1. Unificaciones de Italia y Alemania
La Unificación de Italia
Italia antes de la Unificación
El territorio italiano se hallaba dividido en varios Estados: el reino de Piamonte-Cerdeña, el reino de Lombardía-Véneto, los ducados (Parma, Lucca, Módena y Toscana), los Estados Pontificios y el reino de Nápoles. A raíz de las revoluciones de 1848 surgieron las principales posturas nacionalistas en Italia. Unos defendían la proclamación de una República democrática, y otros eran partidarios de un nacionalismo católico (los neogüelfos). Otros pensadores defendieron la unidad de Italia en torno a la casa de Saboya, es decir, del reino del Piamonte. Víctor Manuel II nombró a Cavour primer ministro del Piamonte. Se promovió la idea de la unidad de Italia bajo un único Estado liberal y parlamentario.
Italia durante la Unificación: Etapas
- Creación del Reino de Italia: Esta empresa exigiría el apoyo internacional. Se buscó el apoyo de la Francia de Napoleón III contra Austria por la Lombardía y el Véneto. Tras la ocupación de la Lombardía, Francia retiró su apoyo. Esto no supuso la paralización del proceso. Las agitaciones nacionalistas en Parma concluyeron en su incorporación. El estallido de sublevaciones campesinas fue aprovechado por Garibaldi y con una expedición pronto se hizo con Nápoles, que se integró en el reino del Piamonte.
- La incorporación del Véneto: Esto se produjo como resultado de la guerra entre Austria y Prusia. El reino de Italia se alió con el reino de Prusia y Austria reconoció la anexión del Véneto a Italia.
- La anexión de Roma y la cuestión del Papa: Roma contaba con el apoyo de Napoleón III. En la guerra que los prusianos iniciaron con Francia en 1870, los franceses fueron derrotados en Sedán, por lo que los italianos no tuvieron ninguna oposición. Roma fue proclamada como la capital del Estado. Pero el Papa no reconoció esta anexión y se inició un conflicto entre él y el Estado italiano.
La Unificación de Alemania
Alemania antes de la Unificación
El antiguo I Reich o Imperio alemán quedó reconstituido en una Confederación Germánica formada por 39 Estados independientes. Un hecho crucial en esta unificación fue la culminación, bajo la iniciativa del reino de Prusia, de la Zollverein o Unión Aduanera, que englobaba a 25 estados alemanes del norte. Esta impulsó los intercambios comerciales al crear un mercado unificado, promovió la mejora de la red de transportes y especialmente de los ferrocarriles. Además, ayudó decisivamente al proceso de unificación al afirmar la hegemonía de Prusia. Se defendieron las posturas sobre la unificación en torno a dos posiciones: los defensores de la Gran Alemania, que querían incluir en la futura unificación del Reich a todo el Imperio Austríaco, y, por otro, los partidarios de la Pequeña Alemania, que deseaban integrar únicamente las regiones alemanas del Imperio Austríaco. Esta última solución no fue posible por la negativa de Viena a la ruptura de lazos entre diversos Estados del Imperio. Bismarck, descendiente de la aristocracia terrateniente prusiana, era un monárquico conservador que despreciaba el liberalismo y el constitucionalismo. Su política iba dirigida al engrandecimiento de Prusia y su idea de la nación alemana representaba solo el modo de asegurar la prepotencia prusiana.
Etapas de la Unificación Alemana
- La crisis de los ducados daneses en 1864: Provocada porque los ducados de Schleswig y Holstein se negaron a reconocer al nuevo rey danés. Austria y Prusia decidieron declarar la guerra a Dinamarca. Holstein quedaba bajo administración austríaca y Schleswig bajo la de Prusia.
- La guerra austro-prusiana de 1866: El clima de tensión entre Austria y Prusia desembocó en la guerra. Esta última decidió invadir Holstein. El ejército austríaco fue derrotado y Austria tuvo que firmar la Paz de Praga por la que aceptaba la incorporación de Holstein a Prusia y se despejaba el camino para la creación de la Confederación Alemana del Norte. Paralelamente, Bismarck firmó tratados comerciales y militares con los Estados del Sur. Napoleón III consideró que este proceso podía llevar a la hegemonía prusiana.
