Ley de colonización interior maura

ANTECEDENTES


La caída de Isabel II, tras la Revolución de 1868, trajo para España un periodo de precipitados cambios
y experimentos políticos que condujeron inevitablemente al fracaso del denominado “Sexenio Democrático”. El año 1874 supuso el fin de la experiencia “democrática” representada por el Sexenio, empezando a gobernar el general Serrano, continuando la existencia de una república. Al mismo tiempo, Cánovas buscaba apoyos para la causa alfonsina y preparaba el regreso de los Borbones. A principios de Diciembre Alfonso firmaba el Manifiesto de Sandhurst, garantizando que su monarquía sería dialogante y constitucional, y mostraba su voluntad de aceptar buena parte de los
avances políticos realizados en el Sexenio. La restauración se adelantó con un Golpe de Estado en Sagunto y el 14 de Enero de 1875 se produjo la restauración monárquica en la persona de Alfonso XII.

A) SISTEMA CANOVISTA:

Cánovas puso en marcha, durante el año 1875, una serie de medidas con el fin de atraer a su proyecto restaurador a los sectores sociales y económicos más poderosos del país: – Tradición católica compatible con el liberalismo: restablecíó el Concordato de 1851, garantizando un papel importante a la enseñanza. – Civilismo frente a militarismo: se establecíó la supremacía del poder civil sobre el militar, aunque otorgando plena autonomía al estamento militar en sus asuntos internos. – Paz y orden: las promesas de orden social, de estabilidad política y de respeto a la propiedad también llamaron la atención a estos sectores. Sin embargo, el conservadurismo, definíó las primeras etapas de la Restauración: – Las actividades de los partidos de la oposición quedaron prohibidas y sus periódicos cerrados – Se establecieron tribunales para los delitos de imprenta – Las críticas a la institución monárquica estaban prohibidas – Se restringíó la libertad de cátedra. Cánovas intentó atraer a algunos líderes progresistas y demócratas. La estabilidad de esta restauración se vio favorecida por el fin de la Tercera Guerra Carlista, la cual acabó definitivamente con el Manifiesto de Somorrostro. Esto permitíó enviar tropas a Cuba para acabar con la Guerra Larga, aunque esta no termino hasta 1879 con la firma de la paz de Zanjón. 


Era imprescindible elaborar una nueva constitución, por lo que se convocaron elecciones por sufragio universal. Sin embargo, el partido conservador de Cánovas manipuló el proceso electoral, obteniendo una mayoría. Así, pudo poner en marcha un sistema político conservador asentado en un sistema parlamentario liberal, pero escasamente democrático  B)Constitución DE 1876:
Antes de comenzar los debates sobre el texto constitucional, Cánovas apeló a su concepto de Constitución interna, que reconocía la existencia de dos instituciones (Monarquía y Cortes) anteriores y superiores a todo texto escrito. La nueva constitución se inspiraba en la Constitución moderada de 1845 y la democrática de 1869. Se trataba de una constitución flexible y eclética, aunque de carácter conservador. Su capacidad de conciliación y la de contentar a casi todos, así como la vaguedad o brevedad de la declaración de sus principios, le garantizó su larga vigencia. La Constitución de 1876 consta de ochenta y nueve artículos y en ellos queda recogido el esquema fundamental del sistema ideado por Cánovas: – Monarquía dotada de amplios poderes: potestad ejecutiva (era el mando supremo del ejército) y legislativa. El rey era árbitro del sistema. – Soberanía compartida. – Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado. – Confesionalidad católica del Estado – Extensa declaración de derechos individuales

. C)

Este sistema político se basaba en la existencia de dos grandes partidos dinásticos, el conservador y el liberal. Eran defensores de la monarquía y dinastía Borbónica (dinásticos), de la Constitución, de la propiedad privada y de un Estado unitario y centralista, y dispuestos a aceptar la alternancia en el poder, como medio de garantizar la estabilidad del sistema monárquico. Contaban con periódicos y centros por todo el territorio español: – El Partido Liberal-Conservador, futuro Partido Conservador, liderado por Cánovas y reunía a los sectores más tradicionales y conservadores de la sociedad. Su programa político se caracterizaba por su inmovilismo y se basaba en la defensa de la Monarquía, del orden social, de la propiedad y de la Iglesia. Propónía el sufragio censitario, el exclusivismo de la religión católica, la censura y el proteccionismo económico. Representaba la derecha moderada. A Cánovas le sucedieron Silvela y Antonio Maura. El Partido Liberal-Fusionista, más tarde Partido Liberal, dirigido por Sagasta. 


Era una formación política de “aluvión”: progresistas, unionistas y demócratas desencantados. Sus bases fueron n el sufragio universal masculino, la libertad de cultos, la libertad de prensa y el librecambismo. Es decir, un reformismo más progresista y laico. A Sagasta le sucedieron Moret y Canalejas. – Al margen de este sistema quedaban los carlistas, los republicanos, los nacionalistas vascos y los partidos obreros. El anarquismo también contó con varios seguidores. La alternancia regular, pactada por el turnismo, exigía la puesta en marcha de un sistema electoral adulterado y escasamente democrático.  Para asegurar la alternancia pacífica, cuando era necesario el relevo de un partido el rey disolvía las Cortes y llamaba al líder del partido de la oposición a formar gobierno. Entonces, el nuevo presidente convocaba elecciones con el objeto de ganarlas por amplia mayoría y ejercer el poder de manera estable. Para ganar las elecciones, el partido que las convocaba realizaba un mecanismo electoral fraudulento. Los dos partidos dinásticos se comprometían a esperar su turno para acceder al poder, por lo que no denunciaban las irregularidades.

D)Manipulación:

Para asegurar la eficacia del turnismo era imprescindible controlar todo el proceso electoral. – Primero, se crearon distritos electorales con el tamaño y población adecuados para su control y dominio por parte de las autoridades. – Segundo, el ministro de la Gobernación procedía a elaborar las listas de los candidatos que deberían ser elegidos, proceso conocido como “encasillado”. En esta adulteración de los resultados era muy importante el papel de la figura del “cacique”, el cual podía a controlar una determinada circunscripción electoral. Buena parte de la población rural estaba supeditada a los intereses de los caciques. Por medio de los caciques se creó una red de amigos políticos y clientes electorales a los que el partido gobernante le concedía cargos y privilegios. Si los resultados no se ajustaban a lo propuesto se falsificaba el censo electoral, se manipulaban las actas electorales, se compraban los votos y se amenazaba con coacciones de todo tipo (pucherazo). El caciquismo tuvo especial implantación en Andalucía. Por el Partido Conservador destacó Romero Robledo y por el Partido Liberal los duques de Alba y Veragua. Todas estas prácticas fraudulentas explican la escasa participación en las elecciones.


E) Evolución


Política:


La Restauración se divide en dos periodos: el reinado de Alfonso XII y la Regencia de María Cristina. En el periodo que va de 1876 a 1899, se celebraron diez elecciones, de las cuales seis fueron ganadas por los conservadores y cuatro por los liberales. El turno dinástico funciónó con gran regularidad hasta esa fecha, momento en que la crisis del 98 puso en evidencia la corrupción política del sistema. Durante el gobierno del Partido Conservador (1875-1881) se aprobaron una serie de leyes: Ley de control de los Ayuntamiento (1876), Ley Electoral (1878) y Ley de Imprenta (1879) En 1881, el recién creado Partido Liberal (1881-1884) accedíó por primera vez al poder.  En Noviembre de 1885 muere el monarca Alfonso XII, por el temor a una desestabilización del sistema creado por Cánovas, se llegó al llamado Pacto de Pardo, por el que se turnarían el poder, respetarían las leyes elaboradas por cada partido y apoyarían a la reina vigente. Cánovas cedíó el poder a Sagasta que, durante el llamado Gobierno Largo o Parlamento Largo (1885- 1890), llevó a cabo una serie de reformas: Ley de Asociaciones (1887), Ley del Jurado (1888), Aprobación del Código Civil (1889) y Ley del Sufragio Universal (1890).

