Reinos cristianos en la Edad Media

La Edad de la Piedra es la 1º etapa de la Prehistoria que empieza con el paleolítico hace 1.200.000 años, que continúa con el Epipaleolítico y finaliza con el Neolítico, que comienza en el año 6.000 a.C.

En el Paleolítico el medio natural que encuentran estos homínidos está muy influido por la sucesión de glaciaciones y pluviaciones, por lo que dependiendo del clima (y del conocimiento del fuego), el hábitat varía según las épocas entre cuevas y campamentos al aire libre.

Mientras que el Neolítico llega a la Península procedente de Oriente Próximo, donde la aparición del clima actual, supuso la desertificación de amplias zonas y la concentración de la población en valles fluviales, donde para aumentar la producción de alimentos, debido también al aumento de la presión demográfica, se introdujeron progresivamente en la agricultura y la ganadería; a diferencia del Paleolítico, que destaca por su economía depredadora, viviendo de la carroña, la recolección, la caza, la pesca, el marisqueo etc., condicionando la tecnología que se caracteriza por la fabricación de utensilios de piedra mediante percusión o presión, diferenciando cuatro modos distintos.


Para ello, se agrupan en pequeños clanes, igualitarios, cohesionados, autosuficientes y nómadas sobre grandes espacios; sin embargo, la nueva economía productora del Neolítico, que supuso una evolución en la tecnología con el uso de la cerámica, la cestería, la piedra pulimentada etc., sedentarizó a la población en núcleos agrícolas estables, lo que trajo una creciente división del trabajo y la aparición de las diferencias sociales por riqueza y poder.

También las creencias del Paleolítico, con los enterramientos y los ritos mágicos, evolucionaron en el Neolítico con la aparición del animismo. En cuanto al arte, la pintura rupestre y la escultura mueble del Paleolítico, pasa a la cultura de la cerámica cardial del Neolítico.


Poco antes del inicio del primer milenio a.C., entran en la Península pueblos indoeuropeos portadores de la metalurgia del Hierro, que se mezclan con el sustrato preexistente del Bronce y junto a la influencia de colonizadores como los fenicios, griegos y cartagineses se crearán dos culturas, la celta y la Ibera y además están los Tartessos. La cultura de Tartessos, reino que parece corresponder a una cultura indígena existente en el suroeste peninsular, con una sociedad bien jerarquizada, practican una economía agrícola y ganadera y explotan los recursos minerales para el comercio con fenicios y griegos.

La cultura ibérica, que se extiende por el este y sur peninsular, tienen notables influencias griega y cartaginesa, alcanzando un notable desarrollo entre los siglos V y III a.C. Tienen una economía básicamente agraria, aunque practican un activo comercio de productos artesanos y minerales, con un uso frecuente de la moneda. Viven en poblados fortificados, y se organizan en pequeños Estados, con una sociedad muy jerarquizada, dominada por una élite militar o económica. Incineran a los muertos y dan culto a divinidades en santuarios, donde se hallaron estatuillas de piedra, que, juntos a esculturas como la Dama de Elche, o la abundante cerámica, muestran una avanzada cultura con idioma y alfabeto propios.


La cultura céltica y precéltica que habitan el resto de la Península, tienen una economía agraria más bien pobre, tienen también una artesanía textil de calidad y dominan la metalurgia del hierro; viven en asentamientos fortificados y se organizan en agrupaciones preestatales de tipo tribal dirigidas por una elite guerrera.

A estos rasgos se ha vinculado habitualmente también la cultura celtíbera de los pueblos situados en la franja oriental de la Meseta, con una cierta mezcla de rasgos iberos y celtas.

Los pueblos colonizadores que llegan a la Península desde el Mediterráneo oriental durante el primer milenio a.C. Se limitan, más que a realizar conquistas, a establecer colonias comerciales, gracias al comercio con los indígenas.

los fenicios (los primeros en asentarse en litoral sur peninsular) fundan Cádiz antes del siglo VIII a. C.  y comercian con el reino indígena de Tartessos, e introdujeron manufacturas de lujo, productos exóticos y técnicas de interés para los indígenas (el torneo de alfarero …), además de una economía agrícola avanzada.

