La España Contemporánea: Recorrido Histórico desde Primo de Rivera hasta el Fin del Franquismo (1923-1975)

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

A comienzos de la década de 1920, el sistema de la Restauración estaba en profunda crisis debido a varios factores:

  • El desprestigio de los partidos dinásticos.
  • La radicalización del movimiento obrero.
  • El auge de los nacionalismos periféricos.
  • La derrota militar de Annual (1921).

En 1923, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado, lo que generó malestar en parte del ejército. Justificó este golpe como un intento de regeneración nacional, prometiendo resolver los problemas de España mediante una dictadura temporal.

Medidas Iniciales

Las primeras medidas políticas que tomó fueron drásticas:

  • Supresión de las garantías constitucionales.
  • Disolución de las Cortes.
  • Prohibición de los partidos políticos.
  • Censura de la prensa.

Directorio Militar (1923-1925)

El primer gobierno de Primo de Rivera, conocido como el Directorio Militar, estuvo formado exclusivamente por militares. Sus principales acciones fueron:

  • Reorganización de los ayuntamientos.
  • Implementación de una política centralista frente a los nacionalismos.
  • Prohibición de manifestaciones y huelgas.
  • Creación de la Unión Patriótica como partido único de apoyo al régimen.

Éxito en la Guerra de Marruecos

La dictadura logró un éxito significativo en la Guerra de Marruecos. Aunque Primo de Rivera inicialmente consideró la retirada debido al alto gasto y el rechazo popular, cambió de opinión cuando Abd el-Krim atacó a Francia. Esta agresión propició la unión militar de España con Francia, culminando en el Desembarco de Alhucemas (1925) y la posterior rendición de Abd el-Krim ante Francia.

Directorio Civil (1925-1930)

El segundo gobierno, el Directorio Civil, estuvo formado por civiles. Su objetivo principal fue institucionalizar el régimen mediante la creación de la Asamblea Nacional Consultiva (1927). Esta asamblea, compuesta por miembros de la Unión Patriótica, tenía la misión de redactar una nueva constitución, pero el proyecto nunca llegó a entrar en vigor.

Política Económica y Social

La política económica fue marcadamente proteccionista, aumentando los aranceles y realizando ambiciosos planes de obras públicas. Durante este periodo se crearon los primeros monopolios estatales, como CAMPSA.

En el ámbito social, se creó el Consejo Nacional del Trabajo para mediar en los conflictos laborales, atrayendo el apoyo de sindicalistas moderados como Largo Caballero de la UGT.

La dictadura fue aceptada por una parte de la sociedad, mientras que el resto (republicanos, liberales, conservadores, nacionalistas, sindicatos e intelectuales) formaron una creciente oposición.

El Hundimiento de la Monarquía (1930-1931)

Ante la falta de apoyos, el rey Alfonso XIII pidió a Primo de Rivera que dimitiera en enero de 1930, tras lo cual el dictador se exilió a París. Alfonso XIII pretendía volver al sistema constitucional de la Restauración y nombró presidente del Consejo de Ministros a Dámaso Berenguer (la Dictablanda). Sin embargo, este gobierno fue incapaz de hacer frente a la crisis económica y la creciente oposición.

Se formó un Comité Revolucionario para proclamar la República (Pacto de San Sebastián, 1930). Aunque un intento de pronunciamiento militar fracasó, la presión continuó. En 1931, Juan Bautista Aznar sustituyó a Berenguer y convocó elecciones municipales. El triunfo de las candidaturas republicanas en las principales ciudades llevó a la proclamación de la Segunda República y al exilio de Alfonso XIII.

La Segunda República (1931-1936)

Proclamación y Gobierno Provisional

El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República, y Alfonso XIII partió al exilio en Italia. La República contó con el apoyo de intelectuales, la clase media y el movimiento obrero, pero generó desconfianza en la Iglesia y en los grandes propietarios agrícolas.

El primer Gobierno Provisional de la República fue el Comité Revolucionario, formado tras el Pacto de San Sebastián. Estaba compuesto por republicanos conservadores, republicanos radicales, republicanos de izquierda y nacionalistas catalanes y gallegos.

Los primeros decretos reconocieron los derechos individuales, proclamaron la amnistía y sentaron las bases para futuras reformas: agraria, militar, educativa y laboral. La crisis económica, sin embargo, produjo los primeros conflictos sociales y huelgas. Desde el principio, la República tuvo enfrentamientos con la Iglesia, lo que deterioró su imagen. Tras la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes, el partido más votado fue el PSOE.

