La Crisis de la Restauración y el Ascenso de la Dictadura

La Crisis del Sistema de la Restauración (1900-1923)

Frente a la estabilidad del periodo anterior, Alfonso XIII reina en una etapa de continua crisis. Las instituciones de la Restauración se deslegitiman a la vez que la oposición amenaza con derribar el régimen con sus acciones cada vez más contundentes.

Reinado de Alfonso XIII y el Descontento Social

En 1902 finaliza la regencia de María Cristina al alcanzar Alfonso XIII la mayoría de edad. Tras la muerte de Cánovas (1897) y el desastre colonial del 98, la Restauración estaba ya en crisis. El regeneracionismo denuncia el caciquismo y el régimen oligárquico del turnismo. Por ello, ambos partidos intentan reformas que apacigüen el descontento social.

La Crisis de 1905 y la Ley de Jurisdicciones

La primera crisis del reinado (1905) la detona una viñeta satírica contra el Ejército publicada en la revista catalana ¡Cu-Cut!. Los soldados asaltan la redacción de la revista y los altos mandos presionan al gobierno para que apruebe la Ley de Jurisdicciones (1906), que permite al Ejército juzgar con código militar delitos contra ellos, y Alfonso XIII les apoya.

El Intento Regeneracionista de Antonio Maura

En 1907 forma gobierno Antonio Maura (líder del Partido Conservador). Su estrategia política se basa en una»revolución desde arrib», que impida una revolución popular»desde abaj». Quiere acabar con la falsedad electoral y promulga la Ley Electoral de 1907 (descabezamiento del caciquismo) que convierte el voto en obligatorio. Además, intenta acercar posturas con el nacionalismo con la Ley de Administración Local, que concede más autonomía a ayuntamientos y diputaciones. Por último, establece el descanso dominical para calmar tensiones con las clases sociales más bajas.

La Semana Trágica de Barcelona (1909)

Sin embargo, su proyecto regeneracionista se ve truncado en 1909 con la Semana Trágica de Barcelona. Desde 1906 (Conferencia de Algeciras), España posee un protectorado en Marruecos y tiene conflictos con las tribus locales (cabilas). En 1909, decide enviar tropas de la reserva para reforzar la seguridad de Melilla.

En Barcelona se crea una gran tensión por la existencia de un canon que pueden pagar las clases pudientes para no ir a Marruecos. Anarquistas, republicanos y socialistas organizan huelgas y manifestaciones contra el gobierno. El gobernador declara el»estado de guerr» y hay 3 días de violentos enfrentamientos entre autoridades y manifestantes: queman conventos, vuelcan tranvías, hay barricadas, etc. Hay muchos heridos y muertos, además de graves daños en el mobiliario urbano.

El gobierno responde con una dura represión: multas y condenas, incluida la de Ferrer Guardia (fundador de la Escuela Moderna) tras un proceso irregular y sin pruebas (era solo una medida ejemplarizante). Tras esto, protestas nacionales e internacionales llevan a Alfonso XIII a forzar la dimisión de Maura.

El Gobierno de José Canalejas y la Inestabilidad Política

En las siguientes elecciones (1910), el PSOE logra su primer diputado y empieza el gobierno de José Canalejas, líder del partido liberal. Sus principales reformas para salir de la crisis son:

  • Supresión del impuesto de consumos (gravaba los alimentos más básicos).
  • Reformas en el sistema de quintas.
  • Ley del candado (prohibición de la instalación de órdenes religiosas, sin previa autorización).

Su política apenas tiene recorrido porque le asesina un anarquista en 1912. Comienza entonces una época donde se suceden varios gobiernos conservadores (Eduardo Dato) y liberales (Conde de Romanones).

La Primera Guerra Mundial y la Crisis de 1917

En este contexto estalla la Primera Guerra Mundial, donde España se declara neutral. Supone un estímulo económico gracias a las exportaciones, aunque en 1917 la situación se invierte y se cierran fábricas, minas, etc. Se da una triple crisis que ninguno de los 13 gobiernos siguientes podrá solucionar hasta que en 1923 Primo de Rivera asesta un pronunciamiento.

