Importancia del proceso de exploración y ocupación del territorio venezolano

Nos encontramos ante un mapa histórico en el que aparece representado las distintas fases y formas de repoblación de la península Ibérica por parte de la población cristiana entre los siglos VIII y XIII, que se produjo sobre el territorio de Al-Ándalus en una combinación de conquista y ocupación del territorio. Las diferentes fases y formas de repoblación influyeron en la posterior estructura de la propiedad y en el desarrollo social de los reinos peninsulares. La Repoblación es la ocupación y colonización de las tierras deshabitadas o conquistadas a los musulmanes. Es, por tanto, un proceso simultáneo a la conquista cristiana.

Las diferentes fases y formas de repoblación fueron las siguientes: La primera fase fue la repoblación libre o presura (en color más oscuro en el mapa), corresponde a los siglos VIII – X y se aplicó en el valle del Duero y algunos valles pirenaicos, áreas poco habitadas que precisaba de repoblación y que fue siendo ocupada por pequeños campesinos que se ponían a cultivar lotes de tierra.
En la segunda mitad del siglo IX, el rey o señores más poderosos organizan la ocupación entregando las tierras a campesinos para que las cultivasen (Cartas de Poblamiento). Esta forma de repoblación tuvo dos consecuencias: a.  La existencia de pequeños campesinos que vivían en comunidades de aldeas y en ocasiones eran propietarios de las tierras. B. Algunos campesinos fueron instalados en las tierras bajo el patrocinio de señores con los que manténían una relación de dependencia que se fue afianzando más y más, generándose lazos de dependencia de hombre a hombre, que serían germen del sistema feudal.  En la segunda fase se aplicó la repoblación concejil (en color gris y círculos blancos) durante los siglos XI-XII, fue el modelo de repoblación que se llevó a cabo hasta el valle del Tajo y del Ebro (en los territorios al sur del río Duero, en Toledo, en el Valle del Ebro, y en la parte más al Sur de Cataluña). El objetivo era repoblar importantes ciudades que habían quedado desiertas. Las concesiones de los reyes se plasmaban en documentos llamados fueros o cartas-puebla, en ellos se deja entrever que parte de la población que se atrevía a ir a poblar estos territorios fronterizos peligrosos eran ladrones y asesinos que huían de la justicia, o también siervos que querían librarse de la tutela señorial. 


El objetivo de dichos fueros era contrarrestar el poder de la nobleza garantizando propiedades y libertades a los nuevos pobladores y dar autonomía a las ciudades para gobernarse mediante consejos. Esta forma de repoblación tuvo dos consecuencias: a. Impulso de una economía artesana y comercial, junto con la agricultura como principal eje económico, lo que permitíó el mantenimiento del pequeño y mediano propietario, al tiempo que inició la existencia de grupos sociales urbanos. B. Las relaciones de dependencia feudales en el medio rural mantuvieron la dependencia de siervos hacia señores; y en los medios urbanos, especialmente en los controlados por señores feudales, los habitantes tenían unas cargas feudales hacia sus señores. En la tercera se aplicó la repoblación por órdenes militares (en color más claro) en la primera mitad del Siglo XIII. Se utilizó para repoblar hasta el valle del Guadiana y del Júcar (Castilla-La Mancha, Extremadura y el Maestrazgo). Consistíó en la entrega de grandes latifundios a las órdenes militares que habían contribuido a la reconquista de la zona. El rey las recompensó por sus esfuerzos en la reconquista de esta zona. Estas amplias extensiones de tierra en un tiempo de escasa densidad de población, se dedicaron a la ganadería, principalmente, consiguiendo reunir una importante cabaña ganadera. Este tipo de repoblación tuvo dos consecuencias: a. Impulso de la ganadería, b. El tipo de propiedad que se generó fue el latifundio donde instalaron grandes rebaños de ganado ovino. Por último, se puso en marcha la repoblación por repartimiento (en color gris con círculos negros) se inició, tras la conquista de Córdoba a mediados del Siglo XIII, y se aplicó en Andalucía (hasta el valle del Guadalquivir), Murcia, Valencia y Mallorca. Fue una repoblación real. Los  repartimientos no fueron uniformes en todas las zonas. Se tuvieron en cuenta factores muy diversos (población ya establecida, población nueva, …) pues el reparto se hacía dependiendo de la condición social de los repobladores. En el repartimiento de Sevilla se distinguían los donadíos y los heredamientos. Los donadíos eran los grandes latifundios o propiedades que se entregaban a los personajes importantes que habían participado en la conquista de los territorios. Los heredamientos eran las donaciones que se entregaban a quienes realmente iban a poblar el territorio. La principal consecuencia fue la existencia de grandes latifundios dedicados preferentemente a la agricultura.


