La Industrialización en España en el Siglo XIX: Un Desarrollo Tardío y Desigual

A lo largo del S.XIX, España sufre la modernización a todos los niveles que en este momento pasa por la Industrialización, un proceso paralelo al de la instalación del liberalismo. La economía del momento tenía un crecimiento tardío y atrasado, que en la segunda mitad del siglo intentará despegar junto a la industrialización, la principal cuestión de nuestra economía. Esta se caracteriza por ser tardía, incompleta y desequilibrada tanto regional como sectorialmente. Comienza más tarde con respecto a Europa por la guerra peninsular, la pérdida de las colonias y la crisis política de Fernando VII, principalmente. Cuenta también con varios factores negativos que van a obstaculizar su desarrollo.

Obstáculos para la Industrialización en España

1. Demografía y Sociedad

El crecimiento demográfico pasa a ser un modelo moderno con un crecimiento autosostenido de la población, pero este proceso también es tardío por crisis y hambrunas, además de por las continuas migraciones interiores y exteriores en busca de trabajo o una mejor vida. La sociedad pasa a ser clasista y conservadora, por lo que se mantienen los valores nobiliarios terratenientes, lo que ayuda al retraso del desarrollo industrial.

2. Agricultura

La agricultura, principal actividad económica, cuya revolución es muy importante para la Revolución Industrial (mano de obra, alimentos, mercado, capitales) no se realizó, de ahí el estancamiento económico y otro de los factores negativos para la industrialización. Además, se realizan en este siglo procesos de desamortización, cuyas consecuencias no fueron las buscadas, ya que se acentúa la estructura latifundista de la propiedad agraria. Además, a los propietarios de esas tierras les faltó espíritu de empresa y capitalización, lo que no favoreció el desarrollo industrial.

3. Sistema Financiero y Política Económica

Para el proceso industrializador es necesario el capital y para ello debe haber un buen sistema financiero, lo que fue deficiente en nuestro país, además de la política económica indefinida por la polémica entre liberalismo y proteccionismo. A causa de ello, se tuvo que acudir al capital extranjero. La falta de capital hacía que las pocas inversiones fueran invertidas en la tierra o en deuda pública. Con el capital extranjero que se recaudaba se hacían actividades especulativas y lucrativas, y no iban dirigidos a la industria, por lo que una vez más esta no se ve favorecida. En cuanto al enfrentamiento a lo largo del siglo entre las doctrinas proteccionista y librecambista, al final se acaba imponiendo la primera, el cual buscaba proteger la industria nacional. Este predominio del proteccionismo, que aunque era necesario en un principio, se prolongó demasiado, lo que afectó negativamente ya que no estimuló ni la industria ni la agricultura, ambas se estancaron técnica y productivamente.

4. Minería

En cuanto a la minería como fuente energética y materias primas, España poseía una gran explotación. Pero en este caso su explotación también es tardía debido a falta de capital y conocimiento técnico, entre otros. España va a ser el primer exportador europeo de minerales, pero va a ser una riqueza mineral mal explotada, por lo que tampoco ayudó a la industrialización. La utilización del carbón como fuente de energía es un rasgo típico de la Primera Revolución Industrial. España presenta escasez de recursos energéticos, uno de los principales del desarrollo económico. El carbón español es escaso, caro y malo por lo que se debía comprar fuera, lo que también desfavoreció a la industria.

5. Ferrocarril

Un factor muy importante que no se aprovechó en España y que era determinante para el desarrollo de la industria fue la creación del ferrocarril. Su creación en este caso también fue tardía, se comenzó a construir a mitad del siglo, por lo que al ser uno de los motores de la industrialización, España perdió su gran oportunidad.

Conclusión

En conclusión, vemos que la Revolución Industrial española en el siglo XIX fue un fracaso. En general, no prosperó por la falta de apoyo de todos los factores secundarios ya vistos. Todos los elementos o faltaron o fueron insuficientes, y provocaron sus rasgos: industrialización tardía porque solo comienza a partir de los años 40 del siglo con el triunfo liberal, incompleta porque no se desarrolló por los diversos obstáculos, desequilibrada geográficamente porque solo se desarrolla en algunas regiones (principalmente en Cataluña) y desequilibrada sectorialmente porque se desarrollaron solo los sectores textil, siderúrgico y alimentario. Pero podemos decir, por tanto, que aunque fue un fracaso, no fue total, en Cataluña se produjo un proceso de industrialización unido a la realización de innovaciones.

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