El Auge de la Oposición

La crisis del turnismo es aprovechada por diversos grupos de oposición en España.

  • Los republicanos, que abogan por el laicismo y las reformas sociales, luchan principalmente por la instrucción pública, aunque su influencia política es limitada debido a divisiones internas (centralistas y federalistas). Destaca el Partido Radical, liderado por Alejandro Lerroux, que tiene éxito especialmente en Cataluña.
  • Los nacionalismos periféricos, coinciden con la debilidad del nacionalismo español. Destacan la Lliga Regionalista (Prat de la Riba y Cambó), que hasta 1931 es el partido hegemónico en Cataluña, y el PNV (Sabino Arana, 1903) en el País Vasco, que reclaman autonomía regional.
  • El movimiento obrero, está dividido entre socialistas y anarquistas, que solo unen fuerzas en contadas ocasiones, como en la huelga del 17.
    • El bando anarquista es partidario del terrorismo como método de presión. Los anarcosindicalistas utilizan las huelgas como revolución, y tienen más éxito. Representados por la CNT (1910), son influyentes en Cataluña y Andalucía, protagonizando la Semana Trágica y el Trienio Bolchevique.
    • El PSOE, con su sindicato UGT, se mueve desde posturas marxistas hacia el socialismo democrático, sobre todo desde 1910. En 1921, tras la Revolución rusa, surge desde un sector minoritario del PSOE el PCE (Partido Comunista de España).

La incapacidad de los gobiernos para integrar a estos grupos en el sistema de la Restauración acelera su descomposición, especialmente después de la crisis de 1917 y la coyuntura internacional.

El Camino hacia la Dictadura (1917-1923)

Los proyectos regeneracionistas de Maura y Canalejas no logran ampliar la base social del turnismo, que a principios del siglo XX sigue siendo un régimen oligárquico y caciquil. Paralelamente, el Ejército interviene de nuevo en la política con acciones impopulares que provocan una creciente tensión social. Todo esto sumado hace que la Restauración (basada en la Constitución de 1876), se derrumbe en 1923.

La Cuestión de Marruecos y el Desastre de Annual

La cuestión de Marruecos juega un papel crucial en este proceso de descomposición política y agitación social. Desde el desastre del 98, los altos mandos militares buscan recuperar su prestigio en la época imperialista y encuentran la oportunidad en Marruecos. Tras la Conferencia de Algeciras (1906), España obtiene un protectorado allí (compartido con Francia), lo que asegura las posesiones de Ceuta y Melilla. Sin embargo, la explotación de las minas de hierro en la zona rifeña desencadena la guerra de Melilla (1909), liderada por Abd-el-Krim. Esta crisis culmina en la Semana Trágica de Barcelona y la destitución de Antonio Maura (líder del Partido Conservador).

En 1921, el general Silvestre desobedece las órdenes del Alto Comisionado (general Berenguer) y ataca las tropas de Abd-el-Krim, pero es duramente derrotado en el Desastre de Annual; más de 13.000 hombres mueren. El parlamento exige responsabilidades y se abre el expediente Picasso, que revela los intereses económicos de Alfonso XIII con Marruecos. Esta investigación acelera el final de la Restauración con el pronunciamiento de Primo de Rivera (1923).

La Primera Guerra Mundial y sus Consecuencias

El conflicto de Marruecos se solapa con la Primera Guerra Mundial (1914-18). Se aparcan los problemas políticos, lo que supone un alivio para el turnismo. La neutralidad de España muestra la fragilidad del sistema, incapaz de gestionar el aumento del paro y de la conflictividad social. Esto culmina en la crisis de 1917.