La Constitución de 1931

En 1931, las Cortes aprobaron la Constitución, fuertemente influenciada por la coalición republicano-socialista. Sus principales aspectos fueron:

  • Creación de un Estado integral, compatible con la autonomía regional.
  • División de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial).
  • El Presidente de la República sería elegido indirectamente.
  • El gobierno era responsable ante las Cortes.
  • Las Cortes eran unicamerales.
  • El Estado se definía como laico (separación Iglesia-Estado).
  • Obligación del Estado de extender la cultura y la educación a toda la población.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Niceto Alcalá Zamora fue el primer presidente de la República. El primer gobierno constitucional, liderado por Manuel Azaña, contó con el apoyo de los partidos del Provisional y continuó con el programa de reformas iniciado en 1931.

Reformas Clave

Durante el Bienio Reformista se realizaron importantes transformaciones:

  • Reforma Social: Establecimiento de la jornada de ocho horas y reconocimiento del derecho a huelga.
  • Reforma Educativa: Plan para reducir el analfabetismo mediante la construcción de miles de escuelas.
  • Reforma Militar: Búsqueda de la profesionalización y reducción del número de oficiales.
  • Reforma Agraria: Ley de Reforma Agraria (1932) destinada a expropiar tierras para su redistribución. Los terratenientes se opusieron firmemente a esta ley y financiaron el fallido golpe de Estado del general Sanjurjo (1932).

En 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que otorgaba a los catalanes un gobierno propio: la Generalitat.

Oposición al Gobierno

La oposición al gobierno republicano-socialista se articuló en torno a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), partido fundado en 1933, cuyo lema era “Religión, Patria, Familia, Propiedad y Orden”. Por otro lado, José Antonio Primo de Rivera fundó Falange Española, un partido de inspiración fascista. El gobierno también se enfrentó a huelgas y ocupaciones de tierras promovidas por la CNT.

Política Cultural y Realizaciones

La República recibió el apoyo de muchos intelectuales (como Federico García Lorca y Rafael Alberti) y dirigentes políticos procedentes del mundo de la cultura, que veían en el ideal republicano un instrumento capaz de regenerar el país. Otros intelectuales, como Ortega y Gasset y Gregorio Marañón, se distanciaron, mientras que Pío Baroja y Unamuno se mostraron críticos.

El Gobierno Provisional diseñó un ambicioso plan educativo basado en los principios de la Institución Libre de Enseñanza, buscando la extensión de la cultura a todos los rincones de España.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

La Sublevación Militar y el Estallido del Conflicto

Desde las elecciones de febrero de 1936, la tensión política y social había aumentado, culminando en los asesinatos del teniente Castillo y del político José Calvo Sotelo. Un grupo de militares contrarios al gobierno de la República, con apoyo económico de banqueros y empresarios, preparaba un golpe de Estado.

El plan golpista, liderado por el general Mola, debía realizarse con rapidez y violencia para evitar una reacción del gobierno y de los grupos de izquierda. Pese a los rumores, el gobierno alejó a los militares sospechosos: Franco fue enviado a Canarias, Goded a Baleares y Mola a Pamplona.

El golpe de Estado estaba previsto para el 18 de julio, pero se inició un día antes en Melilla. A lo largo del día 18, se produjeron sublevaciones en gran parte del país, triunfando en algunas zonas y fracasando en otras.

Fracaso del Golpe y División del País

El golpe fracasó en las principales capitales. En Barcelona, la CNT obligó a los insurrectos a rendirse. En Madrid, el nuevo presidente del gobierno, José Giral, entregó armas a las milicias obreras.

El triunfo o el fracaso del golpe se debió a dos factores clave: la rapidez y coordinación de los golpistas, y la capacidad de reacción de las fuerzas leales al gobierno de la República.

Tras el fracaso parcial, el país se dividió en dos bandos:

  1. Bando Republicano (Leales): Controlaba las zonas industriales y mineras. Militarmente, contaba con el apoyo de la Marina y la Guardia de Asalto.
  2. Bando Sublevado (Nacionales): Económicamente, dominaban las zonas cerealistas, el carbón aragonés y las minas de Riotinto. Militarmente, disponían de la mayoría de los oficiales del Ejército de África.

