Evolución Política de España: Restauración, Dictadura y República (1898-1936)

Evolución Política de España (1898-1936)

1898-1914: Fase Regeneracionista

Gobierno de Maura: Revolución desde arriba y Semana Trágica

El desastre del 98 creó desencanto y dejó un claro sentimiento de pesimismo en todo el país. Una buena parte de la sociedad exigía una «regeneración» del país basada en la moralización de la gestión pública.

El maurismo (1903-1909): Maura va a representar el reformismo autoritario, «la revolución desde arriba». Pero durante sus primeros gobiernos Maura no consiguió hacer realidad su programa:

  • El proyecto de reforma de la Administración local fue frenado por la violenta oposición de liberales y republicanos.
  • Su ley electoral de 1907 no atacó tampoco las posibilidades de los caciques de manipular los resultados.

El crecimiento de la oposición

La Lliga Regionalista consiguió importantes éxitos electorales en Barcelona y aparece como una fuerza política que lucha por la autonomía de Cataluña. La fuerza rival de la Lliga será el Partido Radical de Alejandro Lerroux.

Otros grupos republicanos son partidarios de un acercamiento al sistema político vigente. En 1909 se formó la Conjunción Republicano-Socialista que consigue éxitos en las elecciones municipales y permitió que Pablo Iglesias fuese elegido diputado por Madrid en 1910.

El anarquismo continúa dividido. A principios de siglo el obrerismo se reorganizó y dirigió importantes movilizaciones. Esta reorganización propició la creación de la CNT en 1910.

La Guerra del Rif y la Semana Trágica

El Rif fue concedido a España en la Conferencia Internacional de Algeciras (1906). La presencia española respondía no solo a compromisos internacionales, sino también a diversos intereses:

  • Algunos sectores del ejército pretendían rehacer su prestigio tras el desastre de 1898.
  • Los políticos dinásticos pretendían hacer jugar de nuevo a España el papel de «potencia colonial».
  • Algunas compañías, como por ejemplo la Sociedad de Minas del Rif, aspiraban a explotar ricos yacimientos.

La prensa republicana y obrerista denunció los intereses que había detrás de las compañías mineras que estaban en el Rif.

En Barcelona se creó un comité de huelga formado por socialistas y anarquistas que convocó una huelga general pacífica. La protesta pacífica degeneró en una revuelta incontrolada al generalizarse los asaltos y los incendios a edificios religiosos.

El carácter desproporcionado de la represión acentuó la división derecha-izquierda. El Partido Liberal rompió relaciones con el conservador e iniciaba una campaña de boicot total al gobierno. El rey retiró la confianza a Maura, lo que llevó a la formación de un nuevo gobierno. El sistema de la Restauración comenzaba a resquebrajarse.

Gobierno de Canalejas: la versión liberal (1910-1914)

El reformismo liberal recupera buena parte del programa de los revolucionarios del 68. Canalejas llevó a cabo un nuevo intento regeneracionista basado en el reforzamiento del poder civil sin lesionar los intereses de la Iglesia.

El problema regionalista se encaró con concesiones descentralizadoras: en 1914 comenzó a funcionar la Mancomunidad de Cataluña.

Atacado por la derecha y debilitado por las divisiones dentro del Partido Liberal, el programa reformista de los liberales fracasó. Un proceso parecido se produjo en el Partido Conservador entre partidarios de Dato y de La Cierva a partir de 1913.

1914-1917: Fase Convulsa

Impacto de la 1ª Guerra Mundial

La neutralidad española tuvo repercusiones importantes en la economía española. La economía española se lanzó a la exportación, generando un superávit en la balanza comercial de 1915-1919. Las exportaciones textiles y de productos siderúrgicos diversificaron la estructura industrial, propiciando una fuerte acumulación de capitales y la consolidación de la gran banca, siguiendo un modelo de desarrollo capitalista basado en un pequeño grupo de bancos.

Sin embargo, el proceso fue puramente especulativo. Los beneficios del mercado exterior tuvieron como contrapartida unos efectos negativos:

  • Notable alza de precios.
  • Pérdida de poder adquisitivo de los salarios.

La conflictividad social aumentó desde 1915.

Crisis de 1917

La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial permitió un crecimiento importante que contribuyó al recrudecimiento de las tensiones sociales.

