El siglo XVIII en España: Economía, Ilustración y Conflictos

El siglo XVIII en España

El siglo XVIII fue una etapa de crecimiento económico debido al aumento de la población. En cuanto a la agricultura destacan las siguientes medidas para combatir las crisis de subsistencia:

  • Introducción de nuevos cultivos (maíz, patata)
  • Infraestructuras (canal de Castilla)
  • Colonización de Sierra Morena
  • Liberalización del comercio del trigo
  • Limitación de los privilegios de la Mesta

En la industria se produjo un aumento de la producción debido a las medidas proteccionistas, el fomento de las manufacturas (Reales Fábricas) y la aparición de nuevos sistemas productivos al margen de los gremios (talleres de Indianas). El comercio colonial se vio favorecido por el monopolio comercial con América, la liberalización del mercado (Decreto de Libre Comercio, 1765), el refuerzo de la marina y los Pactos de Familia con Francia. Cataluña sufrió un crecimiento económico mayor que el resto de España debido a la subida de los precios agrarios por el aumento demográfico. Además, la artesanía y el comercio aprovecharon tanto las medidas de liberalización económica como las proteccionistas (talleres de Indianas).

La Ilustración en España

La Ilustración fue un movimiento político, económico y cultural del siglo XVIII que defendía el uso de la razón y la búsqueda del progreso. Se introdujo en España durante el reinado de Felipe V. Aumentó el interés en la ciencia, la educación y la investigación y se promovió la libertad económica. Encontró numerosas dificultades por el analfabetismo, la oposición del clero, el desinterés de la nobleza y el escaso peso de la burguesía. Las ideas se transmitieron a través de las Sociedades de Amigos del País, las Academias (Lengua, Medicina, Historia), publicaciones periódicas y las tertulias de salón. Destacaron Jovellanos (intelectual), Feijoo (escritor) o Jorge Juan (ingeniero). Con Carlos III se estableció el despotismo ilustrado, que defendía ideas absolutistas e ilustradas. Promovió el desarrollo agrario, comercial, social y cultural. Esta política trajo protestas como el Motín de Esquilache, que acabó con la expulsión de los jesuitas.

La guerra de Sucesión

Con la muerte de Carlos II se inicia la guerra de Sucesión. Por un lado estaba el nieto de Luis XIV, Felipe de Anjou (heredero por testamento y apoyado por Castilla y Francia), y por otro, el archiduque Carlos de Austria (apoyado por Aragón y las demás potencias europeas). Las tropas de Felipe derrotaron a las de la alianza en Almansa, Brihuega y Villaviciosa. En el 1711 Carlos fue coronado emperador de Austria por lo que las potencias aliadas le retiraron su apoyo y firmaron la Paz de Utrecht (1713). En este tratado se reconoció a Felipe de Anjou rey de España a cambio de renunciar al trono francés. Además, España perdió Flandes, el Milanesado, Nápoles, Cerdeña, Sicilia, Menorca y Gibraltar. Gran Bretaña obtuvo el navío de permiso y el asiento de negros. A pesar de todo, Cataluña siguió luchando contra el ejército borbónico hasta la toma de Barcelona (1714). Por último, se firmaron tres Pactos de Familia con Francia con el objetivo de revertir la situación española. Gracias a ellos se recuperó Nápoles, Sicilia y Menorca con la condición de que quien reinase allí no lo hiciese también en España.

Los Decretos de Nueva Planta

Los Decretos de Nueva Planta fueron un conjunto de leyes aprobadas por Felipe V por las que se abolieron los fueros, instituciones y privilegios en Aragón y se mantuvieron en Navarra y las provincias vascas. Con ellos se impuso la uniformidad jurídica en toda España bajo las leyes castellanas. Se firmaron en 1707 en Valencia y Aragón y en Cataluña y Mallorca en 1716. Se impuso un sistema de gobierno absolutista y centralista. Se introdujo la Ley Sálica (impedía gobernar a las mujeres) y se llevó a cabo una reforma de la Administración. Se sustituyeron los Consejos (excepto el de Castilla) por las Secretarías de Estado. Dividieron el reino en provincias dirigidas por un intendente y con funciones fiscales, económicas y de reclutamiento. Aplicaron el regalismo y añadieron en todos los municipios la figura del corregidor.

Carlos IV y la Guerra de Independencia

En 1788 muere Carlos IV. A partir de este momento, se desencadenan una serie de conflictos que llevaron a la Guerra de Independencia. La situación política y social en España se vuelve caótica, con levantamientos y conflictos internos.

La Guerra de Independencia

Los españoles no aceptan a José I y se agrupan en juntas locales y provinciales. Se organiza la resistencia militar, con diferentes facciones como los jovellanistas, absolutistas y liberales. Se establece el Consejo de Regencia que convoca a Cortes en 1810. La Constitución de 1812 es la más progresista, estableciendo la soberanía nacional, separación de poderes, libertad de conciencia e igualdad de todos.

La España dividida

La Guerra de Independencia deja a España destrozada y dividida entre liberales y absolutistas. Se suceden diferentes etapas y conflictos, como el Trienio Liberal, la Década Ominosa y la emancipación de América española.

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