El Franquismo en España: Características Fundamentales y Evolución por Etapas

Características Generales del Régimen Franquista

El régimen franquista fue una dictadura personalista que se mantuvo en el poder gracias al apoyo del Ejército, la Iglesia y las oligarquías, quienes se beneficiaron de ella. El Ejército obtuvo privilegios económicos y jurídicos; la Iglesia aumentó su poder económico e influencia social tras la Segunda República; y la oligarquía recibió apoyos y ayudas del Estado. La dictadura contó con el respaldo de masas conservadoras que, al ayudar al gobierno, reforzaron valores como el privilegio. Franco, siendo la autoridad indiscutible del régimen, contó con el apoyo de diversas fuerzas y grupos políticos.

Durante la Guerra Civil, Franco recibió el poder absoluto, que mantuvo hasta el fin de la guerra y su muerte. El régimen franquista apenas evolucionó en sus aspectos fundamentales: negaba el principio de soberanía popular, y Franco, autoproclamado «Caudillo de España por la gracia de Dios», concentraba todo el poder en sus manos. Además, negaba los derechos y libertades, aplicando leyes represivas como la Ley de Responsabilidades Políticas o la Ley de Represión del Comunismo. Confiaba en las fuerzas de seguridad (Guardia Civil, Policía y Ejército) como órganos represivos. No existía un partido político único, sino el Movimiento Nacional, siendo todos los demás partidos ilegales. Predominaba un centralismo político, con todo el poder recayendo en manos de Franco.

Hubo una gran represión contra el nacionalismo vasco y catalán. Aunque se favorecieron los intereses económicos de la empresa privada y se implementaron políticas avanzadas como la existencia de la Seguridad Social, la realidad era una fuerte represión a los sindicatos (CNT, UGT, etc.), que eran considerados ilegales. Por otra parte, el franquismo desarrolló el nacionalsindicalismo.

Etapas del Franquismo

Primera Etapa: Aislamiento Internacional, Autarquía y Estancamiento Económico (1939-1951)

Franco mantuvo una buena relación con las fuerzas fascistas durante la Segunda Guerra Mundial. En 1940, se entrevistó con Hitler y le propuso la participación de España en la guerra a cambio de anexiones territoriales en Argelia, pero este lo rechazó al no ver ninguna ventaja. En 1941, España se involucró en la guerra al enviar la División Azul al frente ruso. En 1945, España fue castigada con el aislamiento internacional: se le retiraron embajadas y se le prohibió la entrada en la ONU.

En el aspecto económico, este fue un período de estancamiento e inflación. A las pérdidas de la Guerra Civil se sumó la falta de ayudas extranjeras debido al aislamiento internacional. Todo ello provocó la puesta en marcha de políticas económicas basadas en la autarquía, además de una fuerte intervención estatal.

En cuanto a la política, estos fueron los años de mayor influencia de la Falange, pero su poder fue decayendo tras la derrota de las potencias fascistas en la guerra. También fueron años de gran represión política contra las fuerzas antifranquistas: entre 1939 y 1945, hubo más de 10.000 presos políticos. También hubo un gran número de personas fusiladas en la cárcel y de niños que fueron arrebatados de sus familias. Todos los partidos políticos y sindicatos quedaron desmantelados e ilegalizados. También existió la lucha armada en diversas zonas, protagonizada por los maquis, apoyados por el PCE. A partir de 1945, esta resistencia antifranquista se intensificó; sin embargo, este método de lucha fracasó y desapareció en 1952.

Segunda Etapa: Abandono de la Autarquía y Apertura Diplomática al Exterior (1951-1959)

En 1951, la grave situación de la posguerra, marcada por la escasez y las malas condiciones de vida, supuso para el régimen el abandono de la autarquía y un cambio de política. En el ámbito internacional, este fue el período de mayor intensidad de la Guerra Fría, y EE. UU. buscaba el apoyo de diversas fuerzas políticas. Gracias a esto, el régimen fue aceptado en el exterior. Además, se firmó el Concordato con el Vaticano y acuerdos militares con EE. UU., permitiendo la instalación de bases militares a cambio de ayuda económica, entre otras cosas. En 1956, Franco renunció al dominio de Marruecos.

