Economía y demografía en el siglo XIX en Cuba, Puerto Rico y España

Economía en el siglo XIX en Cuba y Puerto Rico

La economía en el siglo XIX de Cuba y Puerto Rico se basaba en la exportación de azúcar y tabaco, cultivados en plantaciones esclavistas. Cuba era la principal exportadora mundial de azúcar. España monopolizaba este comercio en su beneficio y en contra de los intereses isleños. Estaban sometidas a durísimas leyes, obligadas a comprar las carísimas harinas castellanas y los textiles catalanes, y privadas de autogobierno. Esta situación provocó un sentimiento independentista, que será apoyado por EEUU, debido a intereses económicos.

Insurrecciones y guerras

La política represiva de las autoridades españolas provocará el estallido de varias insurrecciones: la primera, llamada Guerra de los Diez Años (1868-1878), comenzó al “grito de Yara” de Manuel de Céspedes, propietario de una plantación que liberó a sus esclavos e hizo la declaración de independencia cubana en 1868. La guerra concluyó con la Paz de Zanjón, conseguida por las negociaciones del general Martínez Campos, acordándose la abolición de la esclavitud, una amnistía general, y el autogobierno. Estos acuerdos se incumplirán y la insurrección siguió latente por las aspiraciones de la población criolla y los intereses de los estadounidenses.

Guerras posteriores

Antonio Maura, ministro de ultramar, propuso la autonomía para Cuba, Puerto Rico, y Filipinas, pero fue rechazado por el parlamento. El incumplimiento del acuerdo provocará el descontento y dos nuevas guerras. La segunda insurrección (1889-1890), conocida como la Guerra Chiquita, fue de escasa relevancia. La tercera, conocida como Guerra de la Independencia, comienza en 1895 tras el “grito del Baire”, y se produce durante la regencia de María Cristina de Habsburgo.

Guerra hispano-estadounidense

En 1895 se produce un cambio de gobierno, entra Cánovas. Tras el “grito de Baire”, estalló una nueva insurrección en Cuba, dirigida por José Martí (creador del Partido Revolucionario Cubano), Máximo Gómez y Antonio Maceo. En Filipinas, al año siguiente, José Rizal y Emilio Aguinaldo, lucharon por la expulsión de los españoles y de las órdenes religiosas para conseguir latifundios. Al principio, la guerra de Cuba se limitó al enfrentamiento entre las tropas españolas y la guerrilla independentista. Pero las aspiraciones criollas y la injerencia estadounidense aumentaron.

Guerra hispano-estadounidense

El Gobierno español quiso acabar con el problema cubano. Primero envió a la isla al general Martínez Campos, el pacificados de la guerra anterior, pero fracasó en el intento de pacificación. Después, el general Valeriano Weyler, Capitán General de Cuba, practicó cruel represión. Dividió la isla en trochas para impedir la comunicación, y practicó la estrategia de “tierra quemada”, esto perjudicó gravemente a la población. Tras el asesinato de Cánovas (1897), Sagasta destituyó a Weyler, y ofreció autonomía a Cuba, pero ya solo quería la independencia.

Guerra hispano-estadounidense

En estados Unidos se movilizó la opinión pública con las campañas de Hearst y Pulitzer, en contra del colonialismo. El Gobierno de Washington ofreció comprar Cuba por 300 millones de dólares, pero el Gobierno español rechazó la propuesta. El 15 de febrero de 1898, se produjo la explosión del “Maine”, acoraza norteamericano fondeado en el puerto de La Habana para proteger sus intereses. EEUU culpó a España del hecho, utilizándolo como excusa para declararle la guerra, que se desarrolló en el Caribe y en Filipinas.

Consecuencias de la guerra

El 10 de diciembre de 1898 se firmo la Paz de París, por la que España perdió sus posesiones ultramarinas en América y el Pacífico. Cuba se convirtió en nación independiente, aunque tutelada por EEUU, que recibió Filipinas, Puerto Rico y la isla de Guam. Poco después, se vendieron a Alemania las islas de Carolina, las Marianas y las Palaos. En 1899 salieron de la isla de Luzán “Los últimos de Filipinas”, un grupo de soldados españoles que se resistieron a la rendición.

Demografía en España

A principios del siglo XIX de desarrolla en España el régimen demográfico antiguo, cuando en otros países de Europa ya habían iniciado un régimen demográfico nuevo. Será a lo largo del siglo XIX cuando se produzca la reducción de la mortalidad catastrófica que conducirá al régimen de transición demográfica.

Crisis de subsistencias y enfermedades

Por otro lado, el censo de Floridablanca (1787), primer recuento ampliamente fiable de la población española fue el precursor de la aparición de los primeros censos modernos, realizados periódicamente desde mediados del siglo XIX, que han permitido desde entonces el estudio con precisión de la demografía española.

Crisis de subsistencias y enfermedades

Tras el avance demográfico notable en el siglo XVIII, el siglo XIX se caracteriza por un régimen demográfico antiguo, es decir, por altas tasas de natalidad, acompañadas de altas tasas de mortalidad debido a la Guerra de la Independencia, a las Guerras Carlistas, a la inestabilidad política y a la existencia de un sistema económico anticuado, que producía periódicas crisis de subsistencia, y por un deficiente estado de la higiene pública que favorecía las epidemias recurrentes, principalmente, el cólera.

Desarrollo demográfico en España

Durante la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento de la población española fue netamente inferior al de Europa occidental. La población de España creció en este periodo en un 24%, fue a un 65% de los Países Bajos, un 51% de las islas británicas o un 42% de Italia.

Industrialización en España

La industrialización se desarrolló con debilidad y hace espectáculo accidental. Las causas fueron: las guerras e inestabilidad política, cuál es la pérdida de las colonias, la falta de mercado por el bajo poder adquisitivo, la carencia de capitales y de mentalidad empresarial para invertir, la falta de combustible barato, las malas comunicaciones y el proteccionismo político.

Sectores industriales

Los sectores más importantes fueron:

  • El sector textil se desarrolló en Cataluña, especialmente en Barcelona.
  • La minería se impulsó tras la aprobación de la ley de minas en 1868.
  • La siderurgia comenzó con la implantación de un alto horno en Marbella.
  • La industria agraria se desarrolló en Valencia y Andalucía.
  • La construcción del ferrocarril fue un hecho decisivo en el proceso de industrialización y en la articulación del mercado interior en España.
  • El transporte marítimo estaba concentrado en los puertos de Barcelona Bilbao Santander Sevilla Cádiz y Málaga.

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