Desarrollo de la Guerra: Etapas y Evolución

El desarrollo de la Guerra Civil se divide en tres etapas principales:

  1. Etapa 1: La Guerra de Columnas y la Batalla por Madrid (Julio 1936 – Marzo 1937). El punto clave fue Madrid, cuya conquista era el objetivo primordial de los rebeldes. Franco intentó llegar a Madrid desde el sur, pero fracasó en las batallas de Jarama y Guadalajara. Esto forzó a Franco a cambiar de estrategia.
  2. Etapa 2: La Campaña del Norte (Abril 1937 – Octubre 1937). Franco decidió llevar a cabo la Campaña del Norte. Tras la caída de Bilbao, Santander y Asturias, la República perdió la zona de recursos mineros e industriales más ricos.
  3. Etapa 3: La Batalla del Ebro y el Fin de la Guerra (Diciembre 1937 – Abril 1939). El centro de las operaciones se trasladó al Este. El objetivo de Franco era partir en dos la zona republicana, logrando aislar a Cataluña tras la ofensiva de Aragón. La Batalla del Ebro fue la última gran ofensiva republicana.

La Dimensión Política e Internacional del Conflicto

Evolución Política en la Zona Republicana

Durante la Guerra Civil, la zona republicana tuvo tres gobiernos sucesivos:

  1. Gobierno de José Giral (Julio – Septiembre 1936): Sustituyó a Casares Quiroga. Su primera medida fue armar a los obreros para enfrentarse a los sublevados. Se crearon Juntas y Comités revolucionarios, que llevaron a cabo una campaña incontrolada de represión contra los simpatizantes del golpe. Los anarquistas, ante la falta de autoridad, intentaron llevar a cabo una revolución social.
  2. Gobierno de Francisco Largo Caballero (Septiembre 1936 – Mayo 1937): Los avances sublevados, debidos a la escasa preparación militar y los desórdenes sociales, forzaron a Largo Caballero (UGT) a formar un gobierno de unidad compuesto por republicanos, socialistas, nacionalistas y anarquistas. Se creó el Ejército Popular y se restauró la autoridad del Estado. El 1 de octubre de 1936 se aprobó el Estatuto de Autonomía del País Vasco.
  3. Gobierno de Juan Negrín (Mayo 1937 – Marzo 1939): Los fracasos militares y los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona (enfrentamiento entre anarquistas/POUM y comunistas) provocaron la sustitución de Largo Caballero. Negrín reforzó la disciplina militar y la autoridad del Estado. Fue defensor de la política de «resistir hasta el final» (los Trece Puntos), pensando que estallaría un conflicto internacional entre las dictaduras fascistas (que apoyaban a Franco) y las democracias. Intentó negociar garantías para los vencidos, pero su propuesta fue rechazada por Franco. El golpe de Estado del coronel Casado en marzo de 1939 puso fin al gobierno de Negrín y aceleró el final de la República.

Evolución Política en la Zona Sublevada

La muerte de Sanjurjo dejó la insurrección sin un líder claro. El 24 de julio de 1936, una reunión de generales insurrectos acordó crear la Junta de Defensa Nacional. Las medidas adoptadas fueron drásticas: se estableció el estado de guerra, se suprimieron las libertades y se disolvieron todos los partidos políticos.

La propaganda nacionalista elaboró la justificación del golpe militar contra un gobierno democráticamente elegido. La persecución de la Iglesia Católica en la zona republicana sirvió para justificar la matanza que asolaba el país, presentándose el conflicto como una Cruzada.

Las medidas económicas se encaminaron a la cancelación de todas las reformas republicanas y a la intervención del Estado en la economía, siguiendo principios de la ideología fascista. De este modo se creó el Servicio Nacional del Trigo.

El 1 de octubre de 1936, Francisco Franco fue elegido Jefe del Gobierno del Estado español. Sus éxitos militares explican su ascenso al poder. Más adelante, fue llamado Caudillo, estableciendo una dictadura personal basada en un régimen militar.

En 1937 se aprobó el Decreto de Unificación, por el que falangistas y carlistas quedaron unificados en un partido único, conocido como el Movimiento Nacional.

La Ley de la Administración del Estado concedió los tres poderes a Franco. El nuevo régimen era un estado confesional: se volvió a subvencionar a la Iglesia, se eliminó el divorcio y se creó una legislación que institucionalizaba la represión contra los vencidos. En 1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, que catalogaba como «rebeldes» a todos los que se enfrentaron al Movimiento Nacional.

