La España Contemporánea: Restauración, Monarquía y Conflicto Civil (1874-1939)

La Restauración y la Crisis del 98

Los problemas planteados durante el Sexenio Revolucionario favorecieron a los partidarios del regreso de los Borbones al trono. En diciembre de 1874, un levantamiento militar consiguió la Restauración de la dinastía bajo el reinado de Alfonso XII. La Restauración fue posible gracias al acuerdo entre los principales partidos políticos (el conservador de Cánovas del Castillo y el liberal de Mateo Sagasta), el rey y las Cortes.

El Nuevo Régimen de Cánovas del Castillo

Cánovas del Castillo fue el artífice del Nuevo Régimen, que estaba basado en:

  • Implantación de una monarquía parlamentaria hereditaria.
  • Establecimiento de unas Cortes bicamerales (dos cámaras: Congreso de los Diputados y Senado).
  • La Constitución de 1876:

    • Sufragio censitario.
    • Soberanía compartida entre Cortes y el Rey.
    • Declaración de derechos y libertades más restringidas que en la etapa anterior.
  • Bipartidismo: se basaba en la alternancia pacífica de los dos partidos antes nombrados. Sin embargo, a la hora de las elecciones existía manipulación y falseamiento en las mismas.

El Reinado de Alfonso XII (1874-1885)

El reinado de Alfonso XII (1874-1885), a pesar de la gran estabilidad política, presentó los siguientes problemas:

  1. La oposición de los partidos carlistas y republicanos.
  2. Los regionalismos, especialmente el catalán, el vasco y el gallego.
  3. El desarrollo del movimiento obrero.

La Regencia de María Cristina y el Desastre del 98

Con la temprana muerte del rey (1885) se inició la regencia de su esposa María Cristina de Habsburgo hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII en 1902. Durante este periodo continuó vigente el sistema de turnos de partidos, pero tuvo lugar el Desastre del 98: en este año España perdió sus últimas colonias de Ultramar. El conflicto se originó en 1895 cuando Cuba, que quería independizarse, recibió ayuda de Estados Unidos con armas, dinero y, más tarde, soldados. En 1896 también se habían producido insurrecciones independentistas en las islas Filipinas.

Los estadounidenses derrotaron a los españoles en 1898. España se vio obligada a firmar la Paz de París, por la que reconocía la independencia de Cuba y cedía a Estados Unidos: Filipinas, Puerto Rico y las islas Marianas.

El Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)

El reinado de Alfonso XIII heredó el régimen político de la Restauración y todos sus problemas. Este régimen seguía basándose en el turno de partidos, el liberal de José Canalejas y el conservador de Antonio Maura, que se turnaban en el gobierno a través de las elecciones manipuladas por los caciques. Este sistema se fue agotando.

Problemas Iniciales del Reinado

Durante los primeros años de reinado, los principales problemas fueron:

  • Los regionalismos, sobre todo el catalán, encauzado en la Lliga Regionalista (partido político fundado en 1901 que pretendía cierto grado de autonomía para Cataluña).
  • Un ejército muy sensible a las críticas tras su fracaso en 1898 y necesitado de prestigio.
  • La Guerra de Marruecos: en la Conferencia de Algeciras de 1906 se asignó a España un protectorado en el norte de Marruecos; posteriormente, los marroquíes y las tropas españolas se enfrentaron.
  • El desarrollo del movimiento obrero y de la oposición de la izquierda, favorecidos por las malas condiciones de la clase obrera.
  • El terrorismo anarquista (de izquierda, lo más extremo) que actuó sobre todo contra los empresarios de Barcelona y contra los políticos (contra Alfonso XIII el día de su boda en 1906 y el asesinato de Canalejas en 1912).

Crisis y Desafíos

Una de las principales crisis del reinado de Alfonso XIII fue la Semana Trágica de Barcelona: en julio de 1909, el gobierno llamó a las filas a las tropas de reserva para reforzar a las que ya estaban en Marruecos. Cuando iban a ser embarcados, los familiares de los reclutas se amotinaron para impedirlo; la insurrección se extendió por toda la ciudad de Barcelona y la represión del gobierno fue brutal, provocando una protesta internacional y la caída del gobierno de Maura.

En 1917 se produjo una crisis que mostró la fragilidad de este sistema de gobierno. Sus principales manifestaciones fueron:

  • La protesta del ejército por las derrotas sufridas en Marruecos, las cuales ponían de manifiesto la mala preparación de esta institución (el ejército), además de enfrentar a los militares peninsulares con los africanistas, por los rápidos ascensos que estos obtenían.
  • Huelga general convocada por los partidos obreros: el rápido enriquecimiento de los empresarios durante la Primera Guerra Mundial no fue acompañado por una mejora en las condiciones de los trabajadores.

La Guerra de Marruecos fue decisiva para el sistema político (turnos, Restauración). En 1921 se produjo el Desastre de Annual (territorio español en Marruecos), en el que murieron 9000 soldados españoles en la derrota del ejército español.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Finalmente, los conflictos sociales, el descontento político y el desgaste militar y moral en Marruecos llevaron al general Primo de Rivera a dar un golpe de Estado en 1923, implantando una dictadura con la autorización del rey.

Entre los principales acontecimientos de esta dictadura, destacan:

  • El fin de la Guerra de Marruecos: en 1925 se produjo el Desembarco de Alhucemas, una operación militar conjunta entre España y Francia que acabó con la derrota de los marroquíes. En este episodio destacó un joven oficial llamado Francisco Franco.
  • En Cataluña, la conflictividad social se resolvió mediante la restricción de las libertades políticas.

La oposición a la dictadura de Primo de Rivera aumentó gradualmente debido a la arbitrariedad de su gobierno, la pérdida de apoyo del rey y del ejército, y por el descontento de los intelectuales y de la sociedad española. Su caída se produjo en 1930.