F)CONSECUENCIAS:

Tras la imprescindible modernización y renovación de la política española surge el Regeneracionismo, basado en el pensamiento de Joaquín Costa, propugnando: – La necesidad de una regeneración de la política y de la vida española – Modernización de la economía – Ilustración de la sociedad con el fomento de la cultura y centros educativos – Transparencia electoral Los gobiernos conservadores y liberales (Maura y Canalejas) iniciaron una renovación del sistema “desde arriba”. Pero el sistema de restauración tuvo que aguantar múltiples duros golpes: La semana trágica en Barcelona, la crisis de 1917, el estado de conflictividad y desorden, la suspensión de garantías, el papel del ejército como garante del orden y el desastre de Annual 


ANTECEDENTES:


España había manifestado un interés por la expansión colonial, pero las empresas coloniales (Guerras del Prestigio) acabaron en fracaso. A la corona de España se reincorporó temporalmente Santo Domingo. A finales del Siglo XIX los restos del Imperio español estaban dispersos.

LOS Orígenes DEL CONFLICTO CUBANO:

En Cuba se desarrolló un sistema de plantaciones y se inició una profunda transformación económica.
Poco a poco se fue formando una burguésía rica y culta, más inclinada al autonomismo que a la Independencia.El apoyo de EEUU contribuirá a la extensión del independentismo, estando fuertemente ligada la economía de ambos. Otro motivo de tensión era la peculiar situación jurídica de la burguésía criolla, que entre varios problemas se veían perjudicados por r los fuertes aranceles que la metrópoli impónía al comercio con otros países.
El llamado Grito de Yara fue lanzado con el propósito de establecer una república cubana independiente y la abolición de la esclavitud: es el principio de la llamada Guerra Larga o de los Diez Años (1868- 1878). Esta guerra duró tanto por dos factores: – Por los problemas y cambios políticos ocurridos en España durante el Sexenio revolucionario. – Por la división y mala organización de los insurgentes. En 1878, se firma la Paz de Zanjón bajo las siguientes condiciones: – Apertura de un proceso democrático en Cuba. – Abolición de la esclavitud. – Amnistía política e indulto general a los insurgentes. – Concesión de una amplia autonomía a la isla. La Guerra Larga dio paso meses después a la Guerra Chiquita (1879-80) debido al descontento, insatisfacción e incumplimiento de lo acordado. Fue durante el Gobierno Largo de Sagasta (1885-1890) cuando se puso en marcha la política de concesiones a las reivindicaciones de autonomía para Cuba. Pero la única medida que se acabó aprobando fue la abolición definitiva de la esclavitud (1886) y que los cubanos tuvieran representación propia en las Cortes.Las tensiones entre la colonia y la metrópoli aumentaron a raíz de los fuertes aranceles proteccionistas que España impónía. La condición de Cuba como espacio reservado para los productos españoles se
reforzó con el arancel de 1891. 


LA GUERRA DE Cuba Y FILIPINAS:


La guerra se inicia en Cuba en Febrero de 1895 con El grito de Baire. La insurrección fue protagonizada por un grupo del Partido Revolucionario Cubano, liderado por José Martí. El gobierno respondíó enviando un ejército a Cuba, estando Martínez Campos al frente de este. Sin embargo, fue relevado por Valeriano Weyler, que llegó con la “guerra hasta el final”, acompañada de
la Guerra de las Trochas. A finales de 1896, la guerra estaba prácticamente ganada. Sin embargo, dos hechos se conjugaron en contra: los problemas políticos en Madrid y la intervención americana. El republicano McKinley se mostró favorable a la intervención directa. Un cambio en el que colaboró la labor de la prensa norteamericana. Comenzaron, así, las tensiones diplomáticas. La muerte de Cánovas dio un giro completo a la situación. Un nuevo gobierno de Sagasta decidíó probar la estrategia de la conciliación. Relevó a Weyler del mando, sustituido por el general Blanco, y concedíó a Cuba autonomía (Noviembre de 1897), el sufragio universal, la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares y la autonomía arancelaria. Pero, la burguésía criolla independentista se negó a aceptar el fin de las hostilidades. McKinley insiste en comprar la isla. Al mismo tiempo se produjo la insurrección de Filipinas (1896-97), esta tuvo su origen en el descontento de ciertos grupos indígenas y mestizos con la administración española y con las órdenes religiosas. Esto derivó al independentismo, dirigido por José Rizal, líder de la Liga Filipina. El levantamiento filipino fue duramente reprimido por el general Polavieja y José Rizal fue condenado a muerte.

