La pérdida de las últimas colonias y la crisis del 98

En el siglo 19, España contaba con las colonias de Cuba y Puerto Rico, las cuales tenían intereses económicos y una constante emigración. Su vida económica se basaba en la agricultura de plantación y su política arancelaria imponía desde la metrópoli estrangular la economía cubana. Además, se compraban productos españoles a altos precios pero se les prohibía exportarlos a Europa y Estados Unidos. En Filipinas tenían intereses menores y la población española en Cuba era también menor, solo se dedicaban a la contingencia militar y a órdenes religiosas. Firmaron la paz de Zanjón con medidas para la autonomía de Cuba que no se cumplieron. El sector intransigente formó el partido de Unión Constitucional y los criollos, que eran partidarios de la autonomía, crearon el Partido Liberal Cubano. Los liberales de Sagasta introducen reformas como la abolición de la esclavitud, pero el malestar creó el arancel de Cánovas que gravaba productos de importación no españoles. El incumplimiento de la paz de Zanjón, el nuevo arancel y el apoyo a Estados Unidos producen el grito de Baire, con José Martí como líder y Antonio Maceo y Máximo Gómez como líderes militares. Sus dirigentes eran Antonio Maceo y Máximo Gómez, y el gobierno de Cánovas envió a Martínez Campo a luchar en la insurrección. En esa revuelta, de carácter revolucionario, que se extendió rápidamente y amenazaba en la capital, era una política dura e intransigente, se recomienda sustituirlo por Weyler. Weyler llega en febrero de 1896, separa a campesinos de insurrectos, concentra aldeas cerradas y establece un sistema de tronchas. Aparte, se hacen operaciones militares que concentran a más hombres y más dinero, y logran finales positivos y queda dominada la guerra. Se producen discrepancias políticas cuando los conservadores suben al poder para plantear medidas descentralizadoras. Estados Unidos tiene al presidente Cleveland, que era partidario de la soberanía en España, se dio un giro en las elecciones y eligieron al presidente McKinley, que tenía la guerra a favor de los insurrectos. En agosto de 1897 se produce el asesinato de Cánovas, que cambió la situación. El gobierno liberal releva a Weyler y pone al general Blanco, se concede y pasan de la acción militar a la acción política. Se concede autonomía a Cuba, sufragio universal y declaración de derechos, y el primer gobierno autonomista, T.M. Gálvez, enero de 1898. El 15 de febrero de 1898, el buque norteamericano Maine se hunde en la Habana. Estados Unidos utiliza fuerzas militares para iniciar la guerra hispanoamericana. El ultimátum provoca manifestaciones patrióticas y motines populares. El gobierno acepta la declaración de guerra, posible sublevación si no accede a las peticiones de Estados Unidos. La insurrección produjo la limitación de la presencia militar, órdenes religiosas y el levantamiento reprimido por José Rizal, quien fue ejecutado. Los insurrectos fundan el movimiento independentista Katipunan. Los americanos van a Cuba y atacan Filipinas, logran derrotar a la escuadra española en Cavite. La resistencia era eficaz en Baler, resistió a los norteamericanos que atacaron contra Cuba. El almirante Cervera mandó la escuadra española. Los barcos se refugian en el puerto de Santiago de Cuba por falta de combustible. Los estadounidenses desembarcaron y decidieron la salida de la flota. Cervera dio la orden y la flota fue destruida uno a uno. El 12 de agosto se firma el armisticio, se renuncia a Cuba y Puerto Rico. España y Estados Unidos tienen negociaciones y en diciembre se firma la paz de París, independencia para Cuba. Filipinas, Guam y Puerto Rico pasan a ser de Estados Unidos. Como consecuencia del 98, España sufre una horrible crisis y finaliza el imperio español.

Los partidos políticos belicistas, partidarios de la guerra, los partidos dinásticos carlistas y republicanos, veían la guerra como un mal menor, querían salvar la monarquía y evitar un pronunciamiento. Los pacifistas, federales, socialistas, anarquistas y nacionalistas, denuncian la injusticia, evitan el servicio militar y organizan protestas militares. La restauración y el turnismo sobrevivieron debido a que los conservadores y liberales se adaptaron a tiempo. El régimen tenía capacidad de recuperación. La crisis económica aumenta las inversiones y la pérdida de deuda. La crisis económica fue una crisis moral, de subsistencia y paro, descontento. Los socialistas y anarquistas no pudieron explotar y canalizar el descontento. Los intelectuales no entendían la aceptación de la población ante lo sucedido, como si fuera lo que tenía que suceder. La generación del 98 se caracterizó por el pesimismo, el atraso peninsular y la reflexión de España y su papel en la historia. El problema de España era la búsqueda de señas de identidad nacional, entre España real y España oficial. Machado, Unamuno, Valle-Inclán, escritores que abundan en estos problemas. Se defiende la regeneración y modernización, destacan el krausismo y la Institución Libre de Enseñanza (órgano de expresión y pensamiento). El regeneracionismo, hecho por Joaquín Costa, deja atrás los mitos del pasado, moderniza la economía y alfabetiza a la población. El gobierno de Sagasta, desgastado, inicia una política reformista y proyectos descentralizadores, políticas presupuestarias producto de primera necesidad. Como consecuencia del desastre colonial, se produce la secularización de la vida social y del pensamiento respecto al dogma religioso y el cambio económico imprime un giro a la economía de España, que se vio obligada a integrarse en los mercados internacionales.

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