La Monarquía Hispánica: Carlos II y Felipe II

Carlos II, el hechizado

Carlos es nombrado como el hechizado, nació en 1661 y gobernó de 1665 a 1700 era hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria (tío y sobrina) lo que contribuyó a su Constitución enfermiza y retraso madurativo, así como la incapacidad para tener descendencia, a pesar de sus dos matrimonios.
Hasta 1675 ejerció la regencia su madre, quien confió el Gobierno a validos, al jesuita alemán Nithard y Fernando de Valenzuela. Posteriormente gobernó Juan José de Austria, su hermanastro y enemigo de la reina madre, y tras su muerte el duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa.
Durante su reinado se intensificó la crisis política, económica social, agravada por las intrigas y el mal Gobierno, con continuas devaluaciones la situación económica no mejoró hasta final del siglo, continuaron las guerras contra Francia y la pérdida de posesiones en Europa, que tratados como el de Nimega 1678, no logran evitar. La hegemonía de Luis XIV y su política expansionista hará que España participe en coaliciones con otras potencias europeas como la gran alianza en la guerra de los 9 años 1686 1697, para hacerle frente y evitar nuevas pérdidas territoriales.
El final del reinado de Carlos II se verá marcado por el problema sucesorio y el enfrentamiento en la corte entre partidarios de los distintos candidatos. En su primer momento el candidato elegido será José Fernando, hijo del duque de Baviera. Su muerte prematura aviva el conflicto entre los partidarios de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y (biznieto de Felipe IV), representante del centralismo borbónico, con un mayor apoyo en Castilla y los del archiduque Carlos, segundo hijo del emperador Leopoldo (biznieto de Felipe III), partidario de la unión de reinos, modelo foralista de los Habsburgo, con mayor apoyo de la corona de Aragón. El rey estará a favor del candidato borbón viendo el apoyo francés la garantía para mantener la integridad territorial ante las tentativas de reparto entre las potencias europeas. La muerte de Carlos II y la coronación en 1701 de Felipe V provocará de una gran alianza anti borbónica formada por los Habsburgos austriacos, Reino Unido, Provincias Unidas, Portugal, Prusia y Saboya, Frente al bando Franco-español y el estallido de la guerra de Sucesión. 1701-1714
 


Felipe II

El hijo de Carlos V reinó la Monarquía Hispánica de 1556 a 1598. De Carlos V va a
heredar Castilla, Aragón, Países Bajos y el Milanesado y por supuesto los territorios
americanos. En 1580 heredaría Portugal y todas sus colonias aglutinando un inmenso
imperio por tanto, en el que no se ponía el sol.
A nivel institucional va a fortalecer las instituciones de gobierno creadas por los Reyes
Católicos, complejizando mucho la administración. Destacaría el sistema de gobierno
polisinodial. Numerosos consejos en diversos asuntos (Consejo de Guerra, Consejo de
Estado, Consejo de Hacienda, Consejo de Inquisición…) y territoriales (Consejo de
Castilla, Consejo de Aragón, Consejo de Indias, Consejo de Portugal, etc.) se
encargaban de asesorar al rey y de desarrollar tareas de gobierno.
En política interior destacan los siguientes hechos: Madrid será la capital en 1571 y se
construye el Escorial que acabaría siendo la residencia de Felipe II. En su reinado se
dan varias bancarrotas debido al intenso gasto para hacer frente a todos los conflictos
bélicos abiertos de la Monarquía Hispánica.
Destacan dos grandes conflictos a nivel interno: la Rebelión de las Alpujarras (1568-
1570) los moriscos se sublevan, sería controlada por Don Juan de Austria (hermanastro
del rey) y se les expulsa de Granada. También destaca el problema político de Antonio
Pérez (había sido secretario del rey y asesinó a al secretario de Don Juan de Austria) es
perseguido y se refugia en Aragón su tierra natal y luego pasa a Francia y acaba en
Inglaterra conspirando contra la Monarquía Hispánica y colaborando en la elaboración
de la leyenda negra española).
En política exterior su objetivo máximo es la defensa del catolicismo y el imperio.
Destacan los conflictos con Francia por el control de Europa (gran victoria en San
Quintín en 1557 y la paz de Cateau-Cambresis de 1559 confirmar la hegemonía
española) en Europa). Por otro lado, con los turcos sigue la lucha por el control del
Mediterráneo (los turcos recuperan Túnez y ante la amenaza de control del
Mediterráneo occidental Felipe II forma la Liga Santa junto con el Papado y Venecia
para combatir y ganar en la batalla de Lepanto de 1571).
También se debe destacar el acceso al trono portugués de Felipe II en 1580. El
monarca ejerció sus derechos al trono como hijo de Isabel de Portugal y hereda el
trono. Portugal quedaría unido a la Monarquía Hispánica hasta 1640.
Con Inglaterra se choca por el control del Atlántico (ayuda británica continua a los
rebeldes en Flandes) y por el ataque continuo de corsarios británicos los barcos
españoles en América. Felipe II manda la Gran Armada a invadir Inglaterra en 1588
pero será un gran fracaso, Isabel I de Inglaterra fulmina a la Armada española.
Por último, el gran conflicto político y religioso en Flandes (el norte es calvinista y el
sur es católico) El duque de Alba reprime con dureza la rebelión calvinista de los
territorios del norte de Flandes (holandeses). Se terminará formando un territorio
independiente finalmente (las Provincias Unidas gobernadas por Guillermo de
Orange).
La Monarquía Hispánica va a acabar bastante exhausta a nivel financiero al hacer
frente a tanto conflicto, problema que heredarán los Austrias menores.


