La Guerra de Independencia y el Reinado de Fernando VII: Orígenes del Liberalismo Español

La Guerra de la Independencia (1808-1814): Conflicto Internacional y Guerra Civil

La Guerra de la Independencia fue una guerra de liberación contra un invasor extranjero en la que se enfrentaron, desde el punto de vista militar, el Ejército Francés contra el Ejército Español. Pero también fue una guerra civil, ya que un importante sector de la población española aceptó y respetó la legitimidad de José I Bonaparte. Por lo tanto, se enfrentaron dos ideologías políticas: los afrancesados y los patriotas.

Como en toda guerra civil, el territorio quedó dividido en dos partes, cambiantes con el transcurso del conflicto, en las que destacaron grupos con ideologías políticas diferentes:

  1. La España de José Bonaparte (Afrancesados)

    Era la parte del territorio español ocupada por el Ejército Francés. Contaba con el apoyo de los afrancesados, integrados por un pequeño segmento de la población española: nobles y burgueses ilustrados.

  2. La España de la Insurrección Popular y la Resistencia (Patriotas)

    La integraban los territorios no dominados por el Ejército Francés. Afirmaba luchar en nombre del legítimo rey de España, Fernando VII. Dentro de los patriotas se diferenciaron:

    • Liberales: Pretendían un nuevo tipo de monarquía.
    • Absolutistas: Partidarios de la vuelta al Antiguo Régimen.

Bandos Enfrentados Militarmente

Los bandos enfrentados desde el punto de vista militar fueron: el Ejército Francés, el Ejército Regular o Milicias Organizadas, y la resistencia del pueblo español. La resistencia popular se reflejó en la acción guerrillera y en el sitio de las ciudades.

Las Cortes de Cádiz y la Revolución Liberal

Cádiz, la única ciudad importante no ocupada por los franceses, había sido durante gran parte del siglo XVIII sede de la Casa de Contratación, lo cual representaba un intenso comercio con América y, por tanto, era el núcleo de una clase burguesa de intereses mercantiles. Además, debido a su situación estratégica, siempre estuvo bien protegida por los ingleses.

La primera sesión de las Cortes de Cádiz se celebró el 24 de septiembre de 1810. Las sesiones eran públicas y el pueblo participaba en ellas con silbidos.

Composición de las Cortes

Dos hechos llaman la atención en cuanto a la composición de las Cortes:

  1. No había ni un solo representante de las clases populares (campesinos), aunque estos estaban desempeñando un papel fundamental en la lucha contra el invasor.
  2. Los representantes de los territorios americanos se designaron entre los oriundos que se encontraban en Cádiz en esos momentos, casi todos ellos miembros de una exaltada burguesía liberal.

Tres Ideologías Políticas en las Cortes

  • Liberales: Intelectuales burgueses partidarios de las reformas revolucionarias que reivindican la soberanía nacional y una Constitución.
  • Ilustrados (o Jovellanistas): Intelectuales reformistas a la manera del siglo XVIII. Pretendían reformas y mejorar el sistema político español limitando los poderes del rey, pero sin cambiar el absolutismo.
  • Absolutistas: Integrados por representantes del clero, nobleza y burguesía terrateniente, que defendían el Antiguo Régimen. Pretendían que las Cortes se convirtieran en un órgano provisional de gobierno mientras el rey permanecía en el exilio.

Labor Legislativa de las Cortes

Las Cortes se constituyeron en Asamblea Nacional Constituyente e iniciaron sus sesiones con gran precipitación. Aprobaron rápidamente una declaración donde se proclamaba legítimo rey a Fernando VII, pero donde también se rechazaba el absolutismo y el origen divino del derecho del monarca.

El objetivo de las Cortes de Cádiz fue doble: además de promulgar una Constitución como eje de un nuevo régimen político, se encargaron de elaborar una serie de decretos y medidas socioeconómicas con el fin de desmantelar los fundamentos políticos, sociales y económicos del Antiguo Régimen e iniciar uno nuevo.

La Constitución de 1812: «La Pepa»

La Constitución liberal de 1812 fue la obra más destacada de las Cortes de Cádiz. Promulgada el 19 de marzo de 1812, fue conocida popularmente como La Pepa. Fue el primer documento institucional hecho en España de ideología liberal, destacando en su elaboración los diputados liberales.

El texto constitucional establecía:

  • Afirmación de la soberanía nacional.
  • Estructuración del gobierno a partir de la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) según Montesquieu.
  • Reconocimiento de la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos.
  • Garantía de los derechos y las libertades individuales.
  • Participación de los ciudadanos en las decisiones políticas.
  • Establecimiento de la monarquía constitucional como sistema de gobierno.

La Constitución de Cádiz ha sido considerada como un modelo de eclecticismo y de compromiso, significando un intento de aunar el pasado con el presente. Desde 1812 a 1820, la Constitución española fue conocida y traducida en Europa, aunque, a pesar de su importancia simbólica, la obra de las Cortes de Cádiz tuvo muy poca repercusión práctica en lo inmediato.

El Reinado de Fernando VII (1814-1833): Restauración y Conflicto

El regreso de Fernando VII a España coincide con los últimos momentos del poder político de Napoleón. Las conquistas francesas habían significado importantes cambios, como la modificación de las fronteras de diversos países como consecuencia de las campañas napoleónicas.

