La dictadura de Primo de Rivera: 1923-1930

1.- Introducción.

Entre 1918 y 1923 se marcó la crisis de la Restauración. La inestabilidad política, el protagonismo militar y la conflictividad crearon el ambiente para el golpe de Estado de Primo de Rivera. La dictadura tuvo un vago programa regeneracionista, inspirado en el modelo intervencionista de los regímenes autoritarios europeos de entreguerras. El fracaso de la dictadura abrió paso a la implantación de la República de 1931.

2.- El golpe de Estado.

En septiembre de 1923, el general Primo de Rivera llevó a cabo un pronunciamiento contra el gobierno constitucional. Contó con el apoyo de empresarios, bancos e Iglesia. Los republicanos no se opusieron, y PSEO y UGT se mantuvieron a la expectativa. Solo anarquistas y comunistas se pusieron en contra. En septiembre, el rey Alfonso XIII lo nombró presidente y ministro único, iniciándose el Directorio Militar, fiel a él y a los militares.

3.- El directorio Militar (1923-1925).

3.1.- La primeras medidas.

El Directorio suspendió las Constitución de 1876 y las garantías constitucionales, disolvió las Cortes, impuso la censura y prohibió la actividad de partidos y sindicatos. Se tomaron medidas represivas contra la CNT y el PCE, declarados ilegales, y se reprimió cualquier manifestación del nacionalismo.

3.2.- La reforma de la administración.

Los gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares, que controlaron los ayuntamientos con la aprobación del Estatuto Municipal.

3.3.- El conflicto con Marruecos.

Primo era partidario de una solución pacífica, y ofreció a Abd-el Krim amplia autonomía. Sin embargo, el ataque en 1924 a las tropas españolas y el avance de los rifeños en el Marruecos francés dio lugar al acuerdo entre España y Francia para una ofensiva conjunta por mar y tierra, que fue un éxito. En 1926, Abd-el Krim fue derrotado y se entregó.

4.- El directorio Civil (1925-1930).

Primo formó un gobierno civil, con la intención de permanecer en el poder, y se rodeó de políticos de derechas como Calvo Sotelo.

4.1.- Fundamentación y fracaso del régimen.

En 1924 se formó un gran partido, la Unión Patriótica, a partir del catolicismo político y social. Se convocó una Asamblea, para elaborar una constitución. La oposición de los partidos de la Restauración, de los socialistas y del rey frenó el proyecto.

4.2.- La política económica y social.

Se impulsó la industria nacional, con elevados aranceles proteccionistas. Se ayudó a las grandes empresas y se aumentó el gasto público, creando grandes monopolios estatales, como CAMPSA. Se impulsaron las obras públicas, la llegada de la electricidad al mundo rural, la electrificación del ferrocarril y la construcción de miles de carreteras. Se reprimió el movimiento obrero y se desarrolló una política social con la construcción de viviendas sociales y escuelas. La Organización Corporativa, formada por “comités paritarios” con representantes de cada oficio y de la patronal, se encargaba de resolver los conflictos negociando. La colaboración de los socialistas permitió esta práctica.

5.- Creciente oposición y final de la dictadura.

La oposición militar fue producida por la eliminación de los ascensos por antigüedad, pues Primo era partidario de los ascensos por méritos de guerra. Parte del ejército llevó a cabo un intento fallido de pronunciamiento conocido como la “Sanjuanada”. En la oposición cultural, un grupo de intelectuales, con Unamuno y Ortega y Gasset a la cabeza, fundaron la prerrepublicana Federación Universitaria Escolar, y organizaron manifestaciones. Respecto a la oposición política, en 1926 se formó Alianza Republicana, integrada por Acción Republicana de Azaña, el Partit Republicà Català, y el Partido Radical. Otra alternativa católica y conservadora fue la Derecha Liberal Republicana de Alcalá Zamora. Los nacionalistas y regionalistas formaron la Esquerra Republicana de Catalunya y la Organización Republicana Gallega Autónoma. La CNT se había debilitado tras la represión, y por ello se formó la Federación Anarquista Ibérica. Falto de apoyos, Primo de Rivera dimitió en enero de 1930.

6.- La caída de la monarquía.

Alfonso XIII encargó el nuevo gobierno a Berenguer, que restableció las libertades políticas, disolvió la Asamblea Nacional y repuso su cátedra a los profesores sancionados. En mediados de 1930, diversos partidos republicanos acordaron el Pacto de San Sebastián, cuyo objetivo era dar un golpe de Estado para proclamar la República. En octubre, se unieron los socialistas. Un grupo de intelectuales publicó el manifiesto fundacional de una Agrupación al Servicio de la República. Fracasaron los levantamientos de Jaca, y el de Cuatro Vientos. Republicanos, socialistas y antiguos partidos dinásticos se negaron a participar en las elecciones de 1931, lo que provocó la dimisión de Berenguer. Lo sustituyó Aznar, que convocó elecciones municipales para abril. Republicanos y socialistas las convirtieron en un plebiscito a favor o en contra de la monarquía. El triunfo de la coalición supuso la proclamación de la República el 14 de abril de 1931.

7.- Conclusión.

La dictadura de Primo de Rivera fue concebida como una solución a la deteriorada situación de orden público, los nacionalismos, el desprestigio del bipartidismo y el sistema liberal, la salida del problema marroquí y el descontento del ejército. Alfonso XIII lo nombró presidente, comenzando el Directorio Militar, que daría paso al Civil. Se centró en mantener el orden público, con la represión contra CNT, el PCE y los nacionalismos, así como en acabar con el caciquismo. A partir de 1926 perdió apoyos, y creció la oposición del ejército, intelectuales, republicanos y nacionalistas, e incluso la desconfianza de Alfonso XIII. Dimitió a principios de 1930, y tras un año de reinado de Alfonso XIII, se proclamó la República el 14 de abril de 1931.

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