La Segunda República y sus Fases

Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey intentó volver al sistema de turnos de partidos. El 12 de abril de 1931 se celebraron unas elecciones municipales en las que triunfó la coalición republicano-socialista en las grandes ciudades. El rey Alfonso XIII abandonó el país y el 14 de abril se proclamó la II República.

Fases de la República:

  1. Gobierno Reformista o República de Izquierdas (1931-1933)

    Tras la proclamación de la Segunda República se formó un gobierno provisional cuyo objetivo era la modernización de España y la instauración de la democracia. Se convocaron elecciones a Cortes (generales) en junio de 1931; en ellas triunfaron las candidaturas republicano-socialistas.

    En ese mismo año se promulgó una Constitución que definía España como una República de trabajadores de todas las clases. El presidente de la República fue Niceto Alcalá Zamora, y se formó un gobierno de izquierdas presidido por Manuel Azaña.

    Las principales reformas de este período fueron:

    • La aprobación de la autonomía para Cataluña.
    • La reforma militar. El ejército español contaba con un número excesivo de oficiales. Con el objetivo de reducirlo, se estableció un juramento de fidelidad a la República y la posibilidad de acceder a la jubilación para aquellos que no quisieran hacerla.
    • La reforma religiosa. Se disolvió la Compañía de Jesús, se prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza y se retiraron las aportaciones económicas que el Estado hacía a la Iglesia.
    • La reforma agraria. Estableció la expropiación de los latifundios, muy abundantes en el sur peninsular y que estaban en manos de grandes propietarios, mientras que la mayoría de la población rural eran jornaleros sin tierras que trabajaban solo unos meses al año y percibían salarios bajísimos. El objetivo de la expropiación era el posterior reparto de las tierras entre los campesinos, que así se convertirían en pequeños propietarios.
    • La reforma educativa:
      1. Se apostó por una enseñanza laica.
      2. Se crearon nuevos colegios e institutos.
      3. Se desarrollaron centros de formación del profesorado.
      4. Se llevó la cultura al medio rural a través de las misiones pedagógicas.

    Estas medidas mostraban la ambición reformista de la Segunda República, pero al ser tan profundas y realizarse en poco tiempo y de forma simultánea, el nuevo régimen se creó enemigos: monárquicos, algunos militares, la Iglesia, los terratenientes y campesinos a los que no les llegaban las tierras que se les habían prometido. La división entre los miembros del gobierno y los sucesos de Casas Viejas debilitaron al gobierno, que perdió las elecciones de 1933.

  2. Gobierno Conservador (1933-1936)

    La derecha republicana, agrupada en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y bajo la dirección de Gil Robles, dio a la República un giro conservador que frenó todas las reformas de la etapa anterior. Entre los partidos de izquierda y los sindicatos surgió el sentimiento de que, por este motivo, la República había sido traicionada. Esto dio lugar a la crisis de 1934: en varios lugares de España estalló una revolución que en Asturias tuvo una especial relevancia, encabezada por mineros socialistas, anarquistas y comunistas. El gobierno aplastó violentamente esta revolución por medio del ejército. En Cataluña también hubo un levantamiento por temor a perder el estatuto de autonomía. La represión del mismo fue llevada a cabo también por el ejército.

    Finalmente, la coalición de derechas, la CEDA, se rompió debido a casos de corrupción de miembros del gobierno. Se convocaron unas nuevas elecciones en las que salió triunfante la coalición de partidos de izquierda, el Frente Popular.

  3. Gobierno del Frente Popular (1936)

    El nuevo gobierno estaba presidido por Manuel Azaña. Se pusieron en marcha de nuevo las reformas que la República inició en su primera etapa, pero la conflictividad social y civil hacía previsible que se produjera un nuevo estallido revolucionario militar.

    La derecha, encabezada por Calvo Sotelo, se oponía al gobierno del Frente Popular; este político fue acusado de incitar un golpe de Estado. Su asesinato por parte de republicanos de izquierda precipitó los acontecimientos.

La Guerra Civil (1936-1939)

El 17 de julio de 1936, un sector del ejército español se sublevó en Marruecos contra el gobierno. El 18 de julio, esta sublevación militar, apoyada por los carlistas, los monárquicos y un nuevo partido político de derechas (fascista), la Falange Española, y dirigida por el general Mola y por Franco, triunfó en parte de Andalucía, Galicia, Castilla y León, Álava, Navarra, parte de Aragón, el norte de Extremadura, Canarias y gran parte de Baleares. El gobierno republicano conservó su autoridad en el resto del país. Esta situación provocó el estallido de la Guerra Civil.

Las potencias internacionales acordaron la no intervención. A pesar de ello, el general Franco recibió la ayuda de Italia y Alemania, que aportaron tropas, aviones y armamento. El gobierno de la República recibió la ayuda de la Unión Soviética, que suministró material de guerra, y de las Brigadas Internacionales, que eran unidades militares de extranjeros voluntarios.

Durante tres años se libraron durísimas batallas. La represión en ambos bandos hacia el enemigo fue brutal. La superioridad de armamentos del bando rebelde y las discrepancias internas del gobierno de la República dieron el triunfo a los sublevados que, tras ocupar Barcelona y Madrid, tardaron en ocupar los últimos reductos republicanos en menos de tres días.

El 1 de abril de 1939, Franco proclamó la victoria tras la rendición del ejército republicano.

Balance de la Guerra Civil

El balance de la guerra fue el siguiente: medio millón de muertos, miles de españoles que huyeron a otros países, y represalias sistemáticas contra los vencidos durante los años siguientes a la guerra.

El general Franco se convirtió en el nuevo jefe de Estado y estableció un sistema político dictatorial y fascista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *