El reinado de Carlos I y Felipe II: Política, religión y conflictos en el siglo XVI

Introducción

INTRODUCCIÓN

Llegada al trono de Carlos I, los reinos españoles recaen en la casa de Austria o de Habsburgo, que reinó en España durante dos siglos. Debido a la política matrimonial,

Carlos I reúne una de las herencias más extensas, teniendo bajo sus manos Austria, la corona imperial del Sacro Imperio Germánico, Flandes, Franco Condado, Luxemburgo, América, Aragón, Castilla… La monarquía se vio inmersa en una política de amplitud europea y universal. Su aportación económica y humana se convirtió en la pieza fundamental de su herencia. Los reinados de Carlos I y de su hijo Felipe II cubrieron la mayor parte del siglo XVI y dirigieron su paso político a la defensa de sus intereses dinásticos y a la defensa del catolicismo, en una Europa desgarrada por enfrentamientos religiosos.

Desarrollo

DESARROLLO

Carlos I (1516-1556) nació en Gante. Fue proclamado rey de Castilla y Aragón en Bruselas en 1516. Se inicia una nueva dinastía: casa de Austria (Habsburgo).

Carlos desconocía la lengua castellana y llegó acompañado de un grupo de consejeros flamencos. Entre ellos se repartieron los cargos principales, lo que provocó un conflicto con los notables castellanos y aragoneses. Carlos es elegido Emperador en 1519 con el título de Carlos V de Alemania. En 1520 marcha hacia Alemania para ser proclamado, sin embargo, el malestar



generó revueltas produciéndose las comunidades y las germanías.

La política exterior se desarrolló atendiendo a varios problemas: el protestantismo en Alemania, Francia, Roma y los turcos.

Problemas en Alemania: El protestantismo. Lutero había pedido la reforma de la Iglesia Católica en las 95 tesis de Worms, que criticaba algunas prácticas de la Iglesia. Esta reforma representa una ruptura religiosa. Los príncipes alemanes toman la religión protestante para oponerse al centralismo del emperador. Carlos desiste a la Dieta de Worms, en esta asamblea Lutero debe retractarse pero defiende con más energía sus tesis.

Los príncipes alemanes luteranos con apoyo francés crean la Liga de Esmalcalda para enfrentarse al emperador mientras el papa convocó el Concilio de Trento para solucionar los problemas religiosos e iniciar la contrarreforma. Carlos llevó una política de diálogo pero al fallar se enfrenta a ellos y derrota a la Liga en la batalla de Mühlberg. El emperador concede el ínterim, fórmula conciliadora para católicos y protestantes, pero no gusta. El emperador sufre una derrota y, finalmente, firma la paz de Augsburgo (1555) donde los príncipes deciden la religión de cada uno de sus estados, quedando dividido el imperio en dos confesiones cristianas (católica y luterana) y como conclusión, el fracaso de la política de Carlos V.



Rivalidades con Francia. Carlos V tuvo que defender la hegemonía hispánica en Europa frente a la Francia de Francisco I. Carlos tenía problemas con Francia por los territorios del Milanesado. La victoria fue para Carlos I en la batalla de Pavía (1525) donde cae prisionero el rey Francisco I y el Milanesado pasa a territorios hispanos.

Una vez que es liberado Francisco por el Tratado de Madrid, no cumple estos acuerdos y busca alianzas entre los turcos, los piratas berberiscos, los venecianos o incluso el Papado atacando a Carlos lo que causa que un ejército imperial de Carlos provoque el saqueo de Roma (1527). Carlos firma la paz con el papa y firma una paz con Francia. Las consecuencias fueron el control sobre Génova, el aumento del prestigio militar y la ruina financiera.

Rivalidades entre Carlos I y los turcos. Entre 1520 y 1550 Carlos se enfrenta al Imperio turco. Los turcos consiguen la victoria de Mohacs, ocupando parte de Hungría y ponen sitio a Viena, pero son rechazados por un ejército imperial. Carlos dirige expediciones contra los piratas berberiscos de Túnez, adueñándose, pero sufre un revés en las costas de Argel, siendo derrotado por Solimán.

Abdicación. Carlos I abdica en su hijo Felipe todos sus territorios excepto la corona imperial y Austria que se los cede a su hermano Fernando. Carlos en 1556 se retiró al monasterio de Yuste



(Cáceres) y allí murió. Felipe II tuvo dos claros objetivos en su política internacional: mantener la supremacía hispana y favorecer la causa católica frente a la herejía.

