El Régimen Franquista: Características y Pilares
El régimen dictatorial franquista se caracterizó por un autoritarismo extremo. Sus rasgos más relevantes fueron:
- Totalitarismo: Solo se permitió la existencia de un partido único y de un único sindicato oficial.
- El Caudillismo: Franco, investido con el título de Caudillo de España, era también el Generalísimo de todos los ejércitos y Jefe Nacional del partido.
- La Concepción Unitarista y Centralista del Estado.
- La Represión de la Oposición.
- El Control de los Medios de Comunicación, utilizados como propaganda franquista.
Los Tres Pilares del Franquismo
Los tres grandes pilares de la dictadura de Franco fueron el Ejército, el partido único y la Iglesia Católica.
- El Ejército fue el sostén del régimen y participó activamente en el poder; buena parte de los ministros y gobernantes eran militares de carrera.
- El partido único, denominado Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS), se encargó de dotar al régimen de sus bases ideológicas, de controlar los medios de comunicación y de suministrar una buena parte de los cargos de la Administración. El Sindicato Español Universitario (SEU) pretendía ser un instrumento de control político de los universitarios, y la Central Nacional Sindicalista (CNS) integraba a patrones y trabajadores en una misma organización.
- La Iglesia Católica se definió como el Estado confesional católico a cambio de una financiación pública muy numerosa.
Grupos de Apoyo y Familias del Régimen
La estructura política del Estado franquista se sustentaba en los grupos que habían mostrado su adhesión incondicional al Caudillo y que, de una manera u otra, integraban el llamado Movimiento Nacional. Dentro del franquismo, existían diferentes familias.
Los primeros en formar parte del Estado franquista fueron falangistas, carlistas, ultracatólicos y monárquicos alfonsinos, así como miembros de la CEDA y catalanistas.
La Iglesia también creó asociaciones de presión de inspiración católica que gozaron de gran influencia, como el Opus Dei o la Acción Católica Nacional de Propagandistas.
La Represión Institucionalizada del Franquismo
El franquismo nunca mostró el menor interés por buscar una reconciliación con los vencidos. Su objetivo fue siempre destruir o someter a todos aquellos que mostraban su oposición al régimen.
Los insurrectos desataron una violencia indiscriminada, y al fin del conflicto se procedió a la institucionalización de la represión. La primera ley represiva fue la Ley de Responsabilidades Políticas, seguida de la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. Una parte considerable de los condenados por la represión fue enviada a los batallones de trabajadores, y posteriormente se crearon los batallones disciplinarios de soldados trabajadores.
El conjunto de medidas represivas adoptadas por las autoridades se caracterizó por su voluntad de ejemplaridad y castigo. Las medidas represivas contra los vencidos fueron acompañadas de un amplio proceso de confiscación y expolio de su patrimonio, y también se llevó a cabo una depuración generalizada de los funcionarios.
La victoria de Franco tuvo unas características muy particulares: el catalán, el vasco y el gallego fueron considerados como simples dialectos, y la represión obligó a buena parte de los intelectuales a buscar refugio en el exilio.
Relaciones Internacionales y Evolución del Régimen Franquista
Impacto de la Segunda Guerra Mundial
La consolidación del régimen franquista y su evolución política estuvieron muy condicionados por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias más inmediatas.
España no se hallaba en condiciones materiales de involucrarse en una guerra, por lo que Franco declaró la neutralidad de España. La victoria alemana sobre Francia motivó el paso de la neutralidad a la no beligerancia.
Finalmente, España no entró en guerra, aunque colaboró en el esfuerzo bélico enviando material y provisiones, y en 1941 se envió una unidad de voluntarios (la División Azul). El fin de la Segunda Guerra Mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y rechazo internacionales. Además, el gobierno de Francia cerró la frontera con España.
Reconocimiento Internacional y Guerra Fría
La persistencia del franquismo después de la Guerra Mundial tuvo un enorme coste económico y político: la España de Franco no pudo beneficiarse del Plan Marshall y fue excluida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), constituida en 1949.
La configuración de dos bloques antagónicos (URSS y EE. UU.) y el inicio de la Guerra Fría alteraron significativamente la situación internacional. Franco decidió proceder a una remodelación del Gobierno. El nuevo gabinete abrió una etapa en el franquismo caracterizada por el predominio del nacionalismo. En 1953, Franco obtuvo el definitivo reconocimiento internacional del régimen con la firma de los acuerdos con Estados Unidos y del Concordato con la Santa Sede.
Transformación Económica: Los Tecnócratas
Dentro del régimen aumentaba la presión de quienes defendían la necesidad de un profundo cambio en la orientación económica. Estos dirigentes eran conscientes de la necesidad de acabar con los vestigios de la autarquía, liberalizar la economía y proceder a su apertura al exterior para reorientar un Estado que se hallaba al borde de la quiebra. Franco realizó una nueva remodelación del Gobierno, apartando a los falangistas y promocionando a los sectores católicos. Entraron hombres procedentes del Opus Dei, los llamados tecnócratas, que ocuparon puestos decisivos en la dirección económica del país.
La Estructura del Estado Franquista: «Democracia Orgánica»
La dictadura franquista pretendió dar una imagen de legalidad con la promulgación de una serie de Leyes Fundamentales que ocupaban el lugar de una Constitución inexistente y con la creación de unas Cortes que daban la apariencia de un sistema parlamentario. Ese entramado político fue bautizado como «democracia orgánica».
El establecimiento de unas leyes políticas básicas que organizasen jurídicamente el Estado franquista fue un proceso largo que concluyó con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado. Se instauró el Fuero de los Españoles, que pretendía aparentar que en la España de Franco los ciudadanos también gozaban de unas ciertas libertades políticas, y la Ley del Referéndum Nacional.
La Ley de Sucesión permitió a Franco designar a su sucesor «a título de rey». En 1958, se promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que reafirmó el Movimiento Nacional como un único partido e instituyó que todos los altos cargos civiles o militares pasaran a ser considerados miembros natos del Movimiento. El franquismo rechazaba el sistema democrático; para la constitución del nuevo Estado, se inspiró en el Estado corporativista italiano.
Organización Política y Sindical
El Estado se reguló a partir de la Ley Constitutiva de las Cortes, y sus representantes, llamados procuradores, eran designados por el poder. Entre ellos se encontraban los ministros, los miembros del Consejo Nacional del Movimiento y de la Organización Sindical.
A partir de la Ley Orgánica del Estado, surgieron los procuradores por el tercio familiar, elegidos mediante sufragio por las cabezas de familia.
Otro poder del Estado fueron los sindicatos verticales. La Ley de Unidad Sindical establecía que empresarios y trabajadores se integrarían en un mismo sindicato por ramas de producción. El Estado dictaba las condiciones laborales, anulando la posibilidad de negociación colectiva y legalizando la huelga. El resultado fue bajos salarios para los trabajadores y amplios beneficios empresariales.