Intervención Internacional

Aunque fue una guerra española, la participación extranjera fue crucial. La primera intervención fue el apoyo aéreo para trasladar el Ejército de África a la península.

  • Ayuda a Franco (Eje): Recibió apoyo masivo de la Alemania nazi (Legión Cóndor) y la Italia fascista (CTV). Portugal también facilitó el paso de armas.
  • Ayuda a la República (Democracias y URSS): La República solo recibió ayuda limitada de los países demócratas (Gran Bretaña y Francia aplicaron la política de No Intervención) y apoyo significativo de la Unión Soviética y las Brigadas Internacionales.

Consecuencias de la Guerra Civil

La Guerra Civil fue una catástrofe para España. Sus consecuencias fueron profundas y duraderas:

  • Demográficas: Elevado número de fallecimientos, gran cantidad de exiliados y una reducción drástica de la tasa de natalidad.
  • Económicas: Importantes destrucciones de infraestructuras (especialmente industriales), descenso de la producción y destrucción de un gran número de viviendas.
  • Políticas: Imposición de un Estado autoritario que no respetó los derechos humanos, lo que generó un rechazo generalizado a la dictadura militar.
  • Sociales y Culturales: Se produjo un retroceso cultural y científico debido al exilio forzoso de muchos intelectuales que apoyaban a la República.

La Creación del Estado Franquista (1939-1975)

Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales

Tras la victoria en la guerra, Franco estableció un sistema político basado en una dictadura personal, conocido como el Franquismo. Franco concentró todos los poderes: Jefe del Estado, Jefe de Gobierno, Jefe de las Fuerzas Armadas y Jefe del Movimiento Nacional.

Los pilares ideológicos del franquismo fueron:

  1. Tradicionalismo: Defensa de la religión, la familia, el orden y la propiedad.
  2. Anticomunismo: Rechazo frontal a cualquier ideología de izquierda.
  3. Nacional-catolicismo: Identificación total del régimen con la Iglesia Católica.

Las Leyes Fundamentales sirvieron para institucionalizar el régimen y darle estructura legal. Entre ellas se encuentran:

  • El Fuero del Trabajo (1938).
  • Ley Constitutiva de las Cortes (1942).
  • Fuero de los Españoles (1945).
  • Ley de Referéndum Nacional (1945).
  • Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947).

Se establecieron unas Cortes de carácter no democrático, cuyos procuradores eran designados por el poder.

Apoyos del Régimen

El franquismo contó con el apoyo institucional del Ejército, la Iglesia y la Falange. Los apoyos sociales clave fueron la oligarquía terrateniente y la oligarquía financiera, además de las clases medias rurales y ciertos grupos urbanos.

Evolución Política y Coyuntura Exterior

La evolución política del régimen estuvo marcada por la coyuntura internacional:

  1. Régimen Nacional-Sindicalista y Alineamiento con el Eje (1939-1942): El personaje clave, además de Franco, fue Ramón Serrano Suñer. Se diseñó un régimen de inspiración nacional-socialista. España se alineó con las potencias del Eje, aunque no entró formalmente en la Segunda Guerra Mundial.
  2. Nacional-Catolicismo y Acercamiento a los Aliados (1943-1945): Las derrotas de Alemania e Italia provocaron que Franco declarase a España como «no beligerante» para intentar un acercamiento a los Aliados.

Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional

Desde 1945 hasta 1950, España vivió un periodo de aislamiento internacional. La ONU condenó al régimen, buscando presionar a Franco para que abandonase el poder.

La Guerra Fría permitió a Franco presentarse como un aliado estratégico de las democracias occidentales frente a la Unión Soviética. Este cambio geopolítico facilitó el fin del aislamiento:

  • La ONU revocó la resolución de bloqueo de España.
  • En 1953 se firmó el Concordato con el Vaticano.
  • También en 1953 se firmó el Pacto de Madrid con Estados Unidos, permitiendo la instalación de cuatro bases militares norteamericanas en España a cambio de ayuda económica.
  • En 1955, España ingresó en la ONU, lo que supuso su pleno reconocimiento internacional.

