El Imperio Español en el Siglo XVI: Expansión y Consolidación

La Expansión Territorial en la Península Ibérica

La Incorporación del Reino de Navarra

Para contrarrestar la influencia francesa en la Península Ibérica, Fernando el Católico envió guarniciones castellanas a las fortalezas fronterizas con Navarra, estableciendo un protectorado sobre el reino. En 1512, ante la posibilidad de una alianza matrimonial entre Francia y Navarra, Fernando, en guerra contra el rey francés Luis XII, exigió a los reyes navarros el paso de sus tropas para atacar Francia. Ante su negativa, Fernando ordenó la ocupación militar del territorio navarro.

En 1515, las Cortes castellanas reunidas en Burgos proclamaron la incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla, respetando sus instituciones y fueros, lo que permitió a Navarra mantener un alto grado de autonomía.

Las Relaciones con Portugal y la Expansión Ultramarina

El Tratado de Alcaçovas-Toledo de 1479 estableció la primera división de la influencia sobre el Atlántico entre Castilla y Portugal, poniendo fin a la guerra por la Corona de Castilla. Este tratado otorgó a Portugal la exclusividad sobre la costa africana y las Islas Azores, mientras que Castilla conservó las Islas Canarias.

Tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492, los Reyes Católicos solicitaron al Papa la posesión de los territorios descubiertos. El rey de Portugal, Juan II, reclamó estos territorios alegando sus derechos sobre la costa occidental de África. La Corona castellana rechazó esta reclamación, argumentando que el Tratado de Alcaçovas no mencionaba las tierras occidentales.

El Papa Alejandro VI, de origen español, intervino en el conflicto y otorgó a los Reyes Católicos el dominio de las Indias mediante las Bulas Alejandrinas o Inter Caeteras (1493). Estas bulas establecieron una línea de demarcación norte-sur que separaba las zonas de influencia de ambas coronas, dejando a Portugal sin parte en América. Portugal no aceptó esta división y, tras nuevas negociaciones, se firmó el Tratado de Tordesillas (1494), que estableció una línea divisoria situada 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, otorgando a Portugal la soberanía sobre una parte del actual Brasil.

El viaje de Magallanes y la primera circunnavegación del mundo por Juan Sebastián Elcano generaron un nuevo conflicto por el dominio de las Islas Molucas, ricas en especias. El Tratado de Zaragoza de 1529 resolvió la disputa, con Carlos I cediendo las Molucas a Portugal a cambio de una compensación económica.

El Auge del Imperio en el Siglo XVI: El Modelo Político de los Austrias

La Administración Centralizada

Carlos I y Felipe II continuaron el modelo político centralizado establecido por los Reyes Católicos, con Castilla como sede principal del gobierno. Los demás reinos (Aragón, América e Italia) eran gobernados por virreyes o gobernadores, mientras que los Países Bajos tenían un estatus especial. Estos cargos eran ocupados por altos funcionarios o miembros de la familia real.

Aunque la autoridad se concentraba en la figura del monarca, los Consejos desempeñaban un papel crucial en la toma de decisiones. Carlos V creó el Consejo de Estado, órgano asesor del rey en todos los asuntos, común a todos los reinos. Las Cortes, especialmente las de Castilla, vieron disminuidas sus atribuciones.

Además del Consejo de Estado, existían otros consejos especializados, como el Consejo de Indias, el Consejo de Hacienda y el Consejo de Guerra. Los secretarios reales, como Francisco de los Cobos y Antonio Pérez, también tenían un papel destacado en la administración del Imperio.

El Legado del Imperio Español

El Imperio Español del siglo XVI fue una potencia global, con vastos territorios en Europa, América, Asia y África. Su legado perdura en la actualidad en la lengua, la cultura, las instituciones y las tradiciones de numerosos países.

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