En cuanto a la lucha antifranquista, el PCE potenció la lucha clandestina dentro de los sindicatos oficiales, las universidades y otras instituciones. En estos años, el PCE impulsó la política de «Reconciliación Nacional», que pretendía superar los enfrentamientos de la Guerra Civil entre los distintos sectores del país y reagrupar a todas las fuerzas opuestas a la dictadura franquista.

Tercera Etapa: El Desarrollo Económico (1959-1973)

En 1959, el gobierno, remodelado por Franco, dio un giro importante a la política económica al aprobar el Plan de Estabilización. Este se caracterizó principalmente por la liberación de la economía española y la apertura al mundo exterior. Se congelaron los salarios, se devaluó la peseta, etc. Estas medidas modernizaron la economía española mediante una integración con la europea, en un período de desarrollo económico dentro de Europa. Todo esto favoreció la llegada de turistas, los beneficios de las remesas de inmigrantes españoles y la penetración de capital extranjero en los sectores clave de la economía nacional. Gracias a esto, se aprobaron una serie de Planes de Desarrollo Económico para favorecer la industrialización. Esta industrialización se realizó en zonas como Madrid, Barcelona y País Vasco, provocando un importante éxodo rural que llevó al abandono de las zonas rurales e incrementó la población de las ciudades.

Además, fue un período de importante crecimiento económico para España, pero con grandes desequilibrios sociales y regionales. En cuanto a la política exterior, en 1967 se reconoció la independencia de Guinea Ecuatorial. Además, Franco designó a Juan Carlos como futuro rey de España, pero solo ejercería su poder tras la muerte de Franco. Se intentó dar una imagen de cierta liberación interior, pero esta fracasó debido a la ejecución de dirigentes comunistas como Grimau, entre otros.

Durante este período, el PCE desarrolló una importante lucha pacífica en el movimiento obrero, donde se desarrollaron huelgas a pesar de ser ilegales, y a partir de aquí surgieron importantes sindicatos de clase obrera, a pesar de su ilegalidad. Por otra parte, también surgió un movimiento estudiantil que consiguió desmantelar el SEU y convertir las universidades en un foco de lucha antifranquista. El movimiento de artistas presionó para conseguir la libertad de expresión y eliminar todo tipo de censuras. Además, el movimiento vecinal llevó a cabo una importante lucha contra los ayuntamientos antidemocráticos para mejorar las condiciones de vida en las ciudades. La oposición al régimen llegó incluso a sectores de la Iglesia. También aparecieron nuevas fuerzas partidarias de la lucha armada contra el régimen, como ETA y el FRAP.

Cuarta Etapa: Los Primeros Momentos de la Crisis Económica y el Agotamiento Político del Franquismo (1973-1975)

A partir de 1973, comienza a nivel mundial una nueva crisis económica que afecta a España. Este período se caracterizó por un estancamiento político, elevada inflación y aumento del paro, entre otros problemas. En 1973, Franco nombró presidente a Carrero Blanco, pero este murió a manos de ETA poco tiempo después. Le sucedería en el cargo Arias Navarro.

En los últimos años, se produjo un aislamiento político a nivel internacional. En 1974, desaparecieron las dictaduras militares de Portugal y Grecia, y España se convirtió en un país diferente. Además, la lucha antifranquista se acentuó a todos los niveles, tanto la lucha armada como la pacífica en diferentes sectores. En 1974, el PCE impulsó la Junta Democrática. Además, reapareció el PSOE, ahora más remodelado, y surgieron nuevas fuerzas políticas. Frente a este acoso, Franco respondió acentuando su actividad represiva mediante la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich en 1974 y el fusilamiento de miembros de ETA y FRAP.

Estas últimas ejecuciones provocaron protestas y acentuaron el aislamiento internacional del régimen. Además, Marruecos aprovechó esta situación de aislamiento y debilidad para intentar anexionarse el Sáhara español. En estas circunstancias, Franco murió el 20 de noviembre de 1975, después de una larga agonía, lo que supuso tristeza en medio país y alegría en el otro.

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