El Exilio Republicano

Al finalizar la Guerra Civil, el exilio fue la única salida para cientos de miles de españoles que habían perdido. Se crearon campos de refugiados en Francia, y México fue un destino importante. Muchos exiliados en Francia lucharon contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Otros murieron en campos de exterminio nazis o esperaron en los países de acogida hasta la muerte del dictador para poder regresar a España.

Consolidación del Régimen y Transformaciones Económicas

El Fin del Aislamiento y la Reorientación Política

A comienzos de la década de 1950, se vivió el fin del aislamiento internacional. El ingreso en la ONU y en el Fondo Monetario Internacional, junto con el Pacto de Madrid con EE. UU., diseñaron unas relaciones exteriores más favorables para el franquismo. Sin embargo, el agotamiento del sistema autárquico generaba graves consecuencias económicas y sociales.

La nueva situación provocó una reorientación política y económica del Régimen. Los falangistas perdieron peso a favor de los católicos. El almirante Carrero Blanco se convirtió en el hombre clave. En 1957, Franco remodeló el gobierno, cesando a los ministros más radicales y dando entrada a miembros del Opus Dei, conocidos como los tecnócratas, que antepusieron la eficacia económica a la ideología política, con lo que España abandonó la autarquía.

Leyes de Consolidación

Se promulgaron una serie de leyes destinadas a organizar el Estado y asegurar la continuidad del régimen:

  • Aprobación de la Ley de Principios del Movimiento Nacional.
  • La Ley de 1969 estableció el mecanismo de sucesión de Franco a favor de Juan Carlos de Borbón.
  • Se creó la Vicepresidencia del Gobierno, ocupada por Carrero Blanco.
  • Se puso en marcha el Tribunal de Orden Público (TOP) para juzgar delitos políticos.
  • Se aprobó la Ley de Prensa e Imprenta (1966), conocida como la Ley Fraga, que suavizó la censura previa.
  • Se aprobó la Ley Orgánica del Estado (1967).

Las Transformaciones Económicas: De la Autarquía al Desarrollismo

Durante los años 40 y principios de los 50, el Régimen apostó por la economía autárquica, buscando la autosuficiencia económica. La autarquía, sin embargo, situó a la economía española al borde del colapso.

Franco reaccionó remodelando el gobierno en 1957. Los nuevos ministros elaboraron en 1959 el Plan de Estabilización Económica. Las medidas más importantes fueron:

  • Reducción del gasto público.
  • Devaluación de la peseta.
  • Reducción del control del Estado sobre las actividades económicas.
  • Apertura a nuevos mercados e inversión extranjera.

En los años 60, la economía experimentó un crecimiento explosivo, aunque desequilibrado. Este periodo, conocido como el Desarrollismo, se vio favorecido por:

  • Abundante mano de obra barata.
  • Acumulación de capitales internos y llegada de capitales extranjeros.
  • Ingresos masivos por el turismo.
  • Fuerte industrialización del país.

En 1962 se pusieron en marcha los Planes de Desarrollo, que establecían directrices obligatorias para las empresas públicas y orientativas para las privadas. Los objetivos principales eran el desarrollo industrial y la planificación regional.

Limitaciones del Desarrollismo

El desarrollo tuvo limitaciones significativas: la industria era muy dependiente del exterior y suponía poco avance tecnológico. Se incentivó la emigración exterior para evitar una alta tasa de desempleo, y el sistema fiscal era regresivo.

Los Cambios Sociales

La población creció debido a la combinación de una elevada tasa de natalidad y un descenso de la mortalidad. El suceso demográfico más importante fueron las migraciones internas: la población rural se dirigió masivamente a las ciudades (éxodo rural).

La estructura de la población activa se modernizó: disminuyó el número de jornaleros agrícolas, aumentaron los obreros industriales y se desarrolló la clase media.

Los modos de vida y la mentalidad cambiaron, fenómeno impulsado por la llegada de turistas y la difusión de la televisión. Uno de los cambios más importantes fue la incorporación de la mujer al trabajo fuera de casa. El nivel de vida mejoró, y apareció la sociedad de consumo, con la popularización de electrodomésticos (nevera, televisor) y el automóvil.

Elementos de Cambio en la Etapa Final del Franquismo (1969-1975)

Crisis Política y Sucesión

El escándalo de Matesa, que estalló en 1969, implicó a varias instituciones en casos de corrupción y provocó una crisis de gobierno. El nuevo gobierno, con Carrero Blanco como vicepresidente, fue monocolor, con once ministros del Opus Dei. En ese mismo año, Juan Carlos de Borbón fue nombrado sucesor de Franco a título de Rey, tras jurar la Ley de los Principios Fundamentales del Reino.

