Ámbito Geográfico, Ideario y Apoyos Sociales del Carlismo
El carlismo predominó en el campo y las pequeñas ciudades del País Vasco, Navarra, Maestrazgo (Castellón y Teruel) y norte del Río Ebro (Cataluña). Estos territorios apoyaron mayoritariamente al pretendiente Carlos María Isidro (hermano de Fernando VII) debido a su tradicionalismo foral y al apoyo que le dio el bajo clero local.
Se plantea la posibilidad de que la causa carlista en el País Vasco y Navarra fuese fundamentalmente foralista, mientras que en Aragón y Cataluña se vio como una oportunidad de recuperar sus derechos forales perdidos tras la Guerra de Sucesión (Decretos de Nueva Planta). Todos ellos eran territorios en los que el pequeño campesinado era importante.
Ideario Carlista
El carlismo se basaba ideológicamente en:
- La defensa de la religión católica, un catolicismo excluyente con el resto de religiones.
- Idealización del medio rural y rechazo de la sociedad urbana e industrial.
- El absolutismo monárquico.
- El foralismo y los privilegios del Antiguo Régimen.
Su rechazo a las reformas liberales iniciadas en las Cortes de Cádiz fue total, especialmente a las que afectaron a la Iglesia con las Desamortizaciones.
Apoyos Sociales del Carlismo
Los principales apoyos sociales fueron:
- El bajo clero (aunque la jerarquía eclesiástica se mantuvo ambigua), al considerar el liberalismo enemigo de la Iglesia.
- El campesinado pobre.
- Gran parte de la nobleza de los antiguos estamentos privilegiados.
- Sectores de las clases medias defensoras de los fueros.
Causas y Consecuencias de las Dos Primeras Guerras Carlistas
La muerte de Fernando VII sin descendencia masculina propició la eliminación de la Ley Sálica (que impedía reinar a las mujeres) y la consecuente aplicación de la Pragmática Sanción. Por tanto, ambas guerras se ubican en el reinado de Isabel II y fueron guerras civiles causadas por la aparición de otro candidato al trono, Carlos María Isidro.
La Primera Guerra Carlista (1833-1840)
La causa principal era que los carlistas querían que el rey fuese Carlos María Isidro (hermano de Fernando VII) y que se mantuviese el absolutismo, mientras que los liberales deseaban que fuese Isabel II para implantar el liberalismo. Los levantamientos fueron sofocados rápidamente excepto en las Vascongadas, Navarra, Aragón, Cataluña y Levante. Fue más larga y se cobró más vidas que la segunda.
La Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
Esta fue el resultado de los intentos fracasados de casar a Isabel II con el pretendiente carlista Carlos Luis de Borbón (hijo de Carlos María Isidro). El conflicto fue fundamentalmente un levantamiento popular en distintos puntos de Cataluña.
Consecuencias de las Guerras Carlistas
- Fue un conflicto muy sangriento, generando un alto coste en vidas humanas.
- En el plano político, la guerra contribuyó a la definitiva inclinación de la monarquía española hacia el liberalismo. El agrupamiento de los absolutistas en torno a la causa carlista convirtió a los liberales en el único apoyo al trono de Isabel II, aunque esta no compartía su ideología.
- El protagonismo de los militares en la política española fue otra repercusión del conflicto. Las guerras carlistas convirtieron a los militares en elementos fundamentales para la defensa del sistema liberal. Destacan figuras como Espartero, Cabrera y Maroto.
- En lo económico, la guerra generó enormes gastos, que supusieron una pésima situación de la Hacienda. Estas dificultades condicionaron la orientación de ciertas reformas, como la desamortización de Mendizábal.
Línea del Tiempo: Principales Acontecimientos Históricos (1833-1874)
A continuación, se presenta una línea del tiempo con los principales acontecimientos históricos entre 1833 y 1874:
- 1833: Comienza la Regencia de María Cristina; Primera Guerra Carlista.
- 1834: Estatuto Real de 1834.
- 1836: Desamortización Eclesiástica de Mendizábal.