Ante estas circunstancias, una vez derrotado Napoleón, los principales gobiernos europeos llevaron a cabo una reestructuración de Europa para la cual convocaron el Congreso de Viena (1815). El objetivo fundamental fue buscar la vuelta a la situación anterior a Napoleón. Desde el punto de vista ideológico, el Congreso de Viena adoptó una política radicalmente conservadora, intentando eliminar cualquier manifestación liberal.

El reinado de Fernando VII se desarrolló en tres etapas:

1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)

En diciembre de 1813 se firma el Tratado de Valençay, por el que Napoleón le devuelve el trono a Fernando VII a cambio de romper su alianza con Reino Unido. Acabada la guerra, se esperaba que la ideología liberal triunfante en las Cortes de Cádiz y refrendada en la Constitución de 1812 fuese respetada, y que Fernando VII, como primer acto político, se dirigiera a Cádiz para jurar la Constitución.

Factores que Favorecen la Restauración del Absolutismo

Los apoyos internos con los que contó el rey fueron: el apoyo de los diputados llamados serviles, del pueblo llano (cuyos intereses no siempre coincidían con la burguesía), y de una parte del ejército y del clero.

Factores externos: El apoyo de la Santa Alianza, a la que más tarde se uniría la Francia borbónica.

Consecuencias de la Implantación del Absolutismo

  • Políticas: Exilio a Francia o Inglaterra, paso a la clandestinidad, atentados políticos (1816) y pronunciamientos militares.
  • Económicas: La economía durante este periodo se orientó a reconstruir un país devastado por la guerra. En esta devastación habían colaborado tanto franceses como ingleses, puesto que estos últimos temían que España pudiera competir con los productos británicos que ya habían empezado a penetrar en los mercados españoles.

2. El Trienio Liberal (1820-1823)

Triunfo del Pronunciamiento

El 1 de enero de 1820 se produce el pronunciamiento de Riego. El teniente coronel Rafael Riego y el coronel Antonio Quiroga protagonizaron un levantamiento en Cabezas de San Juan, donde las tropas se encontraban acantonadas y esperaban ser embarcadas con destino a Argentina para sofocar el movimiento independentista. Ante el triunfo del pronunciamiento, el rey se vio obligado a jurar la Constitución de 1812 y a convocar las Cortes.

Gobierno del Trienio

Supone la puesta en vigor de las reformas liberales. Los nuevos gobiernos liberales mantuvieron a Fernando VII en el trono, permitieron el regreso a España de los exiliados y adoptaron las siguientes medidas:

  • Reimplantación de la Constitución de 1812.
  • Supresión de la Inquisición.
  • Abolición del régimen señorial.
  • Supresión de los mayorazgos.
  • Liberalización del comercio y la industria.
  • Expulsión de los jesuitas y libertad de expresión.

Causas del Fracaso de la Experiencia

Este trienio se caracterizó por la inestabilidad de los gobiernos. Las causas principales fueron:

  • Los liberales eran minoritarios y no tuvieron apoyo popular, ya que la mayoría del campesinado apoyaba las tesis de los absolutistas.
  • La división de los liberales en dos grupos (moderados y exaltados).
  • La oposición del rey, que no aceptó un régimen impuesto y provocó conflictos institucionales.
  • La oposición absolutista (guerrillas realistas).

3. La Década Ominosa (1823-1833)

Denominada Década Ominosa por la dura represión que, sobre todo en los primeros años, se llevó a cabo contra los liberales (represión que incluso fue condenada por el Duque de Angulema). Cuando Fernando VII volvió a gobernar con poderes absolutos, se entregó inmediatamente a la destrucción de todo lo realizado por los liberales durante el Trienio.

Esta etapa se divide en dos fases:

  1. 1823-1826: Dura represión del liberalismo y el restablecimiento del sistema de gobierno tradicional y de las instituciones absolutistas.
  2. 1826-1833: Cierta apertura, como lo demuestran las reformas administrativas, el intento de industrializar el país y modernizar estructuras económicas y financieras, y el intento de atraerse a la burguesía comercial y financiera para que apoyase su política económica.

La Oposición al Gobierno

La oposición al gobierno vino por parte de:

  • Los Absolutistas Puros (o ultra-realistas): La presencia de reformistas en los gobiernos de Fernando VII irritó a los absolutistas más radicales.
  • Los Liberales: Parecían incapaces de recuperar el poder.

Final del Reinado y Cuestión Sucesoria

Los últimos años del reinado se caracterizaron por las intrigas palaciegas respecto a la cuestión sucesoria entre carlistas e isabelinos.

En 1789, las Cortes aprobaron la Pragmática Sanción que abolía la Ley Sálica, pero esta disposición no había sido publicada. Cuando en 1830 María Cristina de Borbón, la cuarta esposa de Fernando VII, estaba embarazada de Isabel, el rey la hizo publicar.

Tras la muerte del rey en 1833, estallaría la Primera Guerra Carlista, entre los partidarios de Carlos María Isidro y la reina María Cristina, quien no tuvo más remedio que buscar el apoyo de los liberales para defender los derechos de su hija Isabel II.

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