El Congreso de Viena y las Revoluciones Liberales del Siglo XIX

El Congreso de Viena (1814-1815)

Tras la derrota de Napoleón, los países vencedores se reunieron en Viena para restablecer en Europa la situación política anterior a la Revolución de 1789. Austria, Prusia, Gran Bretaña y Rusia encabezaban el nuevo orden europeo, participando también en el congreso los nuevos gobernantes franceses, así como España, Suecia y Portugal.

En el Congreso de Viena, el canciller austriaco Metternich se erigió en el defensor de la restauración del absolutismo, en un intento de auténtica contrarrevolución. Defendiendo el principio de legitimidad dinástica, propuso la vuelta al trono de las monarquías anteriores a la Revolución. Pero los nuevos monarcas encontraron serias dificultades para eliminar los avances extendidos en Europa por Napoleón.

Ante esto, Metternich buscó la unión de los reyes absolutistas y dirigió la represión contra los levantamientos liberales hasta 1848: Austria, Rusia y Prusia establecen el Pacto de la Santa Alianza para intervenir contra los levantamientos revolucionarios. Gran Bretaña no participó.

En el Congreso de Viena se acordaron beneficios territoriales para los vencedores:

  • Prusia se unió con diversos territorios alemanes.
  • Austria recibió el Véneto, Lombardía y otras regiones.
  • Rusia amplió sus fronteras hacia el oeste.
  • El Reino Unido consiguió los enclaves comerciales de Ceilán, El Cabo y Trinidad.
  • Francia volvió a las fronteras anteriores a 1789.
  • Bélgica y Holanda se fusionaron en el Reino de los Países Bajos.
  • Suecia y Noruega también conformaron un único reino.
  • Italia siguió siendo un complejo mosaico de estados.

Los Primeros Levantamientos

Las primeras revoluciones liberales surgen en los territorios de Europa occidental donde se había implantado un absolutismo más radical. Así, mientras Luis XVIII concede en Francia ciertas libertades y acepta la colaboración de nobles y burgueses, a partir de 1820 se producen diversas sublevaciones en el sur de Europa:

  • En España, la rebelión de las tropas destinadas a embarcar en Cádiz para reprimir las sublevaciones en las colonias americanas es secundada por amplios sectores sociales. Fernando VII se ve obligado a jurar la Constitución de 1812 y a conceder algunos derechos y libertades.
  • En Nápoles, se produce un levantamiento contra el monarca restaurado en el trono, implantándose la Constitución española de 1812 tras la revuelta.
  • En 1821, Grecia se subleva contra el dominio turco. Gracias a la intervención de varias potencias europeas, el país conseguiría su independencia en 1830.
  • También en Piamonte (región italiana) se asiste a un levantamiento de carácter liberal en 1821.

Ante estas primeras revoluciones, los defensores del absolutismo activan el Pacto de la Santa Alianza, como ocurre en el caso español.

Las Revoluciones de 1830

En esta oleada revolucionaria, Francia tuvo un papel protagonista. A la muerte de Luis XVIII, en 1824, subió al trono Carlos X, implantado por un absolutismo intransigente. Ante esta situación, en 1830, tiene lugar en París un levantamiento de intelectuales, estudiantes, burgueses y clases populares. Carlos X abdica y se exilia. La Asamblea nombra rey a Luis Felipe de Orleans implantándose una monarquía constitucional de carácter liberal.

También en otros países europeos surgen conflictos con algún componente liberal:

  • En los Países Bajos, los belgas se sublevan frente a los holandeses. Bélgica consigue la independencia y elabora una constitución liberal.
  • En Polonia se produce un levantamiento liberal que fracasa.
  • En la región italiana, los ciudadanos de Parma y Módena se levantan contra el dominio austriaco. Aunque son reprimidos, el germen liberal con tintes nacionalistas cunde en Italia: Mazzini funda en 1831 el movimiento social “Joven Italia”, cuyo objetivo es conseguir una república unificada.
  • Diversos estados alemanes, como Sajonia o Hannover, aprueban constituciones liberales.
  • En España, el liberalismo se afianza a la muerte de Fernando VII en 1833.
  • En el Reino Unido también avanzó el liberalismo y en 1831 la ley duplicó el número de ciudadanos con derecho a voto, aunque se mantuvo el sufragio censitario.

