Qué implicación tiene la aceptación del sur sufragio universal para la burguesía

TEMA 6. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CarácterÍSTICAS Y

FUNCIONAMIENTO DEL  SISTEMA CANOVISTA

El hecho de que la Iª República fuera un continuo caos político,

económico y social unido a la constante conspiración de los monárquicos

alfonsinos, terminó llevando a ésta a su fin. El 3 de Enero de 1874, el

capitán general Pavía disolvíó las Cortes en un Golpe de Estado.

Entrando en el Congreso con sus tropas, expulsando a los allí reunidos y nombrando posteriormente al general Serrano jefe de un gobierno que sólo era republicano en las formas. Durante un año, Serrano se dedicó a gobernar como un auténtico dictador

militar: disolvíó la Internacional Obrera, persiguió a los republicanos y

reestructuró el ejército para poder hacer frente al nuevo levantamiento de

los carlistas, iniciado en 1873, los últimos reductos cantonales y la revuelta

independentista iniciada en 1868 en Cuba.

En 1874 la oligarquía española y amplios sectores de la sociedad

clamaban por una solución que acabase con tantos desórdenes y que no

parecía otra que la vuelta de los Borbones y más concretamente del hijo de

Isabel, don Alfonso. El líder de los alfonsinos, Cánovas del Castillo,

redactó un Manifiesto que firmó don Alfonso y se hizo público a finales del

año 74: el Manifiesto de Sandhurst proclamaba la voluntad de éste de reinar

como un monarca constitucional moderno, respetando las libertades

públicas. Algunos militares monárquicos, encabezados por Martínez

Campos, no pudieron esperar y el 29 de Diciembre de 1874 se levantan en

armas en Sagunto, “pronunciándose” a favor de Alfonso XII como rey de

España. A pesar de que Cánovas no era partidario de apoyarse en los

militares, no desaprovechó la ocasión y constituyó un gobierno provisional,

que él mismo presidíó, hasta la llegada de Alfonso XII, que lo hizo el 9 de

Enero de 1875 desembarcando en Barcelona. Se cerraba así un período

revolucionario, retornaba la dinastía y se regresaba a “lo de siempre”, que

en este caso recordaba al moderantismo adaptado a los nuevos tiempos. Se

iba a elaborar una nueva constitución, la de 1876, que estaría en vigor

durante más de cuarenta años. Este período se conocerá como

Restauración y en él se consolidará una nueva sociedad liberal
Capitalista

que tendrá como mayor enemigo a las corrientes socialistas y anarquistas.

Por Restaurar se entendía estrictamente restablecer la dinastía

borbónica y crear las condiciones necesarias para mantenerla. Para

entender el restablecimiento de la dinastía borbónica al trono español es

necesario tener en cuenta varios factores:

* La fragilidad y la incapacidad de la I República para resolver tres

guerras simultáneas (colonial, cantonalista y carlista)

* La gran fuerza de los grupos sociales favorables a un cambio

político y al regreso de los Borbones:

* La Alta burguésía necesitaba estabilidad para sus actividades

económicas (no se la proporcionaban ni los gobiernos del sexenio ni las

continuas guerras).

* Los intereses coloniales, que temían los proyectos republicanos

tendentes a conceder autonomía política y a suprimir la esclavitud en las

colonias.

* La posición de la Iglesia católica: la mayoría del clero era de ideas

antidemócratas y antisocialistas.

La creación de las condiciones necesarias para el mantenimiento de

la Monarquía Borbónica fue obra de Antonio Cánovas del Castillo, creador

del sistema político que funciónó sin variaciones durante toda la época de

la Restauración.

Cánovas del Castillo no era un novato en política.

Desde muy joven militó y conspiró en la Uníón Liberal. Admiraba el sistema

parlamentario inglés por su estabilidad y respeto a las tradiciones y es lo

que quiso fabricar en España apoyándose en las clases acomodadas y en los

nuevos capitalistas. Lo primero que hizo fue apartar a los republicanos y

conseguir el final del conflicto carlista. Urgente era pacificar Cuba y ese

trabajo lo encomendó al general Martínez Campos que lo consiguió al

poco de su llegada a la isla. Desde ese instante se dedicó a hacer realidad

sus teorías políticas para restablecer el “orden social”. Cánovas era lo que

hoy llamaríamos un hombre de centro que buscaba siempre las soluciones

de compromiso y propugnaba el acuerdo y la alternancia en el poder de los

partidos de corte liberal. Entendía que los militares debían estar alejados

del poder político y para ello era fundamental el consenso entre los partidos

liberales y establecer unos principios básicos sobre los que asentar la

convivencia.