La consolidación de la hegemonía española. El papa se alía con los franceses para expulsar a los españoles de Italia y amenazó con excomulgar a Felipe II pero el ejército de Felipe venció a los franceses en la batalla de San Quintín (1557) y se firma la paz de Cateau-Cambresis (1559), en la que Felipe domina la Península Itálica y consigue con Francia una paz duradera

Guerras de religión en Francia. Felipe II interviene en las guerras de religión de Francia al no aceptar al rey Enrique de Borbón que era calvinista, el cual se convierte al catolicismo porque sabía que no le dejarían reinar. Al final Felipe firma la paz de Vervins con Francia reconociendo al rey y terminando las hostilidades. Enrique promulga el Edicto de Nantes permitiendo la libertad de cultos.

Enfrentamiento con los turcos: El mismo año que la deportación de moriscos españoles se firmó en la Santa Liga contra el turco entre Felipe, el Papa Pio V y Venecia. Felipe vence a la flota turca de Lepanto (1571) pero, a pesar de su fracaso, el poder turco no se deshizo y consiguió apoderarse de Túnez.



Enfrentamiento con los Países Bajos. El problema internacional que tuvo que afrontar Felipe II fue la rebelión de sus súbditos de Flandes. Los motivos eran religiosos y políticos, la nobleza flamenca buscaba la independencia. La rebelión fue encabezada por Guillermo de Orange, uniéndose todos los calvinistas y con el apoyo de muchos católicos holandeses. La respuesta fue una represión del Duque de Alba que no logró doblegar a los sublevados que tenían el apoyo de los protestantes alemanes, franceses y la Inglaterra anglicana. Estas guerras desangraron a España de hombres y de recursos económicos.

La Declaración de Independencia de 1581 sustraía las provincias del norte a la autoridad del rey de España, siendo reconocidas por Inglaterra y Francia. Se impuso el nombre de Holanda. Flandes siguió pesando hasta 1640 sobre la política y las finanzas de España.

Guerras con Inglaterra. María de Tudor, reina de Inglaterra, contrajo matrimonio con su sobrino Felipe, lo que suponía una alianza. Pero muere María y llega al poder Isabel I. Se produce la ruptura definitiva cuando el Papa la excomulga.

Inglaterra se alía con Francia, apoyando a los insurgentes holandeses y realizando una guerra de corso contra los españoles realizada por Drake y Hawkins.

Felipe II realiza una campaña contra Inglaterra, preparando la invasión con una gran armada.

En 1588 la expedición con 130 buques, conocidos



como la Armada Invencible, marcha contra Inglaterra pero son derrotados. Las expediciones que se dieron fueron naturales y un fallo humano. Las verdaderas causas fueron la insuficiencia financiera. Después de la derrota de la armada, Inglaterra pasó a la ofensiva con expediciones como el ataque a Lisboa y a Cádiz. La anexión de Portugal: En 1580, Felipe II incorporó a su corona el reino de Portugal. Era el candidato con más derechos al trono portugués, pero las Cortes portuguesas no querían. Felipe entró en Portugal y las Cortes Lusitanas (1581) lo reconocen como rey de Portugal, realizándose la unidad monárquica de la Península.

CONCLUSIÓN

El siglo XVI es el siglo español por excelencia, en el que se forja el “Imperio en el que nunca se pone el Sol”, en el que Carlos V logró para España la hegemonía mundial, pero descuidaron el bien de sus súbditos, y en el que se puso el bienestar de Castilla al servicio de una política exterior que no siempre coincidía con los intereses nacionales ya que los reinos hispánicos se vieron obligados a sufragar esas guerras que diezmaron la demografía de Castilla y su economía.

El reinado de Carlos V supone un paso adelante en la creación del futuro Estado español.

Felipe II culminó con éxito la obra unificadora iniciada por los Reyes Católicos consiguiendo la unidad ibérica gracias a la anexión de Portugal. Felipe fue un rey muy católico y dedicó muchos esfuerzos a luchar frente a los “infieles” turcos. Tuvo que enfrentarse a otros muchos problemas con los protestantes en los Países Bajos o en Francia y problemas económicos con Inglaterra.

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