La Segunda República y la Guerra Civil Española: Un Recorrido Histórico Completo

El Bienio Conservador (1933-1935)

En septiembre de 1933, Manuel Azaña dimitió, lo que llevó a nuevas elecciones. La derecha se unió en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), liderada por José María Gil Robles. El centro-derecha ganó, y el Partido Radical de Alejandro Lerroux se hizo cargo del gobierno. Los gobiernos modificaron o suspendieron las reformas del periodo anterior.

La tensión entre izquierdas y derechas se materializó en la Revolución de Octubre de 1934, que triunfó en Asturias y en Cataluña. Tras sofocarla, el gobierno entró en crisis. Las diferencias ideológicas y la corrupción en el Partido Radical pusieron fin a la coalición gobernante, lo que llevó a nuevas elecciones.

El Frente Popular (1936)

Políticos de izquierda se presentaron a las elecciones unidos en el Frente Popular, un grupo que incluía a socialistas, comunistas, republicanos de izquierda y algunas fuerzas nacionalistas. En la derecha, habían ido ganando influencia José Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera, líder del partido de orientación fascista, Falange Española. El Frente Popular ganó las elecciones y reemprendió la política de reformas.

La conflictividad aumentó: se produjeron huelgas, incendios de iglesias y enfrentamientos entre falangistas y militantes. Algunos comenzaron a conspirar contra la República. El 12 de julio de 1936, asesinaron al teniente Castillo. Un día después, asesinaron a Calvo Sotelo. El 17 de julio de 1936, se produjo la sublevación de las tropas españolas del norte de África, dirigida por Francisco Franco.

Golpe de Estado y División de España

La sublevación del Ejército de África se trasladó a la península el 18 de julio de 1936. España quedó dividida en dos zonas:

  • Zona sublevada (los «nacionales»): Norte de Castilla, Galicia, el noroeste de Extremadura, algunas ciudades de Andalucía, Navarra, Baleares (excepto Menorca) y Canarias.
  • Zona republicana: Gran parte de Aragón, el norte de España (excepto Navarra), Cataluña, la zona levantina, Madrid y casi toda Andalucía.

Política y Economía en Ambas Zonas

Tras el estallido de la guerra, la autoridad del gobierno republicano desapareció. Se aprovechó para realizar una revolución social y se organizaron milicias populares para defender a la República. Se creó el Ejército Popular, en el que se englobaron las milicias, pero la desobediencia al gobierno de algunos grupos debilitó al bando republicano.

En la zona sublevada, para unificar el mando, se creó en Burgos la Junta de Defensa Nacional. En el otoño de 1936, la Junta nombró a Franco jefe de todos los ejércitos con el título de Generalísimo y jefe de Gobierno y Estado. Para unificar los poderes, se fusionaron todas las fuerzas políticas que habían apoyado la sublevación en un único partido: Falange Española Tradicionalista y de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista).

La Internacionalización del Conflicto

El Reino Unido y Francia convocaron una conferencia en la que se firmó un Acuerdo de No Intervención para evitar que el conflicto se extendiera a otros países europeos. Sin embargo, el acuerdo se incumplió y ambos bandos obtuvieron ayuda exterior:

  • Los rebeldes recibieron armas y unos 200.000 soldados de la Italia fascista y de la Alemania nazi a cambio de concesiones mineras.
  • La República obtuvo material bélico y asesoramiento militar de la URSS, a la que pagó al contado con los depósitos de oro del Banco de España. La República también contó con el apoyo moral e intelectual de figuras como Ernest Hemingway o Albert Einstein.

Miles de voluntarios extranjeros se alistaron en las Brigadas Internacionales, un cuerpo organizado por la Internacional Comunista, con sede en París, que lucharon en España en batallones como el Lincoln.

La Vida Cotidiana Durante la Guerra

El Hambre

La guerra fue un tiempo de hambre. Se produjo el acaparamiento de víveres por parte de los productores con el objetivo de venderlos a mayor precio, lo que dio origen al mercado negro. Se impuso el racionamiento de los alimentos. La población se alimentaba de boniatos y lentejas, conocidas como la «píldora del doctor Negrín». Algunos alimentos, como el azúcar, solo se podían adquirir con receta médica.

Los Bombardeos

Madrid y Barcelona fueron las ciudades más afectadas por los bombardeos.

Represalias en Ambos Bandos

La vida cotidiana también se vio sobresaltada por las represalias. La forma más común fueron los «paseos»: un grupo armado sacaba de su domicilio a una persona y, con el pretexto de llevarlo a dar un paseo, se alejaban de la localidad y lo asesinaban.

  • En la zona sublevada: Las víctimas eran mayoritariamente líderes sindicales, miembros de partidos de izquierda, intelectuales y militares republicanos.
  • En la zona republicana: Se persiguió a los caciques, los terratenientes, los empresarios y los miembros del clero.

Usando el pretexto de la guerra, se llevaron a cabo venganzas por rencillas personales. Los fusilados solían ser enterrados en fosas comunes.

Consecuencias de la Guerra Civil Española

Consecuencias Económicas

Numerosas infraestructuras y medios de transporte fueron destruidos. Hubo grandes daños en las instalaciones industriales, lo que ocasionó el derrumbe de unas 250.000 viviendas. Además, se perdieron tierras de cultivo y murieron muchas cabezas de ganado.

Consecuencias Humanas

Las pérdidas humanas ascendieron a unas 145.000 personas en el frente, más 130.000 víctimas de la represión y entre 35.000 y 50.000 ejecutadas por el régimen franquista. Muchas personas abandonaron sus hogares y se convirtieron en refugiados que marcharon al exilio. La salida masiva se produjo tras la caída de Cataluña en 1939. Se concentraron en playas del sudeste de Francia o en Latinoamérica.

Efectos Culturales

Aunque algunos intelectuales apoyaron al bando sublevado, la mayoría manifestó su fidelidad a la República y tuvo que exiliarse.

Los Niños

Mientras el ejército rebelde ganaba territorio, el gobierno republicano alejaba a los niños de las zonas peligrosas. Muchos fueron evacuados y, a medida que el conflicto avanzaba, los republicanos decidieron trasladarlos a otros países. Muchos de ellos no volvieron.

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