La Unidad Italiana

Según Metternich, Italia era una simple expresión geográfica, constituida por un mosaico de estados. Las revoluciones fracasadas fueron más liberales que nacionalistas, pero sirvieron para que muchos italianos asumieran la necesidad de la unidad e independencia italiana, cristalizando en el Risorgimento. Mazzini fundó la “Joven Italia”, movimiento nacionalista, republicano y democrático, pero que no atrajo a los sectores populares.

Ante las repetidas intervenciones militares de Austria en territorio italiano, solo Víctor Manuel II, rey de Piamonte, se opuso a ellas, iniciando el proceso de unificación:

  • Gracias a la labor diplomática de Cavour, se estableció una alianza con Francia para expulsar a Austria del norte de Italia. La derrota de Austria permitió a Víctor Manuel II anexionarse Lombardía en 1859, y provocó que Toscana, Parma y Módena depusieran a sus gobernantes y se unieran a Piamonte en 1860.
  • En el mismo año, Garibaldi organizó un ejército de voluntarios que apoyaron la sublevación de Sicilia contra los Borbones. Conquistada la isla, Garibaldi ocupó Nápoles, destronó al monarca y ofreció el reino de las Dos Sicilias a Víctor Manuel. A la vez, Piamonte ocupó Romaña, Umbría y las Marcas, aunque cedió Saboya y Niza a Francia.
  • Se constituyó el Reino de Italia en 1861, reuniéndose en Turín una Asamblea Nacional que proclamó a Víctor Manuel II primer rey italiano. Se eligió Roma como futura capital de Italia, pero el Papa rehusó integrarse en el nuevo reino.
  • Napoleón III retiró su apoyo a Víctor Manuel, que estableció una nueva alianza con Prusia para enfrentarse a Austria: tras la derrota austriaca, Italia se anexionó Venecia en 1866. Con motivo de la guerra franco-prusiana, Francia retiró la protección prestada al Papa desde 1849, lo que permitió a las tropas italianas ocupar Roma en 1870, culminando así la unificación.

Los Inicios de la Unidad Alemana

A comienzos del siglo XIX, Alemania era un espacio geográfico con una lengua y una cultura comunes, pero disgregado en numerosos reinos, ducados, principados y ciudades, entre los que destacaban los territorios pertenecientes al Imperio austriaco y al Reino de Prusia. El Congreso de Viena creó la Confederación Germánica, estableciéndose en Fráncfort una Asamblea Federal, con funciones consultivas.

El desarrollo económico favoreció la creación de una unión aduanera que en 1834, gran parte de los pequeños estados alemanes aceptan a Prusia como núcleo de unificación, desechando la hegemonía austriaca. El gran impulso llegaría a partir de 1861 con la subida al trono de Prusia de Guillermo I, quien nombró primer ministro a Bismarck. Ante las exigencias liberales, Bismarck optó por canalizarlas hacia el nacionalismo, marcándose el objetivo de crear un estado alemán bajo la monarquía prusiana.

Hacia el Segundo Imperio Alemán

En solo 9 años, Bismarck consiguió sus objetivos gracias a su habilidad para no enfrentarse nunca con varios países a la vez, y a su capacidad militar, superior a la de sus enemigos:

  • En 1864, Prusia y Austria se unen para derrotar a Dinamarca, ocupando respectivamente los ducados de Schleswig y Holstein.
  • A continuación, provoca al Imperio austriaco, invadiendo Holstein, y consigue derrotarlo en Sadowa en 1866, disolviendo la Confederación Germánica y marginando a Austria del proceso de unificación. Prusia absorbe otros estados alemanes, con Prusia a la cabeza, dejando fuera a Austria.
  • Con motivo de la candidatura de un príncipe alemán al trono de España, Bismarck provoca a Napoleón III y consigue que Francia declare la guerra a Prusia en 1870, alcanzando una victoria fulminante sobre las tropas francesas.
  • Los estados del sur se suman a la Confederación Alemana, y Guillermo I proclama en 1871 el Segundo Imperio Alemán. El nuevo emperador firma la paz con Francia, recibiendo de esta Alsacia y Lorena.

La nueva constitución alemana establece una estructura federal, siendo electivo el cargo de emperador y manteniendo los antiguos estados sus príncipes y leyes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *