Guerra de la Independencia Española y Reinado de Fernando VII

Guerra de la Independencia (1808-1814)

Antecedentes

La monarquía española, desprestigiada y bajo el gobierno de Manuel Godoy, se vio envuelta en las guerras napoleónicas. Tras la Revolución Francesa y la ejecución de Luis XVI, España declaró la guerra a Francia, siendo derrotada y obligada a firmar los tratados de San Ildefonso (1796 y 1800), que la convirtieron en aliada de Francia y enemiga del Reino Unido. La alianza se reforzó tras la derrota franco-española en Trafalgar.

Napoleón, con el objetivo de debilitar a los británicos, quiso ocupar Portugal y firmó el Tratado de Fontainebleau, que permitía a las tropas francesas atravesar España. Sin embargo, los franceses aprovecharon la ocasión para ocupar también territorio español, lo que, junto a otros factores, desembocó en el Motín de Aranjuez. Godoy fue destituido y Carlos IV abdicó en su hijo Fernando VII. Napoleón obligó a Fernando VII a abdicar en su hermano José Bonaparte.

Desarrollo de la Guerra

El secuestro de la familia real en Bayona provocó el levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid, dando inicio a la Guerra de la Independencia. La población española se dividió en dos bandos: los francesados (partidarios de José Bonaparte) y los fernandinos (fieles a Fernando VII). Las guerrillas hostigaron al ejército francés durante las tres fases de la guerra:

  • Finales de 1808: Los franceses sitiaron Zaragoza y Girona, pero sufrieron una gran derrota en Bailén.
  • Finales de 1808 a 1812: Las tropas de Napoleón ocuparon casi toda la península.
  • 1812 a 1814: Con el declive militar de Napoleón, las tropas españolas e inglesas, al mando de Wellington, derrotaron a los franceses. Fernando VII regresó al trono.

Las Cortes de Cádiz

Composición y Labor

Ante el vacío de poder, se creó la Junta Central Suprema, que convocó Cortes Constituyentes en Cádiz, la única ciudad peninsular no ocupada por los franceses. En las Cortes de Cádiz se distinguían tres grupos:

  • Liberales: Mayoría de los diputados, partidarios de reformas políticas y sociales.
  • Absolutistas: Minoría que defendía el Antiguo Régimen.
  • Diputados americanos: Representantes de las colonias españolas en América.

La obra legislativa de las Cortes de Cádiz sentó las bases de la España contemporánea, con la elaboración de la Constitución de 1812, que puso fin al Antiguo Régimen.

La Constitución de 1812

Aprobada el 19 de marzo de 1812, la Constitución reflejaba los principios del liberalismo político:

  • Soberanía nacional: El poder reside en la nación, que lo transmite a través de sus representantes.
  • Monarquía moderada hereditaria: El rey promulga las leyes, pero su poder está limitado.
  • División de poderes:
    • Legislativo: Ejercido por el rey y las Cortes, cuyos diputados eran elegidos por sufragio (con requisitos de renta).
    • Ejecutivo: El rey nombraba ministros, firmaba la paz, declaraba la guerra y dirigía las relaciones internacionales.
    • Judicial: Ejercido por los tribunales de justicia.
  • Religión católica: Establecida como la única religión de España.

Reinado de Fernando VII

Sexenio Absolutista (1814-1820)

Fernando VII regresó a España en 1814 y, tras recibir el Manifiesto de los Persas (que pedía la vuelta al absolutismo), abolió la Constitución de 1812 y restauró el Antiguo Régimen. Los liberales fueron perseguidos y encarcelados, aunque llevaron a cabo pronunciamientos que fracasaron.

Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820, el pronunciamiento liberal del coronel Riego triunfó, proclamando la Constitución de 1812. Se liberó a los presos políticos y se convocaron Cortes. Surgieron problemas entre liberales moderados y exaltados:

  • Moderados: Partidarios de reformas suaves y graduales.
  • Exaltados: Defensores de la Constitución de 1812 y reformas radicales.

Durante el Trienio Liberal hubo intentos golpistas apoyados por el rey. En 1823, la Santa Alianza envió a España los Cien Mil Hijos de San Luis, que repusieron a Fernando VII como rey absoluto.

Década Ominosa (1823-1833)

Este período coincidió con una grave crisis interna, con la Hacienda en bancarrota y la pérdida de la mayoría de las colonias americanas. Los liberales continuaron realizando pronunciamientos.

A la crisis interna se sumó el problema dinástico. La Ley Sálica impedía reinar a las mujeres. Al no tener hijos varones, Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba dicha ley, permitiendo que su hija Isabel pudiera reinar. Sin embargo, muchos apoyaron al hermano de Fernando, Carlos María Isidro.

Guerras Carlistas

Al morir Fernando VII, su viuda María Cristina asumió la regencia, ya que Isabel era menor de edad. Carlos María Isidro se proclamó rey, desencadenando la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Se enfrentaron dos bandos:

  • Liberales (isabelinos): Partidarios de Isabel II y del liberalismo.
  • Carlistas: Defensores del absolutismo y la vuelta al Antiguo Régimen.

La guerra terminó con la derrota carlista. El Abrazo de Vergara puso fin al conflicto.

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