El régimen señorial es un sistema de propiedad y de poder que tiene su base en el dominio de un señorío por parte de un noble o un eclesiástico. El señorío supone el dominio hereditario sobre tierras y las personas que allí habitan, dado por el rey a nobles o clérigos como pagos o recompensas por servicios prestados. Similar al feudo, el señor acumula jurisdicción, rentas y propiedades. Es una institución que nace la Edad Media y que no desaparece hasta su abolición en las Cortes de Cádiz de 1812. Durante la Edad Media, los reyes tienen que ceder ante la nobleza y el clero para conseguir su apoyo en el proceso de repoblación cristiana y en las luchas sucesorias. Los reyes no pueden controlar todo el territorio ni ofrecer seguridad en todos ellos, por lo que tienen que ceder territorios y poder a nobles y eclesiásticos a cambio de su fidelidad. De esta forma, muchos pueblos y villas que antes eran de realengo pasan a ser de señorío, lo que conlleva el derecho señorial a percibir buena parte de los impuestos que pagaban los campesinos. El señorío se va a consolidar en España, especialmente en la Corona de Castilla, con los Reyes Católicos, debido a la institucionalización del mayorazgo, lo que supone que el patrimonio familiar de los nobles queda vinculado al título nobiliario y pasa por herencia al primogénito (generalmente, el varón) sin que pueda dividirlo, venderlo o traspasarlo. Algo similar ocurre con los señoríos de la Iglesia: quedan “amortizados” sin que puedan venderse, comprarse, o dividirse.  El fortalecimiento del régimen señorial continúa durante los siglos XVI y XVII, debido a las necesidades de dinero de la corona:  los reyes entregan señoríos a cambio de sumas de dinero para pagar las continuas guerras. El régimen de señorío fue un importante factor de atraso de la agricultura (y de la economía) en España pues impidió que el campesinado se sintiese motivado para innovar y modernizar el trabajo en unas tierras que no eran suyas y de cuyas cosechas casi no disfrutaba. Vamos a encontrar distintos tipos de señoríos:  A. Dependiendo de quién sea el señor, puede ser: eclesiástico (Iglesia) o laico (nobleza).  B. Dependiendo de los derechos del señor: territorial (explota las tierras u obtiene rentas de las mismas, sin más derechos) o jurisdiccional (tiene, además, derechos de tipo judicial o político en su señorío). 


La sociedad medieval estaba articulada alrededor de estamentos, es decir, de grupos sociales cerrados a los que se pertenece por herencia, por la función que se realiza en la sociedad y por los privilegios de que se disfruta o se carece. Hay tres estamentos: la nobleza y el clero constituían los grupos privilegiados, mientras que el estado llano estaba formado por campesinos y una incipiente burguésía de las ciudades. Los privilegiados basaban su poder en la posesión de la tierra, estaban exentos de pagar impuestos y estaban sometidos a leyes y tribunales especiales. Los no privilegiados aportaban la fuerza de trabajo. Los campesinos constituían la mayor parte de la población, pero su situación no era homogénea, al igual que tampoco lo era la de los privilegiados, existiendo distintos subgrupos en cada estamento (alta y baja nobleza, alto y bajo clero, campesinos libres o siervos, etc.). A lo largo del Siglo XII, con el desarrollo de las ciudades y del comercio, dentro del estamento no privilegiado va a surgir la burguésía (artesanos, comerciantes, financieros, …), así como minorías (judíos, mudéjares, …) y pobres (vagabundos, enfermos, ancianos desvalidos, …) que van vivir de la “caridad” de los poderosos. Entre estos estamentos van a darse dos tipos de relaciones: A. Feudo-vasallática: Sólo se da dentro del estamento privilegiado (entre el rey y un noble o entre nobles entre sí). Se entrega un feudo a cambio de lealtad y vasallaje. B. Servo-Señorial: Entre privilegiados y no privilegiados (entre el señor y el campesino, por ejemplo). Es una relación desigual basada en los derechos del señor y las obligaciones del campesino.

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