La Restauración Absolutista y el Trienio Liberal: El Legado de Fernando VII

Introducción: La Crisis del Antiguo Régimen y el Regreso del Rey

A principios del siglo XIX, el Antiguo Régimen en España sufrió una profunda crisis económico-social, marcada por hambrunas y epidemias, y una crisis político-dinástica. Esta última se evidenció en el distanciamiento entre el rey Carlos IV y su heredero, Fernando VII, manifestado en eventos clave como la Conjura del Escorial (1807) y el Motín de Aranjuez (1808).

El Motín de Aranjuez provocó la abdicación de Carlos IV en favor de Fernando VII y la destitución de Godoy. Paralelamente, el seguidismo a la política de la Francia de Napoleón contra Inglaterra llevó a la derrota de Trafalgar (1805) y a la firma del Tratado de Fontainebleau (1807), que permitía el paso de tropas francesas con el objetivo de conquistar Portugal. Sin embargo, las tropas francesas terminaron ocupando España, situación que Napoleón aprovechó para forzar las Abdicaciones de Bayona y nombrar rey a su hermano, José I.

Acabada la Guerra de la Independencia (1808-1813) por el Tratado de Valençay, Fernando VII regresó a España. No obstante, el rey había abandonado el país como monarca absoluto y debía regresar como monarca constitucional, según lo establecido por las Cortes de Cádiz. Fernando VII no aceptó la Constitución de Cádiz, y su reinado estaría marcado por la lucha constante entre el absolutismo y el liberalismo.

Desarrollo: Las Etapas del Reinado de Fernando VII

1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)

Sesenta y nueve diputados de las Cortes de Cádiz, apoyados por el ejército encabezado por el general Elío, entregaron al rey el Manifiesto de los Persas, en el que solicitaban la restauración de la monarquía absoluta y la abolición de la Constitución de 1812. El rey restauró el absolutismo mediante el Real Decreto de Valencia.

Se inició una dura represión: los dirigentes liberales y afrancesados fueron detenidos o asesinados, y muchos huyeron al exilio. La Restauración europea y el Congreso de Viena defendían el derecho de intervención en cualquier país para frenar el avance del liberalismo y reponer a sus legítimos reyes.

Fernando VII y su gobierno intentaron rehacer un país destrozado por la guerra y en bancarrota. Sin embargo, la liberación americana ya había comenzado, y la reforma fiscal de Martín Garay (basada en una contribución única y proporcional a los ingresos) fracasó debido a la oposición de la nobleza y el clero.

Los liberales, conscientes de su debilidad por la falta de apoyo popular, recurrieron a los pronunciamientos militares. Intentos como los de Espoz y Mina o Vida fueron fracasados y duramente reprimidos.

2. El Trienio Liberal (1820-1823)

El Trienio Liberal se divide en dos fases: la de los moderados (hasta 1822) y la de los exaltados (1822-1823).

El coronel Rafael del Riego, al frente de una compañía de soldados en Cabezas de San Juan (Sevilla), se sublevó y triunfó, proclamando la Constitución de 1812. Fernando VII juró la Constitución mediante el Manifiesto Regio. Este fue el primer intento de gobierno constitucional en España.

El gobierno liberal estuvo marcado por la división interna, la crisis económica y la incapacidad para detener la independencia de Hispanoamérica, además de la constante oposición de los absolutistas.

División del Liberalismo

Los liberales se dividieron en dos facciones:

  • Moderados: Proponían llegar a un sistema político constitucional moderado y pactado con los absolutistas, con reformas limitadas que no perjudicaran a las élites sociales.
  • Exaltados: Defendían reformas más profundas y favorables a las clases medias y populares.

Los absolutistas y el rey conspiraron activamente contra los liberales a través de la actuación de las Partidas de Voluntarios Realistas y el golpe de la Guardia Real. Finalmente, Fernando VII solicitó la intervención de la Santa Alianza, que en el Congreso de Verona encargó a Francia la intervención en España.

Los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del duque de Angulema, entraron en España, demostrando la falta de apoyo popular a la ideología liberal y poniendo fin al Trienio Liberal.

3. La Década Ominosa (1823-1833)

Con el Manifiesto Regio del 1 de octubre de 1823, Fernando VII decretó la anulación de la Constitución y la reposición del absolutismo. Durante toda esta década se mantuvo una intensa represión antiliberal, con encarcelamientos y ejecuciones.

Sin embargo, se produjo una moderación en el campo económico, agravada por la pérdida de las colonias americanas. El rey buscó la colaboración de liberales muy moderados, lo que llevó a la institucionalización del funcionamiento del Consejo de Ministros, la reforma de la Hacienda y la creación del Banco de San Fernando.

La suavización del Antiguo Régimen hizo que los absolutistas más radicales sospecharan que el rey estaba en manos de los liberales. Los liberales, por su parte, prepararon nuevas conspiraciones (como las de Valdés, Manzanares o Torrijos), pero todas fracasaron, lo que les obligó a buscar la alianza con los absolutistas moderados.

Conclusión: El Problema Sucesorio y el Origen del Carlismo

En 1830 nació Isabel, hija de Fernando VII. Sin embargo, la Ley Sálica impedía el acceso al trono a las mujeres, estableciendo el derecho preferente del hombre sobre la mujer. Fernando VII, influido por su esposa María Cristina, suspendió la Ley Sálica mediante la Pragmática Sanción.

Esta decisión generó un conflicto dinástico, ya que el hermano del rey, Carlos María Isidro, se consideraba el legítimo heredero. El conflicto sucesorio no fue solo una disputa entre el tío y la sobrina, sino que se convirtió en la lucha por imponer dos modelos de sociedad opuestos: el absolutista (carlista) o el liberal (isabelino), sentando las bases para las futuras Guerras Carlistas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *