La división de los liberales en el siglo XIX en España

Los liberales en el siglo XIX en España

Corrientes liberales

Los liberales se dividieron en 2 corrientes:

Moderados

Trataban de conjugar tradición y modernidad, le daban prioridad a los intereses económicos, más que a los políticos. Su objetivo era construir un Estado Unitario servido por una administración centralizadora, controlada por clases propietarias e ilustradas. La corona era su pilar más importante. El procedimiento elegido fue el sufragio censitario, y solo podían ser electores aquellos que pagaran al Estado una determinada cantidad anual o quienes tuvieran una determinada profesión.

Progresistas

Planteaban un programa reformista, sustentado en principios políticos como: la soberanía reside en el pueblo, la constitución es la norma superior del Estado, la cual debe ser cumplida por el rey. Defendían el sufragio censitario, aunque menos restringido. Las clases medias fueron su principal clientela política.

Regencia de MªCristina

En Enero de 1834, el ministro Martínez de la Rosa elabora el Estatuto Real. Este fijó por escrito el deseo de una transición entre el Antiguo Régimen y el Nuevo Régimen. Este reconocía que el poder de las cortes era limitado, y no recogía la declaración de derechos ni regulaba los poderes del rey ni del gobierno.

En los dos años siguientes, pudo comprobarse que el Estatuto Real no satisfacía a los liberales radicales, quienes proponían una nueva constitución. Más tarde, surgió un clima de malestar por la situación. Surgieron manifestaciones violentas, epidemias e incendios. El malestar urbano se manifestó con rebeliones, cuya culminación fue el pronunciamiento militar en La Granja (1836). Esto obligó a la regente a restablecer la constitución de 1812.

Las Cortes Constituyentes decidieron elaborar una nueva constitución, la de 1837. Esta era breve, bicameral, basada en la división de poderes y reconocía los derechos individuales. Los aspectos más progresistas fueron la libertad de prensa, la autonomía de los ayuntamientos, y la recuperación de la Milicia Nacional.

Regencia de Espartero

Espartero, que era el auténtico ídolo de los liberales progresistas, en 1840, se alzó en contra de la Ley de Ayuntamientos. La reina, decidió viajar a Francia, renunciando gobernar. Espartero estuvo gobernando de manera autoritaria durante tres años, en los que reprimió con dureza pronunciamientos moderados, hasta que, en 1843, el general Narváez hizo que Espartero perdiera poder, poniendo tanto a los moderados como a los progresistas en su contra. Los moderados apartaron a los progresistas del poder.

DÉCADA MODERADA (1844-1854)

Finalizadas las revueltas, Narváez asume el gobierno en 1844 y, declara a Isabel II mayor de edad. Su primera labor fue acabar con los avances progresistas suprimiendo las elecciones municipales y las milicias nacionales, sustituidas por la Guardia Civil. Se controló la imprenta y la prensa. Limitó el poder de las Cortes y amplió la ley prerrogativa del rey.

Se negoció un concordato con el Papa en 1851 para destensar las relaciones. Este estableció la religión católica como la oficial. La iglesia mejoró su situación pero no solucionó los problemas de la desamortización. La labor de los moderados en el gobierno se centró en lo económico. Se eliminaron los fueros y se crearon leyes para la defensa de la propiedad privada. La reforma fiscal empeoró el ambiente, ya que el estado era incapaz de estipular impuestos más justos. La mayoría caían sobre las clases bajas mientras que las clases altas los evadían.

BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)

En 1854 se llevó a cabo una revolución encabezada por el general O´Donnell. Junto con el general Serrano Cánovas, lanzaron un manifiesto al país con promesas progresistas que provocaron alzamientos populares. Isabel II le otorgó la presidencia a Espartero, quien creó la constitución de 1856, la cual no fue promulgada. Esta planteaba viejas doctrinas del liberalismo progresista como la limitación del poder de la corona, libertad de prensa, alcaldes elegidos por los vecinos,etc. Económicamente, se volvía a las desamortizaciones, esta vez fue la de Madoz en 1855. Se estableció la ley de ferrocarrilles en 1855 y se creó el Banco de España y la Ley bancaria en 1856.

LA UNION LIBERAL (1856-1868)

O´Donnel dio un golpe de estado contra Espartero, estableciendo a Narváez otra vez en la presidencia. Este convocó unas falsas elecciones en las que ganó el partido Unión Liberal, que unía a progresistas y a moderados. Se repuso la Constitución de 1845. La idea era intentar reconstruir un imperio colonial, pero consiguió escasos resultados, en los que destacó el general Prim. La razón de ser la Union Liberal era el apoyo de la reina, por lo que si caía el partido, caía el trono. En 1860 empezaron las protestas en el campo debido a una crisis, se le culpó de ello a Madoz y a sus desamortizaciones. En 1868, tras la unión de progresistas y demócratas en el Pacto de Ostende, se provocó la caída de la monarquía de Isabel II tras la sublevación conocida como la Gloriosa.

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