El 19 de julio de 1917, diversas fuerzas se reúnen en la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona que exigen al gobierno la convocatoria de unas Cortes constituyentes. Los asambleístas confiaban en la neutralidad del ejército, que reclamaba cambios en el sistema de ascensos y exigía mejoras económicas.

A principios de agosto, el comité conjunto CNT-UGT promovió una huelga general revolucionaria con el objetivo de formar un gobierno provisional.

La crisis política de 1917 finalizó, de hecho, en noviembre, al formarse un gobierno de «concentración». Esto significó el fin del monopolio del poder por los partidos dinásticos, pero también el fracaso del programa reformista de los asambleístas.

1917-1923: Situación Crítica

Gobiernos de Concentración y Agitación Social

Los años que van de 1917 a 1923 se caracterizan por la presencia de un potente movimiento obrero. Cambó participó en dos ocasiones en gobiernos de concentración que no dieron más estabilidad política.

La conflictividad social se generalizó y alcanzó una extensión desconocida. Esta radicalización estaba motivada, entre otros factores, por:

  • Actitud intransigente de las organizaciones patronales.
  • La euforia revolucionaria de los sindicatos y partidos obreros que, confiados en su fuerza, se lanzan a un combate que consideran definitivo.

Las organizaciones patronales dieron apoyo a las medidas más drásticas adoptadas por las autoridades y a la creación de cuerpos de seguridad propios.

Desastre de Annual y sus consecuencias

Esta situación se vio agravada por el desastre militar de Annual. La oposición de izquierdas exigió la apertura de una investigación. Ante esta crítica situación, algunos sectores del ejército decidieron intervenir y hacerse con el control del poder.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

La dictadura contó con la connivencia del Rey y el apoyo entusiasta de las organizaciones patronales y la extrema derecha. Aunque el dictador anunció que su gobierno sería provisional, pretendía instaurar un nuevo sistema político inspirado ligeramente en el fascismo italiano.

Un régimen fascistizante

El nuevo régimen se inició con la formación de un directorio militar que suspendió la Constitución. En 1925 el directorio militar fue sustituido por un directorio civil del que formaban parte jóvenes políticos de extrema derecha como Calvo Sotelo.

Se copiaron instituciones y formas exteriores corporativas italianas. Se creó la Unión Patriótica, el partido oficial del dictador, que unió principalmente a gente conservadora y tradicionalista.

La dictadura suprimió la Mancomunidad de Cataluña. Esto radicalizó el movimiento nacionalista y creó grandes dificultades a los dirigentes de la Lliga Regionalista que se habían manifestado comprensivos con las intenciones del dictador.

El éxito del desembarco de Alhucemas permitió el control de todo el territorio del protectorado hacia el verano de 1927. Estas operaciones consolidaron la fuerza y la influencia de los cuerpos militares establecidos en el Rif y de sus generales.

Política económica

La política económica de la dictadura se caracterizó por:

  • Nacionalismo económico.
  • Prácticas monopolistas.
  • Concentración financiera.
  • Intervencionismo del Estado.

La instrucción pública recibió un gran impulso. Se concedieron amplios monopolios (tabaco, teléfono…) y se continuó con la tradicional política proteccionista.

Los años de la dictadura fueron años de crecimiento económico. Como contrapartida, la política de obras públicas agudizó la crisis secular de la Hacienda y perjudicaba a la industria algodonera que había perdido los mercados exteriores de los años de la guerra mundial.

Pasada la euforia económica, gran parte de las organizaciones patronales y el mismo ejército dejaron de dar apoyo al régimen. Falto de este apoyo, el dictador dimitió el 28 de enero de 1930.

La Segunda República (1931-1936)

La caída de la Monarquía de Alfonso XIII y la proclamación de la II República

Tras la dimisión de Primo de Rivera, se formó el nuevo gobierno Berenguer, uno de los principales responsables del desastre de Annual.

Los republicanos, la única fuerza realmente renovadora, y las izquierdas se pusieron de acuerdo para exigir la apertura de un proceso constituyente. Ante la negativa de Berenguer de conceder estas peticiones, los republicanos recurrieron a las conspiraciones:

  • 12 diciembre 1930: insurrección de Jaca que fue reprimida violentamente.
  • 15 diciembre 1930: El almirante Aznar aceptó convocar elecciones municipales para abril de 1931.

