El Franquismo en España: Dictadura, Sociedad y Transformación Histórica (1939-1975)

El Régimen de Franco: Orígenes y Consolidación

Nada más comenzar la Guerra Civil, la Junta de Defensa constituida en el bando rebelde nombró a Francisco Franco Jefe del Estado y Generalísimo de las Fuerzas Armadas con el objeto de encomendar la dirección de la contienda a una única persona1. A partir de su nombramiento como Generalísimo, se produjo en la persona de Franco una concentración cada vez más intensa de poderes, que culminó en una dictadura que se prolongó durante casi cuarenta años, hasta su muerte en 1975.

Los primeros diez años fueron quizá los más difíciles, tanto para el dictador como para toda la población en general. El aislamiento al que sometió la comunidad internacional a España y la penuria económica derivada de la Guerra Civil sembraron el hambre y la pobreza por todo el territorio.

Persecución y Depuración

La victoria de los nacionales en la guerra dio inicio a una severa represión contra los vencidos. Se estima que entre 25.000 y 50.000 personas fueron ejecutadas; alrededor de 300.000 fueron encarceladas y otras tantas hubieron de huir exiliadas a una Europa en la que estaba a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial.

Las delaciones y denuncias por venganza fueron por aquel entonces muy frecuentes.

El instrumento que utilizó el Régimen para legalizar la persecución fue la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, que persiguió a los republicanos y expropió los bienes de los exiliados.

Bases Ideológicas, Sociales y Jurídicas del Franquismo

A pesar de que el poder de Franco derivaba de un golpe de Estado y de una Guerra Civil, el general pretendió aparecer ante las democracias occidentales como el portador de un poder legítimo. Para ello, hubo de inventar unas bases legales sobre las que fundar su nuevo sistema. Podemos clasificar estas bases en ideológicas, sociales y jurídicas.

Bases Ideológicas

Los valores ideológicos fundamentales del franquismo fueron:

  1. El anticomunismo: la propaganda franquista acusó al comunismo de todos los desastres sobrevenidos al país. De hecho, en 1940 el gobierno de Franco creó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo con el fin de perseguir y encarcelar a todos aquellos que hubiesen estado relacionados con los partidos de izquierda.
  2. El nacionalcatolicismo: el régimen franquista afirmaba que el catolicismo era la esencia de la nación española. La nación, además, era única e indivisible, lo que convertía en enemigos a nacionalistas catalanes o vascos.
  3. El nacionalsindicalismo: era una mezcla de principios capitalistas y socialistas que reducía los sindicatos a uno solo, de adscripción obligatoria para todos los trabajadores.
  4. La constitución de un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que dirigió el propio general Franco, lo que suponía la abolición de cualquier otro partido político.
  5. La democracia orgánica, que solo se desarrolló un poco en la última fase del franquismo y que consistía en una forma de representación, no a través de partidos políticos, sino a través de órganos intermedios entre el Estado y los individuos, como los municipios, las asociaciones profesionales o la familia.

Bases Sociales

Desde el punto de vista social, el régimen de Franco se apoyó en tres pilares fundamentales: el Ejército, la Iglesia y la Falange.

El Ejército

Entre los ministros de sus gobiernos, siempre hubo algún militar. El punto culminante del poder de los militares fue entre 1939 y 1945. Sin embargo, a partir de esa fecha, los militares fueron progresivamente reemplazados por civiles.

La Falange

La muerte de José Antonio Primo de Rivera le permitió a Franco apoderarse del partido. La Falange proporcionó al régimen toda una simbología de corte fascista (camisa azul, yugo y flechas, saludo con mano extendida…), pero nunca logró un protagonismo excesivo durante la dictadura.

La Iglesia

La Iglesia fue considerada durante mucho tiempo una de las columnas del régimen. Hubo, sin embargo, miembros de la jerarquía eclesiástica que también se opusieron al dictador, como los obispos Gomá, Pla y Daniel, o el cardenal Segura. La influencia de la Iglesia se manifestó en el plano educativo y el de la moral, e influyó también en la censura de publicaciones.

El franquismo contó además con otros apoyos, como los carlistas, los monárquicos que esperaban todavía restaurar la realeza en España, o algunos sectores empresariales que resultaron beneficiados al obtener créditos o participaciones en la construcción de grandes obras e infraestructuras. De este periodo es, por ejemplo, José Banús, constructor de la Costa del Sol y también de algunos barrios nuevos de Madrid.

Estos grupos disputaron muchas veces entre sí para ganar más influencia cerca del «Generalísimo». Un enfrentamiento de importancia es el que tuvo lugar en 1942 entre falangistas y carlistas a la salida de un oficio religioso en la basílica de Begoña, en Bilbao, y que se saldó con el cese de Serrano Suñer, cuñado de Franco2.

Bases Jurídicas

El franquismo fue publicando una serie de leyes según las necesidades políticas de cada tiempo, que pretendían servir en conjunto como una especie de Constitución. Tales leyes fueron las siguientes:

  1. El Decreto de Unificación de 19 de abril de 1937, que suprimió los partidos políticos y unificó las fuerzas del Movimiento en Falange Española Tradicionalista y de las JONS.
  2. El Fuero del Trabajo de 9 de marzo de 1938: establecía los fundamentos sobre los que se iba a organizar la economía del Estado3.
  3. La Ley de Cortes de 1942: restablecía las Cortes, pero sin atribuciones legislativas. Sus miembros eran procuradores —no diputados— designados por el gobierno o por el sindicato vertical.
  4. El Fuero de los Españoles de 1945: pretendía ofrecer una apariencia supuestamente democrática ante Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. La ley recogía una serie de derechos para los españoles, pero no establecía los mecanismos para hacerlos efectivos, de modo que el reconocimiento quedaba sin valor. Además, se establecía como obligación fundamental de todos los ciudadanos la lealtad a Franco y a su régimen. La ley restringía también la libertad de expresión y asociación.
  5. La Ley de Referéndum Nacional de 1945: regulaba la única posibilidad de sufragio universal4. Fueron muy pocas las consultas celebradas y, además, no reunieron las garantías suficientes que asegurasen la veracidad de los resultados.
  6. La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1947: afirmaba el carácter vitalicio de la jefatura de Franco, quien además se reservaba el derecho a designar la persona que le sucedería a título de rey.
  7. La Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional de 1958: tuvo lugar tras un largo silencio legislativo. No aportó nada nuevo y su publicación obedeció a motivos de propaganda política.
  8. La Ley Orgánica del Estado de 1967: concedía mayor representatividad a las Cortes y, además, separó por primera vez en la dictadura la jefatura del Estado de la presidencia del Gobierno5.

Política Exterior: La Segunda Guerra Mundial y el Aislamiento de España

Nada más comenzar la Segunda Guerra Mundial, Franco declaró la neutralidad de España. A pesar de que se entrevistó con Hitler en Hendaya en 1940, el dictador no quiso intervenir en la contienda aludiendo al estado ruinoso en que se encontraba el país.

Esto no le impidió, sin embargo, que ayudara especialmente a Italia y Alemania, países fascistas con los que estaba comprometido desde la Guerra Civil Española. Así, como prueba de buena voluntad en su lucha contra el comunismo, el gobierno de Franco envió al frente ruso un cuerpo expedicionario compuesto por unos 50.000 soldados, todos voluntarios, llamado la División Azul. Unos cinco mil de estos morirían lejos de España.

Al mismo tiempo, Franco mantuvo relaciones con Francia e Inglaterra.

Tras la Segunda Guerra Mundial, los países vencedores consideraron el régimen franquista como un residuo del fascismo, por lo que rechazaron la admisión de España en la ONU. Muchos países retiraron sus embajadores de España, que quedó en una situación de completa marginación internacional. Además, EE. UU. excluyó a España del Plan Marshall para la recuperación económica europea.

Aislamiento y Autarquía (1940-1950)

España carecía de recursos para atender las necesidades surgidas tras la Guerra Civil: campos devastados, industrias en pésimas condiciones, el Banco de España sin reservas de oro, las vías de comunicación absolutamente destruidas y miles de hombres buscando empleo. Sin embargo, la voluntad del régimen de no depender para nada del exterior llevó al gobierno de Franco a adoptar una serie de medidas de carácter intervencionista y autárquico, que consistían en el autoabastecimiento y la supresión de cualquier intercambio internacional.

Con esta política, el país se veía obligado a producir todo lo necesario dentro de sus propias fronteras. Solo se facilitó la importación de productos imprescindibles como el petróleo, el caucho o el algodón.

Toda la actividad económica pasó a ser controlada por el gobierno. Además, Franco dictó una serie de leyes proteccionistas para la industria española, como por ejemplo la Ley de Protección de Industrias de Interés Nacional de 1939.

