– El Descubrimiento de América
El descubrimiento de América supone la culminación de la expansión castellana por el Atlántico. Fue posible gracias a los progresos técnicos en la navegación, a un motivo económico —la búsqueda de nuevas rutas hacia Asia para obtener oro, seda, especias, entre otros productos— y al deseo de evangelizar. Este descubrimiento surge de un proyecto de Cristóbal Colón para llegar a Asia por el oeste. En un principio, fue rechazado por Juan II de Portugal, y posteriormente presentado a los Reyes Católicos, quienes no lo aceptaron hasta finalizar la conquista de Granada. Tras la victoria, firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, según las cuales, Colón obtendría los títulos de almirante, virrey y gobernador de las tierras descubiertas, además de la décima parte de las riquezas obtenidas.
Colón inició su expedición el 3 de agosto de 1492 y realizó tres viajes más, en los que exploró el Caribe, las costas de Venezuela y el istmo de Panamá. Después de su muerte, fue Américo Vespucio quien se percató de que no se trataba de Asia, sino de un nuevo continente, al que se le dio el nombre de América.
Esta expansión trajo consigo tensiones con Portugal, que pretendía hacer valer el Tratado de Alcáçovas (1479), por el cual le correspondían todas las tierras al sur de Canarias. Con la firma del Tratado de Tordesillas en 1494, se estableció una línea divisoria a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, de norte a sur. El territorio que quedaba al oeste de este meridiano sería de Castilla, implicando casi toda Latinoamérica, excepto la parte oriental de Brasil. A partir de aquí, se procedió a la exploración y colonización de todo el continente.
– Conquista y Colonización de América
Durante el reinado de Carlos I, se procedió a la expansión y colonización del continente americano. La conquista se realizó mediante expediciones particulares en las cuales los conquistadores firmaban Capitulaciones con la Corona, en las que se fijaban objetivos y el reparto del botín. Fueron iniciativas de hombres aventureros y ambiciosos, como Hernán Cortés, que conquistó Tenochtitlán (actual México), y Francisco Pizarro, acompañado por Diego de Almagro, que conquistaron el Imperio Inca (Perú).
Otras expediciones destacadas fueron la búsqueda de El Dorado en el Amazonas, las de Álvar Núñez Cabeza de Vaca en La Florida y en el Río de la Plata, y la de Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta, quienes conquistaron las Islas Filipinas, llamadas así en honor a Felipe II.
Al principio, los conquistadores se dedicaron principalmente a la extracción de oro. Poco a poco, comenzaron a llegar colonos para instalarse en esas tierras, a quienes se les entregaba un grupo de indígenas para ser evangelizados e instruidos, en un sistema conocido como Encomienda. Sin embargo, en la práctica, estos indígenas fueron obligados a trabajar las tierras y fueron explotados. Las minas descubiertas eran propiedad de la Corona, pero esta concedía a particulares la explotación de las mismas a cambio de que entregaran la quinta parte de lo extraído, conocido como el *Quinto Real*. En ambos casos, hubo una significativa explotación de mano de obra indígena.
Esta explotación fue denunciada, por ejemplo, por Fray Bartolomé de las Casas. Ante estas denuncias, la Corona aprobó las llamadas Leyes Nuevas (1542), que, entre otras medidas, buscaban suprimir las encomiendas y proteger a los indígenas.
– Gobierno y Administración en el Imperio Colonial
El control del territorio colonial se llevó a cabo tanto desde España como desde América. En España, se situaron dos instituciones clave:
- La Casa de Contratación, con sede en Sevilla, creada en 1503. Su función era controlar todo el tráfico comercial y marítimo hacia América, regulando qué personas viajaban, qué productos se transportaban, etc.
- El Consejo de Indias, creado en 1523, que se ocupaba de toda la legislación de Indias, impuestos, nombramiento de cargos, entre otras funciones.
Desde América, el territorio se dividió inicialmente en dos grandes virreinatos, al frente de los cuales se situaba un virrey:
- El Virreinato de Nueva España, con capital en la Ciudad de México.
- El Virreinato del Perú, con capital en Lima.
Estos virreinatos estaban separados por una línea en torno a Panamá. Dentro de los virreinatos, existían las gobernaciones, a cargo de un gobernador con funciones administrativas, judiciales y militares. En las zonas de frontera, estas divisiones eran denominadas Capitanías Generales.
A nivel local, cada Cabildo (ayuntamiento) presidía un Corregimiento, que estaba al mando de un Corregidor. Las Audiencias eran tribunales de justicia que, en ocasiones, también ejercían funciones de gobierno en ausencia del virrey. En el siglo XVI, se crearon 10 Audiencias, a las que se añadirían otras tres posteriormente. Los límites de estas Audiencias coincidirían, en gran medida, con las fronteras de los futuros países que se independizarían de España en el siglo XIX.
Es importante recordar que, en 1512, se promulgaron las Leyes de Burgos, que pretendían regular y mejorar las condiciones de los indígenas, y en 1542, se publicaron las ya mencionadas Leyes Nuevas de Indias, que buscaban suprimir la encomienda y reforzar la protección de los pueblos originarios.
– Impacto de América en España
La conquista de América permitió un vasto intercambio de productos agrarios, algunos de ellos desconocidos en Europa, como la patata, el tomate, el cacao, el maíz, el tabaco, entre otros. Sin embargo, las principales aportaciones para España serían el oro y la plata.
Estos nuevos territorios supusieron para Castilla una inmensa fuente de ingresos, especialmente para la Corona, que controlaba el tráfico comercial y se reservaba el *Quinto Real*. Carlos V empleó estos recursos para financiar las numerosas guerras que mantuvo (contra Francia, el Imperio Otomano, los príncipes protestantes, etc.). En muchas ocasiones, se tuvieron que pagar grandes sumas de dinero a banqueros como la familia Fugger.
En la primera mitad del siglo XVI, se dio un importante crecimiento económico en España, debido en gran parte a la demanda de productos por parte de los colonos en América, lo que impulsó la producción peninsular. Una consecuencia negativa de la masiva llegada de metales preciosos de América fue la Revolución de los Precios, una significativa subida de la inflación.
Desde el punto de vista demográfico, aproximadamente 150.000 castellanos emigraron a América, la mayoría hombres jóvenes, lo que afectó tanto a la población española como a la americana, ya que se produjo un intenso mestizaje. A los hijos de españoles nacidos en América se les denominó criollos.