Los griegos se convirtieron en una próspera ciudad gracias al comercio con el interior y Levante, quienes intercambiaban productos con los indígenas, a la vez que dejaban su impronta sobre la cultura y la economía de los iberos.


Los cartagineses sustituyen a los comerciantes fenicios en el control de productos iberos al tiempo que dejan su influencia en las culturas iberas sobre todo del sur. Además, fundan colonias poderosísimas como Cartago Nova, y usan la Península y las Baleares como base económica y militar en las guerras púnicas contra Roma.

Define el concepto de romanización y describe los medios empleados para llevarla a cabo


Tras La conquista de Hispania desde finales del III hasta finales del I a.C, tiene lugar la romanización que es el largo proceso histórico por el cual la población indígena asimila los modos de vida romanos en diversas facetas y a través de diferentes medios, destacando la ciudad como principal elemento de aculturación, proceso que varía su intensidad en el tiempo y en el espacio, siendo más intenso a partir del siglo I a.C. En el este y sur, más suave en el interior, y no se llega a imponerse del todo sobre el norte y noroeste de la Península

Para el control del territorio de Hispania, Roma crea una división en provincias, que presenta cambios a lo largo de los siglos.

La ciudad es el elemento administrativo y económico básico del mundo romano y el principal instrumento para romanizar los territorios conquistados.


Algunas ciudades romanas reciben el nombre de colonias, pues se asientan ciudadanos procedentes de Italia y soldados licenciados, otras se llaman municipios, que son ciudades indígenas ya existentes con una organización y un régimen legal similar al de la propia Roma; y las demás ciudades indígenas son estipendiarías, pues pagan un impuesto a Roma a cambio de mantener su administración propia.

Las ciudades nuevas siguen el modelo de Roma en su gobierno interno y en su estructura.

Las ciudades están comunicadas entre sí por una red de calzadas del Estado, diseñadas con fines políticos y económicos.

La romanización supone la introducción de un sistema productivo esclavista, es decir, estaba basado en el uso de esclavos como fuerza de trabajo esencial:

  • Casi todas las minas serán explotadas por el Estado, convirtiéndose Hispania en una de las principales zonas mineras del Imperio.
  • Las tierras conquistadas, propiedad del Estado romano, se va concentrando desde el siglo I d.C. En manos de grandes terratenientes que desarrollan el sistema de las villae
    .


En el sector artesanal continuaron siendo importantes las salazones y el garum, la fabricación de cerámica para el transporte de mercancías, o la producción textil. Dentro del sistema imperial romano, Hispania se especializó en el intercambio de sus materias primas por las manufacturas procedentes de Italia y la parte oriental del Imperio.

La sociedad hispana se ordena de arriba abajo según la situación jurídica, en lo más alto está una minoría de colonos romanos e itálicos, a continuación, están unas élites indígenas que imitan las costumbres romanas y su estructura patriarcal; en la base de la sociedad está la población indígena libre, y por debajo de todos, están los libertos y los esclavos.

Además de los numerosos restos materiales que se conservan, el legado cultural romano suma otros elementos inmateriales:

Los romanos implantaron sus cultos religiosos, donde se impone el culto al emperador, como una forma de culto cívico a quien encarna al Estado romano, y también desde el siglo I d.C. Llegan cultos religiosos orientales y, con ellos, el cristianismo.  Con la romanización penetró el derecho romano.

El latín, la lengua utilizada en el derecho, la ciencia y la cultura, empezó extendíéndose entre las élites, para generalizarse en los siglos I y II d.C.


Resume las carácterísticas de la monarquía visigoda y explica por qué alcanzó tanto poder la Iglesia y la nobleza


Desde el siglo IV la presión de los pueblos bárbaros, establecidos en el norte del Imperio resultó insoportable, pero es en el siglo V, el empuje de otros pueblos acelera las invasiones bárbaras y, con ellas, bandas de suevos, vándalos y alanos alcanzan Hispania en 409. 