- La guerra franco-prusiana y la fundación del II Reich: El tenso clima entre Francia y Prusia estalló como resultado de la candidatura de Leopoldo de Hohenzollern al trono español. Napoleón III rechazó esta posibilidad y las negociaciones enturbiaron el asunto. Estalló la guerra, culminando con la derrota francesa y la proclamación del Imperio Alemán.
2. Las Revoluciones de 1848 en Francia
De las revoluciones de 1830, solo quedó la independencia de Bélgica. En Francia, desde 1832 hubo un viraje conservador de la monarquía de Luis Felipe. En 1848 habría otra oleada revolucionaria, que tenía similitudes con la de 1830, pero las diferencias se basaban en que los objetivos políticos de 1848 serían la democracia. El movimiento democrático de 1848 estaría en contra del sufragio censitario. Se buscaba conseguir la soberanía popular. Los demócratas consideraban a la República como la forma política más idónea para que se desarrollaran los principios democráticos.
Francia
La monarquía de Luis Felipe se había vuelto conservadora y solo era apoyada por la alta burguesía. La oposición exigía una reforma para ampliar el sufragio. El gobierno, con el primer ministro Guizot, se opuso a las peticiones (limitó las libertades). En febrero de 1848, la oposición no consiguió permiso para reunirse en un acto político. La negativa gubernamental provocó manifestaciones y la creación de barricadas. La policía actuó y no obedeció la orden de disparar. El cambio de gobierno (Guizot dimitió) no sirvió para parar el proceso revolucionario. Luis Felipe tuvo que abdicar. La presión popular y los diversos sectores de la revolución impidieron una solución de compromiso. Lamartine (republicanismo moderado) elaboró un programa político-social, donde se proclamó la República y el sufragio universal. En el orden social, se consiguió el derecho a la huelga, la jornada de ocho horas y la creación de talleres nacionales.
El gobierno empezó a encontrar problemas:
- En el campo internacional: la oposición de países absolutistas.
- En la economía: crisis financiera e industrial.
- En lo político: el problema de establecer la legitimidad del nuevo régimen.
Se convocaron elecciones para una Asamblea Constituyente, donde resultó triunfador el partido republicano de Lamartine, de tendencias conservadoras. El gobierno de Lamartine elaboró un proyecto de construcción de ferrocarriles con el fin de solucionar el paro y pretendió cerrar los talleres nacionales. Estas dos medidas provocaron la insurrección obrera. El ministro de la guerra dirigió la represión. Tras estas jornadas, se suprimieron ambos. En la sociedad francesa hubo un giro hacia posiciones conservadoras. Se eligió presidente de la República a Luis Napoleón Bonaparte, que contaba con el apoyo de los monárquicos. Suprimió el sufragio universal. Se planteó el problema de la reelección, que la Constitución impedía. Luis Napoleón intentó que la Asamblea revisara la Constitución. Al no conseguirlo, pretendió granjearse el apoyo del pueblo y del ejército. En diciembre de 1851, Bonaparte firmó dos decretos:
- La disolución de la Asamblea.
- El restablecimiento del sufragio universal.
Se pasó de una revolución social a una monarquía autoritaria. En 1856, Napoleón se convirtió en emperador.
3. Las Revoluciones de 1830
Francia
En Francia había sido restaurada la monarquía borbónica en Luis XVIII, que gobernaba a través de una Carta Otorgada (monarquía autolimitada). Subió al trono Carlos X, rey con ideas absolutistas. La subida de este significó una regresión en las libertades ya que impuso las Cuatro Ordenanzas. Las causas de la revolución de 1830 en Francia fueron:
- Crisis financiera.
- Crisis económica (malas cosechas).
- Crisis política (intento de Carlos X de volver al absolutismo).
Carlos X inició su acercamiento al absolutismo. La insurrección la iniciaron los periodistas y los estudiantes. Carlos X tuvo que huir y los manifestantes pretendían instaurar la República, a la que la burguesía era contraria, y propuso a la Asamblea al duque de Orleans (Luis Felipe) como rey de Francia. El control del poder por parte de la burguesía quedó legalizado con la nueva Constitución de 1830, donde el voto sería por sufragio censitario.
