La Segunda República Española: El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

El Fin de la Coalición Republicano-Socialista y el Ascenso de la Derecha

En septiembre de 1933, la coalición entre los republicanos de izquierdas y el PSOE se rompió debido a la pérdida de prestigio y apoyo popular del gobierno, en parte por sucesos como los de Casas Viejas. Manuel Azaña presentó su dimisión y el presidente Niceto Alcalá Zamora convocó elecciones para noviembre de 1933. Estas elecciones fueron significativas por ser las primeras en España en las que las mujeres pudieron votar.

La izquierda se presentó dividida a las elecciones, con la abstención de los anarquistas, lo que favoreció la victoria de una coalición de centro-derecha formada por el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) liderada por José María Gil Robles. Alcalá Zamora encargó la formación de gobierno a Lerroux, quien contó con el apoyo de la CEDA.

Gobiernos del Partido Radical y Conflictividad Social

Hasta octubre de 1934, se sucedieron varios gobiernos del Partido Radical debido a la negativa de Alcalá Zamora de entregar el poder a Gil Robles y la CEDA. Lerroux implementó políticas contrarias a las del anterior bienio republicano-socialista, paralizando la reforma agraria, la reforma educativa y laboral, y bloqueando los estatutos de autonomía.

Este periodo se caracterizó por un aumento de la conflictividad social en el campo y las zonas obreras. En la derecha, la Falange Española, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, ganó fuerza y practicó la violencia callejera para alcanzar sus objetivos políticos. La izquierda también se radicalizó por temor al fascismo.

La Revolución de Octubre de 1934

El 4 de octubre de 1934, Lerroux formó un nuevo gobierno que incluía a tres ministros de la CEDA. Esto fue considerado por la izquierda como una provocación y una traición a la República, y se interpretó como una señal para levantarse contra un gobierno que consideraban próximo al fascismo.

El 5 de octubre, la UGT convocó una huelga general para el día siguiente, que tuvo un seguimiento irregular y fue reprimida por el gobierno, que declaró el estado de guerra. Solo en Asturias la huelga se convirtió en una revolución social, con miles de obreros armados ocupando la economía y el transporte. El gobierno envió al ejército, incluyendo a la Legión dirigida por Francisco Franco, para controlar la situación, aplastando el movimiento con un saldo de mil muertos, treinta mil encarcelados, ejecuciones sin juicio y condenas a muerte.

En Cataluña, la huelga tuvo un carácter independentista y fue dirigida por el presidente de la Generalitat, Lluís Companys. La revuelta fue rápidamente reprimida por el ejército y la autonomía de Cataluña quedó suspendida temporalmente.

El Escándalo del Estraperlo y el Fin del Bienio

La Revolución de Octubre de 1934 provocó una fuerte polarización política, y el gobierno endureció su política hacia las protestas obreras. A finales de 1935, el escándalo del Estraperlo, que involucró a miembros del gobierno en un caso de corrupción relacionado con la introducción de un juego de ruleta trucada, provocó el final de la alianza entre los radicales y la CEDA. Lerroux dimitió como presidente del gobierno y Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones.

Las Elecciones de 1936 y el Triunfo del Frente Popular

En las elecciones de febrero de 1936, la izquierda se presentó unida bajo la coalición del Frente Popular, que agrupaba a los republicanos de izquierda, socialistas e incluso anarquistas. La derecha no logró mantener la unidad, lo que llevó a la victoria del Frente Popular.

El primer gobierno del Frente Popular estuvo presidido por Manuel Azaña, quien decretó la amnistía para los encarcelados tras la Revolución de Octubre de 1934, restauró el Estatuto de Autonomía de Cataluña y reanudó la reforma agraria. En mayo de 1936, Alcalá Zamora fue destituido y Azaña fue nombrado presidente de la República, con Casares Quiroga como presidente del gobierno.

Tensión y Violencia: Preludio de la Guerra Civil

Durante estos meses, la tensión y la violencia entre la izquierda y la derecha aumentaron. El 12 de julio de 1936, el teniente José Castillo, miembro de la Guardia de Asalto, fue asesinado. Al día siguiente, un grupo de guardias de asalto, actuando por su cuenta, asesinaron a José Calvo Sotelo, líder del Bloque Nacional. Este hecho fue el detonante para el alzamiento militar liderado por los generales Emilio Mola y Francisco Franco. El 17 de julio se sublevó el ejército de Marruecos, y el 18 de julio estalló la Guerra Civil Española.

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