La Guerra Civil Española: Orígenes, Desarrollo y Consecuencias Históricas
La Revolución de Asturias de 1934 marcó un hito en la división del país en dos bloques: el bloque republicano de izquierdas y el bloque conservador, defensor de la Iglesia. En 1935 se procedió a la disolución de las Cortes y a la consiguiente convocatoria de elecciones generales.
1. El Gobierno del Frente Popular
Su programa dio vida al Frente Popular, que buscaba el retorno a la política del bienio republicano-socialista para eliminar las consecuencias derivadas de la Revolución de Asturias. Frente a ellos se encontraba el bloque nacional. Tras las elecciones del 16 de febrero, triunfó claramente el Frente Popular.
2. La Guerra Civil Española
Las medidas adoptadas por la República no contaron con el beneplácito de los llamados poderes fácticos. Los “excesos” se combatían desde dentro y fuera de la República. Las trabas puestas al cumplimiento de la legalidad contaban con el apoyo de amplios sectores de la burocracia del Estado y consiguieron paralizar la aplicación de muchas leyes. Estas fuerzas alentaron la conspiración y la sublevación, y financiaron al ejército para dar el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Cuando Azaña aceptó la presidencia de la República en abril de 1936, intentó que todo volviera a ser como antes, pero no lo logró, pues las izquierdas estaban desunidas y las derechas, en cambio, se habían organizado y conspiraban contra la República.
Sanjurjo, desde Lisboa, intentaba ahora lograr el triunfo. Emilio Mola venía desde Marruecos destinado a Navarra, donde encontró todo el apoyo popular y también el de Fal Conde.
En Melilla se inició el levantamiento y el 17 de julio, Franco dirigió por radio un manifiesto a los españoles donde explicaba las finalidades del alzamiento nacional. El Gobierno no le dio importancia. Las noticias eran cada vez más alarmantes y la indignación popular crecía.
El 20 y el 21 fueron fechas decisivas; la mayor parte de la aviación y de la marina apoyaba a la República. España quedó dividida y surgieron multitud de organizaciones populares y militares que ejercieron el gobierno a través de comités locales.
3. La Fragmentación en la Península tras la Guerra
La Guerra Civil dividió España en una zona republicana y en una zona nacionalista. La zona republicana controló la mayoría de las grandes ciudades, zonas industriales y las cuencas mineras más importantes. Por el contrario, los sublevados pronto fueron capaces de crear un estado militar bajo el mando del caudillo, el general Franco. El resultado final de la Guerra Civil se manifestó en la revolución política y social de las “dos Españas”. El fracaso de este Gobierno llevó en 1937 a la formación de uno nuevo, presidido también por el socialista Juan Negrín, y en el que los comunistas cobraron importancia dado que la guerra se sostenía con la ayuda de la Unión Soviética. En marzo de 1939, la Junta de Defensa que el Gobierno había dejado en Madrid, presidida por el coronel Casado, se rindió frente a las tropas nacionalistas y decidió entregar Madrid. El 1 de abril, Franco declaraba el final de la contienda. En la España nacionalista se abolió la legislación social y laboral de la República, la reforma agraria, la legislación laicista y se suprimieron todos los partidos y sindicatos. Más adelante se adoptó la fraseología falangista inspirada en el fascismo italiano para justificar la dictadura personal del general Franco, que duraría casi 40 años. En términos generales, se puede decir que el alzamiento militar fue apoyado por las clases altas (la aristocracia, los grandes propietarios y la alta burguesía financiera e industrial), por la mayoría de la oficialidad del ejército y por la Iglesia, que lo calificó de cruzada nacional contra el comunismo ateo.
4. Fases de la Guerra Civil
Desde el primer momento, el territorio nacional quedó dividido en dos zonas según el éxito obtenido por los militares sublevados. Salvo casos aislados, los militares triunfaron en aquellas provincias donde habían sido más votadas las candidaturas de derechas, mientras que fracasaron en aquellas donde la victoria electoral correspondió al Frente Popular. La Guerra Civil que se desató entonces pasó por varias fases.