- 1837: Constitución de 1837.
- 1839: Convenio de Vergara.
- 1840: Comienza la Regencia del General Espartero.
- 1843: Golpe de Estado de Narváez; Comienza el Reinado efectivo de Isabel II.
- 1845: Constitución de 1845.
- 1846: Segunda Guerra Carlista.
- 1854: Comienza el Bienio Progresista.
- 1855: Desamortización del General Madoz; Ley de Ferrocarriles.
- 1856: Retorno al moderantismo.
- 1866: Pacto de Ostende.
- 1868: Revolución “La Gloriosa”; Comienza Gobierno Provisional de Serrano.
- 1869: Constitución de 1869.
- 1871: Amadeo de Saboya fue proclamado rey de España.
- 1873: Abdicación de Amadeo I; Inicio de la Primera República Española.
- 1874: Golpe de Estado de Pavía; Dictadura de Serrano; Golpe de Estado de Martínez Campos.
Características de los Partidos Políticos durante el Reinado de Isabel II
Los principales partidos políticos que surgieron durante el reinado de Isabel II fueron:
- Partido Moderado: Identificado con el liberalismo doctrinario francés, partidario de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, dotar al monarca de amplios poderes y limitar los derechos individuales de los ciudadanos. Estaba apoyado por los sectores sociales de mayor nivel económico, como los grandes terratenientes, la alta burguesía y la clase media alta. Liderado por el general Narváez.
- Partido Progresista: Propugnaba la soberanía nacional, representada en las Cortes, cuyo protagonismo debía limitar el poder del rey. Estaba apoyado por la pequeña y mediana burguesía y las clases medias, artesanos y empleados. Liderado por el general Espartero.
- Partido Demócrata: Surgió de una escisión del Partido Progresista, integrado por progresistas radicales, republicanos y simpatizantes del socialismo. Aspiraba a tener su base social en las clases populares. Publicó el Manifiesto de 1849, en el que defendía la soberanía nacional y el sufragio universal, libertad de conciencia, derecho de reunión y asociación, instrucción primaria universal y gratuita, e intervención del Estado en otros ámbitos de la asistencia social.
- Unión Liberal: Considerado un partido de centro que se nutría del ala derecha de los progresistas y de la izquierda de los moderados, pretendiendo ser una alternativa que diera estabilidad al país. Estaba liderado por el general O’Donnell.
Al margen de todos ellos quedó el carlismo como movimiento ideológico.
Evolución Política del Reinado de Isabel II y el Papel de los Militares
El reinado de Isabel II se caracterizó por la alternancia en el Gobierno de progresistas y moderados, en un clima de inestabilidad política acentuado por los continuos pronunciamientos militares. Esto se debe a que tanto la regente María Cristina como Isabel II asumieron el liberalismo por necesidad y no por convicción. Su reinado se divide políticamente en los siguientes periodos:
Las Regencias de María Cristina y Espartero (1833-1843)
Esta etapa coincide con la minoría de edad de la reina, por lo que actuaron como regentes en primer lugar su madre, María Cristina. Durante esta regencia, cabe destacar la aprobación del Estatuto Real de 1834, una carta otorgada de poco carácter liberal; la Constitución de 1837, más moderada; y medidas de liberalización económica como la desamortización de Mendizábal.
En 1840, María Cristina abandonó el poder tras varias crisis, dejándolo en manos del general Espartero (líder del partido progresista), que gobernó de manera dictatorial, imponiendo medidas radicales (bombardeó Barcelona para sofocar motines), destinadas a implantar un liberalismo económico, poniendo en peligro la industria textil catalana.
La Década Moderada (1844-1854)
Este periodo empezó con el pronunciamiento del general Narváez, quien proclamó a Isabel II mayor de edad, y ella le declaró gobernante. Así, en esta época gobernaron los liberales moderados (cuyo líder era Narváez), que promulgaron una Constitución más moderada: la Constitución de 1845. También reformaron la Hacienda y firmaron un Concordato para restablecer las relaciones con la Santa Sede. Además, se llevaron a cabo numerosas reformas de carácter político-administrativo como la Ley Fiscal, el Código Civil o el Código Penal. Asimismo, se creó la Guardia Civil y se aprobó un nuevo plan de estudios.
