La Prehistoria y la Península Ibérica: de la Edad de Hierro a la conquista de América

La Prehistoria

La Prehistoria es un conjunto de acontecimientos ocurridos antes de la invención de la escritura. En el Paleolítico (1800000-8000 a.C) los grupos homínidos se organizaban según una sociedad igualitaria; y dados los cambios climáticos de la época practicaban el nomadismo. Por ello, su economía era depredadora, siendo cazadores-recolectores. En el paleolítico se diferencian tres periodos, marcados por los homínidos encontrados en cada uno. En el paleolítico inferior localizamos al Homo Antecesor y al Heilderbengensis. En el paleolítico medio el Homo Neardentalensis es pionero de la industria musteriense. Es durante el paleolítico superior cuando aparece nuestra especie, el homo sapiens sapiens, que desarrolló comportamientos sociales complejos. Además, destacamos el descubrimiento de representaciones artísticas, como el arte mobiliar (útiles transportables) y el arte rupestre en el norte peninsular, pinturas de animales policromáticas de carácter ritual mágico-religioso. El Neolítico (7000-4000 a. C) evolucionó a comunidades sedentarias y jerarquizadas. Al encontrarse ligados al terreno, los humanos domesticaron la zona, practicando una economía productora siendo ganadero-agricultores. Esto favoreció a la especialización del trabajo. También observamos nuevas formas de arte como la cultura del Cardium Edule, de Almería o de enterramientos en fosa. La pintura rupestre levantina tiende a la monocromía y al esquematismo; encontramos escenas de grupos humanos que reflejan la vida cotidiana. A continuación, estas comunidades desarrollen sus habilidades con el manejo del metal, entrando en la edad de los metales.

Edad de Hierro y conquista de la Península Ibérica

Durante la Edad de Hierro, conviven en la Península Ibérica pueblos autóctonos con colonizadores procedentes del Mediterráneo. Los Tartessos llegan desde el ámbito más oriental a la zona del Guadalquivir, con terrenos fértiles que propiciaron la agricultura y la ganadería. Implantan una cultura urbana jerarquizada en clanes, con esclavismo y una monarquía en la que destaca el Real Argantonio, quien se relaciona con los griegos en Focea. Los Tartessos son desterrados por los cartagineses, otro pueblo, en el 500 a. C. Habitaban la península pueblos prehistóricos varios, los íberos, celtas y gentes del norte son colonizados por los fenicios, una comunidad venida del Líbano que asentó un comercio marítimo y fundó la ciudad más antigua de Europa, Gadir (Cádiz). Predominan las factorías y la producción de púrpura, un colorante rojo con el que teñían sus ropas (~ “Los Rojos”). La conquista de Tiro por los asirios les debilitó. La presencia griega tiene lugar a partir del siglo VIII a. C. y fundaron polis (ciudades) como Rode y Emporción, convertidas en el centro de la vida cultural y comercial. Allí se producían intercambios de metales y cereales. También influyeron en el uso de la moneda y en el arte, en el que predominan las esculturas helenizantes como las demás y verás. Más adelante los cartagineses se rompen en la península, iniciándose un periodo de guerras púnicas con el imperio romano.

Conquista romana y la Península Ibérica

La conquista romana de la Península Ibérica se llevó acabo en varias etapas debido a la presencia de múltiples grupos de resistencia. Con motivo de las de las Guerras Púnicas comienza la conquista en la primera frase (218-206 a.C), derrotando a los cartagineses tras la ruptura del Tratado del Ebro, dominando así el litoral mediterráneo. En la segunda fase (206-133 a.C) ocupan la meseta central derrotando a Arévalos y lusitanos. La última fase (133-19 a.C) Octavio Augusto consiguió el resto de la península anexionándose a cántabros y astures. De esta manera se completa la presencia del Imperio Romano en Hispania, siendo esta una de sus provincias esenciales. La Pax Romana es el periodo no beligerante más largo de este territorio. La Romanización es la imposición de los modelos económicos, sociales, culturales y administrativos de Roma sobre los pueblos conquistados. Por ello, en la península influyeron con importantes aportaciones como la expansión de la red urbana, incluyendo vías de comunicación e infraestructuras. Las normas que regulaban la vida social y política quedaban recogidas bajo el Derecho Romano, y el latín sustituye a las lenguas preromanas. Socialmente se ordenaban por clases, incluyendo el esclavismo. Predomina el arte utilitarista y el sincretismo religioso, mezclando el culto al panteón clásico griego y el cristianismo. Su legado quedó tan impregnado en España, que incluso hoy podemos ver la pervivencia del proceso de la romanización.