En la primera fase, las tropas rebeldes, al mando del general Franco, atravesaron el estrecho de Gibraltar y ambos bandos centraron su objetivo en Madrid, que pronto estuvo asediada por los insurrectos, lo que dio lugar a la conocida como Batalla de Madrid. Contando con las fuerzas de África, así como con la ayuda alemana e italiana, Franco había avanzado previamente sobre Andalucía y había conseguido ocupar en agosto las plazas de Mérida y Badajoz, enlazando de esta manera con los sublevados del norte a lo largo de la frontera portuguesa. Mola, a su vez, había logrado cortar la frontera francesa al ocupar Irún (Guipúzcoa) a principios de septiembre.
En la segunda fase, y tras el fracaso del ataque a Madrid, Franco cambió de estrategia. Concentró sus esfuerzos contra la zona republicana del norte. De este modo, logró conquistar Vizcaya, Santander y Asturias, aunque no abandonó la marcha sobre Madrid. Pero la Batalla de Guadalajara se saldó con el éxito republicano. Los sublevados decidieron entonces centrar sus principales operaciones en el norte. Con el apoyo decisivo de la aviación integrada en la Legión Cóndor alemana, que realizó un devastador bombardeo a la localidad vizcaína de Guernica, finalmente las tropas rebeldes rompieron las defensas de Bilbao. Posteriormente, estas mismas tropas entraron en Santander y, en octubre, tomaron las ciudades asturianas de Gijón y Avilés, con lo que los rebeldes completaban la última etapa de la ocupación de la zona norte.
En la tercera fase, tuvieron lugar las batallas decisivas. Los republicanos conquistaron en enero de 1938 Teruel, ciudad que no obstante perdieron al mes siguiente. En julio de ese año comenzó la dura y decisiva Batalla del Ebro, en la que la derrota del ejército republicano dejó despejada la ruta para el avance de los sublevados hacia Cataluña. En los últimos días de enero de 1939, las tropas franquistas se instalaron en Barcelona y avanzaron en fechas sucesivas hacia la frontera francesa para ocupar los pasos. La ofensiva final tuvo por objeto quebrantar las posiciones republicanas aún resistentes, situadas en la zona centro y en el sur peninsular. Ese mismo año fracasó el criterio de mantener la resistencia defendido por el presidente del Gobierno republicano, Juan Negrín. El Consejo Nacional de Defensa destituyó a Negrín y procuró alcanzar una paz honrosa con el Gobierno franquista de Burgos. Sin embargo, no prosperaron sus gestiones encaminadas a lograr una paz acordada. Las tropas franquistas entraron en Madrid el 28 de marzo. Tres días más tarde, el Gobierno republicano perdió las últimas plazas todavía fieles. El 1 de abril la guerra había terminado, aunque no así las represalias.
5. Consecuencias de la Guerra
Sociales y Económicas
Debido a la situación del país, se organizaron una serie de reformas administrativas.
- La división de España en dos formas de gobierno.
Las bajas producidas por la guerra y por las purgas hicieron descender los índices demográficos y disminuyó la población activa. Se perdieron reservas de oro del Banco de España, se destruyeron edificios públicos, viviendas… Fue una época de hambre y racionamiento que no se logró superar hasta la década de 1950. Miles de exiliados abandonaron el país.
Culturales
(Sección sin contenido en el documento original)
6. Aspectos Económicos del Conflicto
El Capital
Desde el comienzo de la guerra, las élites agrarias, financieras, comerciales e industriales se adhirieron al bando sublevado; aquellos que se vieron obligados a permanecer en el bando republicano, boicotearon discretamente la actividad económica.
El Trabajo
Fue durante la Guerra Civil cuando se produjo una verdadera revolución social y económica al cambiar la titularidad del poder económico.