Bélgica
Si en Francia el liberalismo fue motor de la revolución, en Bélgica la revolución estaría motivada por el nacionalismo. El Congreso de Viena había unido Bélgica y Holanda en el reino de los Países Bajos. Esta unión no había sido aceptada por los belgas, que no tenían nada en común con los holandeses. Guillermo I de Nassau (rey de Holanda) había subordinado Bélgica a Holanda. Declaró el idioma oficial holandés, limitó los escaños en el Parlamento a los belgas y los cargos importantes en la administración eran para los holandeses. Los belgas, a través del nacionalismo, se acercaron a las posturas liberales, debido a que Guillermo I representaba el legitimismo. El partido que mejor recogió las aspiraciones de los belgas fue la «Asociación Patriótica» de Potter. Guillermo intentó limitar la libertad de prensa para evitar la propagación de ideas liberales. Los sucesos de Francia se conocieron y comenzaron los desórdenes.
Los manifestantes pidieron la autonomía. Guillermo envió soldados a Bruselas y fueron considerados como una fuerza extranjera, lo que provocó el levantamiento de toda la nación. Se formó una Junta de Defensa que se convirtió en gobierno provisional. Declaró la Independencia y solicitó el apoyo de Francia. El conflicto se internacionalizó. Prusia y Rusia quisieron enviar ayuda a Guillermo. Francia e Inglaterra ayudaron a los belgas. Ante el peligro de un conflicto general, se reunieron las cinco potencias en Londres y reconocieron la independencia de Bélgica. Se elaboró una Constitución de corte liberal y se nombró rey a Leopoldo I. De las revoluciones de 1830 se puede decir que:
- Fueron fenómenos urbanos dirigidos por la burguesía.
- Los objetivos políticos fueron moderados.
- La monarquía siguió siendo la forma de gobierno.
4. El Congreso de Viena y la Restauración Europea
La Restauración fue la reorganización de la política de los países europeos conforme al restablecimiento institucional del Antiguo Régimen (AR). Las Guerras napoleónicas terminaron suscitando en Europa un ansia de paz y estabilidad. La derrota de Napoleón hizo ver a las potencias ganadoras que la vida internacional ya no debía estar dirigida por una sola potencia hegemónica. Se sometió la vida internacional a un derecho que no fuera el de la fuerza e implantó un sistema de seguridad colectiva. Los reyes fueron restaurados en su trono con todos sus poderes y junto a ellos se colocó la Iglesia que legitimó el poder. El orden europeo fue definido por cinco potencias:
- Rusia: Potencia demográfica y territorial. El zar Alejandro I gobernaba autocráticamente.
- Austria: Unida a Hungría, intentaba convertirse en potencia de Centroeuropa. No tenía cohesión nacional. Deseaba expansión hacia los Balcanes.
- Inglaterra: Quería equilibrio europeo.
- Prusia: No tenía relevancia internacional. Se convertiría en embrión de Alemania.
- Francia: No apareció como perdedora. Talleyrand consiguió incluirla en las potencias.
De mayo de 1814 a noviembre de 1815, las potencias vencedoras se reunieron:
- Para las cuestiones de paz.
- Para instaurar un nuevo orden internacional.
- Para repartirse los territorios liberados de la Francia napoleónica.
Se firmó la Primera Paz de París. Regresaron los Borbones al trono de Francia (Luis XVIII). Napoleón abdicó y se retiró. El Tratado de paz estipulaba la vuelta de Francia a las fronteras de 1792, era un tratado benévolo. Para evitar veleidades se creó una barrera oriental, engrandeciendo Holanda (Bélgica) y dándole a Austria el norte de Italia y concediéndole la independencia a Suiza. Las potencias vencedoras se reunieron en el Congreso de Viena, pero cuatro potencias dominaron esas reuniones (Rusia, Prusia, Austria e Inglaterra). Las rivalidades dividieron a estas potencias en dos grupos: Inglaterra-Austria y Rusia-Prusia. Tanto Austria como Rusia deseaban la expansión en los Balcanes aprovechando la descomposición del Imperio Otomano. Inglaterra pretendía el dominio de los mares y el equilibrio en el continente; por el contrario, Rusia deseaba un papel hegemónico en el continente y equilibrio marítimo. Austria y Prusia pretendían un papel protagonista en la unificación alemana. Las reuniones del Congreso se tuvieron que interrumpir por el regreso de Napoleón a Francia (Imperio de los Cien Días). Napoleón volvió a ser derrotado y se elaboró la Segunda Paz de París. Las condiciones de Francia fueron más duras: tuvo que pagar indemnización y su territorio estuvo ocupado durante tres años.
