Transformaciones sociales. Crecimiento demográfico. De la sociedad estamental a la sociedad de clases. Génesis y desarrollo del movimiento obrero en España

13.2. Transformaciones sociales. Crecimiento demográfico. De la sociedad estamental a la sociedad de clases. Génesis y desarrollo del movimiento obrero en EspañaLa evolución demográfica: La población española crecíó a lo largo del Siglo XIX.
Pasó de 11 millones en 1797, a 18,6 en 1900. Fue, sin embargo, un crecimiento lento e, inferior al de otros países europeos. Las causas hay que buscarlas en la mortalidad y de la natalidad españolas, más propias de una sociedad de Antiguo Régimen. La tasa de mortalidad era muy elevada:
Al finalizar el siglo 28%.

Son varios los motivos

La continuada serie de guerras, dentro y fuera de sus fronteras. Las enfermedades infecciosas afectaban a una población mal alimentada y con falta de medidas sanitarias. El cólera y la tuberculosis eran epidemias frecuentes. Se comenzaron a tomar medidas en la segunda mitad del XIX, como la inspección de aguas o  la recogida de basuras. Las crisis de subsistencias, por las malas cosechas, disparaban los precios y provocaban hambre. Pero la elevada tasa de natalidad, explica el crecimiento demográfico.  Además, desde mediados de siglo se dio una lenta corriente de emigración al norte de África o hacia América.
En las décadas finales del siglo la corriente migratoria aumentó de forma significativa,
Entre 1880 y 1914 fueron varios cientos de miles de españoles a  Argentina. En el interior, dio lugar a un éxodo rural que explica el fuerte crecimiento de las ciudades (Valencia, Bilbao, Barcelona,…) y de Madrid, por el auge industrial y la demanda de servicios.

Los grupos dirigentes

La revolución liberal supuso el paso de la sociedad estamental a la sociedad de clases, capitalista.
En ella, la propiedad es el elemento que distingue al grupo dirigente.
La vieja nobleza perdíó sus privilegios estamentales, pero la revolución liberal convirtió sus señoríos en propiedad privada. Conservó el poder en la Corte, en el Ejército y en la política, a través de sus escaños vitalicios en el Senado. Se dedicó a invertir sus rentas en Deuda, en Bolsa, en la Banca y en el ferrocarril. Su modo de vida y comportamiento fueron el modelo a imitar por la burguésía.
Los generales y la jerarquía eclesiástica contribuyeron al sostenimiento de la élite en el poder. La alta burguésía la formaban los terratenientes, negociantes, armadores, banqueros y financieros, dueños de fábricas y profesionales de alto nivel. Eran conservadores, defensores del “orden” y partidarios de reprimir cualquier protesta social.

Las clases mediasLas clases medias constituían un conjunto bastante numeroso y heterogéneo

Campesinos  dueños de su propia tierra, los mandos intermedios del Ejército, los funcionarios, los profesionales liberales, los pequeños comerciantes y empresarios. En general, su ideología era muy conservadora y católica, apoyaban un gobierno fuerte, el orden y la propiedad.
Sólo una pequeña minoría, formada por estudiantes, profesores universitarios, periodistas o profesionales,  tenía una actitud política activa, crítica y reivindicativa.
Impulsaron el partido demócrata, en reinado de Isabel II, y más tarde al movimiento republicano.
Campesinos, artesanos y trabajadores de servicios El campesinado era el grupo social más numeroso, un 80% de la población. La desamortización perjudicó a los campesinos, los nuevos propietarios no invirtieron en mejorar los cultivos,  muchos colonos fueron expulsados de sus tierras o se  convirtieron en jornaleros, sobre todo en Andalucía y Extremadura. En Castilla a los arrendatarios les elevaron las rentas.

Los gobiernos isabelinos frustraron sus esperanzas y el apoyo que el campesinado había prestado a la revolución liberal

Los liberales no realizaron una reforma agraria, pero si reforzaron el poder de los terratenientes. Sin embargo, La mayoría eran analfabetos, muy tradicionales y religiosos, por lo que vivían al margen de los movimientos político.
. Aunque hubo levantamiento en tiempos de crisis,las autoridades locales ejercían un control caciquil o los reprimían con la Guardia Civil. Muchos emigraban hacia las grandes ciudades o hacia el exterior.  Los artesanos, la eliminación de los gremios se deterioró su situación, y se produjo un trasvase hacia la industria. Con el crecimiento de las ciudades aumentaron los trabajadores del sector servicios, funcionarios,  empleados públicos y los trabajadores “de cuello blanco”(oficinistas de las empresas), especialmente en Madrid, donde se concentraban Administración central y sedes de empresas y organismos financieros. Otro sector en expansión fue el servicio doméstico, trabajaban para la nobleza y para las familias de la alta burguésía.
Las condiciones de vida de la clase obrera La aparición de la clase obrera industrial sólo fue significativo en la industria del algodón en Cataluña, en las zonas siderúrgicas y en los talleres madrileños. El resultado fue el crecimiento de los barrios obreros, hacinados, insalubres y sin servicios sociales.
El trabajo en las fábricas implicaba largas jornadas,  sin ninguna seguridad, con accidentes frecuentes y sin otro descanso que los domingos. Trabajaban por igual hombres, mujeres y niños de corta edad.
Los salarios eran muy bajos y apenas permitían una alimentación básica de pan, habichuelas y patatas.