En 1941, el gobierno fundó el INI (Instituto Nacional de Industria), una organización paraestatal destinada a suplir las inversiones en aquellos sectores donde la iniciativa privada era incapaz de llegar. Se crearon así grupos de empresas con capital público gestionados por el gobierno, como Ensidesa, Endesa, Butano, Iberia, Aviaco, Pegaso, Seat… Los productos de estas empresas resultaron difíciles de exportar, pues carecían de calidad y su precio era poco competitivo.

Otra medida dirigida a la reconstrucción del país fue la creación de Renfe en 1941, que supuso la nacionalización de todas las redes de ferrocarril peninsulares. La creación de Renfe se debió a la necesidad de rehacer las líneas destrozadas tras la Guerra Civil.

Las consecuencias de la autarquía fueron el estancamiento del país y el retroceso de la producción industrial. Se produjo también un grave aumento de la inflación como consecuencia de las emisiones de moneda por parte del Estado para pagar la enorme deuda pública. La concesión de subvenciones dio lugar a corrupción, favoritismos y tráfico de influencias.

El hambre y la pobreza se extendieron por todo el país. A fin de asegurar el abastecimiento de los productos básicos y de primera necesidad (pan, aceite…), el gobierno estableció un riguroso sistema de racionamiento a través de cartillas.

Sin embargo, al margen de esta distribución de bienes que controlaba el Estado, surgió un mercado negro, conocido como el estraperlo, donde se podían adquirir los mismos productos, pero a precios altísimos.

La pobreza del campo provocó la emigración masiva a la ciudad, donde se formaron barriadas marginales de chabolas.

Hasta fines de los cincuenta, el régimen franquista se vio, pues, solo y aislado del resto del mundo. Fueron los momentos más difíciles que hubo de soportar. No es casualidad que durante este periodo tuviera lugar la actividad de los maquis o guerrilleros españoles que, después de participar en la Segunda Guerra Mundial, actuaron en España con el fin de desestabilizar el régimen del general Franco. Sin embargo, no lograron su objetivo.

A partir de los años 50, el contexto internacional se caracterizó por la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. El enemigo para las democracias occidentales era ahora el comunismo. El gobierno de Franco aprovechó la ocasión para estrechar lazos con los Estados Unidos y en 1953 logró firmar unos acuerdos económicos bilaterales con este país.

En virtud de este tratado, España concedía a los americanos cuatro bases militares en Zaragoza, Torrejón de Ardoz (Madrid), Morón de la Frontera (Sevilla) y Rota (Cádiz). A cambio, el gobierno español recibiría material bélico y ayuda económica norteamericana.

La ruptura del aislamiento se completó con la firma en 1953 del Concordato con la Santa Sede y en 1955 con la integración de España en la ONU y su admisión en el Fondo Monetario Internacional.

La ruptura del aislamiento internacional permitió que mejoraran notablemente las condiciones de vida de los españoles, aunque no faltaron las huelgas y, sobre todo, las manifestaciones estudiantiles en las universidades.

En 1956, Francia abandonó inesperadamente el protectorado de Marruecos. Arrastrado por esta circunstancia, el gobierno español se vio obligado a reconocer también la independencia de su parte en Marruecos y abandonar este país. España, sin embargo, todavía retuvo el Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial, que abandonaría más adelante.

Notas

  1. En la elección de Franco influyó su prestigio como militar (era entonces el general más joven de Europa) pero también algunas circunstancias afortunadas para él, como fueron la muerte del general Sanjurjo en accidente de aviación, la de José Antonio, fusilado en la cárcel de Alicante, la de Calvo Sotelo, asesinado antes de la contienda civil, o incluso la posterior del general Mola.
  2. Un falangista lanzó una granada contra los carlistas que salían de la iglesia. Se produjeron tres muertos y 70 heridos.
  3. Esta disposición se complementaba con la «ley de unidad sindical», que encuadraba obligatoriamente dentro del llamado «sindicato vertical» a todos los trabajadores, empresarios y propietarios de negocios. Su finalidad era la de reforzar la disciplina, el control de los obreros e impedir los conflictos laborales. El sindicato vertical quedó en manos de la Falange lo que favoreció el enchufismo.
  4. Consistía en la ratificación popular de textos legislativos de extraordinaria trascendencia.
  5. La nueva ley abría campos a algunas posibilidades democráticas. Sus principios, sin embargo, se pusieron en práctica con lentitud. En 1969 Franco designó como sucesor a Juan Carlos de Borbón. En 1973 nombró como presidente del gobierno a Carrero Blanco.

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