La Triple Crisis de 1917

En verano de 1917 se desencadena una triple crisis:

  • En el ámbito militar, surge por un enfrentamiento entre el Ejército y el Gobierno. Oficiales de bajo y medio rango forman una Junta de Defensa (“sindicat» ilegal) para exigir mejores salarios y ascensos más rápidos para los “africanistas”. Eduardo Dato (Partido Liberal), presidente en ese entonces, legaliza la junta y concede sus demandas.
  • Por otro lado, en lo político, en Cataluña se establece una Asamblea de Parlamentarios con representantes de varios partidos. Demandan la convocatoria de Cortes Constituyentes para acabar con el centralismo y la corrupción. E. Dato reacciona cerrando las Cortes y mandando al ejército a Barcelona para poner orden.
  • Finalmente, la crisis social se manifiesta en una huelga general convocada por la UGT y la CNT que el gobierno reprime brutalmente.

El Trienio Bolchevique y el Fin de la Restauración

La violencia contra los huelguistas lleva a la Asamblea de Parlamentarios a aceptar un gobierno de concentración con Alfonso XIII, terminando así con el turnismo y marcando el último intento de regeneración política de la Restauración. Sin embargo, este intento fracasa rotundamente, evidenciado por la sucesión de 13 gobiernos hasta 1923. La crisis económica posterior a la Primera Guerra Mundial y la agitación social causada por la Revolución Bolchevique hacen que aumenten los temores de insurrección popular. Se aprueban leyes sociales para calmar la situación, pero la tensión persiste, especialmente durante el Trienio Bolchevique (1918-21) con acciones violentas en Andalucía y Barcelona.

En 1923, Primo de Rivera, con apoyo del rey, declara el»estado de guerr» asumiendo el poder y anulando la Constitución de 1876, lo que marca el fin de la Restauración. Este evento profundiza la brecha entre la clase política y la monarquía, una división que persistirá hasta la proclamación de la Segunda República en 1931.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

La dictadura de Primo de Rivera marcó un período de cambio significativo en la historia de España, surgiendo como respuesta a la inestabilidad política y social prevaleciente durante las primeras décadas del siglo XX. Tras un golpe de Estado liderado por el capitán general Miguel Primo de Rivera en 1923, apoyado por sectores clave como la Iglesia, el Ejército y la patronal, se instauró un régimen dictatorial respaldado por la Corona.

El Directorio Militar (1923-1925)

Durante el Directorio Militar (1923-25), Primo de Rivera implementó medidas para controlar la conflictividad, disolviendo Cortes, prohibiendo partidos políticos y estableciendo una estricta censura de prensa. Además, llevó a cabo acciones para pacificar Marruecos, culminando en el éxito del Desembarco de Alhucemas en 1925 y la consolidación del Protectorado hasta 1956.

El Directorio Civil (1925-1930)

En el período siguiente, el Directorio Civil (1925-30), se formó un gobierno mixto de militares y políticos. Sin embargo, los intentos de transición hacia una normalidad política fracasaron, evidenciando la incapacidad del régimen para encontrar una fórmula institucional viable. A nivel económico, se aplicaron políticas proteccionistas y se promovieron obras públicas e inversiones en industrias clave, aunque estas medidas aumentaron la deuda pública.

La Creciente Oposición y el Final de la Dictadura

La oposición al régimen creció, abarcando desde conservadores y liberales hasta republicanos, nacionalistas catalanes e intelectuales críticos. La falta de apoyo llevó a la dimisión de Primo de Rivera en 1930, marcando el inicio de la»dictabland». La creciente simpatía por el republicanismo culminó en el Pacto de San Sebastián y el levantamiento de Jaca en 1930, seguido de huelgas y protestas en todo el país.

Finalmente, con la dimisión del presidente del gobierno Berenguer y la creciente presión, Alfonso XIII abdicó en 1931. Las elecciones municipales de abril de ese año vieron el triunfo de las candidaturas republicanas, y el 14 de abril se proclamó la Segunda República española, marcando el fin de la dictadura y el comienzo de una nueva era política en España.

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