4.1. Principios Teóricos de la Restauración
Las grandes potencias desarrollaron una teoría política. Sus principios fueron:
- Legitimismo: El rey recibía su poder directamente de Dios y, por tanto, debía ser absoluto.
- Responsabilidad internacional de las potencias: La vida internacional debía ser dirigida por las grandes potencias.
- Congresos: Los conflictos se discutirían en los Congresos, con lo que se suprimía la guerra para solucionar disputas.
- Intervención: Las potencias tenían el derecho de intervenir en los asuntos internos de un Estado, siempre que estuvieran en peligro los derechos legítimos de un soberano.
4.2. La Santa Alianza
El zar propuso un pacto que fue firmado por Rusia, Austria y Prusia, y después secundado por casi todos, excepto Inglaterra, el Imperio Otomano y el Papado. Esta alianza señaló un compromiso de gobernar siguiendo los principios de las «Sagradas Escrituras». Se persiguió el fortalecimiento de la monarquía, siendo el deber de los soberanos proteger la religión, la paz y la justicia.
4.3. El Nuevo Mapa de Europa
El intento de las grandes potencias de reducir el número de los Estados europeos se inspiró en un propósito de racionalización: intentaron hacer Estados fuertes. En el reajuste territorial las cuatro grandes potencias obtuvieron grandes ventajas:
- Inglaterra: Consiguió bases marítimas.
- Rusia: Obtuvo la mayor parte de Polonia.
- Prusia: Recibió parte de Sajonia.
- Austria: Recibió el norte de Italia (la Lombardía y el Véneto).
5. La Etapa Republicana de la Revolución Francesa
1. La Convención Nacional Proclama la República
La Asamblea Nacional decidió declarar la guerra a Austria que amenazaba con invadir Francia. Se sucedieron las derrotas francesas. Las tropas austríacas de Brunswick estaban cerca de París. La Asamblea propuso una leva en masa a la que el rey se opuso. Las clases populares parisinas (sans-culottes), respaldadas por diputados (jacobinos y girondinos) y por los batallones, protagonizaron una insurrección. Asaltaron el palacio de las Tullerías y detuvieron al monarca Luis XVI y a María Antonieta, exigiendo el fin de la monarquía. Una nueva asamblea constituyente (Convención Nacional), elegida por sufragio universal, tuvo como primera acción la abolición de la monarquía y la proclamación de la República.
2. La República Girondina
Los girondinos obtuvieron la mayoría en la Convención. Con la proclamación de la República y el sufragio universal, consideraban que la Revolución ya había acabado. Los jacobinos (más radicales) se erigieron en portavoces de los sectores populares de París (sans-culottes), que deseaban una revolución que avanzase en la igualdad social. Girondinos y jacobinos discrepaban respecto a la monarquía. Los girondinos querían castigar al rey, pero temían que su muerte radicalizara el proceso revolucionario. Los jacobinos lo querían juzgar, condenar y ajusticiar. La presión popular obligó a la Convención a tomar la segunda opción. Luis XVI fue guillotinado y la reina María Antonieta también. La situación se volvió cada vez más complicada. Las ejecuciones reales dieron impulso a una coalición europea antirrevolucionaria contra Francia. Se inició una insurrección campesina contrarrevolucionaria.
3. La República Jacobina
Los jacobinos acusaban al gobierno girondino de no responder a las necesidades populares. Respaldados por los sans-culottes, asaltaron la Convención, detuvieron a diputados girondinos y los ejecutaron. El poder quedó en manos de los jacobinos. Los jacobinos elaboraron una nueva Constitución que reflejaba los principios de la democracia social: soberanía popular, sufragio masculino universal y eliminación de derechos feudales. Impulsaron reformas sociales: redistribución de la propiedad agraria, precio máximo para artículos de primera necesidad, castigo a los especuladores… Otras medidas, como un nuevo calendario revolucionario que marcaba el inicio de la república como año I. Para enfrentarse a los ejércitos extranjeros que invadían Francia, se decretó la leva en masa.
4. El Comité de Salud Pública: El Terror
Para imponer todas estas reformas, amparándose en las circunstancias de la guerra, se estableció un Comité de Salud Pública dirigido por Robespierre. El nuevo gobierno suspendió las garantías constitucionales e inició la política conocida como El Terror: concentró en sus manos todos los poderes y tomó medidas excepcionales por las que los sospechosos de acciones contrarrevolucionarias eran detenidos. A principios de 1794 parecía que la República se había salvado. Ante las críticas, Robespierre y sus fieles eliminaron a sus adversarios y llevaron a cabo una sangrienta represión. Sus enemigos se unieron contra ellos y un golpe de Estado en la Convención detuvo a Robespierre, quien fue guillotinado.
6. La Sociedad Urbana
1. El Proceso de Urbanización
Crecieron las ciudades y se consolidó una sociedad urbana debido a que la difusión de la industrialización obligó a los trabajadores a trasladarse a la ciudad y a vivir en torno a la fábrica. Casi todos los nuevos trabajadores industriales procedían de áreas rurales. El crecimiento urbano afectó también al resto de Europa; a principios del siglo XIX el 2% de la población vivía en ciudades y a finales del siglo XIX lo hacía el 78%.
El rápido crecimiento de las ciudades originó una fuerte segregación social por barrios:
- La burguesía abandonó el casco antiguo. Para albergar sus nuevas y confortables viviendas se derribaron las murallas de las ciudades y se construyeron amplias avenidas y barrios residenciales dotados de servicios públicos. En estos barrios había oficinas, comercios y viviendas burguesas ostentosas de riqueza.
- Los trabajadores vivían en los barrios obreros que crecieron sin planificación cerca de las fábricas y carecían de infraestructuras (calles no pavimentadas, sin alcantarillado…). Los edificios eran de viviendas pequeñas sin agua corriente, donde a menudo vivía más de una familia.
2. La Sociedad Industrial
La industrialización comportó una nueva sociedad de clases configurada alrededor de la burguesía y el proletariado industrial. En la nueva sociedad industrial, la propiedad definía la pertenencia a una determinada clase y la movilidad social dependía del nivel de riqueza. A diferencia de la antigua sociedad estamental, en la que la posición social era determinada por la herencia y los estamentos eran grupos cerrados.
La Burguesía
Quienes poseían capitales y bienes (industriales, empresarios…) configuraron la burguesía, una nueva élite social. Su riqueza no provenía de la posesión de la tierra, sino de la propiedad de las nuevas actividades económicas. Con su creciente influencia y estatus, la burguesía organizó la sociedad en cuanto a valores basados en el individualismo, el trabajo, el ahorro y la exaltación de la propiedad privada.
El Proletariado
Los obreros de las fábricas constituían la fuerza de trabajo necesaria para mover las máquinas y producir los bienes. No tenían ni bienes ni capitales y vendían su trabajo para obtener un salario. Sus condiciones laborales eran precarias y sus jornadas de trabajo muy prolongadas.
La Clase Media
Se fue configurando a lo largo del siglo XIX, se caracterizaba por no poseer grandes capitales o propiedades ni por ejercer un trabajo manual. Eran profesionales liberales (médicos, abogados, profesores…), pequeños comerciantes, funcionarios, empleados de banca, militares, etc.
7. Concepto y Significado de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial fue el proceso que supuso la introducción de la máquina en el proceso productivo. Traería consecuencias económicas, sociales y políticas.
1. La Revolución Agrícola
La revolución agrícola se refiere a una serie de transformaciones en la agricultura que hicieron posible un notable incremento de la producción de alimentos y de la productividad agrícola en Gran Bretaña.
Las tres innovaciones agrarias más importantes fueron:
- La difusión de una nueva rotación de cultivos: el sistema Norfolk combinaba la siembra de cereales, que empobrecían la tierra, con la de plantas forrajeras; que la enriquecían porque ayudaban a filtrar el oxígeno en el suelo e incrementaban la cabaña ganadera, cuyo estiércol era fértil. Esta rotación cuatrienal permitía suprimir el barbecho y ampliar la superficie cultivada.
- La introducción de nuevas herramientas (trilladora mecánica, arado Rotherham…), nuevos cultivos (patata, maíz…) y fertilizantes (guano) permitió aumentar y diversificar la producción de alimentos.
- Los cambios en la estructura de la propiedad agrícola mediante el cercado y la privatización de los campos abiertos permitieron mejoras en la productividad. La aparición de la gentry: la burguesía agraria.
2. La Revolución Demográfica
El aumento de la oferta de alimentos desde mediados del siglo XVIII hizo posible un elevado y continuado crecimiento de la población. Gran Bretaña vivió una gran explosión demográfica y, entre 1800 y 1900, el número de habitantes casi se triplicó debido al descenso de la mortalidad (sobre todo la infantil). La mortalidad se redujo a causa de una mejor alimentación y avances médicos e higiénicos (como la vacuna contra la viruela y la difusión del jabón). Una población mejor alimentada (hubo menos hambrunas) tuvo mayor resistencia ante las enfermedades y epidemias. La natalidad se elevó debido a la disminución de la edad de matrimonio. El incremento de la población proporcionó mano de obra abundante y aumentó el número de consumidores, estimulando así el proceso de industrialización.
3. Las Nuevas Fuentes de Energía
La introducción de nuevas fuentes de energía favoreció el paso de la manufactura a la industria y, por tanto, la mecanización de los sistemas de producción. Las primeras máquinas industriales funcionaban gracias a una rueda que aprovechaba el agua de los ríos (energía hidráulica). La gran revolución fue la máquina de vapor, patentada por James Watt y accionada mediante la combustión de carbón. Esto permitió poner en marcha todo tipo de máquinas industriales y agrícolas.
4. La Revolución de los Transportes
A mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña se mejoraron los caminos y se construyeron canales para trasladar materias primas y mercancías. La gran revolución en el transporte fue el ferrocarril: aportó mayor rapidez y capacidad de carga. Fue posible gracias a la invención de la locomotora: una máquina de vapor capaz de transportarse sobre rieles. Un ingeniero estadounidense, Fulton, aplicó la máquina de vapor a la navegación. Los barcos de vapor acortaron la duración de los viajes transoceánicos. El ferrocarril y el barco de vapor facilitaron los intercambios entre los centros de producción y los de consumo y una mayor movilidad de la población. El resultado fue la creación gradual de una red ferroviaria.
5. El Impulso del Mercado
Las mejoras en las infraestructuras y en el transporte ayudaron a consolidar una economía de mercado: se producía para la venta, no para el consumo. El impulso inicial de la expansión comercial británica provino del mercado exterior: los industriales y comerciales orientaron su producción hacia el mercado ultramarino. Pero la mayor transformación fue el desarrollo de un mercado interior. Su consolidación fue un proceso más lento, se nutrió del crecimiento de la población (más consumidores) y del aumento de su capacidad adquisitiva.
8. La Ilustración
Las Bases del Pensamiento Ilustrado
La Ilustración fue un movimiento intelectual que se desarrolló en Europa, especialmente en Francia, en el siglo XVIII. Los filósofos ilustrados sostenían que la razón era el único medio para entender y explicar el mundo. Los ilustrados defendían la libertad de conciencia y pensamiento, rechazaban la superioridad de cualquier religión sobre las demás. Afirmaban que las relaciones sociales debían basarse en la tolerancia entre el hombre y sus ideas. Propusieron un nuevo modelo de organización política y social basado en los principios de libertad e igualdad. Sus ideas ayudaron a socavar los fundamentos ideológicos del Antiguo Régimen (AR). Marcaron el camino a las revoluciones americana y francesa.
La Crítica al Antiguo Régimen
Los filósofos ilustrados criticaron el absolutismo y configuraron la base de una nueva doctrina política: el liberalismo (se basaba en una monarquía parlamentaria y constitucional). Montesquieu propuso la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Rousseau defendió la necesidad de un contrato social entre gobernados y gobernantes y para ello formuló el principio de la soberanía nacional. Los ilustrados también se opusieron a la sociedad estamental.
El Liberalismo Económico
En el terreno económico surgieron los fisiócratas, como Quesnay. Los fisiócratas eran aquellos que defendían que la principal fuente de riqueza de un país era la agricultura. Se oponían a toda reglamentación por parte del Estado, apoyando la libertad económica y la iniciativa individual. El liberalismo económico estaba basado en la ley de la oferta y la demanda.
El Despotismo Ilustrado
La influencia del pensamiento ilustrado alcanzó las cortes europeas. Algunos soberanos, sin dejar de ser monarcas absolutos, llevaron a cabo experiencias reformistas que pretendían unir la autoridad real con las ideas de la Ilustración. Carlos III en España fue un ejemplo de monarca ilustrado. Los rasgos de actuación de estos monarcas fueron: racionalización de la administración, fomento de la educación y búsqueda de modernización económica. Estas experiencias tuvieron un alcance muy limitado.