Para luchar contra ellos, los emperadores romanos forman una alianza con los visigodos, pueblo bárbaro relativamente romanizado, que se instalan como federados de Roma en el sur de la Galia y que, consolidan su influencia a ambos lados de los Pirineos, creando un reino con capital en Toulouse.

Los visigodos tras ser derrotados por otro pueblo bárbaro, los francos, abandonan la Galia y se establecen en el interior peninsular, creando el reino visigodo de Toledo, que durará 200 años y que comprenderá toda la península ibérica.

Para la organización política del reino, los visigodos emplean parte de la estructura administrativa e institucional preexistente:


  • Al frente de la administración central figura el Rey, con poderes legislativos, ejecutivos y judiciales; pero es elegido entre la nobleza goda, lo que limita su poder en la práctica. Junto al rey está el Officium palatinum, conjunto de cargos en palacio que desempeñan nobles próximos al rey. Algunos de ellos participan también en el Aula regia, consejo asesor del monarca en asuntos políticos, militares y de justicia, constituido por nobles de confianza.

Además, desde la unificación socio-religiosa, ganan peso los Concilios de Toledo, asambleas de obispos y nobles, convocadas por el rey, que establecían normas y decisiones sobre asuntos religiosos y políticos que afectan a la marcha del Estado y a la conducta del monarca, destacando el III Concilio de Toledo, en el cual Recaredo, sucesor de Leovigildo tras su fracaso al imponer el arrianismo, se convierte al catolicismo y con él, todos los godos. Igualmente, Recesvinto difundíó los viejos códigos legales en uno común para godos y romanos, el Líber ludiciorum
.

  • En la administración territorial, las provincias se mantienen con un gobernador o dux al frente, perteneciente a la nobleza goda, y los territoria, de carácter más rural, estaban dirigidos por un noble godo, el comes civitatis.


La Iglesia, tras la unificación, gana influencia y poder al controlar las culturas y la enseñanza de las letras, además de poseer grandes extensiones de tierra y esclavos, a la vez que adquiere poder político, aunque al parecer bajo un cierto control de la monarquía.

Los eclesiásticos son los depositarios y transmisores de la cultura latina.
El arte visigodo se concreta a una limitada construcción de pequeñas iglesias rurales, y también en la orfebrería de los “tesoros”.

En el ámbito socioeconómico, continuó el proceso hacia la polarización social y la feudalización, agudizando los lazos de dependencia económica y personal hacia una minoría terrateniente formada por nobles godos y eclesiásticos.

El poder económico e institucional de la nobleza contribuyó al debilitamiento de la monarquía, la cual dependía de la nobleza para acceder al trono y mantenerse en él, lo que hizo aflorar luchas entre los grupos nobiliarios, y será en el 711, aprovechando uno de estos conflictos, cuando los musulmanes den el golpe final al Estado visigodo.


Describe la evolución política de Al Ándalus


Al-Ándalus, es el nombre dado por los árabes a Hispania, que coexistirá durante ocho siglos con los reinos cristianos, y su longevidad hará que la cultura islámica deje una profunda huella en el territorio español.

En la conquista y apogeo de al-Ándalus, se distinguen las siguientes etapas
:

La conquista musulmana (711-714)


La invasión musulmana de la Península y el nacimiento de al-Ándalus se inscriben en el proceso general de expansión del islam.

En 711 un ejército bereber dirigido por Tariq derrotó al rey Rodrigo cerca de Jerez, junto al río Guadalete, y junto a Musa, llegado con otro ejército, ocuparían antes de 714 las principales ciudades visigodas.

En la rapidez de la conquista influyó la debilidad del Estado visigodo y la estrategia de pactos con los pueblos derrotados, con la que podían hacerse rápidamente con el control del territorio y con los recursos fiscales necesarios para acuñar moneda y pagar al ejército.


El valiato dependiente (714-755)


Se acaban las conquistas tras las derrotas de Poitiers (732) y Covadonga (722)

Un gobernador en Córdoba, pero dependiente del norte de África, organizaría el territorio conquistado, donde los árabes ocuparían las tierras fértiles y los bereberes, se quedaron con las tierras menos productivas.