Conflicto sucesorio y guerra de Sucesión

La falta de descendencia de Carlos II provoca un conflicto ante la validez que enfrenta a los partidarios de los dos candidatos que se consideran con derechos legítimos, Felipe de Anjou, de la casa francesa de los Borbones y el archiduque Carlos, de la casa de los Habsburgo austriaca, en especial tras la muerte de José Fernando de Baviera, que llega a plantearse como alternativa. Finalmente, a pesar de la indecisión que agrava el problema, Carlos II nombra como sucesor en su testamento a Felipe de Anjou antes de morir en 1700

Ante el temor de la creación de un bloque franco-español que establecía su hegemonía en el continente, se estableció la Alianza de la Haya formada por los Habsburgo austriacos la Provincias Unidas, Portugal, Prusia y Saboya frente al bando franco-español, unidos por lazos familiares entre Luis XIV y su nieto, con el apoyo de Baviera.

Estalla de este modo la guerra de Sucesión española. Esta confrontación fue a la vez un conflicto europeo y una guerra civil. La Corona de Aragón (Valecia, Cataluña y Aragón) respaldaba al archiduque Carlos, que personifica el modelo ‘foralista’ de los Habsburgo, una ‘unión de reinos’, enfrentada a la Corona de Castilla que apoyaba a Felipe V, representante del centralismo borbónico. Tras las victorias iniciales de la alianza antiborbónica, que llega a tomar Madrid, se suceden los éxitos borbónicos en las batallas de Almansa (1707)
La muerte en 1711, de José I, emperador alemán, y hermano del archiduque Carlos, provocó el nombramiento de éste como emperador y el temor general a su excesivo poder si también obtenía la corona española, así que el Reino Unido presionó para pedir la paz. En 1713 se firma la Paz de Utrecht; y un año más tarde la de Rastadt, aunque no se vence la resistencia de Cataluña hasta 1714 y Mallorca un año después, El gran beneficiado fue el Reino Unido que obtuvo ventajas territoriales como Gibraltar, Menorca y Terranova comerciales como el ‘navío de permiso’ y el ‘asiento de negros’ y militares. Con ello consolidó su hegemonía política y mercantil en Europa y Atlántico.

España perdió sus posesiones europeas que quedaron en su mayor parte en manos de Austria y Saboya, y se reconocía a Felipe V como rey de España a cambio de renunciar al trono francés, si bien mantendrá una alianza militar mediante los Pactos de Familia de 1733 y 1743, que se firman durante su reinado, confirmados por el tercero durante el del Carlos III 1761. Por todo lo anterior, llamamos ‘sistema de Utrecht’ al nuevo entramado de relaciones internacionales que resulta de la Guerra de Sucesión española.

