España en el siglo XVII: crisis económica y la Ilustración

El siglo XVII se caracterizó por una grave crisis económica y demográfica que coincidió con una crisis política y fiscal de la monarquía. El imperio español tuvo que hacer frente: a los ataques de los turcos en el Mediterráneo, de los holandeses y los franceses en Europa y a la rivalidad de los ingleses en los mares. Hubo rebeliones en Cataluña, y los Países Bajos y Portugal consiguieron su independencia. Con los Austrias menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II se vivió la decadencia de la España imperial. Esta crisis se produjo por la imposibilidad de mantener la hegemonía política en Europa frente a enemigos cada vez más poderosos. El reinado de Carlos II significó el punto álgido de la crisis económica y social. España sufrió retroceso poblacional, descenso de la producción agrícola (expulsión de los moriscos), parón en el crecimiento de la industria artesanal y regresión del comercio. Todo ello nos permite hablar de un país sumido en una profunda decadencia económica. Además, durante el siglo anterior hubo un importante crecimiento (al amparo de una coyuntura internacional favorable y de los metales preciosos llegados de América…) pero sin que ello propiciase un desarrollo estable (mejora de las infraestructuras, ampliación del tejido industrial, transformación de la sociedad…).Este punto de partida se agravó a lo largo del siglo XVII porque España no participó en los nuevos tiempos del mercantilismo, que supusieron el triunfo de una protoindustria en el medio rural, con un comercio internacional donde las metrópolis importaban materias primas y exportaban productos manufacturados a las colonias. España mientras tanto se convertía en un territorio exportador de materias primas (lana, cereales, plantas industriales). Se acentuó el carácter feudo-señorial de la sociedad con un crecimiento de los grupos privilegiados (nobleza y clero) con unas mentalidades influidas por los valores de la Contrarreforma, que no producían bienes y se apropiaban de las rentas del campesino. Esta situación supuso una mayor presión sobre los vasallos y un incremento de los impuestos sobre los sectores que se dedicaban al comercio y a la manufactura. El número de pobres aumentó y se produjeron rebeliones populares ya que no podían soportar la creciente presión fiscal ni las hambres en los años de malas cosechas. Una de las formas de rebelión popular fue el bandolerismo. Ni el aumento de los impuestos, ni las devaluaciones de la moneda, ni la emisión de deuda pública pudieron salvar al Estado de la bancarrota. Además, disminuyeron los metales preciosos que venían de América.


La Ilustración en el siglo XVIII

La Ilustración fue un fenómeno cultural e intelectual del siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces. Tiene su base en la Revolución científica del siglo XVII, que llega a la conclusión de que la naturaleza se rige por leyes comprensibles por la razón humana y que podían ser formuladas científicamente. Para los ilustrados los individuos dirigidos por la razón, como instrumento para comprender el mundo y transformarlo, tienen como fin la felicidad de los pueblos. Reclamaron el fin de la superstición y de las tradiciones que impedían el progreso.Sin negar la existencia de Dios, se opusieron al dominio ideológico de la Iglesia y a sus privilegios. Confiaron en el impulso reformista de la monarquía y defendieron la capacidad del rey para intervenir en asuntos eclesiásticos (regalismo). Fue un fenómeno elitista y aunque proponía cambios y criticaba la sociedad tradicional, no se planteaba acabar con la estructura social del Antiguo Régimen. A pesar de ello constituyó una buena parte de las bases ideológicas de las que se nutrieron posteriormente las revoluciones liberal-burguesas. La Ilustración llegó a España con retraso respecto a otros estados europeos. La Ilustración española se desarrolló en el reinado de Carlos III en estrecha conexión con el despotismo ilustrado. Algunos ilustrados españoles fueron: Campomanes, Olavide, Jovellanos y Josefa Amar y Borbón.La Ilustración española intentó cambiar la mentalidad social. En primer lugar, pretendió promocionar la educación, uno de sus instrumentos favoritos, ya que permitía el progreso y sería un medio clave para implantar reformas. No se trataba de una educación igual para toda la población, sino distinta en función de la posición social del individuo y siempre con una clara finalidad pragmática, potenciando los conocimientos útiles a favor de la sociedad y del Estado. El despotismo ilustrado fue un sistema político que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XVIII y que llevaba a los reyes europeos, influidos por las ideas ilustradas, a emprender reformas sociales, económicas y culturales para mejorar el nivel de vida de la población bajo el lema “todo para el pueblo pero sin el pueblo”. En España, Carlos III es el modelo de rey ilustrado. Sin poner en duda el poder real, junto a sus ministros Floridablanca y Campomanes puso en marcha importantes actuaciones: reforma de la educación, mejoras en la agricultura, el comercio y las comunicaciones, etc. Para poner en práctica los proyectos ilustrados se crearon las “Sociedades Económicas de Amigos del País” cuya función era la de mejorar la precaria situación español.

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