A las enfermedades infecciosas había que añadir las sociales

El alcoholismo y las enfermedades venéreas.
El analfabetismo afectaba al 80 %, y las crisis les llevaban al paro, al hambre, a la enfermedad y, a menudo, la delincuencia para sobrevivir. 
DESARROLLO DEl movimiento obrero  En sus orígenes, la incorporación del vapor a las fábricas, en la década de 1830, provocó despidos y generó algunos episodios de destrucción de maquinaria, el incendio de la fábrica Bonaplata en Barcelona. Pero el luddismo apenas tuvo repercusión en España. Las primeras organizaciones obreras fueron las sociedades de ayuda mutua.
En 1840 se fundó la Sociedad de Protección Mutua de Tejedores de Algodón. Pronto proliferaron por todo el país, pero en 1844 los moderados las prohibieron.
Durante el Bienio Progresista, tras participar en la revolución con los progresistas. En Julio de 1855 estalló en Barcelona una huelga general en defensa del derecho de asociación, pero la Ley del Trabajo de Espartero defendía los intereses patronales. Los obreros rompieron con los progresistas, por lo que pasaron a alinearse con los demócratas y los republicanos.
Durante el gobierno de la Uníón Liberal, el movimiento obrero permanecíó aletargado, en parte por la prosperidad económica, pero también por la dura represión gubernamental. Fue muy importante la labor de formación cultural y de concienciación política de las diversas academias obreras, como el Fomento de las Artes de Madrid o el Ateneo de la Clase Obrera de Barcelona.
las principales corrientes ideológicas El Sexenio significó una etapa de clara toma de conciencia política y organizativa para el movimiento obrero español. Su actuación fue decisiva en la revolución que en 1868. Pero pronto vino la decepción, por las quintas y los consumos, provocó la separación definitiva del movimiento obrero de los partidos demócrata y republicano. Es el momento de asimilación de las principales corrientes ideológicas europeas.
En 1868 llegó Giuseppe Fanelli, enviado por Bakunin, para organizar la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)
, según la línea anarquista. En 1870 se celebró, en Barcelona, el Primer Congreso de la sección española de la Internacional, con especial influencia en Cataluña. Pero en 1871 la insurrección de la Comuna de París causó tal impacto en las clases dirigentes europeas, que llevó al gobierno a tomar medidas represivas contra la AIT, sus periódicos y sus líderes. Por otra parte, a finales de 1871 llegó a Madrid, otro dirigente de la Internacional Paúl Lafargue, partidario de la corriente marxista.
Tras el Congreso de Zaragoza, en 1872, los líderes marxistas madrileños se escinden de la AIT, y fundaron la Nueva Federación Madrileña, En 1873 la Internacional estaba implantada entre los obreros textiles, la construcción, las artes gráficas y parte del campesinado andaluz. Con la proclamación de la República la movilización obrera consigue logros importantes en jornada y salarios. Pero por su participación en la huelga de Alcoy y en el movimiento cantonal, en Enero de 1874, tras el Golpe de Estado, Serrano decretó la disolución de la Internacional y, sus dirigentes pasaron a la clandestinidad.
Durante la Restauración, las condiciones de vida en el campo, en los barrios obreros y en las fábricas era tan brutal que las Cortes crearon, en 1883, una Comisión de Reformas Sociales, cuyos informes, que pintaban una situación desoladora, pero no condujeron a reformas. En cuanto al movimiento obrero, con Cánovas pasó a la clandestinidad, escindido ya claramente en dos corrientes diferentes, socialista y anarquista.
El anarquismo se reorganizó muy lentamente, y desde 1881 pudo actuar legalmente con la fundación de la Federación de Trabajadores de la Regíón Española.
Su implantación era notable en Cataluña, Aragón, Valencia y Andalucía Su actividad era predominantemente sindical y reivindicativa.
Sin embargo, una minoría de radicales optó por la acción directa, es decir, la huelga violenta o el atentado. La última década del siglo se caracterizaron por una oleada de atentados.
Y la respuesta contundente de las autoridades  de acción-represión. 
El Socialismo era la otra gran tendencia del movimiento obrero. Un núcleo de los tipógrafos, sector numeroso en Madrid, junto a algunos intelectuales y otros artesanos, fundaron en Mayo de 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
En 1888, se fundó en Barcelona la Uníón General de Trabajadores (UGT), un sindicato de inspiración socialista.

Pablo Iglesias era su líder indiscutible

En las elecciones municipales de 1891 el PSOE obtuvo cuatro concejales en las grandes ciudades. Su oposición a la guerra de Cuba fue decisiva para aumentar su popularidad. A finales del Siglo XIX, también intentan organizarse organizaciones obreras de inspiración católica.
La encíclica Rerum Novarum de León XIII denunció el socialismo y, tras hacer una moderada crítica del sistema capitalista, animó a encauzar a través del Evangelio los intentos de mejorar la vida de la clase obrera. Sin embargo, las organizaciones católicas apenas arraigaron.

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