Fue una época bastante corrupta que finalizó con un pronunciamiento militar (la Vicalvarada) llevado a cabo por O’Donnell.
El Bienio Progresista (1854-1856)
O’Donnell tenía el objetivo de unificar a todos los liberales en un solo grupo, por lo que no se quedó con el poder, sino que se lo entregó a Espartero. En esta época se aprobaron grandes leyes (la Ley de Ferrocarriles y la Ley Bancaria) y medidas como la desamortización de Madoz, que supusieron un avance político y una mejora de la economía.
No obstante, Espartero volvió a radicalizar la política, y el deseo de O’Donnell fracasó. Su postura extrema provocó otro pronunciamiento que acabó con el bienio.
El Gobierno Largo de la Unión Liberal (1856-1868)
Se sucedieron los gobiernos de Narváez y O’Donnell. Fue una etapa caracterizada por un declive político y social, aunque mientras O’Donnell estuvo en el poder la situación política mejoró (no obstante, su política exterior de devolver a España su prestigio fue un fracaso).
En definitiva, en 1866 se creó una alianza entre demócratas y progresistas llamada Pacto de Ostende, cuyo objetivo era crear unas juntas revolucionarias y destronar a la reina Isabel. Finalmente, la revolución conocida como “La Gloriosa” puso fin al reinado en 1868.
Comparativa de las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz
Una desamortización consiste en la incautación y posterior venta en subasta pública de tierras que no se encuentran en producción, normalmente pertenecientes a la Iglesia, a municipios o a latifundistas. Durante el reinado de Isabel II se sucedieron dos de ellas, la primera en 1836 dirigida por Mendizábal y la segunda en 1855 dirigida por Madoz.
Ambos procesos se llevaron a cabo a lo largo de varios años y con ellos se pretendía desarrollar una reforma agraria con el fin de salir de la crisis económica en la que se encontraba sumido el país.
Desamortización de Mendizábal (1836)
Esta medida recibió el nombre de desamortización eclesiástica, puesto que afectó mayoritariamente a bienes de la Iglesia junto con algunos latifundios. Esta desamortización tuvo lugar durante la regencia de María Cristina. La decisión de Mendizábal supuso una ruptura de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, que lo consideró un robo. Afectó sobre todo a territorios del centro y sur de la Península.
Desamortización de Madoz (1855)
La segunda desamortización, de Madoz, fue llevada a cabo durante el Bienio Progresista, en 1855. El nombre que recibió esta medida fue desamortización civil, ya que se incautaron sobre todo tierras comunales pertenecientes a municipios y latifundios. Esta desamortización agravó notablemente la situación de los campesinos, puesto que perdieron el suplemento de subsistencia que les conferían estas tierras.
Objetivos de las Desamortizaciones
La razón fundamental por la que se pretendía llevar a cabo estas medidas de carácter fiscal era obtener beneficios para pagar la deuda nacional. Además, se pretendía crear una clase media agraria que mejorara la situación de la agricultura española y sacara a flote la economía del país. También se pretendía poner en producción las tierras sin cultivar y financiar las guerras carlistas.
La Nueva Sociedad de Clases frente a la Sociedad Estamental
La revolución liberal burguesa del siglo XIX supuso la transformación de la sociedad estamental del Antiguo Régimen en la actual sociedad de clases capitalista.
La Sociedad de Clases
- El único criterio realmente importante es el económico, que permite clasificar a la población por su nivel de renta (clases altas, medias y bajas) o por su papel en el proceso de producción (burguesía industrial, clase obrera, etc.).
- Las clases sociales son abiertas y tienen una movilidad vertical, lo cual significa que el ascenso o descenso de una a otra viene determinado por los cambios en la situación económica del individuo y debido al mérito y el esfuerzo de cada individuo.
