo tiempo, los nuevos compradores constituirían unos sólidos apoyos sociales comprometidos con el triunfo del liberalismo. A largo plazo, las medidas deberían fomentar el desarrollo de la agricultura, al pasar la tierra a unos propietarios más emprendedores y dispuestos a introducir mejoras en la forma de cultivo.
Con la eliminación de la propiedad vinculada en la desamortización de Madoz, se pretendía conseguir recursos para la Hacienda e impulsar la modernización económica de España. Una buena parte de los ingresos fueron invertidos en la red de ferrocarriles, considerada la pieza clave para fomentar los intercambios y el crecimiento industrial del país.
El Lento Proceso de Industrialización en España (Siglo XIX)
Las causas de las diferencias con los países más avanzados de Europa estriban en que, mientras estos entraban en el siglo XIX en una acelerada industrialización con firmes instituciones liberales, tanto a nivel político como económico, España se refugiaba en un despotismo ilustrado, anacrónico, caracterizado por un fuerte proteccionismo económico entre 1814 y 1833. A partir de entonces, con la instauración del liberalismo, hubo una cierta apuesta por la industrialización, pero insuficiente en comparación con los países europeos más avanzados.
Factores del Retraso Industrial
- Afectó casi exclusivamente a dos regiones: Cataluña en la industria textil y el País Vasco en la industria siderúrgica.
- La inestabilidad política desde 1814 hasta 1874, con una elevada deuda pública, dificultó enormemente el desarrollo de una política industrial clara.
- Con la Restauración, las políticas proteccionistas prolongadas, unidas a la corrupción institucional, no impulsaron la innovación industrial.
- La lentitud y debilidad del proceso se debieron a la insuficiencia de capital y a las prioridades de los capitalistas, que estaban más interesados en la compra de tierras desamortizadas o en títulos de la deuda pública que en la inversión en el sector industrial. Esto hizo que el desarrollo industrial dependiera demasiado de la inversión de capital extranjero.
- La escasa capacidad de compra de la mayoría de los consumidores españoles comportó una demanda insuficiente, lo que supuso costes más elevados y poco estímulo a la competitividad. Debido a la escasa demanda interior, la mayor parte de la producción era exportada a otros países como Inglaterra, Alemania, Francia y Bélgica.
- La escasez de fuentes de energía por la falta de recursos hídricos para obtener energía hidráulica o por la mala calidad del carbón, lo que situó a la economía española en una posición de desventaja respecto a otros países europeos mejor dotados de fuentes de energía naturales.
- La mala calidad de las comunicaciones terrestres y fluviales, lo que repercutía en la desarticulación del mercado interior.
- La ausencia de una revolución agrícola previa que hubiera convertido al campo en el mercado natural de los productos industriales. Esto se debió, por un lado, a la mala calidad de la mayor parte de la tierra de cultivo y a las adversas condiciones climatológicas y, por otro, a las medidas adoptadas por la reforma agraria liberal, a raíz de la cual, en gran parte de España, se excluyó de la propiedad de la tierra a quienes estaban más interesados en cultivarla.
- La situación geográfica alejada de los principales núcleos industriales europeos, lo que provocaba costes elevados de los transportes.
- La absorción de gran cantidad de recursos por la hacienda pública para hacer frente a sus gastos, ya que no tenía suficiente con los impuestos, lo que encarecía la financiación de las empresas y desincentivaba la inversión productiva.
El Impacto de la Crisis de 1898
En el ámbito político, el sistema político de la Restauración quedó desprestigiado ante la opinión pública, pero se mantuvo gracias a la firme alianza entre conservadores y liberales. La clase política gobernante vio la necesidad de democratizar el país desde arriba (Maura y Canalejas). Ambos, influenciados por el Regeneracionismo, impulsaron proyectos de reformas (revisionismo político), pero mantuvieron el turno dinástico y el falseamiento electoral, imposibilitando una verdadera democratización del régimen.
La Crisis del 98 también propició el fortalecimiento de los nacionalismos catalán (*Lliga Regionalista* desde 1901), vasco (*PNV*) y, en menor medida, gallego y valenciano, que luchaban contra el corrupto e ineficaz sistema de la Restauración y abogaban por un reformismo político que les otorgase autonomías.
