Organización Política, Crisis y Expansión en la Baja Edad Media: Castilla, Aragón y las Rutas Marítimas

Organización Política e Instituciones en la Baja Edad Media: el Reino de Castilla y la Corona de Aragón

Los reinos peninsulares se basaban en una monarquía, con Cortes y municipios.

En Castilla

Hubo poca feudalización ya que el rey gozaba de los máximos poderes. Con la unión de Castilla y León se centralizó la administración y se creó el Código de las Partidas. Alfonso X impulsó el derecho castellano implicando una unión jurídica para legislar sin Cortes.

Las ciudades ofrecieron recursos al rey para sus campañas, pero la burguesía pidió su incorporación a órganos del gobierno creando las Cortes de León (1188) con nobles, clérigos y burgueses.

Las cortes eran consultivas y aprobaban los subsidios. Los municipios tenían su autonomía y su jurisdicción. Las ideas centralizadoras se impusieron a las ciudades, surgiendo el Corregidor.

Con la dinastía Trastámara se reforzó el poder real impulsando el desarrollo de las instituciones. Se crearon el Condestable, primer ministro y el Corregidor, representante del poder real.

En Aragón

El mayor poder era de la nobleza con el pactismo con Cortes legislativas en las que se creó un código en el que el rey se comprometía a respetar las costumbres.

Cada reino tenía sus Cortes. Los municipios eran dirigidos por un régimen municipal. En los Consejos municipales se regularizaron las clases dirigentes en las ciudades y las normas de gobierno.

La Baja Edad Media: Crisis Demográfica, Económica y Política

A finales del siglo XIII, la población alcanzó los cinco millones aproximadamente.

En la primera mitad del siglo XIV, hambrunas y epidemias (la peste negra de 1348), hizo perder casi la mitad de la población.

Las principales consecuencias fueron el estancamiento demográfico, la migración y la redistribución de la población. Las hambrunas ayudaron a las epidemias, que junto a la mala climatología provocó una agricultura muy rudimentaria. El retroceso demográfico derivado de la mortalidad catastrófica agravó la agricultura. En Castilla hubo despoblados y en Cataluña “masos ronecs”, casas de labradores abandonadas. La reducción de la producción agrícola, aumentó los precios provocando la caída de las rentas. Los señores feudales exigieron más tierras y poder y menos impuestos.

En Castilla hubo levantamientos de campesinos como los irmandiños y en Cataluña los payeses de remensa endurecieron los malos usos.

El malestar social llegó a las ciudades ya que la miseria afectaba a la población urbana. Se produjeron conflictos políticos entre nobles, movimientos antisemitas y guerras civiles en la segunda mitad del siglo XV. En Castilla entre Pedro I y Enrique II de Trastámara dieron grandes cantidades de tierra y señorío a la nobleza. En la Corona de Aragón las Cortes, quitaron poder a los reyes para tener más autonomía.

La Baja Edad Media: La Expansión de la Corona de Aragón en el Mar Mediterráneo

En el siglo XII los condes de Barcelona quisieron dominar el Sur de Francia. El rey francés receló y el Papa detuvo el avance, con la escusa de la difusión del Catarismo.

Pedro II el Católico fue derrotado por cruzados franceses en la batalla de Muret (1213) y orientó su expansión hacia Al-Ándalus y el Mediterráneo. Con Jaime I el Conquistador, a mediados del siglo XIII expulsó a los musulmanes de Mallorca, Valencia y Denia. Con las conquistas pudieron atender al comercio marítimo y a los deseos territoriales y guerreros de la nobleza con Pedro el Grande conquistando Sicilia y Jaime II Cerdeña.

Durante breve tiempo, los ducados de Atenas y Neopatria conquistados por los mercenarios catalanes de Roger de Flor, los almogávares, fueron parte de la Corona aragonesa.

A principios del siglo XV el rey Alfonso el Magnánimo incorporó el reino de Nápoles llegando a fijar allí su corte y creando un importante foco cultural.

La Baja Edad Media: las Rutas Castellanas. Castellanos y Portugueses. Las Islas Canarias

Hacia finales del siglo XIII

Se realizaron los primeros viajes a las Islas Canarias.

La conquista del Archipiélago Canario duró todo el siglo XV bajo el reinado de los Reyes Católicos. La falta de medios económicos, la fuerte resistencia y que las islas no eran tan ricas, provocó la tardanza de la conquista.

Los portugueses

Avanzaron por la costa africana y la exploración del Atlántico, encontrando los archipiélagos de las Azores y la isla de Madeira.

A finales del siglo XV se llevaron las expediciones de Bartolomé Díaz que dio la vuelta al Cabo de la Buena Esperanza y Vasco de Gama llega a la India costeando África.

El conflicto entre portugueses y castellanos se resolvió en los tratados de Alcaçovas-Toledo, en el que los portugueses reconocían a Isabel como reina y los derechos castellanos a Canarias a cambio de su exclusividad en África y demás islas atlánticas (Azores, Madeira, Cabo Verde).

Madeira, Cabo Verde).

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