La burguesía se oponía al absolutismo y quería recuperar los derechos adquiridos por la Revolución Francesa.
El Liberalismo
Era una ideología heredada de la Ilustración y de la Revolución Francesa, fundamentada en la libertad del individuo, el cual tenía garantizada una serie de libertades fundamentales:
- Libertad de conciencia.
- Libertad de culto.
- Libertad de expresión.
- Libertad de reunión.
- Libertad de propiedad privada, etc.
El conjunto de individuos libres o ciudadanos formaban una nación sobre la que se asienta el Estado liberal. Este debe regirse por una Constitución, en la que queda reflejado:
- La forma del Estado (monarquía o república).
- La división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).
- La soberanía nacional, que otorga a la nación el derecho al voto para elegir a sus representantes.
- Un parlamento elegido por sufragio censitario (con el derecho al voto limitado) o universal (pueden votar todos los hombres sin distinción).
En el ámbito socioeconómico, la sociedad liberal se basa en la libre iniciativa individual y la propiedad privada. El Estado apenas tiene que intervenir y debe defender la autonomía de la sociedad civil.
Las Ideas Nacionalistas
Hasta finales del siglo XVIII, el concepto de nación tenía un significado de carácter geográfico, ya que designaba a los nacidos en un mismo lugar. A partir del siglo XIX, adquirió una dimensión política y definía al colectivo de personas que tenían en común la cultura, la lengua, la historia, el territorio, etc.
El nacionalismo también estaba influido por las ideas de la Ilustración, que defendían los derechos de la nación entendida como un conjunto de ciudadanos libres.
Los ideales de libertad que expresaba el nacionalismo facilitaron su relación con el liberalismo e hicieron que ambos se manifestaran conjuntamente en las revoluciones liberales del siglo XIX.
Tipos de Nacionalismo
Las ideas nacionalistas dieron paso a dos tipos de nacionalismo:
- Nacionalismo de separación: Se desarrolló en imperios plurinacionales como el Imperio Otomano o el Imperio Austriaco, donde las naciones lucharon por su independencia.
- Nacionalismo de unificación: En torno a los procesos de unificación de los territorios de Italia y Alemania, que estaban divididos en varios estados.
Concepto de Nación
La idea central del nacionalismo era el Estado-nación, es decir, que los límites territoriales de un Estado debían coincidir con las comunidades que tenían en común la lengua, la cultura, la historia, etc. De aquí que los sentimientos nacionalistas no surgieran hasta que las colectividades no tuvieran la conciencia de formar un grupo humano diferenciado.
Dos corrientes de pensamiento definen el concepto de nación:
- La primera se inspiraba en la idea de nación de la Revolución Francesa, que la definía como el conjunto de ciudadanos libres e iguales que expresaban su voluntad de vivir en común bajo las mismas instituciones. Este fue el concepto que defendieron los nacionalistas italianos como Mazzini.
- La segunda se inspiraba en valores culturales e históricos. Según esta concepción, la nación era algo vivo que se manifestaba por medio de la historia común, religión, tradiciones, etc. Todos estos valores eran hereditarios. Esta concepción fue impulsada por pensadores alemanes como J. H. Herder.
Las Revoluciones Liberales
Durante la primera mitad del siglo XIX se produjeron en Europa una serie de estallidos revolucionarios dirigidos por la burguesía. Su objetivo era derrocar al absolutismo e instaurar gobiernos liberales; contaron con la ayuda de las clases populares, que reivindicaban mejoras en sus condiciones de vida.
Las Revoluciones de 1820
Las primeras revueltas liberales consistieron sobre todo en insurrecciones armadas de militares que contaban con el apoyo de la burguesía. Este fue el caso de España, donde el régimen liberal duró tres años.
En el Reino de las Dos Sicilias (Nápoles) o Cerdeña también se produjeron insurrecciones liberales.
Todas estas revueltas fueron sofocadas por los ejércitos de la Santa Alianza, que restablecieron las monarquías absolutistas.
En Grecia se produjo una revuelta nacionalista que logró la independencia del Imperio Otomano en 1830.
Culminaron con éxito los procesos de independencia iniciados en 1808 de las colonias españolas de América, donde se instauraron regímenes liberales en las nuevas repúblicas.
Las Revoluciones de 1830
Entre 1829 y 1835 se produjo una segunda oleada revolucionaria, de nuevo protagonizada por la burguesía. En esta ocasión, contaron con la ayuda de las clases populares debido a la crisis económica.
En Francia, después de tres días de lucha y barricadas en las calles de París, la revuelta derrocó al monarca absolutista Carlos X y se proclamó una monarquía liberal bajo el reinado de Luis Felipe de Orleans.
La revuelta en Francia fue el foco de los movimientos revolucionarios que después llegaron a otros países de Europa, como Polonia (aunque allí fracasaron).
En Bélgica, una revuelta nacionalista logró que se independizara de los Países Bajos y se instauró una monarquía constitucional.
Las Revoluciones de 1848: La Primavera de los Pueblos
También son conocidas como la «Primavera de los Pueblos» porque un gran número de pueblos se rebelaron contra el absolutismo. De nuevo, contaron con la ayuda de las clases populares que protestaban ante la grave crisis. Se unieron las reivindicaciones liberales con las demandas sociales; como unión de esto, se reivindicó el sufragio universal, la igualdad social, etc.
La revolución también llegó a Suiza y al Reino de las Dos Sicilias, donde se instauraron constituciones liberales.
En Berlín, la revolución liberal vino acompañada de la reivindicación de la unidad alemana bajo la corona del rey de Prusia, que fue rechazada por el monarca.
En el Imperio Austriaco hubo una revuelta liberal en Viena y alzamientos nacionalistas en Bohemia.
La Unificación de Italia y Alemania
Los procesos de unificación italiano y alemán tuvieron una serie de puntos en común. Ambos estuvieron dirigidos por el territorio más desarrollado: en el caso italiano, el Piamonte, y en el alemán, Prusia. La unificación de los dos países se llevó a cabo mediante procesos bélicos y la acción de la diplomacia.