La Sociedad Estamental del Antiguo Régimen
- Existía una clara desigualdad jurídica entre los diferentes grupos sociales (nobleza, clero y estado llano), en la que los derechos y obligaciones eran distintos para cada uno de ellos, con reconocimiento legal de privilegios a la nobleza y al clero, entre ellos la exención de pagar impuestos.
- Apenas hay movilidad social, siendo el nacimiento y la familia decisivos a la hora de pertenecer a un estamento u otro. El pueblo llano no tenía más que la oportunidad de adherirse al clero, pero nunca llegaría al alto clero, ya que estos puestos estaban ocupados por familiares de los nobles.
Comparativa del Estatuto Real de 1834 y las Constituciones de 1837 y 1845
El principal objetivo político de la revolución liberal era el desmantelamiento del absolutismo y la implantación de la monarquía parlamentaria y constitucional. Tras los intentos fallidos de las Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal, esto se consiguió definitivamente en el reinado de Isabel II. Los documentos jurídico-constitucionales más importantes redactados en este periodo fueron:
El Estatuto Real de 1834
Promulgado durante la regencia de María Cristina, el Estatuto Real representaba una solución de compromiso entre el absolutismo y el liberalismo. No era propiamente una constitución, sino una carta otorgada, ya que se trataba de una concesión de la reina en un acto de soberana voluntad. Las principales medidas fueron:
- Cortes bicamerales, compuestas por un Estamento de Próceres, designados por el propio monarca, y un Estamento de Procuradores, elegibles, aunque para ser candidato a tal cargo era requisito imprescindible disponer de un cierto nivel de patrimonio.
- Ambas cámaras tenían una función más consultiva que legislativa, pues eran convocadas, suspendidas y disueltas por el monarca, y solo podían deliberar sobre asuntos planteados por él mismo. Asimismo, el sufragio censitario, votaba el 0,15 % de la población total.
Constitución de 1837
Tuvo lugar durante la regencia de María Cristina. Fue un nuevo texto constitucional, tan distante de la Constitución gaditana como del Estatuto Real, para que pudiera ser aceptada de igual modo por progresistas y moderados. Su verdadera importancia radica en que implantaba definitivamente el régimen constitucional en España. Sus características son:
- Entre el ideario progresista, se estableció: el principio de la soberanía nacional, el reconocimiento de un amplio repertorio de derechos de los ciudadanos, la división de poderes, el importante papel de las Cortes o la limitación del poder de la monarquía.
- Entre el ideario moderado, se recogían aspectos fundamentales defendidos por el moderantismo: cortes bicamerales, el Senado elegido por designación real y el Congreso por sufragio directo. El rey tenía el poder de convocar y disolver las Cortes. Y, sufragio censitario, votabas si pagabas 200 reales, es decir, el 5% de la población.
Constitución de 1845
Tras el periodo de regencias, el general Narváez decidió ajustar el ideario político hacia una posición más conservadora. Se anularon así los aspectos más moderados de la constitución anterior:
- La soberanía era conjunta entre el rey y las Cortes. Por lo tanto, se aumentaron los poderes del monarca. Las Cortes se organizan en dos cámaras: el Congreso de los Diputados y el Senado.
- El censo electoral era más restrictivo, ya que se duplicó la cantidad mínima de contribución para tener derecho a voto (400 reales), con lo que no llegaba siquiera al 1 % de la población total.
Características Esenciales de la Constitución Democrática de 1869
Una Constitución es una ley que se da un pueblo a sí mismo y rige todo el funcionamiento de un Estado, desde los derechos y libertades de los ciudadanos hasta los poderes e instituciones de la organización política.