En 740 se extendíó a al-Ándalus una rebelión de los bereberes, por su posición subordinada a los árabes originando un conflicto interno (fitna), que se agudizaría por la estructura tribal que manténían tanto árabes como bereberes.

El emirato independiente (756-929)


En el 750, los Omeyas, la dinastía reinante en Damasco, es destronada por los Abasíes.
Abderramán, un omeya superviviente, huye a Occidente y, aprovechando las luchas internas de al-Ándalus, se hace con el poder, proclamándose emir independiente de Bagdad, como Abderramán I.
Para someter a los diferentes grupos étnico-sociales y afirmarse en el poder, Abderramán I y los emires que le sucedieron recurrieron a reforzar y modernizar institucionalmente el Estado, aumentar el control fiscal y los recursos del emirato, impulsar el proceso de urbanización.Aun así, hubo rebeliones que amenazaron con desintegrar el Estado.


El Califato de Córdoba (929-1031)


Cuando Abderramán III llegó al poder, se aseguró el dominio de al-Ándalus, del Estrecho y del norte de África, e inició una serie de campañas o aceifas contra los estados cristianos.

La activa política exterior adoptada, buscaba asegurar el control de las rutas comerciales. En el año 929 Abderramán se proclamó califa para reforzar el poder.

Bajo sus sucesores, siguió el apogeo económico, cultural y político, destacando al-
Mansur o Almanzor, que gobernó con poder absoluto, destacando por sus campañas contra los cristianos.
Para seguir su política, al-Mansur creó una dinastía que desencadenaría la crisis final. En el hundimiento, coinciden el aumento de los gastos militares y las permanentes tensiones entre clanes árabes y bereberes por el reparto del poder.

Las primeras taifas (1031-1090)


Disuelto el califato, al-Ándalus quedó dividido en reinos independientes o taifas dominados por familias de diferentes etnias que se repartieron el control del territorio.  Gozaron de cierta prosperidad económica además de impulso cultural, pero su debilidad política y militar fue aprovechada por los cristianos, que les obligaron a pagar tributos o parias, a cambio de treguas. La conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI de Castilla, provocó la llegada de los almorávides.


Los almorávides (1090-1144)


La conquista almorávide se vio favorecida por la debilidad de las taifas y el descontento popular con sus gobernantes, y por el rigorismo y el sentimiento de guerra santa de los almorávides.

Pero pronto, el dominio almorávide entró en crisis:
Sus dirigentes, relajaron la ortodoxia, aparecíó la corrupción política y comenzaron a subir los impuestos de nuevo.

Los reinos cristianos reiniciaron su avance y hacia el 1145 el Imperio Almorávide desaparece y surgen las segundas taifas.

Los almohades (1144-1248)


El nacimiento del Imperio almohade en África es lo que precipita el fin de los almorávides. Los almohades derrotaron a Alfonso VIII de Castilla en Alarcos, pero no pudieron recobrar Toledo.

La caída almohade se produjo cuando una coalición de reinos cristianos derrotó a los almohades en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212). Entonces solo un reino consiguió sobrevivir al avance cristiano del Siglo XIII: el reino de Granada.


El reino de Granada (1238-1492)


La permanencia de Granada a lo largo de dos siglos y medio fue debida, a la habilidad diplomática de los reyes nazaríes, a su defensa, y a los problemas internos de los reinos cristianos.

(El reino nazarí, tuvo un periodo de auge hasta finales del Siglo XIV, cuando empezó una larga crisis política que culminaría, un siglo después, en la conquista cristiana tras una dura guerra conducida por los Reyes Católicos (1492).)

Resume los cambios económicos, sociales y culturales introducidos por los musulmanes en al-Ándalus


Al-Ándalus no sólo es un Estado que unifica y domina casi toda la Península, si no que su cultura deja una profunda huella en la mayor parte del territorio español. Tras la invasión, se conservó en general la estructura de propiedad preexistente, dada la generalización de los pactos de rendición, pero no hubo un verdadero régimen feudal (se impondrá tras la conquista cristiana), por lo que la mayoría de los campesinos eran libres y su forma de vida mejor que la existente en época visigoda o en la Europa cristiana.