Crisis demográfica y declive económico

La corona de Castilla padeció una dura crisis que provocó el declive demográfico y económico ligado a la crisis política.
1-Crisis demográfica:


La crisis demográfica afectó a todos los territorios de la monarquía, aunque fue la corona de Castilla la más perjudicada. Los factores que más destacaron fueron los siguientes:
Sucesión de epidemias de peste que asolaron la península Ibérica (la peste atlántica), la expulsión de los moriscos (Aragón y Valencia muy afectadas), las malas cosechas favorecidas por varias crisis de subsistencia, conflictos bélicos continuos de la monarquía hispánica y continuas levas de población joven a los tercios de donde muchos no regresarían y la emigración a América (Castilla y Andalucía muy afectadas). Habrá una recuperación a finales de siglo.
Consecuencias demográficas: de 8M de habitantes en Castilla se pasa a 7M. Las pérdidas son sobre todo en las zonas de interior, pero incluso Sevilla perdió la mitad de su población. Habrá una recuperación a finales de siglo.

2-El declive económico:

La tendencia expansiva de la economía del siglo XVI se truncó en al XVII por las siguientes causas:
Depresión económica general en toda Europa. En España alcanza una especial gravedad, la producción agrícola se redujo debido a las malas cosechas, presión fiscal ya que los pequeños propietarios no pueden sobrevivir y por lo tanto se forman latifundios qué consistían en una concentración de la tierra en manos de los poderosos (Andalucía y Extremadura), el declive de la artesanía, dificultades comerciales como el mercado interior con carencia de una red eficaz de transporte, los obstáculos de las aduanas entre los reinos, el comercio con América sufre acción de contrabando de ingleses, franceses y holandeses y acción de los corsarios y piratas, y por último la bancarrota estatal en la que las finanzas estatales extenuadas por la política imperial llevan a cabo la emisión de juros, suspensión de pagos o bancarrotas.
Consecuencias económicas: la falta de brazos y el clima provocan la caída de la producción mientras que la cabaña ganadera se reduce por las necesidades del ejército. Lo mismo origina la caída de la producción artesanal, acentuada por la errada política económica (comprar al exterior con el oro americano las manufacturas). Los comerciantes genoveses se hacen con el control del tráfico americano desde la casa de contratación.

La Ilustración y el despotismo ilustrado

La Ilustración es la corriente de pensamiento que se difundió por Europa en el siglo XVI, base ideológica sobre la que se asentaron todas las reformas realizadas por Carlos. Sus rasgos más característicos son el empleo de la razón y la crítica, frente a la superstición, el fomento de la economía nacional, el desarrollo del conocimiento científico y la educación, o la difusión del progreso y la felicidad. Su difusión se realiza a través de las Reales Academias como las de la Lengua, Historia o la real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que difundirá el estilo Neoclásico, racional y depurado, que se impondrá durante la segunda mitad del siglo; las Sociedades Económicas de Amigos del País, instituciones privadas que fomentaban proyectos reformistas, y su puesta en práctica; las nuevas instituciones de enseñanza superior como el Real Seminario de nobles de Madrid o la prensa diaria. Destacan intelectuales como Gaspar Melchor de Jovellanos (con obras como el Informe sobre la ley agraria), Benito J. Feijoo, José Celestino Mutis, José Cadalso (Cartas marruecas), o Samaniego, en los que domina la actitud reformista y didáctica

El despotismo ilustrado fue la teoría y práctica política dominante. Partía del concepto de monarquía absoluta y del rey como benefactor de su pueblo a través de la imposición de reformas inspiradas en los pensadores ilustrados. El lema es ‘Todo para el pueblo pero sin el pueblo’, pues no pretendían cambiar el sistema del Antiguo Régimen

Carlos (1759-1788), el tercer hijo de Felipe V, es su mejor representante pues intentó modernizar la sociedad española rodeándose de secretarios y consejeros como Olavide, Campomanes o Floridablanca para introducir reformas. Intenta mejorar el saneamiento y el trazado urbano, en especial de la ciudad de Madrid. Relanzar la economía, emprendiendo reformas agrarias como la repoblación de Sierra Morena, desarrollando manufacturas desde el Estado, liberalizando el comercio con América o la creando el Banco Nacional de San Carlos. Así como otras que afectaron a la educación, justicia o al ejército, La oposición a las medidas se manifestó en 1766 en el motín de Esquilache, tras la imposición de unas normas sobre la vestimenta y mejoras urbanas, aunque las verdaderas causas fueron la oposición a las medidas para reducir los privilegios de nobleza y clero, el del pueblo con la subida del precio del pan por las medidas liberalizadoras, o el aumento impuestos por la guerra con el Reino Unido. La sublevación se extendió por todo el país, terminando con la sustitución del ministro por Aranda y la expulsión de los jesuitas acusados de organizarlo, una muestra de la política regalista. Las reformas continuaron aunque aplicadas con más prudencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *