Revolución Liberal en el Reinado de Isabel II
Durante el siglo XIX, España vivió un proceso de construcción de un régimen político liberal. Al morir Fernando VII, culminó la instauración en España del liberalismo, dando fin al Antiguo Régimen (AR). Los monarcas vieron limitados sus poderes por la constitución y el parlamento. La economía feudo-señorial dio paso a la implantación del capitalismo y se imponía el predominio social de la burguesía. El régimen liberal español se caracterizó por la resistencia de los privilegiados a los cambios, por una participación muy restringida y por la limitación de libertades. Los intentos de desamortización durante el bienio progresista y el sexenio democrático fracasaron.
Revolución Liberal en el Reinado de Isabel II: Carlismo y Guerra Civil
Cuando muere Fernando VII, es entronizada su hija Isabel II, gracias a la aplicación de la pragmática sanción. Esto desencadenó una guerra civil entre los partidarios de Carlos María Isidro y los de la Regente María Cristina. El bando carlista contó con el apoyo social de la pequeña nobleza agraria. Eran los defensores del AR y de los fueros, con el lema “Altar y Trono”. Los isabelinos presentaban distintos intereses. A nivel internacional, la Santa Alianza apoyó al carlismo, mientras que Inglaterra, Francia y Portugal dieron su apoyo a los isabelinos.
Etapas y Consecuencias
- Primera etapa: La primera guerra carlista se prolongó durante 7 años. La sublevación carlista triunfa en el País Vasco-Navarro gracias a las dotes estratégicas del general Zumalacarregui y se extiende por las zonas montañosas catalanas. Sin embargo, no consiguen el apoyo del ejército ni controlan ninguna ciudad importante. Estella es su capital.
- Segunda etapa: Supone el cambio de tendencia tras la muerte de Zumalacarregui en Bilbao y las fracasadas expediciones del general Gómez en Andalucía y del propio don Carlos en Madrid.
- Tercera etapa: El cansancio de la guerra y las divisiones internas del carlismo concluyeron con el convenio de Vergara entre los generales Maroto y Espartero, que puso fin a la guerra. Sin embargo, el general Cabrera resistió en el Maestrazgo hasta 1840. El trato a los vencidos fue muy benigno, permitiendo a los militares seguir en el ejército isabelino o retirarse con su graduación.
El carlismo se mantuvo a lo largo de casi todo el siglo XIX. Una segunda guerra carlista estalló en 1846 cuando Isabel contrajo matrimonio con Francisco de Asís. Las guerras de guerrillas en Cataluña y Levante llevaron a que las partidas carlistas fueran derrotadas por el general Narváez en 1849.
Construcción y Evolución del Estado Liberal
Tras un fallido intento de acercar carlistas y liberales, María Cristina busca el apoyo liberal. Los liberales se hallaban divididos en moderados y progresistas. María Cristina se apoyó, en principio, en los moderados. Los progresistas implantaron un régimen liberal plasmado en la constitución de 1837, que inauguró un periodo de monarquía parlamentaria en España.
La Regencia de Espartero
Los moderados accedieron al gobierno. El proyecto de la ley de ayuntamientos de 1840 acababa con la elección popular de los alcaldes, que eran nombrados por el gobierno. Un movimiento de oposición provincial se alzó contra la regente, que se vio obligada a dimitir en 1840. Espartero fue nombrado regente. Tuvo que reprimir varios pronunciamientos moderados, pero las medidas librecampistas y el autoritarismo con que gobernó le valieron el abandono de los progresistas y la oposición de buena parte del país. En 1843, Espartero se exilió a Londres, y las cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II, proclamándola reina a sus 13 años.
La Década Moderada
Durante casi todo el reinado de Isabel II, el partido liberal moderado controló el gobierno con el apoyo de la monarquía. Presidido por el general Narváez, se impulsó el sufragio censitario, la defensa del orden público y la propiedad privada, la supresión de la Milicia Nacional, la creación de la Guardia Civil y de un nuevo código penal. La centralización administrativa se reforzó con la creación de los gobernadores civiles, mientras se suprimía la elección vecinal de los alcaldes. Se promulgó la constitución de 1845 moderada. Desde 1844, se suspendió la desamortización y en 1851 se firmó un concordato con la Santa Sede, que otorgaba prerrogativas a la iglesia en educación y censura religiosa. La centralización de la instrucción pública se llevó a cabo con el primer plan educativo que culminará con la ley Moyano de 1857. También se implementó una reforma hacendística de Mous, que incluía contribuciones directas, consumos, aduanas e impuestos indirectos.