En la agricultura andalusí, hay, respecto al periodo precedente, un gran proceso, conocido como revolución agrícola árabe:


  • Su desarrollo agrícola se basó en la extensión del regadío con la introducción de técnicas hidráulicas como la noria, las acequias y las canalizaciones subterráneas.
  • La producción siguió centrada en la trilogía mediterránea, además, se desarrollaron, la horticultura y la arboricultura, así como los cultivos textiles y tintóreos o los de plantas aromáticas y medicinales. 

    También existíó progreso en otras actividades primarias:
    ganadería, pesca, minería.

    En el al-Ándalus las ciudades tuvieron un gran desarrollo y se convirtieron en importantísimos centros económicos y religioso-intelectuales.

    Gran parte de la prosperidad económica de al-Ándalus se debe al desarrollo de una variada producción artesanal, destacando los sectores:

    • Textil, con excelentes paños de lana y lino y seda.
    • Otras producciones de lujo, como la pedrería, la orfebrería, la metalurgia, el trabajo en pieles y cuero, la cerámica artística y el vidrio.


El comercio es una actividad económica fundamental en al-Ándalus, hasta el punto de definirse la economía andalusí como agro-mercantil.
, pues la parte comercializable de la producción campesina va a los múltiples mercados o zocos.

El comercio internacional ponía en relación el norte de África y la Europa feudal con Oriente. El comercio a larga distancia lo dominan comerciantes mozárabes y judíos en los primeros siglos, musulmanes desde el Siglo XI y cristianos en época nazarí.

Al desarrollo mercantil contribuyó el robusto sistema monetario bimetálico.

La sociedad de al-Ándalus estaba determinada por criterios étnico-religiosos, y establecía una división entre musulmanes y no musulmanes:

  • Los primeros, encabezados por los invasores (árabes, árabes sirios y bereberes) desempañaban todas las funciones públicas, tenían menor carga fiscal y ejercían todos sus derechos en la sociedad. Este grupo también lo formaban los muladíes, hispanos convertidos al islam, y los eslavos.
  • Al segundo grupo pertenecían los mozárabes, cristianos andalusíes arabizados, que fueron disminuyendo en número, y los judíos.


Los contemporáneos realizan otra división por factores socio-económicos, o de proximidad al poder, diferenciando la jassa(élite gobernante), el ayan(el grupo intermedio), y la amma(la mayoría de la población trabajadora).

Al-Ándalus fue la vía de transmisión a Occidente de la cultura griega y de gran parte de la India.
Córdoba, capital del Califato, fue durante el Siglo X el foco cultural y artístico de Occidente.

El árabe era la lengua de la mayoría de la población y con ella se desarrollaron disciplinas como la historia, la astronomía, las matemáticas, la botánica, la medicina y la filosofía (destacando los filósofos musulmanes Averroes y Avempace) y la literatura.

El arte principal fue la arquitecturadonde podemos destacar la mezquita de Córdoba, que sentó las bases del arte andalusí, y la ciudad-palacio de Medina Azahara o la Alhambra.

(Respecto a las artes plásticas, lo principal fue el desarrollo de la ornamentación arquitectónica, pues la escultura y la pintura tuvieron un papel muy secundario pues el Corán prohíbe representar la figura humana y divina.

También tuvieron un gran desarrollo instrumental y formal de la música cortesana.)


Comenta el ámbito territorial y carácterísticas de cada sistema de repoblación, así como sus causas y consecuencias.

La repoblación es el proceso que consiste en ocupar, habitar y cultivar las tierras vacías o reconquistadas a los musulmanes, desde el siglo VIII-XIII. La repoblación consolida la expansión cristiana y las diferentes maneras de repoblar son el origen de la estructura de la propiedad y el poblamiento rural vigente hasta nuestros días.



Siglos VIII-X: Repoblación por presura (aprisio) y apropiación señorial

Es un sistema de repoblación del territorio al norte del Duero y en el piedemonte de los Pirineos.
Se caracterizan por su espontaneidad.
Consiste en ocupar y roturar tierras deshabitadas que se convertían en propiedad del ocupante por el hecho de cultivarlas. Posteriormente los reyes otorgaban un documento acreditativo de la propiedad, pero lo señores feudales acabarán implantando el feudalismo (s. XI).