En 1868, los generales Prim y Serrano junto con el almirante Topete iniciaron una revolución con la finalidad de acabar con la monarquía borbónica de Isabel II. Esta revolución liberal, la cual recibió el nombre de “La Gloriosa”, se extendió rápidamente por todo el país y culminó con el exilio de la reina. Tras esto, se instauró un Gobierno Provisional presidido por el general Serrano y se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, lo que hace posible que se considere como la primera constitución democrática, que redactaron la Constitución de 1869 de carácter progresista que trajo medidas revolucionarias:
La Constitución de 1869 estaba constituida como la primera Constitución democrática española, que se anticipó en varias décadas a las de otros países de Europa en cuanto a conquistas políticas y sociales. Entre sus características destacan:
- En política, se impuso una monarquía parlamentaria con división de poderes. El poder legislativo residía en las Cortes, el judicial en los jueces y el ejecutivo en el rey, que vio su poder e influencia notablemente reducido. Además, se estableció la soberanía popular y el sufragio universal masculino.
- En economía, se adoptó el librecambismo. Se creó un nuevo sistema monetario basado en la peseta y se tomaron medidas para repartir la propiedad.
- En cuanto a la sociedad, se decretó la libertad de asociación, reunión, expresión, educación e inviolabilidad del correo. Además, se mantenía el catolicismo como religión principal, pero se reconoció la libertad de culto, lo que supuso que España se convirtiera en un Estado laico.
Esta Constitución de 1869 remarcaba que el país era monárquico y se presentó como una manifestación progresista. Algunas de las medidas reflejadas en ella siguen estando vigentes en las sociedades modernas actuales.
Grandes Conflictos del Sexenio Democrático y sus Consecuencias Políticas
El Sexenio Revolucionario fue un periodo de seis años (1868-1874) que se inició con el triunfo de la revolución de “La Gloriosa” y acabó con el pronunciamiento por parte de Martínez Campos. Esta etapa se caracterizó por la reinstauración del liberalismo progresista y por la gran inestabilidad política.
Algunos de los conflictos o acontecimientos más destacables ocurridos en el Sexenio Democrático según su ámbito son:
- En el ámbito jurídico, se puede señalar el exilio de Isabel II y la destitución de Narváez como Jefe de Gobierno, lo que dejó al país con un vacío de poder. Por ello, se creó un Gobierno Provisional encabezado por Serrano, durante el cual se promulgó una nueva Constitución, la del 69, de carácter progresista que trajo consigo varios cambios tanto políticos, sociales como económicos, como la división de poderes, la soberanía popular o las libertades de expresión o asociación.
- En el ámbito político, son reseñables la dificultad por encontrar rey que afronta el general Prim en su búsqueda por Europa tras el exilio de Isabel II, puesto que por la situación de crisis que se vivía en España ningún noble estaba dispuesto a venir; la llegada y posterior renuncia de Amadeo I de Saboya por su falta de relevancia política; y la instauración de la Primera República Española, que se caracterizó por ser un periodo de inestabilidad que duró 11 meses, donde se sucedieron 4 presidentes, y por la aparición del cantonalismo durante esta época.
- En el ámbito militar, destacan el cantonalismo que surgió durante la Primera República y defendía la independencia de territorios con pequeña extensión; la Tercera Guerra Carlista, iniciada durante el reinado de Amadeo I de Saboya, en la cual se enfrentaron los partidarios de Carlos VII y el gobierno; y los inicios de la Guerra de Cuba, en la cual los cubanos aprovecharon la situación convulsa en la que se encontraba España sumida por los constantes cambios de Gobierno.
Las consecuencias que tuvieron estos diversos acontecimientos son la gran agitación política por los continuos cambios, el descontento social y la ruina económica por las continuas guerras y conflictos.
Elementos Fundamentales del Sistema Político Ideado por Cánovas
El sistema político de la Restauración fue ideado por el líder conservador Antonio Cánovas del Castillo. Aspiraba a construir un sistema político estable y sólido, además del reconocimiento internacional. Su fuente de inspiración fue el modelo inglés, cuya estabilidad se basaba en la alternancia en el gobierno de dos grandes partidos políticos. Así pues, el proyecto político de Cánovas se apoyaba sobre cinco soportes fundamentales:
- Monarquía hereditaria y representativa: El pueblo español confiaba en la monarquía como sistema político, pues era el tradicional y el anterior intento de república había sido demasiado inestable. Por esta razón, Cánovas apoyó la vuelta de la dinastía Borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II.