Consecuencias Militares
Provocó un desprestigio militar derivado del impacto de la derrota. Era evidente que las fuerzas armadas no estaban preparadas para un conflicto de estas características. El ejército salió muy dañado, lo que traería graves consecuencias para el futuro, pues se inclinaron hacia posturas más autoritarias e intransigentes. Entre el pueblo español creció un fuerte antimilitarismo, ya que el reclutamiento forzoso para la guerra había afectado casi exclusivamente a las clases bajas, que carecían de recursos para evitar la incorporación a filas mediante un pago en metálico o contratando a otro en su lugar.
Consecuencias Sociales
Unos 60.000 soldados españoles murieron entre 1895 y 1898, muchos por enfermedades infecciosas. La mayoría pertenecía a familias pobres que no podían pagar la redención del servicio militar, lo que, sumado al reclutamiento forzoso, provocó un fuerte antimilitarismo, especialmente en las clases bajas. El pesimismo se adueñó de la sociedad española. España había perdido sus últimas colonias en un momento de revitalización del imperialismo europeo y americano, y el gobierno aparecía como el responsable de la catástrofe. Por ello, se vio la necesidad de importantes cambios en las condiciones de vida de los españoles y en su educación, así como en su política interior y exterior.
Consecuencias Ideológicas: Regeneracionismo y Generación del 98
Pronto surgió un movimiento intelectual y crítico, el Regeneracionismo, que, tras el desastre, pretendía la revitalización intelectual, social y política del país. Querían, entre otras cosas, llevar a la monarquía hacia una verdadera democracia y hacia una profunda renovación y regeneración de la estructura económica y social del país. El principal representante fue Joaquín Costa.
Desde el punto de vista literario, dio lugar a la Generación del 98, formada por escritores de la talla de Unamuno, Pío Baroja, Machado… unidos todos ellos por un mismo sentimiento: el dolor por el atraso de España. Reflexionaron sobre los problemas de España y sus posibles soluciones.
Las Reformas de la Segunda República
Durante la Segunda República, se llevaron a cabo importantes reformas en diversos ámbitos.
Política Religiosa
El gobierno republicano decidió limitar la influencia de la religión en la sociedad y secularizar la sociedad española. Por ello, se prohibió la enseñanza a las órdenes religiosas y se aprobó la Ley de Congregaciones (1933), que limitó la posesión de bienes a las órdenes religiosas, reservándose el derecho a prohibirlas en caso de peligro para el Estado. Estas decisiones provocaron grandes protestas en buena parte de la jerarquía eclesiástica en contra de la República, llegando incluso a movilizar a la opinión católica en su contra. A su vez, esto provocó el anticlericalismo de una parte de las clases populares (quema de conventos).
Reforma Agraria
La Reforma Agraria fue la más importante y la que más influyó en el desarrollo de la República. El objetivo era acabar con el latifundismo existente en buena parte del centro y sur de España, mejorar las condiciones de vida de los campesinos pobres y modernizar la agricultura. La Ley de Reforma Agraria era una política de expropiación mediante indemnización, a excepción de las tierras de la grandeza nobiliaria, de tierras de labranza no explotadas directamente por su propietario o mal cultivadas, y el asentamiento de labradores en las mismas en régimen de arriendo. El Instituto de Reforma Agraria (IRA) se encargó de ponerla en marcha con el patrocinio del Banco Nacional Agrario.
Tampoco logró los objetivos deseados debido a la lentitud de la burocracia administrativa, la dificultad técnica del IRA a la hora de poner en marcha el proceso, y la falta de presupuesto para hacer frente a las indemnizaciones. Tuvo una gran oposición en los grandes propietarios, que intentaron todo tipo de medios para esquivarla, y contradicciones en la dirección política de la reforma. Suscitó el aumento de la tensión social: provocó una gran indignación de los grandes propietarios, que no querían desprenderse de sus propiedades, y un gran descontento de los campesinos por la lentitud del proceso, que les llevó a posturas radicales (ocupación ilegal de tierras, incendios de cortijos).
Reforma del Estado Centralista y Cuestión Territorial
En la reforma del Estado centralista, la Constitución intentó resolver el problema territorial mediante el reconocimiento del derecho a la autonomía de las regiones. Regiones como Cataluña, País Vasco y Galicia comenzaron a promover sus estatutos de autonomía, logrando Cataluña la autonomía efectiva en una serie de competencias. El malestar de ciertos grupos conservadores que estaban en desacuerdo con estas reformas llevó a Sanjurjo en agosto de 1932 a realizar un golpe de Estado (la Sanjurjada) que fracasó estrepitosamente por falta de apoyos.