9. El Poder Político
El Absolutismo Monárquico
El eje central del sistema político del Antiguo Régimen (AR) era la monarquía absoluta de derecho divino. El monarca poseía un poder absoluto: gobernaba el reino, dictaba las leyes y administraba justicia. No se sometía a ningún tipo de control ni compartía la soberanía. Era la encarnación del Estado; sus habitantes estaban sometidos a él. Recibía esa autoridad de Dios y la ejercía a su nombre. Para poder ejercer su autoridad, los monarcas eran asistidos y asesorados por Consejos de funcionarios que administraban el reino, recaudaban impuestos y hacían cumplir las órdenes reales. El monarca debía respetar los privilegios tradicionales de la nobleza y el clero. El poder del monarca estaba limitado por las Cortes y Parlamentos, surgidos en la Edad Media e integrados por representantes de los tres estamentos.
La Contestación al Absolutismo
Aunque en Europa el sistema monárquico era predominante, el absolutismo se criticaba en muchos lugares. En Inglaterra y Holanda, se habían producido a finales del siglo XVII revoluciones que habían implantado el control del Parlamento sobre los monarcas. Los monarcas absolutos eran conscientes de la necesidad de mejorar la economía y la administración de sus países. Introdujeron mejoras siguiendo las nuevas ideas ilustradas.
Parlamentarismo Inglés
En Inglaterra dos revoluciones en el siglo XVII acabaron con la monarquía absoluta. Carlos I había pretendido imponer su autoridad y gobernar sin el control del Parlamento. En 1649, una primera revolución dirigida por Oliver Cromwell ejecutó a Carlos I. El nuevo monarca, Carlos II, aceptó el habeas corpus (1679). En 1689, una segunda revolución destronó a los Estuardo. El Parlamento eligió a un nuevo monarca, Guillermo de Orange, quien juró la Declaración de Derechos que limitaba los poderes del monarca. El parlamentarismo inglés fue un ejemplo para los que deseaban acabar, en otros lugares, con el absolutismo.
10. Las Bases del Antiguo Régimen
La Pervivencia de la Sociedad Estamental
La sociedad del Antiguo Régimen (AR) estaba dividida en tres estamentos conformados en la Edad Media: clero, nobleza y Tercer Estado. Esta organización social estaba basada en la desigualdad legal, social y económica. El clero y la nobleza estaban exentos de impuestos. Su enorme poder provenía de la acumulación durante siglos de tierras, empleos, títulos y cargos. El Tercer Estado no tenía privilegios y debía soportar todas las cargas fiscales (impuestos). Los estamentos eran grupos cerrados a los que se pertenecía por nacimiento. El ascenso era posible dentro del propio estamento pero muy difícil entre distintos estamentos.
Una Economía Agraria y Señorial
A principios del siglo XVIII, la agricultura era la fuente más importante de riqueza, pero muy poco productiva. El mayor problema residía en la forma de propiedad y explotación. La mayor parte de la tierra estaba vinculada (ligada a un título nobiliario, a la Iglesia). Sus titulares podían sacar provecho económico, pero no venderla. La tierra estaba concentrada en muy pocas manos. Sus propietarios eran rentistas que cobraban derechos señoriales, no invertían en mejorar sus señoríos. Los campesinos no solo pagaban prestaciones y rentas a su señor. Estaban obligados a entregar a la Iglesia la décima parte de sus cosechas (diezmo). Los escasos excedentes daban lugar a una agricultura de subsistencia (policultivo). El comercio interior era muy reducido. Se compraba lo indispensable en ferias y la producción de objetos manufacturados era escasa. Desde la Edad Media, estaba controlada por los gremios (organizaciones de artesanos que ejercían el control de materias primas, la elaboración y la venta de sus productos).
Una Población Estancada
A principios del siglo XVIII, la subalimentación, la falta de higiene y los escasos recursos médicos provocaron una mortalidad muy elevada. La esperanza de vida era baja y aunque la natalidad también era muy alta, el crecimiento demográfico era escaso o nulo. Crisis de subsistencia: la producción de alimentos no crecía al ritmo de la población debido a las malas cosechas, lo que provocaba una mortalidad catastrófica.