- Unión nacional: Frente a las corrientes de cantonalismo y federalismo de la República, Cánovas defendía la unidad de España tanto legislativa como territorialmente, por ello se reprimieron los nacionalismos periféricos, que eran esencialmente en Cataluña y el País Vasco.
- Bicameralismo: Tomando como modelo el sistema que existía desde tiempo atrás en Inglaterra, las Cortes se compusieron en dos cámaras distintas: el Congreso y el Senado, cuya función era representar al pueblo español en materia legislativa.
- Bipartidismo: La intención de Cánovas era crear dos grandes partidos políticos que pudieran aglutinar diferentes criterios y, de este modo, acabar con las tensiones que habían marcado al país a lo largo del siglo XIX. En consecuencia, aparecieron el Partido Conservador, liderado por Cánovas, y el Partido Liberal, encabezado por Sagasta.
- Turnismo pacífico en el poder: Los dos grandes partidos acordaron el turno político para garantizar la estabilidad del régimen. Ambos compartían los mismos principios fundamentales y solo discrepaban en detalles más concretos, por lo que en cada mandato se actuaba conforme a una ideología, pero siempre respetándose los pilares básicos. Esta alternancia se hacía posible a través de la manipulación de las elecciones mediante el caciquismo y el Ministerio de Gobernación. Al intercambio de votos se le conoce como “El Pucherazo”.
Este sistema político se puso en práctica gracias a la Constitución moderada de 1876. Las Cortes Constituyentes fueron elegidas mediante sufragio universal masculino. Las principales características de la Constitución de 1876 eran la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes y el poder ejecutivo del Rey, que promulgaba las leyes y convocaba, suspendía y disolvía las Cortes. Sin embargo, el sufragio censitario no era constatable debido al sistema de votación corrupto. El sistema canovista logró la estabilidad política en el país.
Características Esenciales de la Constitución de 1876
Una Constitución es una ley que se da un pueblo a sí mismo y rige todo el funcionamiento de un Estado, desde los derechos y libertades de los ciudadanos hasta los poderes e instituciones de la organización política.
Esta Constitución comenzó a debatirse en 1876 y se pretendía recoger los cinco pilares fundamentales del Sistema Canovista.
Esta constitución se caracterizaba por ser compatible con gobiernos de distinto signo político, es decir, era flexible, lo que le permitiría perdurar en el tiempo.
Las bases de la Constitución de 1876 eran las siguientes:
- Se establecía la monarquía hereditaria con Alfonso XII como rey de España.
- Existía una separación de poderes; el poder legislativo residía en el rey y en las Cortes, lo que establecía una soberanía compartida.
- Las Cortes eran bicamerales, se dividían en Congreso y Senado.
- Se otorgan libertades civiles como las de expresión o reunión.
- El Estado se declara confesional, es decir, se consagra la religión católica como la de España, aunque se permitía la libertad de culto.
- Algunas otras cuestiones como el sufragio se remitían a futuras leyes electorales, puesto que los liberales defendían el sufragio universal y los conservadores el censitario.
En resumen, era una Constitución moderada pero modernizada basada en la alternancia de dos grandes partidos. Con ella, Cánovas dio estabilidad política al país.
Esta Constitución se mantuvo vigente hasta la dictadura de Primo de Rivera.
Origen y Evolución del Catalanismo, Nacionalismo Vasco y Regionalismo Gallego
El nacionalismo español, forjado durante la revolución liberal, creó un proyecto nacional unitario, rechazado por los regionalismos periféricos en Cataluña, País Vasco y Galicia.
Durante el siglo XIX surgieron varios nacionalismos y regionalismos periféricos:
- Catalanismo: En el origen del nacionalismo catalán convivía un doble sentimiento colectivo, español y catalán, no exento de conflictos. Así, frente a la concepción de la nación canovista, uniforme, la política catalana elaboró dos modelos alternativos de catalanidad: el republicanismo federal catalán y otro, de carácter conservador, que defendía una Cataluña singular en una España plural.
