Importancia del congreso constituyente de 1830

La vuelta al antiguo régimen

Tras la derrota de napoleón se inicio en Europa una época de reacción denominada restauración caracterizada por:

Legitimismo monárquico


Se consideró que la paz solo era posible con un monarca legitimo al frente de los estados.

Responsabilidad internacional:


Se establecíó que las grandes potencias podrían intervenir en otro país si una monarquía legitima estaba amenazada.

Sistema de congresos:


Se organizaron reuniones de las grandes potencias para resolver problemas internacionales.

El congreso de Viena

Las principales potencias europeas se reunieron en el congreso de Viena, presidido por Metternich, para garantizar una paz duradera y evitar nuevas revoluciones.

Francia volvíó a las fronteras anteriores a la revolución.

Se crearon estados-tapón en torno a Francia.

Pero este congreso creó nuevos problemas como los nacionalismos ignorados de Polonia, Italia o Alemania.

Las potencias europeas trataron de consolidar la restauración mediante una serie de alianzas.

La santa alianza:


Integrada por Prusia Rusia y Austria. De carácter antiliberal reconocía el origen divino del poder de los reyes y sus miembros se comprometían a intervenir donde fuera necesario para defender el absolutismo y sofocar cualquier movimiento revolucionario.

La cuádruple alianza:


Formada por el reino unido, Austria, Rusia y Prusia. Tenía un carácter militar y los países firmantes se comprometieron a mantener en el trono a Luis XVIII y a defender el orden creado en el congreso de Viena.

Fundamentos de las revoluciones:


 

La afirmación de los sentimientos nacionales:


En el congreso de Viena se reorganizo el mapa europeo sin tener en cuenta la división de los territorios con una cultura y una lengua comunes o la uníón en un mismo estado de pueblos con culturas diferentes. Esto hizo que algunos pueblos reivindicaran su independencia


La defensa del liberalismo:


Una doctrina política que rechazaba el absolutismo y trataba de recuperar los derechos y libertades reconocidos en la revolución francesa.

Las revoluciones de 1820 y 1830


La primera oleada revolucionara se inicio en España donde en 1820 el comandante riego se pronuncio contra la monarquía absoluta de Fernando VII.

El rey tuvo que gobernar respetando la constitución de 1812. Este periodo finalizó con la intervención de la santa alianza:
Sus ejércitos invadieron España.

En 1821 los griegos se sublevaron contra el Imperio otomano y lograron su independencia en 1829.

En 1830 se produjo la segunda oleada revolucionaria. Empezó en Francia.

En Bruselas se produjo un levantamiento contra el rey de los Países Bajos que desembocó en la independencia de Bélgica en 1831.

En 1831 Polonia se levantó contra el Imperio ruso, pero la sublevación fue reprimida muy duramente . Las revueltas que se produjeron en algunos estados italianos también fracasaron.

Las revoluciones de 1848

Las revoluciones de 1848 además de los ideales liberales y nacionalistas, tuvieron importancia las demandas sociales de las clases populares. En algunos lugares también tuvieron un componente democrático.

La crisis estalló en Francia. Se derribó la monarquía de Luis Felipe de Orleans y se proclamo la segunda república y se convocaron elecciones en las que Luis Napoleón Bonaparte tuvo éxito y se convirtió en presidente de la república. Finalmente dio un Golpe de Estado en 1852 y se convirtió en emperador


En el Siglo XIX el termino nacíón adquiríó una dimensión política y se empezó a reivindicar que las fronteras de los estados coincidieran con las fronteras religiosas, étnicas etc. Así nacía la ideología nacionalista.

En unos casos se trato de nacionalismos disgregadores pues reclamaban la independencia de nacionalidades diferentes englobadas en grandes  imperios.

Otros movimientos fueron unificadores y dieron lugar a la integración de poblaciones divididas. Este fue el caso de Italia y Alemania.

La unificación Italiana:


El proceso de unificación fue liderado por el reino de Piamonte. Los artífices de la unidad fueron el rey de Piamonte, Víctor Manuel II, su primer ministro, Cavour, y el revolucionario Garibaldi.

1859


Cavour logro que Francia apoyara las demandas italianas frente a los austriacos a cambio de que Piamonte le cediera Saboyá y Niza. En 1859 los austriacos entregaron Lombardía a Piamonte.

1860-1861


El sur de Italia se vinculó a Piamonte tras la expedición de los camisas rojas de Garibaldi que se apoderaron de  Nápoles y Sicilia. En 1861 se reuníó en Turín el primer parlamento italiano. Víctor Manuel II fue proclamado rey.

1866


Piamonte apoyo a Prusia en su guerra contra Austria y a cambio se anexiónó Venecia.

1870


Los piamonteses aprovecharon la retirada de los franceses por la guerra Franco-prusiana para ocupar Roma. La ciudad se convirtió en la capital de Italia.

La unificación alemana

En 1815 el congreso de Viena agrupó los 39 estados alemanes en la denominada Confederación Germánica.

Prusia en 1834 formó una uníón aduanera.

A partir de 1862 Guillermo I, rey de Prusia y su primer ministro Bismark aceleraron el proceso de unificación por la vía militar.


Fases de la unificación:


Primera fase:


Un problema sucesorio en dos ducados permitíó a Prusia invadir y anexionarse estos territorios en 1864

Segunda fase:


Prusia se enfrento a Austria. Aprovechando que Austria estaba inmersa en la rebelión de los estados italianos bajo su dominio, Bismarck promovíó la invasión del ducado austriaco de Holstein por Prusia. La derrota austriaca en la batalla de Sadowa en 1866 hizo realidad la anexión y la creación de la confederación de la Alemania del norte.

Tercera fase:


Bismarck firmó una alianza militar con los estados alemanes del sur. Para lograr la anexión de los estados del sur de Alemania, Bismarck provocó el estallido de una guerra con Francia.

El emperador Napoleón tercero fue derrotado por los prusianos en la batalla de Sedán en 1870 y se rindió en 1871.  Francia tuvo que ceder a Alemania los territorios de Alsacia y Lorena. Los estados del sur se unieron al resto de Alemania.

La unificación de los territorios alemanes desembocó en 1871 en la proclamación del segundo Reich, y Guillermo I fue coronado emperador

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