En 1973, Franco nombró un nuevo gobierno, siendo la novedad que, por primera vez, él no ocupaba el puesto de presidente del gobierno. Este puesto recayó en el almirante Carrero Blanco. Unos meses más tarde, Carrero Blanco fue asesinado por ETA (diciembre de 1973), y su puesto fue ocupado por Carlos Arias Navarro.

El presidente Arias Navarro anunció en 1974 una tímida liberalización del régimen con la regulación del derecho de asociación política (el llamado «espíritu del 12 de febrero»). Los partidarios del régimen se dividieron en dos bandos: los aperturistas (dirigidos por Pío Cabanillas) y los inmovilistas (liderados por José Utrera Molina). La apertura del sistema quedó frustrada por la condena a muerte del anarquista Salvador Puig Antich. La aprobación de la Ley de Asociaciones Políticas no mejoró la situación.

Política Exterior

El acercamiento a Europa fue el principal objetivo de la política exterior. En 1962 se solicitó el ingreso en la C.E.E. y en 1970 se firmó un acuerdo preferencial. También fracasó el intento de recuperar Gibraltar. El último acontecimiento en las relaciones exteriores fue la Marcha Verde (1975), por la que Marruecos consiguió anexionarse gran parte del Sáhara Occidental.

El final del régimen estuvo marcado por la enfermedad de Franco, la crisis económica del 73 y el aumento de la conflictividad social y política. Finalmente, Franco murió el 20 de noviembre de 1975, poniendo fin al régimen franquista.

La Oposición al Régimen

El cambio social que sufrió España fue clave para explicar el crecimiento de la oposición al régimen de Franco. Esta oposición comenzó con las primeras huelgas laborales y los incidentes estudiantiles en Madrid. La Ley de Convenios Colectivos favoreció la nueva actividad obrera, de la que surgieron las clandestinas Comisiones Obreras (CCOO). En la universidad también surgieron organizaciones estudiantiles clandestinas.

La Iglesia había iniciado un proceso de distanciamiento del franquismo. El pontificado de Juan XXIII y la renovación de la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II provocaron una grave fractura entre el régimen y la jerarquía eclesiástica. En 1971, una asamblea de obispos y sacerdotes aprobó una declaración rechazando la división entre vencidos y vencedores, y pidiendo perdón por el papel de la Iglesia tras la Guerra Civil.

También aparecieron asociaciones civiles, especialmente de vecinos en los barrios obreros de las grandes ciudades, que se oponían al régimen.

Los partidos políticos de oposición, ilegales, como el PCE y, en menor medida, el PSOE, resurgieron en esos años. Uno de los acontecimientos políticos más importantes fue el encuentro que tuvieron en Múnich los representantes de la oposición interna y del exilio (el llamado Contubernio de Múnich). También resurgieron los nacionalismos: el catalán (dirigido por Jordi Pujol y Esquerra Republicana) y el vasco (con el PNV y ETA).

Evolución de las Mentalidades y la Cultura

Desde la década de 1960, los españoles vivieron un profundo cambio en su mentalidad. Empezando por la educación: debido al aumento de la población, se vio la necesidad de construir colegios e institutos públicos, que no estuvieran controlados exclusivamente por la Iglesia.

La sociedad fue adoptando novedades importantes: la mujer se incorporó al trabajo fuera del hogar. El turismo y la televisión modificaron el comportamiento social, a pesar de la censura. Poco a poco se produjo un alejamiento de los valores tradicionales, y los jóvenes, sobre todo, aceptaron las modas que llegaban del exterior.

En los primeros años del franquismo, con un importante número de intelectuales en el exilio, la cultura estuvo dominada por los principios estéticos y doctrinales del régimen. La censura se aplicaba a todas las actividades intelectuales y a los medios de comunicación, aunque algunas obras lograron salir a la luz, como La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela.

Entre 1956 y 1975, se desarrolló una cultura de evasión, favorecida por la inauguración de Televisión Española. La respuesta de los intelectuales fue retratar de manera realista la realidad del país (realismo social).

Durante esos años adquirieron una importante difusión algunos semanarios políticos y culturales. En el exilio se desarrolló una cultura española alternativa, con figuras como Rafael Alberti y Francisco Ayala.

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