El triunfo republicano en las grandes ciudades significó la caída de la Monarquía. La campaña electoral se planteó como un plebiscito entre monarquía y república. La derecha monárquica se presentó dividida. La Conjunción Republicano-Socialista obtuvo un gran éxito. La Lliga y el PNV quedaron al margen, mientras que la UGT apoyaba a la coalición, y la CNT dejó libertad de voto a sus militantes.

Este primer gobierno republicano estaba integrado por una coalición formada por republicanos católicos de derecha, republicanos de centro-izquierda, socialistas, nacionalistas catalanes y gallegos. Al margen de este entusiasmo quedaban los grandes propietarios, la oligarquía financiera, parte del ejército y de la Iglesia.

Fases Políticas de la República

El Bienio de Izquierdas (1931-1933)

Se emprendió una serie de reformas que pretendían la radical separación de la Iglesia y el Estado, reformas que acabarían dividiendo el país en dos sectores enfrentados.

La cuestión religiosa

La laicización de una sociedad de absoluta mayoría católica fue un objetivo prioritario de los primeros gobiernos republicanos. La Iglesia tenía entonces 11.921 fincas rústicas y 7.828 urbanas, suponía el 2% de los gastos del Estado y su influencia en la educación era indiscutible. La Ley de Congregaciones de 1933 prohibía a la Iglesia y a las órdenes religiosas la enseñanza, el comercio y la industria, lo que provocó una pastoral colectiva de protesta.

Modernización del ejército

Para modernizarlo había que reducir los mandos. El ejército colonial, desde la Guerra de Marruecos, era en cierta manera un instrumento en manos de sus jefes, los «africanistas». Se creó la Guardia de Asalto y se cerró la Academia General Militar de Zaragoza, dirigida por el general Franco.

La derecha pretendió capitalizar el posible descontento que producían estos cambios, lo que llevó a un golpe de Estado fracasado del general Sanjurjo en 1932 y a la creación de la Unión Militar Española.

Descentralización

El gobierno nunca pretendió crear una organización política y administrativa de carácter federal. En Cataluña se había resuelto el problema originado por la proclamación de la República Catalana.

El 18 de agosto de 1931 el Estatuto de Nuria fue presentado por Macià a las Cortes, y al final fue aprobado con numerosos recortes en 1932. El gobierno catalán era la Generalitat con tres instituciones:

  • Parlamento catalán.
  • Presidente.
  • Consejo Ejecutivo (Consejerías).

La importancia del papel desarrollado en su elaboración por ERC quedó de manifiesto en las elecciones al Parlament de Catalunya, en las que Macià fue elegido Presidente de la Generalitat.

En el País Vasco, el PNV y los carlistas llegaron a un acuerdo en Estella en 1931, en el que se aprobó un proyecto de Estatuto que socialistas y republicanos consideraron reaccionario. El proyecto quedó paralizado y no fue aprobado por las Cortes hasta 1936, una vez comenzada la Guerra Civil.

La cuestión agraria

El latifundio era muy importante, sobre todo en el sur. Para encarar el problema agrario, el Gobierno Provisional promulgó una serie de decretos que trataban de proteger a los arrendatarios.

Pero el verdadero ensayo reformador vino de la elaboración de una ley de reforma agraria que fue aprobada por las Cortes en septiembre de 1932. La ley permitía expropiar sin indemnización solo las tierras de los Grandes de España. Los problemas de ineficacia, burocratismo y el coste de las indemnizaciones contribuyeron a que su aplicación fuese todavía más limitada.

El descontento campesino dio lugar a numerosos incidentes: Casas Viejas, Castilblanco, Arnedo…

En Cataluña el problema se suscitó entre propietarios y arrendatarios. Esta ley sería recurrida por el Gobierno de derechas y el Tribunal de Garantías la rechazó.

El Bienio de Derechas (Radical-Cedista)

La crisis de la coalición republicano-socialista

Se hacía cada vez más evidente el desgaste de los políticos del bienio reformador. Las clases medias se desplazaron hacia la derecha, representada por la CEDA y la Falange Española de Primo de Rivera, que preconizaba un régimen autoritario de carácter fascista.