Reformas Sociales y Educativas
En cuanto a las reformas sociales y laborales, Largo Caballero llevó a cabo una serie de medidas encaminadas a mejorar las condiciones de los trabajadores. En primer lugar, se impuso la Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba las negociaciones entre empresarios y trabajadores, además de la Ley de Jurados Mixtos (entre patronos, trabajadores y gobierno), que reconocía el poder de arbitraje en caso de desacuerdo. Por otro lado, se aprobó la jornada laboral de ocho horas. También se promovió la creación de seguros sociales y se reforzó el papel de los sindicatos agrícolas.
Otra de las reformas importantes fue la de la enseñanza, en la que el Estado asumió la responsabilidad exclusiva de la educación. Entre los objetivos estaba el de acabar con la hegemonía de la enseñanza religiosa, la adopción de un modelo de escuela liberal, mixta, laica, obligatoria y gratuita, y la creación de las Misiones Pedagógicas para difundir la cultura en zonas rurales. Quienes se opusieron a estas medidas fueron los patronos, ya que, por primera vez, no contaron con el apoyo del gobierno, lo que causó un gran descontento.
Las Consecuencias de la Guerra Civil Española
En los últimos meses de la guerra, millares de combatientes republicanos y familias enteras que habían defendido públicamente al gobierno legal tuvieron que abandonar España de manera precipitada, dejando atrás todas sus pertenencias y propiedades. Miles de combatientes, intelectuales, militantes de partidos y sindicatos se agolpaban en el puerto de Alicante, última ciudad en caer ante los franquistas, esperando encontrar plaza en alguno de los barcos que los llevarían a algún país que quisiera acogerlos.
Consecuencias Humanas
Durante tres años, conciudadanos, e incluso miembros de una misma familia, lucharon entre sí; el odio entre los españoles se acrecentó, resultando inevitable el deseo de aniquilación del contrario. Los que vencieron excluyeron y persiguieron a quienes no se habían sumado de manera entusiasta a su bando. El dolor de la mayoría y el rencor de muchos fueron el denominador común de la España de los años posteriores a la contienda. Además, hubo casi medio millón de muertos.
Consecuencias Sociales
La guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se produjo la pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores.
Consecuencias Económicas
En cuanto a las consecuencias económicas, fueron desastrosas para el país. Se produjo la pérdida de reservas (la Hacienda pública quedó arruinada), la disminución de la población activa, y la destrucción de infraestructuras viarias y fabriles, así como de viviendas. Se produjo una disminución importante de la producción industrial y agrícola, y el nivel de renta cayó un 28%. La inflación multiplicó por diez los precios en los años siguientes. La mayoría de la población española hubo de sufrir, a lo largo de las décadas de 1940 y 1950, los efectos del racionamiento y la privación de bienes de consumo.
Consecuencias Culturales
También hubo importantísimas consecuencias en la cultura española. Quedó destruido todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa de la Edad de Plata de la cultura española (1898-1936). Más del 60% de los maestros y profesores fueron ejecutados o destituidos por el franquismo. Prácticamente la totalidad de los intelectuales de la Generación del 27 y los más notables científicos y artistas murieron o marcharon al exilio. Entre ellos había figuras emblemáticas como García Lorca, Buñuel, Machado, Alberti o Picasso. Todos ellos son un buen ejemplo de esta desertificación cultural. La cultura oficial retrocedió a tiempos de oscurantismo clerical, represión y censura, propios de la época de la Inquisición.
Consecuencias Políticas
Las consecuencias políticas fueron el final de la experiencia modernizadora y democratizadora más importante que había tenido la España contemporánea y el inicio de un larguísimo período de represión, falta de libertad política y supresión de derechos fundamentales.
Consecuencias Internacionales
En el ámbito internacional, España inició veinte años de aislamiento político, con la excepción del reconocimiento que obtuvo de algunos estados, como el Vaticano y Argentina. Quedó fuera del fuerte impulso de progreso que se inició en Europa después de 1945. España llegaba a mediados del siglo XX sin haber solucionado sus problemas de convivencia política y sin conseguir la participación de todos sin exclusión.
Fractura Moral
Por último, la guerra supuso una verdadera fractura moral en el país. Varias generaciones quedaron marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra. El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios, y la persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo.