CLASIFICACIÓN: Nos encontramos ante un texto de carácter primario y de naturaleza política. Se trata de un documento público, destinado a toda la nación española. Publicado en el diario La Vanguardia, entre otros muchos, el 13 de septiembre de 1923. El autor es Miguel Primo de Rivera (1870-1930), militar español que consiguió importantes ascensos debido a su participación en guerras como la de Marruecos o Filipinas y que en adelante dirigirá una Dictadura Militar que pondrá fin al régimen de la Restauración.
ANÁLISIS: La idea principal que subyace en el texto, es la instauración de una Dictadura Militar, que comenzaría en 1923 y que daría por finalizado el régimen de la Restauración (1875-1923), debido a una serie de problemas que atenazan al país y a los que no han dado solución ni los partidos del turno, ni los proyectos regeneracionistas.
Entre las ideas secundarias se esgrime la necesidad de saltarse la legalidad, puesto que los gobiernos que se han alternado desde 1898 no han sido capaces de dar soluciones. Miguel Primo de Rivera alude al «cuadro de desdichas e inmoralidades». Entre las desdichas podemos citar el Desastre de Cuba y la pérdida de las colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Otras desdichas son algunos incidentes graves como la Semana Trágica de Barcelona en 1909 o la grave crisis de 1917. En cuanto a las inmoralidades no cabe duda de que se refiere a los casos de corrupción política que lleva a cabo unos gobiernos débiles dirigidos por la oligarquía española.
Cuando se refiere a Directorio, hace alusión a un gobierno ejecutivo asumido por un grupo de personas, con poderes políticos similares en lo que se refiere al gobierno. La calificación de «militar» se debe a que ese grupo de personas pertenecen exclusivamente al estamento militar. El Directorio Militar se establecerá en 1923 y llegará hasta 1925, durante ese periodo se dará un restablecimiento del orden social con la disminución de asesinatos políticos, manifestaciones y huelgas. A partir de 1925, el Directorio Militar dará paso a un Directorio Civil, donde Miguel Primo de Rivera asumirá casi todos los poderes.
También hace referencia al problema de Marruecos, que comienza con la Conferencia de Algeciras en 1906, que concede a España el protectorado del Norte de Marruecos. España, ve en esta concesión una oportunidad para recuperar su prestigio internacional y recuperar su estatus de potencia en el escenario internacional. Sin embargo, la ocupación efectiva del territorio será difícil, la guerra civil marroquí dará lugar a la «Guerra de Melilla» con repercusiones en España como la Semana Trágica en 1909. La llegada de la Primera Guerra Mundial complica la situación y hace difícil el establecimiento efectivo del protectorado del Norte de Marruecos, a partir de 1918 se inician una serie de ofensivas, a veces temerarias, contra las cabilas rifeñas, por parte del general Fernández Silvestre, sus éxitos iniciales le otorgan el apoyo de Alfonso XIII, sin embargo finalizarán con el desastre de Annual y Arruit en 1921, con más de 12.000 bajas, lo que provocan la impopularidad del Ejército y arrastra a Alfonso XIII. Con Miguel Primo de Rivera se inicia una ofensiva que se inicia con el desembarco de Alhucemas y que logrará la rendición de las cabilas rifeñas y su líder Abd el Krim en 1927.
Concluye sancionando la poca responsabilidad de los partidos políticos que serán apartados de la política nacional.
