La Revolución Francesa y la Comunicación Social: Logros y Contradicciones

Ya desde la reunión de la Asamblea de Notables en 1787, Francia se inunda de una verdadera lluvia de panfletos, folletos y disertaciones de todo tipo.

La convocatoria de los Estados Generales en julio de 1789 provoca el verdadero «boom»: entre 900 y 1000 publicaciones. Entre estas obras predominan los panfletos, que influyen directamente en la redacción de los Cuadernos de Quejas.

La primera reacción de las autoridades es prohibir esta avalancha de impresos, pero la libertad de prensa es ya un requerimiento de la opinión pública y el poder no tiene más salida que ceder y aceptar la realidad. En pocos meses, todo el sistema de control de prensa se hunde. El artículo 11 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano establece la libertad de prensa y la Ley Le Chapelier prohíbe toda clase de corporaciones. Se traza así el cuadro jurídico de la libertad de prensa en un Estado liberal. Pero, aunque la libertad de expresión se reconoce, no se llega a elaborar ninguna Ley de Prensa.

El Auge de la Prensa Revolucionaria

Con este nuevo marco legal, surgen formas periodísticas de lo más variopinto. Entre esta producción masiva se pueden distinguir tres grandes bloques:

1. Prensa diaria de información

Periódicos conservadores al principio, que evolucionan hacia una monarquía constitucional. Destaca:

  • Gazette Nationale de France
  • Le Journal des Débats et des Décrets: para agilizar y extender su labor, se convertirá en un elemento de la propaganda napoleónica.

Se fundaron en estos años otros periódicos, pero no lograron sobrevivir a las tormentas revolucionarias.

2. Hojas revolucionarias

Motor y aceleración de la revolución, se centran en temas políticos. El concepto de periodismo ha cambiado: el periodismo (la imprenta) es la artillería del pensamiento. Estas hojas son las más importantes. Destacan:

  • Le Courrier de Provence: es más revista que periódico.
  • Le Patriote Français de Brissot.

3. Hojas de extrema izquierda

  • La révolutions de France y de Brabant: fue uno de los máximos representantes de la izquierda.
  • Le Père Duchesne de Hébert: Más radical en sus planteamientos.

Prensa de extrema derecha

  • Journal de la Cour et de la Ville: una publicación casi oficial, de un tal Brune, será asaltado e incendiado en más de una ocasión por clubs jacobinos.

Radicalización y Control de la Prensa

La revolución se radicaliza y sus efectos se dejan notar en el periodismo. La Convención Girondina suprime la prensa realista, justificándose en que la guerra que se ha iniciado con algunas potencias europeas defensoras del absolutismo, así lo exige.

Sólo se salvan las publicaciones republicanas, punto de unión de esta primera Convención. Las divergencias políticas sobre el futuro del nuevo régimen se agudizan entre girondinos y jacobinos. Le Patriote française de Brissot pasa a ser el principal representante del primer grupo, mientras que los segundos combaten con Le Père Duchesne de Hébert.

En junio de 1793 los jacobinos dan un golpe de estado, con el respaldo de los sansculottes. Se aprueba una nueva Constitución, la de 1793, más democrática que la de 1791, en la que se contemplan también los problemas sociales del pueblo francés y con ella la libertad de expresión. El 17 de septiembre de 1793 se aprueba una Ley donde los autores podían ser condenados a muerte por un Tribunal.

Para defender sus medidas y órdenes, el Consejo de Salud Pública crea sus hojas oficiales: Le Journal de la République y Le Journal des Hommes Libres, con el fin de mantener el entusiasmo entre los soldados. También se conceden subvenciones a diarios de información, pero no pueden contener la aparición de libelos y panfletos feroces con el régimen.

En este periodo se articulan sistemas de propaganda nuevos: por ejemplo, la creación del Bureau d’Esprit, una especie de Ministerio de Propaganda, destinado a liquidar la contrarrevolución y difundir la «verdad». Pero la división del grupo jacobino, el malestar y la decepción provocan la caída de esta Convención. Se produce un nuevo giro a la derecha, con los girondinos otra vez al timón.

El Directorio y el Fin de la Libertad de Prensa

Las dificultades que encuentran la Convención Termidoriana y el Directorio para da lugar a un importante enfrentamiento entre el poder político y la prensa. Durante la Convención la libertad de expresión es reclamada por todos los grupos.

El Directorio organiza su contraataque informativo: crea su propia prensa oficial, abre un Bureau politique, formado por periodistas. Otro aspecto son los diarios franceses en el exterior.

Con Napoleón al mando, el poder desaparece y el rastro de libertad de prensa. La constitución de 1799 no contiene declaración de derechos, la prensa queda sometida al arbitraje estatal. En los territorios anexionados al Imperio, también se intervendrá en la prensa. En España, Napoleón ordena el reparto de panfletos, controla periódicos y crea propaganda.

Conclusión

La revolución francesa tuvo grandes incidencias en la comunicación social: defendieron los grandes principios de la libertad de prensa, consolidando la prensa política, consiguieron crear nuevas formas de propaganda y dio un impulso a la prensa.

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