La conquista musulmana y la Edad Media

Gracias a la inestabilidad política de los visigodos, un gobernador del norte de África, Tarik, entra en la Península Ibérica en el 711 d.C, derrotando a Don Rodrigo, el último rey visigodo en la batalla de Guadalete. Otro general árabe llamado Musa, conquista toda Hispania en siete años, pero se detiene en los Pirineos, puesto que es vencido por los francos en la batalla de Poitier. El reino musulmán se expande entonces, con una estrategia basada en las capitulaciones, pactos entre musulmanes y visigodos en los que estos podían conservar bienes y tierras, a cambio de pagar una serie de tributos. De esta manera se forma un emirato dependiente del califato de Damasco, dirigido por la familia Omeya. En el 756 los Omeya son asesinados por los Abasíes, sus oponentes, y el único superviviente, Abd AlRahman I busca apoyo entre sus defensores y crea un emirato independiente con capital en Córdoba . Abd Al-Rahman II mantiene bajo control a vikingos y mozárabes (cristianos en territorio musulmán); quien también consigue brillantez artística y cultural en el emirato. Su sucesor Abd Al-Rahman III se autonombró califa de Córdoba en 1929, gobierno que funcionó gracias a un ejército permanente y a un sistema fiscal muy efectivo, trasladando la administración a Medina-Azara. Al -Hakam II fue un gran defensor de las artes y de las ciencias, convirtiendo a Córdoba en capital cultural y social. El general Al-Mansuf implantó una dictadura con rigorismo religioso, y a su muerte hubo grandes conflictos internos para sucederlo, dejando una fitna o guerra civil. Finalmente Hisham III fue el último califa en Córdoba, y en 1031, Al-Ándalus quedó fragmentado en un mosaico de estados, los reinos taifas.

La Reconquista y la conformación de los reinos cristianos

Tras la invasión musulmana de la península ibérica (711 d.C.) surgieron en la franja cantábrica y los Pirineos los primeros focos de resistencia compuestos por poblaciones autóctonas y refugiados del reino visigodo. En principio los conquistadores no prestaban especial interés por las zonas norteñas, pero se adentraron en los territorios cántabros, donde perdieron contra los cristianos en la batalla de Covadonga en el 722, quienes estaban dirigidos por el rey Pelayo. Y así se proclama el reino de Austrias, con capital en Cangas de Onís, luego Oviedo y más tarde León con García I. Éstos cristianos se desplazaron más allá del Duero, donde se formó otro núcleo, el condado de Castilla en el siglo X con Fernán González. Después Castilla se incorporará a Pamplona. Éstas comunidades asturleonesas iban repoblando la zona mediante la presura, territorios adquiridos por mozárabes venidos del Sur o colonos. Por otro lado, había núcleos cristianos orientales. Iñigo Arista acabó definitivamente con la presencia carolingia y fundó el reino de Pamplona. Sancho Garcés II recibió la herencia del condado de Aragón y el reino pamplonés; que alcanzó su apogeo con Sancho III el mayor. Éste anexionó los condados de Castilla, Sobrarbe y Ribagorza y tuvo como vasallos a los condes de Barcelona. A su muerte repartió sus dominios entre sus hijos. Pamplona lo recibió García Sánchez III. Los Pirineos centrales y orientales formaron parte de la Marca Hispánica, una serie de estados tapón para el imperio carolingio. Aragón se independizará, utilizando el aprissio para repoblar sus zonas, un método parecido a la presura. Wilfredo el Belloso reúne los condados de Barcelona, Gerona y Besalú, que deja a sus hijos en herencia gracias a las capitulares. Fueron prácticamente independientes pero eran vasallos del rey franco. Casi todos los condados catalanes quedaron unificados bajo la autoridad del conde de Barcelona, y estos no recibieron ayuda franca, quedando rota toda dependencia con estos. La reconquista es una serie de enfrentamientos por el poder económico y político del territorio peninsular que se basó en la ocupación demográfica y explotación y administración de las zonas andalusíes. Se dio la repoblación concejil entre el Duero y los montes de Toledo y en el valle del Ebro.

La conformación de los reinos cristianos y la crisis de los siglos XIV y XV

Desde comienzos del siglo XI los reinos cristianos del norte de la Península Ibérica iniciaron una rápida expansión hacia el sur, ocupando, explotando y administrando antiguo territorio andalusí, y crean instituciones políticas y sociales diferenciadas en cada uno de ellos. La corona de Castilla se unificó definitivamente con Fernando III el Santo en 1230, y contaba con una tradición autoritaria del poder del rey de tradición romana. Las cortes aún se reunían por separado en el siglo XIII. Además, existía la llamada curia regia, el territorio llego a dividirse en cuatro grandes Merindades, con un Merino mayor. Las ciudades con voto en cortes fueron adquiriendo importancia, apoyo del rey frente a la nobleza. La corona de Aragón se conformó en 1164 con Alfonso II heredero de Dña. Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Los antiguos condados de Aragón (Aragón, Sobrarbe y Ribagorza), aportaron la concepción pactista del poder real. El modelo de sociedad feudal estamental basada en el régimen señorial se consolidó a lo largo de toda la península. La nobleza eran los grandes propietarios de las tierras y eran un grupo privilegiado heterogéneo, que acaparó feudos y rentas a cambio del apoyo a los monarcas. El clero poseía tierras y señoríos y también eran un estamento heterogéneo. Los campesinos estaban sujetos a la dependencia de sus señores y desde el siglo IX se desarrolló la burguesía urbana. También existían minorías religiosas y en nicas marginadas: los judíos y mudéjares, que vivían en el campo.