- Nacionalismo Vasco: En las Vascongadas, el nacionalismo vasco había surgido por dos factores: la rápida industrialización de Vizcaya a lo largo del siglo XIX y la abolición de los fueros históricos vascos tras la tercera guerra carlista. El nacionalismo vasco reivindicó un Estado propio, idealizando su pasado y la sociedad tradicional católica y rural. Sabino Arana fundó en 1894 el Partido Nacionalista Vasco (PNV), conservador y de raíces carlistas, caracterizado por su radicalismo antiespañol e independentista, su tradicionalismo agrario y su limitación a Vizcaya. Poco a poco, el PNV se dirigiría a posiciones más moderadas.
- Regionalismo Gallego: Como el resto de los nacionalismos o regionalismos periféricos, tuvo poca implantación. Fue un movimiento cultural para la recuperación de la lengua gallega. Posteriormente, se fundaría la Asociación Regionalista Galega por Murguía, aunque el regionalismo gallego tendría escasa influencia política y un desarrollo más lento debido al atraso económico de la región.
Corrientes Ideológicas del Movimiento Obrero y Campesino Español (Último Cuarto del Siglo XIX)
Durante la época de la Restauración se produjo una expansión extraordinaria de la acción del movimiento obrero español debido a la progresiva industrialización y la consolidación del liberalismo económico. De esta manera, creció la importancia social y numérica de la clase obrera, cuyas formas de actuación formaron asociaciones obreras, como los sindicatos o partidos políticos. Por otra parte, en sintonía con la división del movimiento obrero internacional, en España los socialistas y los anarquistas se fueron organizando por separado:
- El Anarquismo: Ideología obrera más influyente en la Restauración. Fue introducido durante el Sexenio (1868-1874) por el italiano Giuseppe Fanelli, discípulo del ruso Mijail Bakunin, fundador del anarquismo. En 1870 se crea en Barcelona la Federación Española de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Durante esta etapa, se centró en la captación de seguidores y la acción terrorista, por lo que tuvieron que moverse en la clandestinidad y fueron perseguidos. La mayoría del campesinado español perteneció a esta corriente, la cual adoptó la táctica de “propaganda por el hecho” de Kropotkin, mediante la cual los atentados anarquistas justificaban el fin de destrucción del Estado. El atentado anarquista de mayor resonancia fue el asesinato de Cánovas en 1897.
- El Socialismo: En 1879, el tipógrafo madrileño Pablo Iglesias Posse fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como partido de clase que defendía los derechos del proletariado. El PSOE combinaría el ideario revolucionario marxista con medidas más realistas, como la participación en la vida política. En 1888 se creó el sindicato de orientación socialista, la Unión General de Trabajadores (UGT). Un año después, el PSOE se unió a la Segunda Internacional.
Origen, Desarrollo y Repercusiones de la Tercera Guerra Carlista
La Tercera Guerra Carlista tuvo lugar entre los años 1872 y 1876. Se inició con el levantamiento en armas de los partidarios de Carlos VII contra la monarquía constitucional de Amadeo I. No obstante, la guerra se prolongó durante la Primera República y el reinado de Alfonso XII.
Esta guerra civil se desarrolló sobre todo en las Provincias Vascongadas, Navarra y Cataluña. Además de la defensa del orden y el catolicismo, la restauración por parte del pretendiente de los fueros abolidos por los Decretos de Nueva Planta por Felipe V, influyó en la fuerza del levantamiento en Cataluña y en menor medida en Valencia y Aragón.
El conflicto bélico fue un importante factor de desestabilización de la monarquía democrática de Amadeo y de la Primera República. Finalmente, este conflicto entró en su última fase debido al propio desgaste militar de las tropas carlistas y, paralelamente, el desarrollo de una mayor capacidad militar y ofensiva por parte del nuevo régimen.
Como consecuencia, la victoria legitimó aún más el gobierno de la Restauración, que se vio reforzado con la promulgación de la Constitución de 1876. El carlismo como amenaza militar desapareció definitivamente después de casi medio siglo de luchas intermitentes. Con este nuevo logro, se consolidó aún más el sistema canovista.