La Guerra Civil Española: Dimensión Política, Internacional y Consecuencias
La Evolución Política de la Zona Republicana
La Revolución de 1936 en la Zona Republicana
Tras el golpe de julio de 1936, la lenta reacción del Gobierno de Casares y la extensión de la sublevación le llevaron a dimitir. Tras un fallido intento de negociación, el nuevo jefe de Gobierno, Martínez Barrio, también dimitió. Mientras, los comités obreros se hicieron con el control de fábricas, transportes y suministros. En el campo se produjo la ocupación masiva de fincas; en zonas de dominio socialista o comunista se socializó la tierra. En áreas de predominio anarquista, hubo colectivización y fundación de comunas.
El Gobierno de Unidad y las Tensiones Internas
El 5 de septiembre se formó un nuevo Gobierno de unidad, de todas las fuerzas del Frente Popular, presidido por Largo Caballero. Se incorporaron por vez primera ministros anarquistas. Las Cortes aprobaron el Estatuto Vasco. El nuevo Gobierno intentó recuperar el control sobre la economía y el Ejército. El éxito de esta última creó tensiones con el Gobierno, que se añadieron a las existentes con los ejecutivos catalán y vasco. La consigna era: «Primero la guerra, luego la revolución».
La Crisis de Mayo de 1937 y el Gobierno de Negrín
La tensión entre ambos bloques estalló con la insurrección en Barcelona en mayo de 1937. En esta nueva fase se mejoró la capacidad militar y la formación del Ejército Popular. Se organizó una auténtica economía de guerra: se reguló la producción para garantizar el abastecimiento.
El Hundimiento de la República
Sin embargo, el progresivo hundimiento moral, conforme se acumulaban las derrotas, propició que algunos dirigentes comenzaran a plantear la necesidad de negociar, pero Negrín defendió la posición de resistencia a ultranza, secundada por el PCE.
La Organización de la Zona Sublevada
La Junta de Defensa Nacional
Tras la muerte del general Sanjurjo, quien debía ponerse al frente de la sublevación, los generales sublevados formaron la Junta de Defensa Nacional. Como órgano provisional de gobierno, la Junta restableció la bandera rojigualda y extendió el estado de guerra a todo el territorio. Los derechos civiles fueron suprimidos, se impuso la censura y se disolvieron todos los partidos y sindicatos del Frente Popular. Desde el punto de vista ideológico, la propaganda presentó el golpe como «Alzamiento Nacional», adoptaron el nombre de «nacionales», considerando a la República como «antiespañola» y como una conspiración comunista. Contaron con el respaldo total de la Iglesia, que justificó la sublevación como una «cruzada». Imágenes religiosas y ritos católicos acompañaron los actos públicos.
La Economía de Guerra en la Zona Sublevada
El poder militar estableció la economía de guerra desde el principio.
El Ascenso de Franco y su Significado
Pronto se planteó la necesidad de establecer un mando único y la Junta de Defensa Nacional decidió nombrar a Franco, en octubre de 1936, Jefe del Gobierno, del Estado y del Ejército español. La elección de Franco significó el establecimiento de una dictadura personal y un régimen militar en el que Franco acumulaba todo el poder. Se constituyó una Junta Técnica de Estado, compuesta casi exclusivamente por militares, para asesorarle, aunque en la práctica las decisiones las tomaba el Caudillo.
El Decreto de Unificación y la Configuración del Nuevo Estado
En abril de 1937, el llamado Decreto de Unificación creó un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, bajo la jefatura del Caudillo, con una Junta Política y un Consejo Nacional como órganos del partido. El nuevo partido seguía el modelo totalitario. Se crearon una organización sindical de tipo vertical y corporativo, un sindicato estudiantil único, el SEU, y el Servicio Social de la Mujer. Las primeras leyes se orientaron a asentar el régimen totalitario: la Ley de Administración Central del Estado de 1938 concentró en Franco los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. El nuevo régimen se declaró confesional y otorgó a la Iglesia el control de la educación.
La Dimensión Internacional del Conflicto
La Reacción Internacional y el Comité de No Intervención
Desde su inicio, la Guerra Civil Española se convirtió en un conflicto de trascendencia internacional. En agosto de 1936, se constituyó el Comité Internacional de No Intervención, con la participación de países como Inglaterra, Francia, Alemania e Italia, que se comprometieron a permanecer neutrales. Sin embargo, el Acuerdo de No Intervención resultó ineficaz, ya que tanto Italia como Alemania enviaron material, hombres y dinero al bando franquista durante toda la guerra.
La Ayuda Extranjera
La desigual ayuda exterior fue otra causa determinante de la victoria del bando sublevado. Tras el golpe, Franco y Mola solicitaron de inmediato a Italia y Alemania dinero, armas y, sobre todo, barcos que ayudaron a pasar el Estrecho. También contaron con la colaboración de Portugal.
Por su parte, la República solo recibió material y asesores rusos, únicamente durante parte de la guerra y de forma discontinua y dispersa, a cambio del oro del Banco de España. La otra ayuda que recibió la República fue la de las Brigadas Internacionales. A finales de 1938, Negrín aceptó su retirada de forma unilateral, ante las presiones del Comité de No Intervención.
Las Consecuencias de la Guerra Civil Española
Las Pérdidas Humanas
Se calcula en torno a medio millón de muertos a causa directa de la guerra, el hambre o por la represión, tanto durante como después del conflicto. Una de las consecuencias más duras fue la represión que se desencadenó, desde su inicio, en ambos bandos, y que se prolongó muchos años después. Una segunda pérdida significativa fue el exilio republicano, que supuso un desgarro emocional para los exiliados y la pérdida de una parte crucial de la élite técnica, científica e intelectual del país.
Consecuencias Económicas
Destrucción del tejido industrial y regresión a una economía agraria.
Consecuencias Sociales
La oligarquía recuperó el control de la economía.
Efectos Morales
El conflicto dejó una profunda huella moral en la sociedad española.