La unión de Castilla y Aragón y la conquista de América

En los siglos XIV y XV las dos grandes coronas de la península se enfrentan a una profunda crisis demográfica, social y económica, y en política los reyes quieren recuperar el poder perdido frente a la nobleza. La Corona de Castilla constituía una monarquía hereditaria y patrimonial. El rey se veía asistido por el Consejo Real, la Audiencia, encargada de la administración de justicia, y la Real Hacienda, encargada de los impuestos. En estos siglos se fueron construyendo un Ejército Real permanente y una burocracia formada por letrados, que fueron claves para el poder real. En las Cortes participaron las ciudades junto a la nobleza y al clero en asuntos relacionados con el gobierno. La administración local se basó en la institución de los concejos, bajo el control de las oligarquías urbanas. La Corona de Aragón tenía un carácter pactista, y estaba constituida por una serie de reinos, con diferentes leyes e instituciones, pero con un rey común representado en cada reino por un virrey. Tras varios enfrentamientos entre los nobles y el rey, en 1283, Pedro III firmó el Privilegio General. Existían cortes independientes en cada reino, pero también Cortes Generales. Surgieron las Diputaciones que ampliaron sus competencias. En el reino de Aragón se creó el cargo de Justicia de Aragón, siendo su función primordial la defensa de los fueros o privilegios del reino y los municipios fueron cayendo bajo el control de oligarquías urbanas con distintos cargos. En Navarra, gobernada desde mediados del siglo XIV por la familia Evreux, se inició la organización de las instituciones, similares a las de Aragón. Destacan las Cortes y la existencia de un Consejo Real, la Corte mayor o Cort general y la Cámara de Comptos. Durante el siglo XV el reino de Navarra fue sufriendo un proceso de debilitamiento dinástico que acabaría con la conquista de Fernando el Católico en 1512.

La conformación del Estado Moderno y la conquista de América

A mediados del siglo XV la Península Ibérica se dividía en cinco reinos. En 1462 nace Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV y Juana de Portugal, siendo muy joven para gobernar. Gracias al Tratado de los Toros de Guisando en el 1468, Isabel, la hermana de Enrique, sería la sucesora con la condición de contraer matrimonio bajo la autorización del rey. Sin embargo, Isabel se casa con Fernando II de Aragón en secreto, considerándose roto el tratado y Enrique vuelve a elegir a su hija Juana como heredera, quien se casa con su tío Alfonso V. De esta manera comienza una guerra civil con dos bandos bien diferenciados, el de Isabel y Juana . Tras varias ocupaciones, la batalla de la Albuera en Badajoz en 1479 da ventaja a Castilla que, con el tratado de Alcáçovas-Toledo, Isabel es proclamada reina de Castilla. Por este tratado Alfonso renuncia a cualquier derecho sobre Castilla. La condición más importante del tratado es la división de las expansiones territoriales. Portugal se queda con la parte este (África y Europa) y Castilla con el oeste (América). Esta unión dinástica de Castilla y Aragón implanta una monarquía autoritaria en la que ambas coronas comparten una política religiosa y exterior común. Tenían el control del poder eclesiástico que les otorgaban los tercios reales. Sin embargo cada corona conservó sus propias instituciones. Castilla, que contaba con más población y recursos económicos, creó las Cortes de Toledo en 1480 y la audiencia de Granada, así como el uso de los magistrados. Se crea la Santa Hermandad en 1476, que más tarde se transforma en la Inquisición en 1478. Éste organismo culmina con el general fray Tomás de Torquemada, que

en 1492 expulsa a los mudéjares y judíos de estos dominios o son obligados a convertirse (moriscos)

El año 1492 supone una fecha clave para entender la conformación del Estado Moderno autoritario de los RRCC, poniéndose las bases de la homogeneización religiosa y territorial. La Guerra de Granada duró once años (1481-1492) y se inicia con la conquista de Alhambra, y los Reyes Católicos deciden aprovecharse de la debilidad del reino para llevar a cabo la toma de Málaga. Finalmente, en 1491 se firman las capitulaciones y Boabdill entrega en 1492 la Alhambra a cambio de respetar las costumbres e instituciones. Por otra parte, ese mismo año se descubre América, en un intento del genovés Cristóbal Colón de encontrar una nueva ruta a las Indias Orientales convencido de la esfericidad del planeta, proyecto que le habían rechazado en Portugal. Las Capitulaciones de Santa Fe del 17 de Abril de 1492 dieron a Colón gran parte de sus exigencias y el 2 de Agosto de 1492 partieron del puerto de Palos de la Frontera la Santa María, la Pinta y la Niña. El 12 de Octubre de 1492 llegaron a la isla de Guanahaní, bautizada como San Salvador. En 1494 España y Portugal firmaron el tratado de Tordesillas. En 1510 se creó en la audiencia de Santo Domingo. Se instituyó en Sevilla 1503 la Casa de Contratación y en 1524 se creó el Consejo de indias. Los Reyes Católicos consiguieron el patronato de las Indias para controlar la iglesia americana.

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