La Reconquista: Orígenes y Desarrollo de los Reinos Cristianos
La Reconquista es el proceso por el cual los reinos cristianos tratarían de recuperar los territorios perdidos ante el islam (Al-Ándalus), buscando reconstruir la unidad cristiana perdida tras la caída del Imperio Visigodo en el 711. Sin embargo, este concepto histórico es inexacto, ya que los reinos cristianos que iniciaron el proceso reconquistador del territorio peninsular en el siglo VIII se constituyeron con posterioridad a la invasión islámica, a pesar de los esfuerzos de algunos de estos monarcas por presentarse como herederos directos del antiguo reino visigodo. Por lo cual, sería más apropiado hablar de conquista cristiana.
Tras producirse la invasión musulmana, parte de los Pirineos y de la Cordillera Cantábrica quedaron sin conquistar. Con la llegada de los musulmanes, una minoría de los visigodos huyó buscando refugio en las montañas del norte; uno de ellos fue Don Pelayo. La llegada de estos va a tener influencia en las tribus de las montañas que vivían con una economía silvopastoril. Esto generó tensiones por falta de recursos y por superpoblación. Esta minoría visigoda organizó política y militarmente a estas tribus para avanzar el proceso de reconquista y repoblación entre la Cordillera Cantábrica y la cuenca del Duero.
Núcleos Cristianos de Resistencia
Núcleo Cantábrico
La formación del núcleo cantábrico de resistencia al islam se inició en el 722. Tuvo lugar la escaramuza de Covadonga, protagonizada por un grupo de visigodos, entre ellos Don Pelayo. Se formó el Reino Astur con capital en Cangas de Onís, que luego se trasladó a Oviedo, creándose una monarquía. Durante el reinado de Alfonso II el Casto (791-842), se creó el mito de Santiago como elemento aglutinador de estos reinos cristianos. Desde el 850 hasta el 910, tuvo lugar la colonización del valle del Duero y el norte de Portugal durante el reinado de Alfonso III el Magno (866-910); esto provocó el traslado de la capital de Oviedo a León en el 910. En el 950, surgió la Bardulia, siendo la figura más destacada el conde Fernán González. De aquí surgió un territorio llamado Castilla, que luego sería el Reino de Castilla.
Núcleos Pirenaicos
En esta zona, destaca la Batalla de Poitiers (732).
El Reino de Pamplona
A comienzos del siglo IX, la aristocracia vascona encabezada por Íñigo Arista se distanció del poder musulmán de los Banu Qasi. Habían derrotado al ejército carolingio en Roncesvalles en el 778. El primer monarca del reino navarro fue Sancho Garcés I (905-925); su sucesor fue García Sánchez (925-970), quien incorporó al Reino de Navarra los condados de Aragón.
Los Condados de Aragón
Eran Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. En un principio, estaban bajo la tutela del Reino Franco y, a mediados del siglo X, el Condado de Aragón se incorporó al Reino de Navarra.
Los Condados Catalanes
Estaban bajo el poder de Carlomagno (742-814), formando la Marca Hispánica. Los territorios se fueron desligando del poder franco y se fueron constituyendo en condados, que fueron ganando autonomía, ya que Carlomagno, por el peligro que representaban los vikingos, se preocupó más por la zona norte. Destacó el Condado de Barcelona en época de Wifredo el Velloso (840-897). El Conde Borrell (947-992), aprovechando el fin de la dinastía Carolingia, dejó de prestar homenaje a los reyes francos, lo que marcó el punto de partida de la singularidad de los condados catalanes.
Etapas de la Reconquista
Primera Etapa (siglo XI – primera mitad del siglo XII)
Los protagonistas fueron el Reino de Aragón y el Reino de Castilla y León, aprovechando la debilidad de los Reinos de Taifas (1031-1090), a los cuales se les impusieron parias. Se conquistó Toledo (1085) por Alfonso VI de Castilla, y tuvo lugar la ocupación del valle del Ebro (por Alfonso I el Batallador y Ramón Berenguer IV). La Reconquista se frenó con la llegada de los Almorávides y Almohades. Destaca la derrota en la Batalla de Alarcos (1195), donde fue derrotado Alfonso VIII de Castilla.
Segunda Etapa (siglo XIII)
Tuvo lugar la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), liderada por Alfonso VIII, que abrió Andalucía y Despeñaperros a los ejércitos cristianos. Fue la primera vez que lucharon unidos los reinos cristianos peninsulares: Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón, órdenes militares, milicias concejiles, ejércitos de la nobleza y cruzados europeos. Castilla se incorporó a Extremadura.
Tercera Etapa (segunda mitad del siglo XIII)
Se conquistaron los valles del Guadalquivir, las cuencas bajas del Guadiana y del Segura. Aragón, con Jaime I el Conquistador, llegó hasta el sur del río Júcar y ocupó Valencia, Alicante y Baleares. Destacó la figura del Almirante Bonifaz. A finales del siglo XIII, Al-Ándalus quedó reducido al Reino Nazarí de Granada (1248-1492).
Cuarta Etapa (siglos XIV-XV)
Se completó la Reconquista con la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492. El Reino Nazarí de Granada, que en ocasiones estuvo obligado a pagar parias a los reinos cristianos, fue finalmente conquistado por los Reyes Católicos en 1492.
Sistemas de Repoblación durante la Reconquista
La repoblación consiste en el asentamiento de grupos humanos, su organización política y administrativa, así como el reparto y la puesta en explotación de los territorios recién conquistados.
Sistema de Presura o Aprisio (siglos VIII-X)
Se aplicó en el norte del río Duero y en la zona de los Pirineos. Dividió el territorio en pequeñas propiedades llamadas «presuras»; lo mismo ocurrió en Aragón («aprisio»). Este tipo de repoblación generó pequeñas propiedades (alodios) y propició la disposición de contingentes suficientes del norte (foramontanos) y mozárabes que habían huido hacia el norte desde Al-Ándalus.
Sistema Concejo (siglos XI-XII)
Se aplicó en las tierras entre el río Duero y los Montes de Toledo, y el Valle del Ebro. La repoblación concejil consistía en conceder a las ciudades un fuero o «carta puebla» con el objeto de atraer gentes para repoblar estas zonas (alfoces). Predominó la mediana propiedad y la abundancia de tierras comunales.
Sistema de Órdenes Militares (primera mitad del siglo XIII)
Se aplicó en el territorio conquistado desde el sur del Sistema Central hasta Sierra Morena, abarcando las cuencas del Tajo y del Guadiana. La repoblación se les encargó a órdenes militares, entregándoles grandes extensiones de terreno. Esto generó latifundios.
Sistema de Repartimientos (segunda mitad del siglo XIII)
Se repobló el Valle del Guadalquivir y el litoral levantino. El sistema utilizado fue el de repartimiento, distribuyéndose las tierras en lotes de gran tamaño (donadíos) para la alta nobleza o lotes más pequeños (heredamientos) para la baja nobleza.