El movimiento obrero y las transformaciones sociales en España

Los orígenes del movimiento obrero

A pesar de la dureza de las condiciones laborales y de la vida diaria de los obreros españoles, hasta el último tercio del siglo XIX su lucha se plasmó en movimientos de protesta espontáneos y de ámbito local o regional. Hasta 1868, el movimiento obrero en España tuvo poca repercusión, en parte debido a la escasa industrialización del país. (no había obreros)

Las primeras manifestaciones

Las primeras manifestaciones fueron acciones lúdicas de destrucción de máquinas o fábricas, como la destrucción de maquinaria textil en Alcoy en 1821, o el incendio de la fábrica Bonaplata en Barcelona en 1835.

El anarquismo

En 1868 llegó a España el anarquista Giuseppe Fanelli, discípulo de Bakunin, que organizó la sección española de la Primera Internacional.

El socialismo

Se difundió por España a través de Pablo Iglesias, (23) fundador en 1879 del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Las transformaciones sociales

Crecimiento demográfico y emigración

La población española creció en el siglo XIX, pero a un ritmo menor que el de otros países europeos: (21) pasó de 11,5 millones de habitantes a comienzos de siglo a 18,6 millones a finales del mismo. Este crecimiento demográfico se explica por el mantenimiento de una elevada natalidad y el escaso descenso de la mortalidad, pues las mejoras higiénicas y sanitarias llegaron más tarde que en otros países.

La sociedad de clases

La sociedad estamental del Antiguo Régimen desapareció con la instauración del liberalismo, y se transformó en una sociedad de clases.

El predominio de la agricultura

En el siglo XIX, España seguía siendo un país fundamentalmente agrario en el que el 70% de la población activa trabajaba en labores agropecuarias.

El retraso de la Revolución Industrial

La Revolución Industrial se inició en España con retraso respecto a otros países europeos, como el Reino Unido o Alemania, debido a diversos factores.

Industrias, ferrocarril y finanzas

Las primeras industrias (20) se desarrollaron en las siguientes zonas:

El final del absolutismo (1823-1833)

La restauración de Fernando VII como monarca absoluto coincidió con una grave crisis interna.

Las Cortes de Cádiz

La guerra de la Independencia tuvo consecuencias políticas. La ausencia de la familia real dejó en España un vacío de poder en las zonas sublevadas, donde se crearon Juntas para organizar la lucha.

La Constitución de Cádiz

La primera Constitución española se aprobó el 19 de marzo de 1812 (5) y reflejaba los principios del liberalismo político.

El retorno de los Borbones: Alfonso XII

En 1874, el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II.

Los pilares de la Restauración

La Restauración se basó en dos pilares: una nueva Constitución y la alternancia en el poder de los dos grandes partidos.

La crisis del reinado de Carlos IV

A comienzos del siglo XIX, la monarquía de Carlos IV estaba desprestigiada, en parte porque había dejado el gobierno en manos de Manuel Godoy.

La guerra contra Francia

El secuestro de la familia real en Bayona desencadenó en Madrid una sublevación popular el 2 de mayo de 1808, (1) seguida por levantamientos en otros lugares.

Las causas de los movimientos independentistas

A comienzos del siglo XIX, una serie de factores favorecieron el surgimiento de movimientos independentistas en las colonias americanas.

Las fases de la independencia

En el proceso de independencia se pueden distinguir varias fases: (9 y 10)

El final del reinado de Isabel

En los últimos años del reinado de Isabel Il se vivió una grave crisis:

La revolución de 1868

En 1868 se produjo un pronunciamiento para deponer a Isabel II, liderado por los generales Serrano y Prim.

La monarquía de Amadeo I (1871-1873)

Las Cortes eligieron rey a Amadeo de Saboya, que llegó a España poco después del asesinato del general Prim, principal defensor de su candidatura.

La Primera República

Tras la abdicación de Amadeo I, las Cortes proclamaron la Primera República española.

La Década Moderada (1844-1854)

Durante los primeros años de su reinado personal, Isabel II encargó la formación de Gobierno solo a los moderados.

El Bienio Progresista (1854-1856)

Durante el Bienio Progresista hubo una gran actividad legislativa.

Moderados y unionistas (1856-1868)

O Donnell había creado en 1854 la Unión Liberal, un partido centrista que alternó en el Gobierno con los moderados hasta 1868.

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