Se distingue una presura individual (Rioja y Burgos), obra de comunidades campesinas, y una colectiva (Cataluña y León), hecha por nobles o monasterios que dirigen a los campesinos.


2º Siglo XI: Repoblación concejil:


La concesión de fueros a los concejos, es propia de las tierras entre el Duero y la Cordillera Central.
El territorio estaba dividido en concejos, ciudades libres bien defendidas en las que se concentraba la población y a las que se entregaba un territorio bastante extenso para su defensa (alfoz), y unos amplios privilegios y libertades que incentivaron la llegada de los repobladores (Fuero o Carta puebla).

En los concejos el grupo predominante era el de los caballeros villanos que tomaban cargos locales y también dirigían las cabalgadas contra los musulmanes.

3º siglos XI-XII: Repoblación por repartimientos:


en los valles del Tajo y del Ebro los cristianos ocuparon tierras densamente pobladas por musulmanes. El pacto de rendición obligaba a los musulmanes a abandonar las ciudades permaneciendo en zonas rurales. Las casa y tierras vacantes más ricas y de regadío se entregaron a la alta nobleza que había participado en la conquista; el resto de tierras y viviendas se entregó a pobladores cristianos como heredamientos, cuya propiedad debían consolidar permaneciendo unos años.


4º Siglo XII: Repoblación por Órdenes militares


El sistema de encomiendas a las Órdenes Militares es propio de las tierras situadas al sur del Tajo, hasta Sierra Morena y en el sur de la Ibérica.
Consiste en “encomendar” la defensa de la frontera a las Órdenes militares, que son monjes-soldado que participan en la reconquista de Alcántara, Santiago y Calatrava, a los que el rey entregó extensos territorios (encomiendas) poco poblados y de explotación ganadera. Ello explica el poblamiento concentrado y los grandes latifundios de Extremadura y La Mancha.

5º Siglo XIII Repoblaciones mixtas en el sur y el este


. Es una época en la que se conquistaron una gran parte de territorios como el valle del Guadiana, Guadalquivir, Murcia, Valencia y Baleares.
Se dan los modelos anteriores menos la presura con un gran predominio del repartimiento, en lotes grandes o muy grandes en el Sur y medianos en el este. También hay concejos y repoblación por órdenes militares, en la frontera con Granada.


Explica el origen y carácterísticas del régimen señorial y la sociedad estamental en el ámbito cristiano


A la vez que se realiza la expansión territorial Cristina, se produce la implantación del feudalismo, que caracteriza la Edad Media. El sistema feudal se asienta en una economía fundamentalmente agraria, en la que la propiedad de la tierra recae, por concesión del rey, sobre la nobleza y la Iglesia, cuyo trabajo hacen campesinos libres o semilibres, sujetos a la tierra. Los señores obligan a los campesinos a realizar prestaciones personales de dos tipos: en virtud de la propiedad de la tierra o señorío territorial o solariego; y en virtud de la autoridad política y jurídica (a partir del Siglo XII: señorío jurisdiccional) que tienen en sus tierras por delegación del monarca, ejerciendo funciones políticas propias del Estado y cobrando rentas por ello (es más amplio y sustancioso que el solariego o territorial). Los campesinos pagarán rentas en trabajo y en especie o moneda, imponiéndose con el tiempo estas últimas.

En la península Ibérica el proceso de feudalización abarcaría los siglos IV al XI. Se iniciaría con la crisis del Imperio romano y en la época visigoda aparecerían las relaciones de dependencia personal (vasallaje). Tras la invasión musulmana, la reconquista fortalecería el


  • En lugares despoblados o inseguros, para incentivar a los campesinos cristianos a ir y asentarse, en una primera etapa el Rey les otorgó derechos y libertades. Pero una vez asegurada la frontera y la repoblación, la nobleza y el clero impusieron la servidumbre y acabaron con la libertad de los campesinos.
    • Lo mismo que el caso anterior ocurríó en las zonas en las que había abundante población mudéjar: pese a que las condiciones de capitulación garantizaban la libertad de los campesinos, se impondría pronto un furo régimen feudal.

    Aunque el señorío es la clave del predominio social y económico de la minoría nobiliaria y eclesiástica sobre la mayoría de la población, los intelectuales de entonces fijaron una ordenación teórico-jurídica en estamentos u órdenes (¡OJO!: nunca clases sociales), que, con ciertos cambios, durará siglos y que se justificaba por la función social de cada estamento y por el estatuto jurídico distinto y peculiar de cada uno. Tenemos tres:


La nobleza, que guerreaba y gobernaba, tenía grandes privilegios fiscales, político territoriales y honoríficos, y se dividía en una alta nobleza y una baja nobleza, relativamente numerosa en algunos reinos.   El clero, con una división análoga en alto clero y bajo clero, acapara también privilegios y riqueza y, además del papel religioso, desarrolla uno cultural esencial.

El estado llano, carente de privilegios, supónía del 80 al 90% de la población y, por eso y en función de sus trabajos, tenía una gran diversidad: el campesinado, presenta diferencias según sea la relación con la tierra y según el grado de feudalización; la burguésía, que se desarrolla con las ciudades, donde se diferencian bien la pequeña y la alta burguésía; incluso minorías marginadas, como los judíos o los mudéjares.

  • Las cortes eran asambleas medievales formadas por representantes de los 3 estamentos, no son verdaderamente representativas de la comunidad del reino (en absoluto, democráticas) y servían en general para atender las consultas del rey, sobre todo sus peticiones de subsidios extraordinarios. Nacen cuando a las reuniones extraordinarias de la Curia regia (o Cort), a las que iban nobles y prelados, se suman representantes de algunas ciudades


En la Corona de Castilla, nacen las primeras Cortes peninsulares a finales del s. XII cuando el rey de León (estaban separados entonces ambos reinos), por problemas fiscales y monetarios, convoca, junto a la nobleza y la iglesia a representantes de algunas ciudades. Desde la unificación de Castilla y León se unificaron también las cortes y durante todo el s. XIV mantuvieron la función consultiva, pero la sucesión de reyes en minoría de edad dio un creciente papel a las reuniones de cortes, pues las ciudades eran el principal apoyo de estos reyes frente a la nobleza y clero. En el s. XV, sin embargo, su protagonismo disminuyó, debido a que muchas ciudades perdieron su representación al ser entregadas a nobles, además de que la nobleza y el clero dejaron de asistir. Hasta finales de la Edad Media sus reuniones tuvieron un peso político que perderán definitivamente en la Edad Moderna (tras la revuelta comunera).

En la Corona de Aragón, las cortes eran asambleas propias de cada territorio (Cataluña, Aragón y Valencia), pues nunca se unificaron. Estaban formadas por tres brazos, nobleza, clero y patriciado urbano, salvo en el reino de Aragón donde la nobleza sumaba 2 brazos distintos. A diferencia de Castilla, las cortes aquí aprovecharon las circunstancias históricas para actuar como órganos de control estamental sobre la corona.


Así, para vigilar el cumplimiento de los acuerdos de las Cortes cuando estas se disolvían, surgíó en Cataluña La Diputación del General, al principio con carácter temporal, que aparecíó también en Aragón y en Valencia, con menor poder que en Cataluña, donde pasó a llamarse “Generalitat” y se convirtió en un auténtico gobierno interior, a veces con un papel político esencial, hasta su final en el Siglo XVIII.

Al igual que sucedía en la corona de Aragón, los monarcas de Navarra dependían en gran medida de las cortes para gobernar, por lo que debían pactar con ellas, si bien, como en Castilla, eran únicas para todo el reino. Y como muchos reyes navarros eran franceses y ni siquiera residían en Navarra, aceptaron colaborar con las cortes que se consolidan en la baja Edad Media, cuando nace su diputación y perduran hasta su disolución tras la primera guerra carlista (mediados del Siglo XIX).

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