El centro-derecha se agrupaba en el Partido Radical de Lerroux. Con estos grupos establecieron contacto los monárquicos alfonsinos (liderados por José Calvo Sotelo) y también los carlistas.

A esto se sumaba la ineficacia de las reformas en profundidad, que habrían mejorado las condiciones de vida del proletariado urbano y agrícola.

En estas condiciones, Alcalá Zamora aceptó la dimisión de Azaña y disolvió las Cortes en octubre de 1933. El centro-derecha alcanzó la mayoría parlamentaria.

La etapa de derechas (19 noviembre 1933 a 29 diciembre de 1935)

Alcalá Zamora nombró a Lerroux jefe de un gobierno compuesto solo por radicales pero con el apoyo de los monárquicos y de la CEDA. El gobierno se enemistó con el gobierno de Cataluña por el problema «rabassaire». El nacionalismo vasco se alió con la izquierda en la oposición por el rechazo al Estatuto.

La situación estalló cuando Gil Robles impuso la entrada en el gobierno de tres miembros de la CEDA.

La Revolución de Octubre de 1934: Asturias y Cataluña

La llegada de miembros de la CEDA fue vista por la izquierda como un camino abierto al fascismo. Al día siguiente de la formación del gobierno, se produjeron huelgas generales. A pesar de esto, en Cataluña y Asturias los acontecimientos alcanzaron especial importancia.

En Cataluña, el PSOE, la UGT y la Unió Republicana de Rabassaires intentaron hacer efectiva la huelga general. Las tropas del general Batet controlaron la situación en 24 horas: todo el gobierno de la Generalitat fue detenido y también Azaña, que casualmente estaba en Barcelona. En Madrid fueron detenidos Largo Caballero y otros miembros del Comité de Huelga.

En Asturias, anarquistas, comunistas y socialistas, unidos en las alianzas obreras, ocuparon la región. Ocho mil obreros mineros proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El movimiento fue aplastado, tras una dura resistencia, por el ejército el 17 de octubre.

Consecuencias

1934 fue un preludio de la guerra civil. La influencia de la CEDA en el gobierno aumentó: Gil Robles fue nombrado ministro de la Guerra, y Franco jefe del Estado Mayor.

Hubo un enfrentamiento entre radicales y cedistas sobre las penas de muerte y el cumplimiento de las condenas. En diciembre de 1935, Alcalá Zamora decidió convocar elecciones para febrero de 1936.

El Frente Popular (febrero-julio 1936)

Se fue consolidando en Europa una política de unión de las fuerzas liberales y de izquierdas para contrarrestar el fascismo. En España se formó un Frente Popular con republicanos (IR, UR), socialistas (PSOE, UGT) y comunistas.

El programa se podía resumir en una amnistía para los presos y represaliados, y una reforma de la legislación social y de la enseñanza.

La derecha comenzó la campaña desunida. Los monárquicos se presentaron con la CEDA formando el Frente Nacional. Falange Española presentó candidaturas propias.

Las elecciones de febrero de 1936

El Frente Popular, a pesar de que obtuvo un triunfo ajustado en votos, consiguió una cómoda mayoría parlamentaria. La izquierda obtuvo la mayoría en las grandes ciudades.

Los socialistas quedaron fuera del gobierno. El gobierno pasó a estar presidido por Casares Quiroga hasta que Manuel Azaña fuera nombrado Presidente de la República en sustitución de Niceto Alcalá Zamora.

Hacia la Guerra Civil

El nuevo gobierno reinició las reformas del primer bienio republicano. La CNT planteó la jornada de 36 horas y la expropiación de las fincas de más de 50 hectáreas.

En estas circunstancias parecía claro que estaba próximo un alzamiento de los militares contra el gobierno, que a su vez reaccionó trasladando al general Mola a Navarra y a Franco a Canarias.

En marzo, un grupo de generales, a los que en el último momento se uniría Franco, acordaron “un alzamiento que restableciese el orden”.

En la elección de la fecha tuvo mucho que ver el asesinato de Calvo Sotelo por un grupo de guardias de asalto, iniciándose un golpe de estado que, al fracasar en muchas zonas, se transformaría en guerra civil.

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