La teoría canovista se centraba en la idea de la Constitución interna

de la nacíón española. Para Cánovas todas las naciones tenían unas

carácterísticas propias, fruto de su historia y de alguna manera otorgadas

por Dios para hacerlas difundir la civilización. En España dichas

carácterísticas eran la Monarquía y las Cortes y en torno a éstas debía

constituirse el orden político. Para poder realizar su proyecto se exigía un

texto constitucional consensuado que estableciera la alternancia política

para “civilizar” la política excluyendo a los militares. La alternancia no

podía, según Cánovas depender de un cuerpo electoral poco fiable sino de

la voluntad del monarca como árbitro supremo de la vida política. Era

partidario de mantener la disciplina frente a las ambiciones de la clase

obrera (“Las desigualdades proceden de Dios”). Era contrario al Sufragio

Universal y a la Democracia, pues pensaba que ambas traerían la anarquía

y el socialismo, que para él encarnaban el mal; por ello, justificaba el uso

de la fuerza contra el socialismo. Para lograr restaurar la monarquía,

Cánovas introdujo las siguientes modificaciones :

* Monarquía borbónica. Alfonso XII reemplazaría a Isabel, pues la

conducta personal y política de la reina estaba bajo sospecha y ya estab

probado el fracaso del cambio de dinastía.

* Turnismo. El Partido Conservador, fundado y dirigido por

Cánovas, sustituiría al antiguo partido liberal moderado, y el Partido

Liberal Fusionista, dirigido por Práxedes Mateo Sagasta, al tradicional

partido liberal progresista. Se implantará un turno pacífico en el gobierno

entre ambos líderes y partidos.

* Civilismo frente a militarismo. Se terminarían las intervenciones

del ejército en política.

La Constitución de 1876 fue la formulación legal del sistema

político Canovista. En lo fundamental, supónía un retorno a la Constitución

del 45. Es la Constitución de más larga vigencia en la historia española, y

su inspirador fue el propio Cánovas. Sus carácterísticas más destacadas

son:

* Congreso de los diputados elegido por sufragio restringido hasta

1890, y desde entonces por sufragio universal masculino.

* Senado, compuesto por tres categorías de miembros y controlado

por los grupos sociales más poderosos.

* Ampliación del poder del Rey: Designación de ministros, poder

legislativo compartido con las cámaras y derecho de veto absoluto,

capacidad para convocar o disolver las Cortes, mando supremo del ejército.

* Reconocimiento formal de los derechos y libertades individuales,

aunque de hecho estaban muy limitados.

* Recorte de la libertad religiosa y reconocimiento de la religión

católica como religión oficial del Estado.

El nuevo sistema político tuvo en el turno de partidos y en el

caciquismo dos de sus carácterísticas más esenciales:

El Turno de partidos: Consistía en que los dos grupos políticos

existentes se turnarían ordenadamente en el poder, actuando

alternativamente y de manera pactada como gobierno y oposiciòn; entre

estos partidos había escasas diferencias, ambos eran monárquicos y

defendían el capitalismo. Mediante el turnismo ninguno de los dos

partidos quedaba excluido del poder, por lo que no recurrieron al apoyo del

Ejército o a golpes de Estado.

El Turnismo fue un engaño, una manipulación continua de los resultados electorales, cuyo objetivo era impedir que los partidos obreros y republicanos alcanzaran el poder. El

sistema parlamentario y las elecciones eran pura ficción. El rey encargaba

alternativamente la formación de gobierno a los dos partidos, que

convocaban elecciones y las “ganaban”, relevándose en el poder.

Para garantizar el falseamiento de las elecciones, el partido en el

gobierno elaboraba, pactándolo con el partido en la oposición, la lista de

los distritos electorales, situando junto a ella el nombre del diputado que

debía salir para ganar las elecciones. Esta práctica se llamaba el “encasillado”.

El Caciquismo: Para asegurar el resultado, era imprescindible el

papel de los caciques. Eran individuos muy poderosos e influyentes en la

vida local, que controlaban las elecciones en los pueblos para garantizar los

resultados fraudulentos.

Los caciques, tanto liberales como conservadores, utilizaban

distintos procedimientos para controlar las elecciones en su localidad,

contando con el apoyo de jueces y de la Guardia Civil:

* Utilizaban la violencia y las amenazas sobre los votantes.

* Cambiaban votos por favores: dar trabajo, bajar impuestos, influencia en

decisiones variadas, etc (“Para los enemigos, la ley, para los amigos, el favor”).

El caciquismo fue un hecho sociopolítico carácterístico del mundo

rural, aislado y mal comunicado. Aunque el caciquismo se dio en toda

España, fue en Andalucía donde tuvo mayor arraigo, significación y

violencia. Andaluz, de Antequera, era Romero Robledo, ministro de

Cánovas y gran amañador de elecciones.

El sistema político de la Restauración, pues, se basaba en la

oligarquía articulada a través de la alianza de los grupos políticos

provinciales bajo el control de sus jefes. En Andalucía la oligarquía se

centraba en unas cuantas familias de la alta burguésía urbana y

terratenientes que controlaban los aparatos de los partidos a nivel

provincial, y que estaban fuertemente imbricados con la red de caciques

locales. Aunque se ha repetido constantemente la expresión “oligarquía y

caciquismo”para referirse a la forma de gobierno de la Restauración, la

realidad fue más compleja, pues por entonces se constituye ya un verdadero

sistema de partidos políticos en España.


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