Trabajo del conde Lucanor

Un rasgo común de los Austrias menores, fue la existencia de la figura de los validos( persona del círculo del rey que asumía la máxima dirección de los asuntos políticos intentando gobernar al margen de los Consejos). Los más destacados son el Duque de Lerma con Felipe III, El Conde-
duque de Olivares con Felipe IV y Juan José de Austria con Carlos II. El Duque de Lerma intentó gobernar prescindiendo del sistema polisinodial y expulsó a los moriscos entre 1609 y 1614. El Conde Duque de Olivares intentó llevar a cabo la Uníón de Armas (1625): contribución única que obligaba a cada reino a reclutar y mantener un ejército. Esta norma choca en Aragón que acaba pactando con Valencia la entrega de dinero y no soldados pero Cataluña se quedó al margen, y en Vizcaya hubo malestar por el impuesto sobre la sal. La guerra con Francia en 1635 llevó las hostilidades a los Pirineos. La entrada de los Tercios españoles hicieron ceder a Cataluña por lo que  la Generalitat y el Consell se quejaron ante el rey. En Mayo de 1640, la rebelión de los campesinos ante la brutalidad de los tercios fue el anticipo del Corpus de Sangre en Barcelona, donde los segadores, se apoderaron de la ciudad el 7 de Junio. El líder de la Generalitat, Pau Claris, para evitar represalias, ofrecíó el Condado de Barcelona a Luis XIII de Francia, que ocupó Cataluña. Tras doce años de guerra las tropas españolas pusieron fin a la secesión (1652). Felipe IV respetó una amnistía general y a las instituciones catalanas pero perdíó el Rosellón y la Cerdaña en la Paz de los Pirineos (1659), y en 1643 destituyó al Conde-Duque. El ejemplo de Cataluña cundíó en Portugal y el Duque de Braganza se sublevó y proclamó rey a Juan IV. La guerra de Restauración, duró hasta 1668 en la que se reconoce su independencia definitiva. Y por último sin éxito, en Andalucía el Duque de Medina Sidonia proclamó en 1641 la independencia.


Los Austrias menores tuvieron unos objetivos: defensa del patrimonio territorial como herencia legítima, protección de la religión católica y defensa del monopolio comercial de América. No obstante existían nuevos factores que dificultaban las cosas: escasez de recursos financieros, que limitó el alcance de la política exterior y aumentó la presión fiscal, pérdida de efectivos militares por la crisis demográfica, que provocó levas forzosas bajando la calidad de las tropas, y la aparición de nuevos enemigos, como Inglaterra y las Provincias Unidas, que ampliaron sus acciones contra las colonias de España y Portugal. El resultado se materializó en el llamado sistema Westfalia-Pirineos.

Después de un periodo de “paz” con Felipe III (Paz con Inglaterra y Tregua de los Doce años con las Provincias Unidas (1609), Felipe IV y el Conde-Duque vuelven a la política de prestigio y de mantenimiento del papel hegemónico de España en Europa. Esto provoca la reanudación de todos los conflictos. Se retorna a la guerra con las Provincias Unidas, iniciada en 1621 con la ruptura de la Tregua de los Doce Años con el fin de apoyar a los Austrias alemanes. Así se declara la guerra a los Países Bajos. Pero se lograron algunas victorias como las de Breda (1626), inmortalizada por Velázquez en su cuadro Las Lanzas.  Son importantes las causas económicas, derivadas de la lucha por el dominio del comercio en el mar del Norte y Báltico. En 1635 Francia se incorpora al conflicto como enemigo de España y derrota de manera aplastante a las tropas en Rocroi (1643). España tendrá que firmar la Paz de Westfalia en 1648 aceptando la independencia de las Provincias Unidas y constatando la pérdida de su hegemonía. El conflicto con Francia continuará hasta la Paz de los Pirineos en 1659 cediendo España el Rosellón y la Cerdaña. Los reinos de España pasaron a ceder su liderazgo en Europa a Francia e Inglaterra. La guerra fue dejada en manos de los señores mientras aparecían exigencias como la centralización.


En gran parte de Europa, durante el Siglo XVII se produjo una enorme crisis demográfica, económica y social. Las causas de la reducción en la población fueron: grandes epidemias (1597-1602, 1647-1652 y 1676-85), junto con malas cosecha, condiciones higiénicas y desnutrición; un descenso en la tasa de natalidad; un aumentó del clero, y por tanto el celibato y por último, la expulsión de los moriscos (1609). A estos factores hay que añadir la emigración a América. En cuanto a la crisis económica, se produce la caída de la agricultura, con un empeoramiento del clima y el deterioro de los sistemas de cultivo. Pese a la introducción de nuevos cultivos  y los avances de la vid el descenso demográfico provocó despoblamientos y abandonos de tierras cultivadas, lo que afectó a los pequeños y medianos propietarios rurales.  En la ganadería, el número de cabezas de ganado decrecíó y la lana castellana había empezado a ser desplazada. Todo ello perjudicó a los pequeños ganaderos pero favorecíó a los grandes propietarios.  La actividad artesanal también tuvo problemas, donde destacan la revolución de los precios  y  la falta de mano de obra, que redujo los beneficios de los propietarios. La rentabilidad se vio también afectada por la competencia de los productos extranjeros. La situación no empezó a mejorar hasta el cambio de coyuntura de los años 80 del siglo. Las aduanas y el aumento de los impuestos no favorecían el comercio. Desde la paz de Westfalia en 1648, el comercio extranjero con América resultó mucho más fácil para los países rivales, en especial las Coronas inglesa y francesa. Por supuesto, La Real Hacienda sigue teniendo problemas de liquidez y continuó con su estructura estamental, de ahí que se siga acudiendo a los juros, a los asientos y a la manipulación de la moneda. La crisis condujo a un proceso de refeudalización, con un empeoramiento de las condiciones de los campesinos y un  aumento del número de privilegiados. Aun así, la nobleza tampoco se libró de los efectos de la recesión. El clero, por el contrario, experimentó un gracias al Concilio de Trento. Y por último, aludir a la disminución de las oportunidades, que provocará el aumento de la conflictividad social.

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