Principios y corrientes del siglo XIX

Principios políticos

Soberanía nacional. Principio según el cual la máxima autoridad del Estado es el conjunto de la nación, que delega el ejercicio del poder en sus representantes.

Sistemas de sufragio

Sufragio censitario. Sistema de elección en el que el derecho de voto está limitado a un censo restringido de electores, integrado por varones de un determinado nivel de riqueza.

Sufragio universal. Sistema de elección en el que el derecho de voto se extiende a toda la población mayor de edad (en el siglo XIX solo a los varones, ya que el voto femenino fue más tardío).

Corrientes liberales

Liberalismo moderado. Era el defendido por la burguesía y las clases medias acomodadas. Era partidario del sufragio censitario, de libertades limitadas y de la soberanía conjunta del monarca y la nación, representada esta última en un parlamento.

Liberalismo democrático. Defendido por las clases medias bajas y las populares, era partidario del sufragio universal, de amplias libertades y derechos sociales, y de la soberanía popular, con primacía del poder legislativo sobre el ejecutivo.

Revolución francesa

Pacto colonial. Define las relaciones económicas habituales entre una metrópoli y sus colonias, basadas en un intercambio desigual: las colonias solo podían comerciar con la metrópoli y debían producir e intercambiar con ella lo que determinase. La metrópoli, por tanto, ejercía un monopolio comercial en perjuicio de sus colonias.

Cahiers de dolèances. Cuadernos de quejas y peticiones que se presentaban al rey en las convocatorias de los Estados Generales de Francia.

Clero juramentado y clero refractario. En la Revolución francesa, el clero juramentado era el que aceptó la Constitución Civil del Clero (1790), que convertía a sus miembros en funcionarios del Estado con la obligación de jurar la Constitución; por el contrario, quienes se negaron a someterse al poder político y se opusieron a ella eran conocidos como refractarios.

Sans-culottes. Denominación dada durante la Revolución francesa a los miembros más radicales de las clases populares, que aspiraban a reorientarla en un sentido más social e igualitario. La expresión se debía a que no vestían calzas cortas y ajustadas (culottes), como la aristocracia y la rica burguesía, sino los pantalones característicos de las gentes humildes.

Girondinos. Denominación dada en la Asamblea Nacional Legislativa de la Revolución francesa a los representantes de la alta burguesía comercial y de negocios, en especial la de los puertos costeros del departamento de la Gironda, partidarios de una república descentralizada y de la libertad económica.

Montañeses. Denominación dada a los que se situaban en los bancos más altos de la cámara (la «Montaña») durante la Convención Nacional de la Revolución francesa. Tenían la misma extracción burguesa que los girondinos, pero buscaban el apoyo de las clases populares (los sans-culottes) y de la pequeña burguesía, por lo que ideológicamente se situaban en posiciones de izquierda. Defendían el centralismo político y admitían la intervención económica del Estado y las medidas de carácter social.

Jacobinos. Denominación dada, desde los comienzos de la Revolución francesa, a los miembros del Club de los Jacobinos de París, que se reunían en un antiguo convento de dominicos dedicado a Santiago. Sus posiciones ideológicas fueron cambiando con el curso de la revolución. Tanto girondinos como montañeses contaban en sus filas con jacobinos, pero la historiografía ha acabado identificando a estos últimos solo con los montañeses.

Llanura. Denominación dada a los que se situaban en la parte baja de la cámara (la «Llanura» o el «Pantano») durante la Convención Nacional de la Revolución francesa. Era el grupo más numeroso y también el más heterogéneo ideológicamente (en torno al centro), con posiciones poco definidas que oscilaban entre el apoyo a los girondinos y a los montañeses, según las circunstancias.

Nacionalismo

Carta otorgada. A diferencia de una Constitución, la Carta Otorgada no es elaborada ni aprobada por los representantes de la nación, sino concedida  voluntariamente por el monarca, en el ejercicio de su soberanía.

Nacionalismo conservador. Corriente que tuvo su origen y mejor expresión en dos filósofos alemanes de finales del siglo XVIII y principios del XIX, Herder y Fichte. Considera a los pueblos como «órganos vivos» con un carácter propio, el «alma o espíritu del pueblo» que, forjado a lo largo de su historia, se manifiesta a través de su lengua y su cultura. Por tanto, todo individuo, por su origen y al margen de su voluntad, pertenece a una determinada nación.

Nacionalismo liberal. Corriente que arranca del pensamiento revolucionario francés, que considera a la nación como la unidad política a la que un conjunto de ciudadanos decide pertenecer voluntariamente.

Estado-nación. Término que se refiere a un Estado autónomo o independiente integrado por todos los miembros de su mismo grupo étnico.

Nacionalismo centrífugo o separatista. Calificativo aplicado al nacionalismo propio de pueblos insertos en una entidad política mayor, que aspiraban a separarse de ella para crear su propio Estado-nación. Era el caso de determinados pueblos de los grandes Imperios ruso, austriaco o turco, de carácter multiétnico.

Nacionalismo centrípeto o unificador. Calificativo aplicado al nacionalismo propio de pueblos con identidad nacional, pero repartidos entre diferentes Estados, por lo que su aspiración era formar un solo Estado-nación que los reuniera a todos. Fue el caso, en la Europa del siglo XIX, de los alemanes e italianos.

Liberalismo doctrinario

Liberalismo doctrinario. Denominación aplicada en Francia al liberalismo moderado, partidario del sufragio censitario, la limitación de las libertades y la soberanía conjunta del rey y la nación.

Unificación alemana

Unión aduanera (Zollverein). Zona de libre comercio (sin barreras ni aranceles) establecida en 1834 en gran parte de la Confederación Germánica, aunque quedaron excluidos de ella los territorios pertenecientes a Austria. Promovida por la burguesía prusiana, fue el primer paso hacia la unificación alemana.

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