COMENTARIO: Desde el fin de la Guerra de Cuba en 1898, España entra en una crisis identitaria como nación, que queda patente en el auge de los nacionalismos y regionalismos, con partidos como el PNV o la Lliga Regionalista con buenos resultados electorales. El movimiento Regeneracionista liderado por Joaquín Costa, deja al descubierto muchas de las irregularidades del sistema político de la Restauración, como el «encasillado» o el «caciquismo», sin embargo, los líderes políticos de este movimiento como Silvela, Maura o Canalejas, no sabrán dar solución a los problemas del país. Debemos sumar la difícil situación que se vive en Marruecos, que queda patente con la Semana Trágica de 1909, situación que se agravará con la Primera Guerra Mundial. Con todo, la tensión social se va acrecentando por la actividad del movimiento obrero que convoca numerosas huelgas y manifestaciones, con una respuesta violenta por parte de la patronal, y el crecimiento de la impopularidad del ejército y Alfonso XIII que tendrá su punto culminante en la Crisis de Annual en 1921. Ante esta situación, Miguel Primo de Rivera, con apoyo de Alfonso XIII dará un golpe de Estado que instaurará una dictadura dirigida en sus primeros años por un Directorio Militar.
Desde 1923 a 1925, se instaura el Directorio Militar que tendrá como principal objetivo, el restablecimiento de la «paz social» y el conocido como «descuaje del caciquismo». Para lograr la «paz social» suspende las garantías constitucionales y declara el Estado de Guerra, que dará lugar a una disminución de los asesinatos políticos, la reducción drástica de manifestaciones y huelgas y con ellos una restitución del orden social. Para el descuaje del caciquismo, Miguel Primo de Rivera sustituye las autoridades civiles, locales y provinciales por militares. Además suprime el uso de las lenguas catalana y vasca y el uso de banderas nacionalistas. Alfonso XIII asumió la jefatura del Estado y apoyó en todo momento a Miguel Primo de Rivera, en lo que se llamado «Dictadura con Rey», fórmula que también asumió Victor Manuel III en Italia con Mussolini. Además ataja el problema de Marruecos con el desembarco de Alhucemas en 1925, lo que le permitió ganar apoyos en la población, y continuar con régimen que en principio se establecía como provisional.
En 1925, desaparece el Directorio Militar y se crea un Directorio Civil, que estará liderado por Miguel Primo de Rivera, y constituido mitad por militares y mitad por civiles que pertenecen a un partido único conocido como Unión Patriótica. En este momento, Miguel Primo de Rivera emprende el camino hacia la institucionalización del régimen, se forman, junto al partido único Unión Patriótica, la Organización Corporativa Nacional y la Asamblea Nacional Consultiva, que se trata de un órgano no legislativo, sino consultivo que trabajaría para el gobierno, todos órganos corporativos inspirados en el fascismo italiano. Hubo un anteproyecto de constitución en 1929 que no satisfizo a nadie, incluso a Primo de Rivera que criticaba el excesivo papel del rey. En ella, se pretendía crear una cámara con diputados elegidos, la mitad de ellos por sufragio universal, y la otra mitad por el Rey y las corporaciones.
CONCLUSIONES: Miguel Primo de Rivera pretendió instaurar una Dictadura con carácter provisional, pretendiendo con ello restablecer el orden social, para después volver a la normalidad constitucional. Sería a partir de 1925 cuando intenta una institucionalización del régimen, inspirándose en la de Benita Mussolini, pero prescindiendo de muchos de los caracteres del fascismo, sin embargo, a pesar de sus intentos, Miguel Primo de Rivera, en palabras de Genoveva García Queipo de Llano, «lo que acabó por arruinar a la Dictadura como fórmula política fue su propia incapacidad para encontrar una fórmula institucional diferente a la del pasado». Además la pérdida de apoyos, desde la sociedad, el movimiento obrero y los separatistas que se refuerzan en la oposición e incluso desde el mismo Ejército, con varias conspiraciones desde el mismo seno militar. A esto a que sumar un agravamiento del estado de salud de Miguel Primo de Rivera que termina de presentar su dimisión a Alfonso XIII en 1930. En ese momento, Alfonso XIII le da el poder al general Dámaso Berenguer con la intención de volver a la normalidad constitucional, este periodo conocido como «dictablanda» llegará a su fin en Mayo de 1931 con las elecciones municipales que darán lugar a la instauración de la II República Española.