Intervención DE EEUU:

En Febrero de 1898, Estados Unidos se decidíó a declarar la guerra a España. Un ultimátum lanzado a la misma fue el hundimiento del Maine.En Cuba las fuerzas terrestres españolas eran superiores en número a las norteamericanas y controlaban la Isla. Sin embargo, la tropa española era claramente inferior en armamento. La destrucción de la escuadra española en Cavite (Filipinas) y Santiago (Cuba), hizo la guerra insostenible y la derrota inevitable. En Diciembre de ese mismo año se firmó la Paz de París, que significó el abandono, por parte de España, de Cuba, Puerto Rico, Guam y las Filipinas. 


CONSECUENCIAS:


A pesar de la envergadura del «desastre» y de su significado simbólico el sistema de la Restauración
sobrevivíó al «desastre». Los viejos políticos conservadores y liberales se adaptaron a la retórica de la “regeneración”. Así, la continuidad política y económica que siguió al «desastre» deja ver que la crisis del 98 fue fundamentalmente una crisis moral e ideológica, que causó un importante impacto psicológico entre la población. En efecto, la derrota de 1898 sumíó a España en un estado de desencanto y frustración. Significando la destrucción del mito del Imperio español para quienes la vivieron. Y la visión de España como una nacíón moribunda, con un ejército totalmente ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos incompetentes cuajó en buena parte de la opinión pública española. Todas las consecuencias tienen en común su Regeneracionismo como base ideológica. Así, todas las propuestas tienen en el fondo un matiz de renovación, de modernización, es decir, de regeneración de España.
1. Repercusiones económicas: A pesar de la pérdida de los mercados coloniales protegidos y de la deuda causada por la guerra, no se puede decir que se produjera un desastre económico.
2. Sobre los nacionalismos: Los movimientos nacionalistas conocieron una notable expansión, sobre todo en el País Vasco y en Cataluña. El independentismo es, todavía en esta época, minoritario.
3. En los intelectuales: La crisis colonial favorecíó la aparición de movimientos que criticaron el sistema de la Restauración y propugnaron la necesidad de una regeneración y modernización de la política española. Desde el último tercio del Siglo XIX, las ideas Krausistas hablaban ya de la necesidad de extender la educación y de reformas sociales como único medio de hacer progresar al país. 


Pero, tras el 98 una serie de corrientes regeneracionistas que contaron con cierto respaldo de las clases medias y cuyos ideales quedaron ejemplificados en el pensamiento de Joaquín Costa. Además, el «desastre» dio cohesión a un grupo de intelectuales, conocido como la Generación del 98.
4. En el ejército y en las clases populares: La derrota militar supuso un importante cambio en la mentalidad de los militares, que se inclinaron hacia posturas más autoritarias e intransigentes frente a la ola de antimilitarismo que siguió al «desastre». Por otra parte, el descontento popular por el sistema de reclutamiento (quintas) hicieron las guerras coloniales extraordinariamente impopulares.
5. En el sistema político: Debido a la polémica parlamentaria del Desastre y de acuerdo con los mecanismos de turno la Reina Regente entregó su confianza a Francisco Silvela, “España sin pulso”. Se dio entrada a algunas figuras ajenas a la política anterior, como el general Polavieja, se esbozaron proyectos de descentralización administrativa, y se impulsó una política presupuestaria que aumentaba los tributos sobre los productos de primera necesidad y creaba nuevos impuestos para hacer frente a las deudas contraídas durante la guerra. Finalmente, os ministros más renovadores acabaron dimitiendo ante las dificultades que debían afrontar sus propuestas de reforma. En 1901 María Cristina otorgó el poder a los liberales. El turno de partidos y las viejas prácticas políticas estaban mostrando su capacidad para amoldarse a cualquier intento de cambio.

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